“¿Quién lamenta los estragos/ Si los frutos son placeres/ ¿No aplastó a miles de seres?/ Tamerlán en su reinado?”
Marx citando a Goethe. 25 de junio de 1853
«Cu è Surdu, orbu e taci, mpaci Campa cent’anni’.»
Refrán Siciliano.
El origen del término Omertà que define el Codigo de Silencio entre la Mafia italiana es incierto. Algunos lo hacen derivar de umirtà, humildad, otros del español hombredad, deformación de hombría y el hecho de que la mafia siciliana tenga sus orígenes en la resistencia a la colonización de Sicilia por España (1735-1802) hace de este origen etimológico algo políticamente atractivo. De cualquier modo, si bien la idea básica y original del juramento de Omertà fue originalmente la de proteger el esprit de corps de la corporación mafiosa siciliana, el término se ha vuelto de uso generalizado para señalar los mecanismos de obliteración intencionada y calculada respecto a las conductas criminales de cualquier corporación por parte de la prensa o incluso por parte de las autoridades judiciales.
Recientemente, por ejemplo, el término Omertà ha sido popularizado por quienes persiguen desde las manifestaciones populares callejeras, la prensa italiana y los sacerdotes más radicales la ocultación, la obliteración consensuada y la evasión del tema de la pedofilia por parte de la iglesia y ha llegado a hacer parte del lenguaje propio del debate:
«Para monseñor Scicluna en la Iglesia Católica no hay lugar para la «cultura del silencio mortal, la cultura del silencio», porque «la verdad es la base de la justicia.» Pedofilia, Vaticano: «Niente più omertà e silenzio» http://qn.quotidiano.net/cronaca/2012/02/08/665315-preti-pedofili-vaticano-giustizia.shtml
«Existe todavía en la Iglesia una cierta cultura del silencio que tenemos que desterrar. La búsqueda de la verdad es una responsabilidad. Cualquiera que esconda a aquellos que no reportan es el enemigo de la justicia y por lo tanto de la Iglesia.» Basta con l’omertà sulla pedofilia, la reputazione della Chiesa non è una priorità» http://www.corriere.it/cronache/12_febbraio_08/simposio-anti-pedofilia-vecchi_3c5d14e6-529a-11e1-9430-803241dfdaad.shtml
La Omertà es el primer requisito que debe cumplir el neófito en forma de juramento para hacer parte de la corporación mafiosa y le prohíbe categóricamente bajo pena de muerte, «La cooperación con las autoridades estatales o el empleo de sus servicios, incluso cuando uno ha sido víctima de un crimen». Una persona deber evitar interferir en los negocios de los demás y no debe informar a las autoridades de ningún delito bajo ninguna circunstancia (aunque, si está justificado, puede vengarse personalmente de un ataque físico contra sí mismo, o su familia, mediante el uso de Vendetta). Incluso si alguien es condenado por un crimen que no ha cometido, se supone que debe cumplir la condena sin dar a la policía ninguna información sobre el verdadero criminal, incluso si éste no tiene nada que ver con la propia Mafia. Dentro de la cultura de la Mafia, romper la Omertà es punible con la muerte.»
Letizia Paoli. Mafia Brotherhoods: Organized Crime, Italian Style. 2003
Ahora bien. Si bien el individuo en primera instancia eventualmente puede padecer serios dilemas morales sobre si su curso tiene que ver con el bien o con el mal y si el trabajo que deberá cumplir en la cadena de producción es ético o no, à la Camnitzer, una vez jurado dicho compromiso, todo un mundo y una ascensión rápida en la cadena social le esperan al ambicioso nuevo miembro del grupo. Los valores familiares educativos que le han sido inculcados en familia o en la escuela quedan borrados por la nueva sensación de privilegio y honor de hacer parte de un Corpus donde la voluntad individual se diluye como el pequeño riachuelo en un gran torrente de dinámica social y donde el terror al destierro o la muerte, material y social aguijonean a cada instante su arribismo y su ansia de poder (1)
«La Omertà es una forma extrema de lealtad y solidaridad frente a la autoridad. Uno de sus principios absolutos es que es profundamente humillante y vergonzoso incluso para traicionar a su enemigo mortal de cara a las autoridades. Los observadores debaten sobre si la Omertà de la mafia debe ser entendida como una expresión de consenso social en torno a la mafia o si es una respuesta pragmática basada principalmente en el miedo. El punto que mejor lo define se encuentra en un refrán popular siciliano proverbio Cu è Surdu, orbu e taci, mpaci Campa cent’anni’ («El que es sordo, ciego y mudo a vivir cien años en paz «).
