Carta Abierta a la escena cultural de Cali

Mirando con distancia me sorprende cómo, en el contexto cultural de Cali, cualquier cosa puede pasar sin que se escuchen voces que cuestionen, confronten o reflexionen acerca de lo que se está proponiendo en términos de intercambios, programación, eventos en la ciudad. Hasta cuándo el simple hecho de hacer algo, de hacer cualquier cosa, se justifica en sí por acontecer. Y se escucha: por lo menos se está haciendo algo! Hay que valorar el hecho de proponer! En medio de la nada, algo esta pasando! etc. Son respuestas que parecen llenar el vacío que contiene una cantidad de estos acontecimientos «culturales» y la ausencia de una reflexión crítica que se formule a su alrededor.¿En donde están las voces nuevas?, ¿las propuestas alternativas?

¿¡Hasta Cuándo!?
Carta Abierta a la escena cultural de Cali

Mirando con distancia me sorprende cómo, en el contexto cultural de Cali, cualquier cosa puede pasar sin que se escuchen voces que cuestionen, confronten o reflexionen acerca de lo que se está proponiendo en términos de intercambios, programación, eventos en la ciudad. Hasta cuándo el simple hecho de hacer algo, de hacer cualquier cosa, se justifica en sí por acontecer. Y se escucha: por lo menos se está haciendo algo! Hay que valorar el hecho de proponer! En medio de la nada, algo esta pasando! etc. Son respuestas que parecen llenar el vacío que contiene una cantidad de estos acontecimientos «culturales» y la ausencia de una reflexión crítica que se formule a su alrededor.

¿En donde están las voces nuevas?, ¿las propuestas alternativas?; que no se limiten simplemente a adjuntarse al círculo existente completando un panorama limitado y aislado, sino que realmente impulsen nuevas dinámicas de ver, sentir, pensar y existir en relación a: una cuidad, una cultura, una sociedad. ¿Existe una forma de impulsar este tipo de iniciativas o ya están condenadas al fracaso por las características históricas o urbanas del lugar, por la mentalidad de sus habitantes, su aislamiento cultural o las heridas del pasado?, ¿Existen formas de superar el letargo y la condescendencia que parece afectar cada acto de resistencia o de re-existencia cultural?

¿Puede existir una contra-propuesta que se piense más allá de un simple acto de oposición? Que proponga una alternativa que puede existir en sí, sin estancarse en ninguna institucionalidad. Por lo tanto, que se piense no como un círculo que venga a adjuntarse a la cadena ya existente, a los círculos establecidos, sino como una esfera que lleve consigo un mundo de nuevas posibilidades. Que por un lado se alimente de todas las características locales y que por otra parte proponga nuevos horizontes hacia a dónde orientar la mirada; soñar e imaginar un presente común. Propuestas que tendrían como propósito principal generar autonomía y participación y por lo tanto ámbitos sostenibles de creación. Sin excluir. Sin pretender. Sin actuar en la superficie o responder a tendencias identificadas en el exterior, tendencias que cuando se plantean adentro se sienten forzadas, desconectadas y pretenciosas. La mirada hacia afuera es necesaria, el aislamiento es nefasto. Sin embargo los retos son grandes para encontrar formas de unir realidades que respondan a tiempos distintos, a condiciones propias.

¿Cuál son los actores sociales, que actúan de forma incluyente para una comunidad la más amplia posible, que están dispuestos a dedicarse con generosidad y sinceridad a cambiar un panorama cultural afligido de muchos males además del espectro de un pasado abrumador?
¿Cuáles son las personas, los grupos o las instituciones actuales que realmente están dispuestas a iniciar un proceso de sanación? Es decir, reconocer y trabajar a partir de sus responsabilidad en la conyuntura actual de la situación. No se puede de un día para el otro pasar de colonizador a descolonizador, de productor de productos a productor de sentido, de excluyente a incluyente, de discriminar a tolerar. De borrar la existencia de dinámicas de poder presentes en cada aspecto de la sociedad, sin que estos procesos no pasen por el filtro crítico externo. La aprobación o el rechazo de sus pares, ciudadanos activos en la construcción de un ámbito cultural local productivo e inspirador. De allí la necesidad, como individuos parte de una colectividad, de tomar algunos pasos atrás para no dejarse afectar por una relación emotiva con el contexto y sus agentes.

¿Quien está listo para educar/formar/incentivar seres que pueden reflexionar de forma autónoma y así mirar desde una distancia crítica? Con el riesgo de crear voces disidentes que podrían tornarse y derrumbar lo familiar, lo confortable y lo establecido, tan valorado por una minoría.

