NO a la Censura en el Centro Nacional de Memoria Histórica

Como ciudadanos colombianos queremos llamar la atención que en instituciones como el Centro Nacional de Memoria Histórica, creado por la Ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, el señor Dario Acevedo, su director desde principio de 2019, oriente la entidad con sus sesgos ideológicos, manejando a su antojo un espacio que como pocos fue y representó escenario de dialogo, debate, encuentros, desencuentros y disensos importantes, aun así, un lugar de orden investigativo y acompañamiento a las víctimas, que se acercaba a las formas de democracia participativa alrededor de la puesta en marcha de las políticas de memoria y reparación en el país.

Las últimas elecciones no solo son un indicador de un viraje en el mapa político colombiano, también resulta ser un reclamo al gobierno nacional frente a políticas que han resultado complejas como la reforma tributaria (plan de financiamiento), el desgaste del país y las instituciones del Estado alrededor de las objeciones a la JEP (Justicia Especial para la Paz), la desfinanciación del Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición surgido de los Acuerdos de Paz con la exguerrilla de las FARC –EP y la frustración de las expectativas de la ciudadanía en general, así como de las víctimas del conflicto armado en particular sobre aquella búsqueda de la paz y la reconciliación.

Miramos con gran preocupación que las palabras paz y reconciliación desaparezcan de los discursos oficiales y en cambio palabras que atizan la polarización y el odio entre los colombianos estén al orden del día.

Como ciudadanos colombianos queremos llamar la atención que en instituciones como el Centro Nacional de Memoria Histórica, creado por la Ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, el señor Dario Acevedo, su director desde principio de 2019, oriente la entidad con sus sesgos ideológicos, manejando a su antojo un espacio que como pocos fue y representó escenario de dialogo, debate, encuentros, desencuentros y disensos importantes, aun así, un lugar de orden investigativo y acompañamiento a las víctimas, que se acercaba a las formas de democracia participativa alrededor de la puesta en marcha de las políticas de memoria y reparación en el país.

Pedimos que se investigue un mal manejo de dicha institución bajo la dirección de Darío Acevedo por los siguientes motivos:

Administrativamente sus recursos están subejecutados, por ello la baja producción de calidad durante 2019, a diferencia de la realizada en años anteriores, de hecho, lo único para mostrar para este año fueron compromisos y productos dejados de la dirección anterior en cabeza de Gonzalo Sánchez.

El señor Acevedo de manera irresponsable e irrespetuosa ha querido hacer borrón y cuenta nueva de lo dejado en años anteriores, juzgando sin mayores argumentos la producción, trabajo y cercanía a las regiones, organizaciones y comunidades de años anteriores. Basta recordar sus pretensiones de cancelar u obstaculizar parte de los compromisos generados por el CNMH antes de su llegada:

La ralentización que Acevedo aplicó al lanzamiento del Informe A la vida por fin daremos todo, so pretexto de complementar con otras versiones los contenidos del informe, sin embargo, hasta el momento no se conocen esas otras versiones, finalmente el informe fue lanzado con apoyo de la Universidad de los Andes.

La animosidad e intenciones de censura con que dirigió cartas a los rectores de algunas Universidades del país reclamando por las inquietudes presentadas por algunos de sus docentes, preocupados por los sesgos que podrían afectar la marcha del CNMH, lo que está siendo comprobado en las acciones de censura que ha adelantado el señor Acevedo durante el 2019.

La inequidad de participación de las víctimas en el CNMH frente a la participación de las Fuerzas Militares, que no es más que otro indicador de las preferencias ideológicas del nuevo director y de las exclusiones que ha generado.

El intento de cancelación de la exposición Voces para transformar a Colombia en la ciudad de Cali, y de lo que tuvo que recular dado los compromisos ya adquiridos por el CNMH en 2018.

Como se sabe, esta es una muestra piloto de lo que será el contenido museográfico del futuro Museo de Memoria de Colombia, un espacio de dignificación de las víctimas del conflicto armado en el país, víctimas que en el discurso de los últimos tres presidentes son el centro de los procesos de justicia transicional. No obstante, una contundente evidencia es divulgada por la revista ARCADIA en su edición número 68 titulada Censura en el Centro Nacional de Memoria Histórica, donde señala:

“Acevedo eliminó los textos introductorios de la exposición, cambió el contenido del folleto impreso y suprimió palabras como “guerra”, “despojo”, “resistencia” y “resiliencia”. En Cali pretendía borrar el capítulo entero sobre la Unión Patriótica. Eso finalmente no pasó, porque el equipo [del área de Museos del CNMH] se opuso con fuerza”

¿Si esto no es negacionismo qué lo es? Como bien se sabe en una guerra lo primero que se pierde es la verdad, lo mismo podría decirse de las actitudes negacionistas de Acevedo, pues la censura va en contravía de la verdad y la memoria. Sus decisiones arbitrarias e individuales no tienen respaldo de la Academia y se basan solamente en sus posturas ideológicas y la intención manifiesta de modificación del guion museológico y los lineamientos conceptuales del museo.

Ello debe ser rechazado en honor de la dignificación de las víctimas quienes deberían ser el centro de las políticas de memoria y reparación en Colombia. Pero además debe ser rechazado porque los enormes recursos que la Nación invirtió en el diseño de ese guion museológico se estarían desperdiciando y exigirían al CNMH y a la Nación una nueva inversión en otro nuevo guion museológico, lo que va contra le ley.

Como organizaciones defensoras de Derechos Humanos, organizaciones de víctimas, Red Colombiana de Lugares de Memoria y organizaciones de la sociedad civil consideramos un negacionismo que Darío Acevedo censure en dicho guion museológico palabras como guerra, despojo, lucha, resistencia y resiliencia.

Por lo anterior ratificamos nuestra resistencia a aceptar como director del CNMH al señor Dario Acevedo, él no representa a las víctimas en el país. Nos preocupa su permanencia en el cargo y la influencia sobre lo que sería el Museo de Memoria de Colombia, este no debe ser un lugar de medias verdades y lenguajes suprimidos y silenciados. La discusión aun está abierta sobre la composición de la junta directiva del Museo y la participación de las víctimas que se definirá en el Plan Museológico y en la ley regulatoria del museo que está próxima a discutirse en el Congreso. Pedimos a los congresistas que la Junta Directiva de ese museo esté compuesta en un 50% +1 por organizaciones de víctimas y lugares de memoria para evitar una memoria de Estado.

Al señor presidente de la República Iván Duque Marquez, le instamos a revisar con tesón y sin miramientos ideológicos cuál debe ser la dirección del CNMH, una dirección legítima y que cumpla con sus deberes legales de colocar a las víctimas, comunidades y organizaciones sociales victimizadas en el centro de la política de memoria y reparación.

Para apoyar esta petición, firme aquí