«El que es sordo, ciego y mudo a vivir cien años en paz » podría ser el nuevo motto del artista político contemporáneo. El, que funge de Censor Morum de las perversiones del poder que se esconden detrás de cada grieta y no deja piedra sin levantar cuando se trata del abuso de sujetos u objetos que no entran dentro del radio de las perversiones de sus mecenas corporativos, enmudece, prevarica y se esfuma cuando es al contrario. Cuando el abuso es ejecutado por quienes le han permitido escalar socialmente y le han llenado de privilegios a cambio de su silencio se calla. No oye. No ve. No habla.
El comportamiento social del artista político es básicamente el comportamiento del pequeñoburgués. Y lo es particularmente en términos de las elecciones morales y éticas que en algún momento tiene que tomar para sobrevivir (2).
Es ahí que el artista comienza a examinar con detalle que variables tiene para obtener éxito, fama, prestigio y dinero; y no solo para emanciparse de los problemas económicos propios de su clase, sino por sobre todas las cosas para alejarse del centro de gravedad de la espada de Dámocles de la proletarizacion que lo amenaza sin descanso (3).
«Se agita sin cesar… entre la esperanza de elevarse hasta la clase más rica y el miedo a ser reducidos al estado de proletarios, incluso de pordioseros». F. Engels, «Revolución y Contrarrevolución en Alemania»
Tales variables las examina a través del ejemplo tanto de los artistas exitosos como de la ideología dominante que le es inyectada en la Academia, la teoría y la prensa artística. Si la salida a sus cuitas en cuanto que clase media radicaran en hacerse el bufón lo haría, pero como el poder ha establecido que el código de fidelidad de su sumisión radica en difundir a través del arte el sistema de valores sociales y la ética humanitaria de la corporación, no va a tener ningún problema, en su moralidad camaleónica, en cambiar de objetivo. La cualidad principal de la pequeña burguesía es su naturaleza maleable, la gran adaptabilidad de sus ideas y la ausencia de carácter y estrategia politica.
Si en un escenario de ficción la Iglesia – ésto por mencionar una corporación que dominó el arte durante 1400 años – recuperara el poder que tuvo en términos de dictar que es moral y que no es moral en el arte, éste artista pequeñoburgués contemporáneso no tendría absolutamente ningún problema en construir un nuevo flujo – un nuevo E-flux- de prestidigitación teórico/teológica para convertirse en artista religioso. Aunque a su modo, el arte político contemporáneo es solo otra forma de religión basada en el hecho de que el mundo puede ser transformado desde la superstición del poder mágico y el Geist místico, el Espíritu Santo social encarnado en la obra de arte. La obra no es solo fetiche en cuanto que mercancía. Es fetiche social en términos de magia natural. El contacto físico con ella redime la sociedad mediante la filantropizacion de la política, la sentimentalización agonística de las relaciones de producción y la estetización de la violencia. Es un fetiche que como tal, es un vehículo de alienación social ideológica. Por eso un cambio en reversa del Arte Político contemporaneo y una re-afiliación con la Iglesia no traería mayores complicaciones.
