Por Jorge Sanguino & Alexander Herrera Sotomonté
- Parte. La conversión. Entrada por la ventana (Instagram)
Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Los actos de conversión son necesarios para afirmar la creencia y fe en una religión. En el caso del catolicismo, la parábola de Saulo, convertido de romano pagano a cristiano católico, describe el momento de la recepción de las creencias cristianas por parte de las clases dirigentes y familias regentes del imperio Romano. La religión cristiana obtuvo un terreno firme cuando comenzó a ser aceptada por las clases altas romanas.
En la conversión y en ganar adeptos radica la supervivencia de un sistema de creencias, de un partido político, o de un movimiento social. Las nuevas tecnologías también necesitan de convertidos y de adeptos, y en este momento, el mercado de arte digital con los NFT necesita de ellos. Los NFT son, para decirlo de manera resumida certificaciones criptográficas originadas dentro de la Blockchain que le permite a la imagen, el sonido, o una animación de formato digital (MP3, Gif, Jpeg, MP4 e.t.c.), es decir una obra de arte digital, ser representada por el valor de una cripto moneda permitiéndole ser sujeto a transacciones mercantiles: Se puede vender, subastar, revender y coleccionar.
Un artista digital puede desde el computador de su casa, sellar (Minting, es el término especifico) su obra dentro del Blockchain, y comenzar a hacer transacciones dentro de las plataformas establecidas para ellas. La mayoría de las plataformas se basan en el Ethereum, por lo que la cripto moneda es el Ether. Para ellas necesita una cartera digital (Wallet), donde puede pagar o depositar la moneda. La agilidad de las transacciones en el mundo de la Blockchain, sin necesidad de intermediarios, ni controles fiscales y estatales, el hype por lo nuevo, y que compradores (o especuladores) se encuentran a unos solos clicks de distancia, junto a otras razones (entre ellas creo firmemente), la evasión a los controles del lavado de dinero al que están sujetas desde hace una año las transacciones de arte por encima de los 10,000 Euros, han hecho que el mercado de arte de los NFTs haya crecido de manera explosiva, convirtiéndose en un fenómeno mediático y en una máquina de hacer dinero.
A pesar de que las transacciones con los NFTs se perfilan como una opción para el sustento de los artistas, la ausencia de controles fiscales que eviten el lavado de dinero, especulación y manipulación, problemas legales sobre los derechos de autor de imagen, sonido o animación (no del certificado), pero en particular, el daño ecológico que producen las transacciones de los NFTs en Ethereum a razón de su excesivo consumo de energía han salido a la luz pública, dando pie a duras críticas que se han expresado en los comentarios de usuarios en las redes sociales.
Los costos ambientales, medidos en CO2, se producen por el consumo de energía que necesitan los computadores especiales (llamados miners) para descifrar el rompecabezas criptográfico y originar un consenso dentro del blockchain del Ethereum que certifica en todos los nodos la pertenencia inequívoca e incorruptible del NFTs a una persona, o a una cartera digital específica. Según diferentes metodologías, un NFT puede consumir el equivalente energético al de un viaje de 700 kilómetros en auto. Si bien, el problema ambiental es un problema tecnológico que se puede resolver al originar otros protocolos para originar el consenso, ya a principios de abril, el mercado de los NFTs registraba una caída del 70% en su precio promedio.
El mercado de los NFTs en Ethereum ha tenido la fortuna de ofrecer el testimonio de los primeros convertidos. Aquí en particular, me interesa la conversión de Jerry Saltz, el afamado crítico neoyorquino, que ejerce gran influencia en el sistema del arte desde su columna en el New York Times y otros magazines. Saltz, quien se dedicó en los primeros meses de furor de los NFTS a criticar a los artistas digitales, y en especial a la venta por subasta en Christies de la obra de Beeple por cerca de 69 millones de dólares, anunció hace dos semanas, el lanzamiento de sus primeros NFTs en compañía de Kenny Schachter, (curador, marchante, artista) otra figura influyente dentro del mundo del arte, que desde el principio se ha declarado adepto y defensor de los NFTs. «The First 10,000» es un NFT con la colección del metadata de todos los 10,000 posts en Instagram de Jerry Saltz desde Marzo del 2012 hasta Abril del 2021. El NFT apareció para subasta en la plataforma Superrare a mediados de abril. Como anotación, el NFT de Saltz se referia a la pieza subastada en Christies de Beeple, “In EVERYDAYS: THE FIRST 5000 DAYS”.