Podemos entender cómo el dilema (4) que en un principio atormenta a nuestro artista pequeñoburgués siempre se resolverá en favor del poder y la ideología dominante:
“Cuando por ejemplo hace medio siglo el MoMA me compró obra, yo sabía que la institución fue activa durante la Guerra Fría y promovía su anticomunismo con un dogmatismo inaceptable en el campo del arte. Tuve que evaluar en su momento los elementos positivos y negativos en la transacción. Pude negarme pero decidí aceptar. La cuestión es quien utiliza a quien en estas circunstancias, quien sale ganando y que es lo que significa exactamente aquí el salir ganando. El único juez válido en estas cosas es la conciencia de uno. Sería tonto negar el hecho de que como artistas somos bufones de la corte. Con ese dato aclarado y subrayado, o tenemos que abandonar el quehacer artístico o administrar las risas lo mejor que podemos para que sirvan al bien común. Esta es otra decisión que solamente puede ser dictada por la conciencia personal.” Luis Camnitzer. Etica Y Conciencia. (5)
En una carta de Marx a Schweitzer de enero de 1865 a propósito de Proudhon Marx se refiere a las dos partes en conflicto dentro de la mente del pequeñoburgués:
“Al igual que el historiador Raumer, el pequeño burgués consta de «por una parte» y de «por otra parte». Como tal se nos aparece en sus intereses económicos, y por consiguiente, también en su política y en sus concepciones religiosas, científicas y artísticas. Así se nos aparece en su moral e in everything. Es la contradicción personificada. Y si por añadidura es, como Proudhon, una persona de ingenio, pronto aprenderá a hacer juegos de manos con sus propias contradicciones y a convertirlas, según las circunstancias, en paradojas inesperadas, espectaculares, ora escandalosas, ora brillantes. (6) El charlatanismo en la ciencia y la contemporización en la política son compañeros inseparables de semejante punto de vista. A tales individuos no les queda más que un acicate: la vanidad; como todos los vanidosos, sólo les preocupa el éxito momentáneo, la sensación. Y aquí es donde se pierde indefectiblemente ese tacto moral que siempre preservó a un Rousseau, por ejemplo, de todo compromiso, siquiera fuese aparente, con los poderes existentes.”
K. Marx. Sobre Proudhon (Carta a J. B. Schweitzer). 24 de enero de 1865. Primera edición: En el Social-Demokrat, en los núms. 16, 17 y 18 del 1, 3 y 5 de febrero de 1865.
Cuando nos encontramos con el tema de porque el Capitalismo Corporativo promueve con entusiasmo la temática «crítica, política, activista y subversiva» y destina millones de dólares a reforzarla y divulgarla hasta volverla hegemónica, tampoco estamos desviándonos del tema del control ideológico y la propaganda. En esa dimensión donde el alucinado artista pequeñoburgués se ve a sí mismo como un ser independiente, aislado y regio Lenin, por el contrario, ve a un farsante:
« … El pequeño propietario, el pequeño patrón que sufre bajo el capitalismo una presión continua y muy a menudo un empeoramiento brusco y rápido de sus condiciones de existencia que le lleva a la ruina, adquiere fácilmente una mentalidad ultrarrevolucionaria, pero que es incapaz de manifestar serenidad, espíritu de organización, disciplina, firmeza. El pequeño burgués «enfurecido» por los horrores del capitalismo, es un fenómeno social propio, como el anarquismo, de todos los países capitalistas». Lenin. La Enfermedad Infantil del «Izquierdismo» en el Comunismo. pág. 18, ed. española, 1941
El pacto Mouffiano y la propaganda utópica de reconciliación social filantrópica a través de la Kumbayá del Arte Contemporáneo como Proceso «integrador» agonístico en el que la colaboración estrecha entre Corporación y Arte – donde aquella emplea y usa a éste como mecanismo ideológico de control social y cultural de las minorías – no logran emanciparse de los postulados pequeñoburgues tradicionales:
“La pequeña burguesía tiene intereses materiales profundamente enraizados en la sociedad burguesa. Su perspectiva inevitable es reformar las desigualdades del sistema y trabajar a favor de la paz de clases mediante la colaboración de clases. Estos son deseos utópicos, dadas las compulsiones del sistema, y la pequeña burguesía está destinada a someterse crecientemente a la gran burguesía en la medida que se centralice el capital.» Walter Daum.The Life and Death of Stalinism. A Resurrection of Marxist Theory.
Así pues, qué tenemos en la mente del artista que comienza o del que puja o del que se quiere colar o del que quiere defender su cabeza de playa en el mercado? Una mezcla de angustia y ambición. Una combustión moral permanente. La combustión propia de la naturaleza dual de clase pequeñoburguesa que no cesa. La angustia del cortesano que sabe que la permanencia de su ambición en la corte del mundo institucional y el Mainstream depende de una palabra, de un acto. O en caso de que hablar o actuar puedan sacarlo de la carrera, de su silencio cómplice. El artista pequeñoburgués no piensa. Es un escalador social que calcula. El artista emergente sabe perfectamente – desde el comienzo de la posmodernidad, cortesana, colaboracionista, ambigua y pequeñoburguesa por naturaleza- que el arte no está construido ya mas, de modo aristotélico, con ideas, sino con el mercado como entidad pura corporativa fabricando paradojas inesperadas, espectaculares, ora escandalosas, ora brillantes a través de la retórica cultural.
La especulación monetaria es la estética de la contemporaneidad. La musa de la elocuencia es el dinero. Artistas como Warhol y Dalí, como Rubens en la antiguedad, como Brummel y Oscar Wilde en el siglo XIX, reconocieron con inteligencia y sin pudor la atracción voluptuosa por el dinero que hace parte de la naturaleza humana y la transmutaron en pompa pública como solo un dandy consecuente puede hacerlo sin siquiera hacerse la pregunta naif sobre su proveniencia . La ética pura de la elegancia para ellos es autosuficiente e infalible (7). Pero la voluptuosidad por el dinero en el caso del artista politico es farisea y clandestina. La practica en secreto, subterráneamente, con verguenza y entumecida hipocresía. No puede deshacerse del pecado original puritano de la pequeñaburguesía que le impide disfrutar de la ostentacion aristocrática y tiene que ocultar la paternidad pecaminosa que el dinero ejerce sobre él (8).
“La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto… La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones familiares, y las redujo a simples relaciones de dinero. La burguesía ha revelado que la brutal manifestación de fuerza en la Edad Media, tan admirada por la reacción, tenía su complemento natural en la más relajada holgazanería … Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas”. F. Engels. “El Programa de los emigrados blanquistas de la comuna. «Volksstaat», junio de 1874-abril de 1875.
Gran parte de ese cálculo está basado en el ejemplo. Cuando el ambicioso artista joven comienza su carrera y observa la aparente paradoja de como los artistas que han adoptado la política, la mímica de la rebelión contra el poder y la solidaridad farisea con el oprimido en su trabajo tienen una ventaja de mercado y una ventaja de exposición inmensa frente a los artistas que no lo hacen, y ve cómo éstos artistas han logrado salirse del corral pequeñoburgués de clase colaborando con ese poder, querrá, obviamente, seguir su ejemplo. No solo en términos de metodología del éxito, siguiendo el guión que el filantropismo corporativo y sus estéticas de lo sublime traumático, violencia, tragedia y compasión le dictan. También y principalmente, en términos de verse condicionado, llegado el momento, a imitar su silencio y su obliteración calculada frente a los eventuales desafios morales del incesto ético que representa colaborar con corporaciones con un curriculum criminal que son las mas ávidas a la hora de adquirir y difundir el arte social, politico, comprometido e incluso activista. Practica con esmero – en lo que sus héroes ya son duchos – para estar dispuesto a no oír, no ver y no hablar en el momento de tener que elegir entre la «ética» de su mecenas que es la suya propia, el dinero, y su pureza camnitzeriana ya pretérita.