2. Parte. El testimonio. Los púlpitos (Facebook, Twitter, Instagram, Reddit)
Aquí, no es la conversión lo interesante, sino el testimonio de la conversión, y los efectos que tiene ésta para la definición de arte. En una campaña a través de Twitter, Facebook e Instagram, Jerry Saltz casi en tono de una epifanía, comenzó a crear una epopeya sobre los NFTS: en una revisión historicista (no histórica) subió a las redes fotos de pinturas y esculturas de todas las épocas, afirmando que así como los artistas trabajan con información, de igual manera el NFT es información. De esa manera titulaba, a la foto de una obra de Poussin como Poussin NFT. Inmediatamente, y esto es lo más interesante de las estrategias de un crítico de arte, comenzó a dividir según su juicio entre buenos y malos NFTs, dando ejemplos. Como es típico en estas situaciones, muchos usuarios le enviaban la imagen de sus NFTs esperando al juicio de Saltz, quien les replicaba de manera amable, otras veces, más sarcástico que irónico. Más adelante, Saltz ha declarado a las NFTs como medios esenciales para la producción de arte comparándolos, como lo hizo en su más reciente artículo en el New York Magazine, con el pincel y augurándoles un gran futuro.[1]
Formalmente un NFT para el mundo del arte no es diferente a la firma de artistas, o al sello que los museos y galerías ponen detrás del bastidor, o en la base de una escultura para sustentar la originalidad de la obra de arte y su pertenencia. La ventaja es que la certificación NFT es incorruptible e incluye inmediatamente un mercado de transacciones mercantiles con la cripto moneda que lo acompaña. Por eso un NFT primero que todo es un mercado de cualquier bien. Puede ser de arte, de bienes raíces, de vinos, de música etc. más no un medio para la creación de arte.
Es claro que la posición mediática del crítico norteamericano en argumentar desde la posición de un art pour l art, le impide enfatizar el aspecto mercantil y lucrarse con el dinero recaudado por la venta de su NFT, por lo que éste será donado en su totalidad a organizaciones sin ánimo de lucro. Pero, al establecer un juicio con apariencia de legitimidad, ha logrado aumentar el interés por una participación dentro del mercado de arte de NFT en Ethereum, cuya moneda, Ether, ha ganado en valuación en los últimos meses.
3. La anatema, o la puerta por la salida de atrás (twitter)
«The First 10,000» se subastó el 19 de Abril por 44 Eth. Alrededor de 100,000 dólares. El comprador, Alfred Itchblock en plataforma Superrare escribe en su perfil. (traducido del inglés al español): “La revolución NFT no es simplemente un medio nuevo, o una herramienta disponible para artistas. Es algo más profundo que eso. El núcleo de la innovación se relaciona con los derechos de propiedad, decentralización, y remover los controladores de acceso (gatekeepers). Si se observa (la tecnología) con el mero punto de vista del contenido, entonces se está haciendo de manera errónea”. El perfil tiene un link a un blog, donde el nuevo crítico, como se autodenomina Alfred Itchblock, crítica el NFT de Jerry Saltz en la falta de aspectos técnicos, y promueve “sumergirse” en los aspectos técnicos, base y columna de la tecnología NFT. Añade una frase: “espero educar y tengo unos smart contracts desarrollados para ello”.
A primera vista, el Alfred Itchblock subasta «The First 10,000» para afirmar que el testimonio de Saltz no comprende las connotaciones de la tecnología del Blockchain. Sí, podemos estar de acuerdo que ella no sólo se limita para artistas y arte, sino que tiene muchas otras aplicaciones.