Y es en ese punto que volvemos a la ventaja del juramento de silencio de la Omertà. No es de esperarse que cuando se ha expuesto el pasado criminal o fraudulento de una institución sagrada del Arte Contemporáneo – Daros, Unilever, BP, Deutsche Bank, JPmorgan – el artista, el curador, el periodista, el filósofo, el teórico, el transmisor de ideología burguesa de origen pequeñoburgués, traicione sus intereses de clase en nombre de su bien domesticado celo ético y siente su protesta. Desde el mismísimo momento en que cada uno de estos agentes recibió su primer cheque, su primer premio, su primer guiño, su primer encargo de cualquiera de éstas mafias corporativas, la Omertà del silencio venia con el paquete. Su capacidad pequeñoburguesa de protesta, crítica, solidaridad e indignación es selectiva y directamente proporcional a su zona de confort económico.
No estamos en el Japón del siglo XVII. Herzog y los artistas de Daros, solo por citar un caso, no se van a hacer el Harakiri de mercado de manera honrosa retirando sus obras o haciendo pública su proverbial indignación y su fragorosa defensa de las víctimas al enterarse de los crímenes de Schmidheiny. Van a respetar el pasmo de la Omertà. Porque donde hay mercado, privilegios, prestigio, publicidad y fama no hay honor feudal sino pragmatismo pequeñoburgués. En el mejor de los casos acudirán al reinado de Tamerlán o el de los Borgia para desarrollar su doble discurso. No solo eso: mediante paradojas inesperadas, espectaculares, ora escandalosas, ora brillantes se harán los dueños de la Ética y dirán con descaro y nervio que el arte político que exiben bajo ese techo de asbesto con olor a gas mostaza es la única ética posible.
Notas
(1)»Somewhere in his writings Lenin makes the observation that oppressed minorities often reflect the techniques of the bourgeoisie more brilliantly than some sections of the bourgeoisie themselves. The psychological importance of this becomes evident when one recalls that oppressed minorities, and especially petty bourgeois sections of oppressed minorities, strive to assimilate the virtues of the bourgeoisie in the assumption that by doing so, they can lift themselves into a higher social sphere.» Richard Wright. Blueprint for Negro Literature. 1937 http://www.nathanielturner.com/blueprintfornegroliterature.htm:
The English term ‘petty bourgeoisie’ is an anglicisation of the French term ‘petite bourgeoisie’, meaning ‘little bourgeoisie’. Marxist-Leninists define the petty bourgeoisie as a class which owns or rents small means of production which it operates largely without employing wage labour, but often with the assistance of members of their families: «A petty bourgeois is the owner of small property». Vladimir I. Lenin: Note to: ‘To the Rural Poor’, in: ‘Selected Works’, Volume 2; London; 1944; p. 254
(2) «This divided allegiance between the two decisive classes in modern capitalist society applies also to a section of employed persons — those who are involved in superintendence and the lower levels of management — e.g., foremen, charge-hands, departmental managers, etc. These employees have a supervisory function, a function is to ensure that the workers produce a maximum of surplus value for the employer. On the one hand, such persons are exploited workers, with interests in common with the proletariat (from which they largely spring); on the other hand, their position as agents of the management in supervising the efficient exploitation of their fellow employees gives them interests in common with the bourgeoisie:
An industrial army of workmen, under the command of a capitalist, requires, like a real army, officers (managers) and sergeants (foremen, overlookers) who, while the work is being done, command in the name of the capitalist». Karl Marx: ‘Capital: An Analysis of Capitalist Production’, Volume 1; Moscow; 1959; p. 332
«The labour of supervision and management… has a double nature. On the one hand, all labour in which many individuals cooperate necessarily requires a commanding will to coordinate and unify the process…. This is a productive job…. On the other hand, this supervision work necessarily arises in all modes of production based on the antithesis between the labourer, as the direct producer, and the owner of the means of production. The greater this antagonism, the greater the role played by supervision». Karl Marx: ‘Capital: A Critique of Political Economy’, Volume 3; Moscow; 1971; p. 383-84
(3) «A new class of petty bourgeois has been formed, fluctuating between proletariat and bourgeoisie, and ever renewing itself as a supplementary part of bourgeois society. The individual members of this class, however, are being constantly hurled down into the proletariat by the action of competition.» Marx. Communist Manifesto. 1848.