Unas horas después anunciaba Jerry Saltz en Twitter que abandonaba el mundo de los NFTs. Su argumento: se equivocó al pensar que se podía hacer crítica en el mundo del arte de los digital. A él, insistió, le interesa el NFT como material, como medio. Le interesan el arte y los artistas; más no puede entender como los artistas en el Blockchain viven en un mundo de virtualidad, materialidad, dinero y otras maldiciones. La reacciones fueron inmediatas. Un debate entre aquellos que denunciaban que Saltz nunca pudo entender el verdadero trabajo de los artistas NFT, y otros, que consideran a la escena de arte NFT aun pueril, por lo no ha llegado a una edad en la que entiende los consejos de alguien mayor como Saltz. Por su lado, el 21 de abril Kenny Schachter publicaba en artnews una columna donde describe la experiencia de la fracasada subasta de NFTs. El tono del texto está desnudo de las emociones sobre arte y NFTs que había anunciado las semanas anteriores. Los dos nuevos sacerdotes, colgaron la sotana, no sin antes hacer una apología de sus actos[2]
Podríamos ponerle un punto final a esta parábola: pero aquí nos interesa seguir indagando sobre su estructura a través de un ejercicio mental. Imaginemonos que un pagano se convierte en la religión cristiana porque descubre que el crucifijo de madera tiene ciertas propiedades, y ellas implican el porvenir. El porvenir para los carpinteros y los talladores, para los que preparan los tintes, los aserradores. etc. En el mundo de los crucifijos de madera, hay un futuro. Pero hay que definir cuáles son los buenos crucifijos y cuáles son los malos. Así que el neocristiano comienza a seleccionar, dividir, emitir juicios. Pero un sacerdote le reprime. La esencia de la religión no es el crucifijo de madera porque es representación pura. El crucifijo de madera es símbolo de la transmutación, de orden teológicos que van más allá de la materialidad. Esta metafísica no sólo es para los carpinteros, es para la humanidad entera, que debe ser educada. Entonces, el sacerdote compra el crucifijo de madera del novo cristiano. No lo destruye. Lo pone sobre el altar como una memoria viva de un error en la comprensión de la religión. En relación con Jerry Saltz, el discurso de Alfred Itchblock es también mesiánico y constituye una nueva parábola dentro de la tecnología NFT.[3]
4. La hermenéutica. (la vida en el blockchain)
Entonces, nos moveremos de una parábola a la otra en los próximos meses. La primera ya está concretada. Se elaboró sobre la noción de arte y culmina con la de Jerry Saltz: Apenas escuchamos “arte” los juicios morales y críticos quedan suspendidos. En el caso de los NFTs en Ethereum la crítica al lavado de dinero y los daños ecológicos se diluyen, porque el NFT es, según Saltz y su socio, Kenny Schachter, esencia del arte mismo. Palabras sobre los costos ambientales de su subasta, no han sido mencionadas.
Si miramos cuidadosamente, hay ciertas similitudes del mercado de arte con los NFTs y los procesos de gentrificación. Procesos en los que ciertas zonas urbanas y rurales que son poco atractivas vienen a ser valorizadas a través de la acción y el trabajo de los productores de cultura. Los NFTs eran hace un año poco atractivos, con escasa circulación. Pero la tecnología del blockchain demanda constantemente de ajustes en sus sistemas de integración de datos, y a su vez, demanda de interacción humana constante. Es decir, por un lado, necesita de un ejercicio constante de prueba y error para ajustar la tecnología a crear formas más eficientes de inclusión y apropiación de datos. Y a su vez, y he aquí lo más importante, ella demanda de una excesiva interacción humana para determinar y ajustar las nuevas formas de creación de valor, las que son expresadas en la criptomoneda. La blockchain tiene como imperativo medir y desarrollar infinitas mediaciones de grupos humanos con formatos digitales, ya sea al nivel de consumidor (viendo videos, por ejemplo), o de creador (minting un NFT), o de sujeto económico (comprando, vendiendo), etc, para determinar la estabilidad de la criptomoneda, así como la retribución y estabilidad del concepto de valor que se esta creando con la ella misma. Este nuevo concepto es lo que ahora se denomina el internet del value, o internet del valor, en el que toda interacción con lo digital produce una retribución monetaria.
Un uso simple seria así: Este artículo anclado a la blockchain como un NFT define la propiedad y autoría de nosotros y la cooperación de nuestro editor. Cada vez que este artículo sea reenviado o leído, un valor de 0,000001 de una criptomoneda sería depositado a la wallet digital de los autores, y la de nuestro editor obtendría el 30% de ese valor. (El porcentaje del royalty queda fijo e inmutable en un algoritmo para las transacciones del Blockchain con este NFT).El pago no saldría de la cuenta del lector o del usuario, como es común en los modelos de membresía, sino del emitente de cualquiera de las 5,000 criptomonedas que hoy en día existen, en cuyo blockchain está atado este articulo como un NFT. Pero no sólo los creadores y colaboradores reciben una retribución. Un fan de nuestros artículos, recibiría también un pago en criptomoneda, digamos 0,0000001 cada 10 reenvíos del texto. ¿por qué nos pagaría, a nosotros, al editor y al fan un emitente y no el consumidor? Porque al emitente le interesa incrementar no sólo la perfección técnica de su moneda, además, incrementar exponencialmente la circulación y el uso de su moneda para asegurar un sistema de valor paralelo con el mundo “real”. Así, si nosotros fuésemos autores muy famosos, con billones de clicks, y billones de fans, produciríamos una entrada de dinero estable (el editor también y el fan también), felices anunciaríamos que finalmente la precarización de la cultura es superada gracias a la tecnología. Más, junto nuestra renta, estamos aceleramos la circulación de la criptomoneda produciendo un incremento en su valorización. Por el otro lado, producimos una gran cantidad de datos de nuestros lectores, fans, los que seguramente entraran dentro de las consideraciones del eminente de la criptomoneda, y que serán difíciles de legislar, en la medida en que los nodos comienzan a moverse al cloud.
Bajo esta perspectiva el arte ofreció una primera etapa de ajuste al uso del NFT en relación con el Ether y el Ethereum, y a pesar de ser un mercado de arte abierto a cualquiera que desde su computador y su cartera, la real y la digital, pudiese participar, el modelo de distribución y interacción humana a gran escala para afianzar el sistema de valor que se encuentra detrás del blockchain, comenzará a premiar a sólo los artistas que más circulación de datos y de interacción ofrezcan. He allí porque muchos de los gatos y de los unicornios, memes, en el mercado de arte de los NFTs son desde la perspectiva estética malos -incluso, sin ser arte-, y sin embargo, se venden por millones de dólares representados en Ether. Juan Sanguino ha observado detalladamente que la inclusión de la música en el área de los NFTs responde a que la música, en comparación del arte visual digital, mueve un número mayor de masas, por lo que se incrementará el número de usuarios de la criptomoneda donde la música se esté enlazando al blockchain (por el momento es Ethereum), así como el número de músicos que querrán vender la propiedad y la autoría de su composición a través de los NFTs. A su vez, originando una nueva forma de inversión de personas adineradas, que comenzarán a coleccionar música de una nueva forma, no comprando los discos, sino comprando directamente los derechos de posesión y autoría en el blockchain.
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Los autores agradecen a bizlangsolutions.com por la revisión de estilo de la primera parte, y a Juan Sanguino por sus apreciaciones sobre el futuro del blockchain.
Alexander Herrera Sotomonte (Venezuela) es Filósofo por la Universidad Javeriana de Bogotá. Vive y trabaja en Colombia y se ha especializado en las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) y en la divulgación de tecnologías de información en los segmentos de la sociedad que no tienen acceso a los medios.
Jorge Sanguino (Colombia) es Filósofo por la Universidad Javeriana de Bogotá, e Historiador del Arte por la Humboldt de Berlín. Cofundador de wildpalms, en Düsseldorf, una plataforma con énfasis en investigación artística, prácticas sociales y medioambiente de artistas latinoamericanos en Alemania.
[1] https://www.vulture.com/2021/04/nfts-will-be-an-artistic-tool-as-powerful-as-any-other.html