(4)»… is cut up into two persons. As owner of the means of production he is a capitalist; as a labourer he is his own wage- labourer». Karl Marx: ‘Theories of Surplus Value’, Part 1; Moscow; undated; p. 395
(5) «Jaar seems resigned to the idea that there might be a market for these enigmatic works – though he’s not especially happy about it. “When I started 30 years ago, I possessed a kind of utopian idealism, and I thought you could be an outsider and beat the system. Today I’m convinced that there is no outside the system. We all participate, one way or another.” That’s his grudging way of saying that if collectors want to buy his art, it’s OK with him.» Ariella Budick. Dantesque delights. Collecting. Nov 30,2012
(6) En Luis Camnitzer encontramos lo que por primera vez sería una Teoría Pequeñoburguesa del Arte en el que la contradicción ética se invierte mediante el uso de una retórica de iluminación y se convierte una revelación en la que las dos partes de las que habla Marx se convierten en una unidad de la más prístina pureza moral. La contradicción se vuelve ética y para acaber de rematar, se convierte en la ética:
«El dilema no tiene solución y, como consecuencia, me armé una estructura moral que terminé denominando «cinismo ético». La esencia de esta posición se basa en la idea de que prostituirse a sabiendas es mejor que prostituirse inconscientemente. En el primer caso es estrategia, en el segundo es corrupción. Como una estrategia me sirve para identificar la línea que se está por cruzar y por lo tanto me permite, hasta cierto punto, la reversibilidad del acto. Limitándose a ser una corrupción producto de la inconsciencia, el acto se ve forzado a desembocar en una retórica justificativa, sin la posibilidad de que uno pueda asumir la responsabilidad de la decisión. La ventaja del uso de la estrategia es que permite un análisis de las condiciones. Entre esas condiciones, permite la utilización de aquellas que pueden llevar a la implementación de una ideología, aún cuando ésta pueda parecer contradicha por los pasos tomados para instrumentarla. Pero esta frase que acabo de escribir es realmente terrible, porque lo que termina afirmando es que el fin justifica los medios. Y aquel día en que comprendí que el objeto de arte también es un objeto comercial, la iluminación había venido de la creencia profunda en lo opuesto: de que el fin jamás puede justificar los medios.
Los cuarenta años transcurridos no borraron mi ideología de entonces, pero sí me aclararon que hay una diferencia seria entre mis creencias utópicas y puras y la realidad en que vivimos. Con el «cinismo ético» logré, al menos, fabricarme la ilusión de que puedo seguir manteniendo mis ideas puras o que, por lo menos, las puedo identificar.»La Corrupción en el Arte / El Arte de la Corrupción
De Luis Camnitzer http://universes-in-universe.de/magazin/marco-polo/s-camnitzer.ht
De Luis Camnitzer http://universes-in-universe.de/magazin/marco-polo/s-camnitzer.ht
(7) «L’homme riche, oisif, et qui, même blasé, n’a pas d’autre occupation que de courir à la piste du bonheur; l’homme élevé dans le luxe et accoutumé dès sa jeunesse à l’obéissance des autres hommes, celui enfin qui n’a pas d’autre profession que l’élégance, jouira toujours, dans tous les temps, d’une physionomie distincte, tout à fait à part. Le dandysme est une institution vague, aussi bizarre que le duel; très ancienne, puisque César, Catilina, Alcibiade nous en fournissent des types éclatants; très générale, puisque Chateaubriand l’a trouvée dans le forêts et au bord des lacs du Nouveau-Monde.(…) Ces êtres n’ont pas d’autre état que de cultiver l’idée du beau dans leur personne, de satisfaire leurs passions, de sentir et de penser. Ils possèdent ainsi, à leur gré et dans une vaste mesure, le temps et l’argent, sans lesquels la fantaisie, réduite à l’état de rêverie passagère, ne peut guère se traduire en action. Il est malheureusement bien vrai que, sans le loisir et l’argent, l’amour ne peut être qu’une orgie de roturier ou l’accomplissement d’un devoir conjugal. Au lieu du caprice brûlant ou rêveur, il devient une répugnante utilité. Baudelaire. Le Peintre de la Vie Moderne. Eloge de Constantin Guys, publié pour la première fois en 1863. IX. Le Dandy.
«Business art is the step that comes after art. I started as a commercial artist, and I want to finish as a business artist. After I dis the thing called «art» or whatever is called, I went into business art. Being good in business is the most fascinating kind of art. During the hippie era people put down the idea of business – they’d say, «Money is bad,»and «Working is bad,» but making money is art and working is art and good business is the best art.» Andy Warhol. THE Philosophy of Andy Warhol (From A to B and Back Again.) 1975
(8) «Examples of the condemnation of the pursuit of money and goods may be gathered without end from Puritan writings, and may be contrasted with the late medieval ethical literature, which was much more open-minded on this point. Moreover, these doubts were meant with perfect seriousness; only it is necessary to examine them somewhat more closely in order to understand their true ethical significance and implications. The real, moral objection is to relaxation in the security of possession, the enjoyment of wealth with the consequence of idleness and the temptations of the flesh, above all of distraction from the pursuit of a righteous life. In fact, it is only because possession involves this danger of relaxation that it is objectionable at all. For the saints’ everlasting rest is in the next world; on earth man must, to be certain of his state of grace, “do the works of Him who sent him, as long as it is yet day.” Not leisure and enjoyment, but only activity serves to increase the glory of God, according to the definite manifestations of His will.» Max Weber. The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism. Chapter V. Asceticism and the Spirit of Capitalism. 1905
Apendice.
Petty Bourgeoisie and Middle Class. The lower middle class or the petty (petite) bourgeoisie (the bourgeoisie was sometimes called the middle class in this era), constitutes «the small manufacturer, the shopkeeper, the artisan, the peasant» (Giddens and Held, p. 24). The characteristic of this class is that it does own some property, but not sufficient to have all work done by employees or workers. Members of this class must also work in order to survive, so they have a dual existence – as (small scale) property owners and as workers. Because of this dual role, members of this class have divided interests, usually wishing to preserve private property and property rights, but with interests often opposed to those of the capitalist class. This class is split internally as well, being geographically, industrially, and politically dispersed, so that it is difficult for it to act as a class. Marx expected that this class would disappear as capitalism developed, with members moving into the bourgeoisie or into the working class, depending on whether or not they were successful. Many in this class have done this, but at the same time, this class seems to keep recreating itself in different forms.
Marx considers the petite bourgeoisie to be politically conservative or reactionary, preferring to return to an older order. This class has been considered by some Marxists to have been the base of fascism in the 1920s and 1930s. At other times, when it is acting in opposition to the interests of large capital, it may have a more radical or reformist bent to it (anti-monopoly). (…)
Note on the Middle Class. The issue of the middle class or classes appears to be a major issue within Marxian theory, one often addressed by later Marxists. Many Marxists attempt to show that the middle class is declining, and polarization of society into two classes is a strong tendency within capitalism. Marx’s view was that the successful members of the middle class would become members of the bourgeoisie, while the unsuccessful would be forced into the proletariat. In the last few years, many have argued that in North America, and perhaps on a world scale, there is an increasing gap between rich and poor and there is a declining middle.
While there have been tendencies in this direction, especially among the farmers and peasantry, there has been no clear long run trend toward decline of the middle class. At the same time as there has been polarization of classes, there have been new middle groupings created. Some of these are small business people, shopkeepers, and small producers while others are professional and managerial personnel, and some intellectual personnel. Well paid working class members and independent trades people might consider themselves to be members of the middle class. Some segments of this grouping have expanded in number in recent years. While it is not clear that these groups hold together and constitute a class in any Marxian sense of being combined in opposition to other classes, they do form a middle grouping. Since Marx’s prediction has not come true, sociologists and other writers have devoted much attention to explaining this middle grouping – what is its basis, what are the causes of its stability or growth, how it fits into the class structure, and what are the effects of its existence on proletariat and bourgeoisie. Paul Gingrich Marx’s Theory of Social Class and Class Structure.http://uregina.ca/~gingrich/s28f99.htm