Quedo abierto a sus comentarios y observaciones.

Saludos,
Matthias Dolder

7 comentarios

Saludos Matthias Dolder,
Es increíble estar pensando en esto, una vez más un agente externo de nuestra localidad opinando sobre el asunto de localidad, paradójico para toda nuestra historia. El vivir la ciudad y habitarla de limita muchos puntos de vista, muchas veces ese externo forajido se percata más allá de las narices de sus habitantes así que no es de extrañarse este punto. ¿Hasta cuando? no sé, pero creo que no todo esta dicho, todavía hay mucho por decir. Cali esta de rumba y la cultura se ha convertido en ese test cultural a los cuales poco están interesados en acceder, una escena que cada vez circunda alrededor de la misma con peligro de se vuelva una melcocha, esas que amasan todo el día y pocos compraron con miedo a perder la muela en el intento y es que el problema siempre ha sido exigir mucho en un país donde los analfabetas son más, hasta podría decir somos más.
La urgencia de pertenecer y el instinto de explorar ha sido ahora y será siempre, aun considero que puede existir algo más allá de las esferas que circunda actualmente, una nueva mirada pero para esto también habría que adoptar otra mirada, mirar bien, mirar de nuevo y mirar una vez más. La minoría siempre ha tenido un riesgo y es que la historia siempre ha estado escrita por ganadores, así que esa otra historia, la historia de la minoría esta redactada por un conglomerado que más allá de repensarse hay que estructurar, desde adentro hacia afuera, claro nada fácil rastrear las minorías en Cali (y proponer), aunque considero necesario parar un momento y pensar, cómo pensar realmente lo que sucede actualmente en la esfera Local, considero que se dará y que difiero en cuanto no hay voces, hay susurros que podría ser un buen inicio para la historia de una ciudad que como muchas de latinoamérica todo ha sido a las patadas.

Si bien coincido con muchas de las apreciaciones y cuestionamientos, me atrevo a pensar que no conoces a Cali….

Saludos

Golpe de calor (inestabilidades sobre la localidad)

Las observaciones hechas aquí son sobre el problema del sistema del arte de la ciudad de Cali, revisión número 1 a las preguntas sobre el presente que ha hecho Mathias Dolder, se mueven en diversas direcciones, se encuentran a sí mismas en su accionar y nos obligan a evaluar las circunstancias posibles para abordar más que responder.

En la ciudad de Cali no ha existido una crítica literaria sobre arte, desde los ligeros y elitistas comentarios que producía el señor curador (por insistencia y un ojo educado) Miguel González, cualquier forma de problematización del campo del arte en 30 años fue ligera, mundana y tibia, a esto, como uno de los principios fundacionales del eje del mal podríamos dedicarnos en esta primera sesión.

Así, el campo del arte en Cali se ha edificado a golpes de calor, oleadas, que responden o reaccionan a inflexiones históricas del vivir en la ciudad, la reflexión crítica pues, no ha estado en la escritura sobre la producción local, tampoco en los medios impresos o digitales, ha estado en la misma producción de los artistas de esta región, sugiero tomar como primer acto de documentación sobre el tema el reciente libro de moderna contemporánea, a manera de diccionario caprichoso de las artes en Cali, se observará detrás de la diagramación varios miembros de estas oleadas que han reaccionado en las inestabilidades de la del campo del arte local, palabra a la cual regresaré.

Actualmente la crítica literaria reflexiva no existe en la ciudad, el dialogo? susurro? recuerda el pasado cisma del salón regional, la vulgarización esquinera del dialogo termino no siendo nada, la reflexión sobre el acontecimiento? apasionadas defensas y ataques, se sobre entiende que la constante fiesta adolescente que adormece y disimula las debilidades y precariedades del campo del arte con la sonrisa loca y el salto alegre.

Lugar a Dudas aporta su visión a manera de institucionalización sobre un sector del campo del arte de la ciudad, la acción crítica y reflexiva de este lugar tiene una difusa capa de smog y vaho propio de las tardes de bochorno desde la partida de Miguel López, momento interesante aquel. Actualmente el errático modelo neo liberal sobre la vida y la subjetividad que ostenta, son origen de las posibles dudas sobre un lugar de capa caída, a pesar de sus remodelaciones físicas, es hora de retomar…, comienzan con la desarticulación de todo discurso político posible en las instalaciones, una heterogeneidad de prácticas artísticas que disimula y desarticula las reflexiones que en principio habían dado origen a una de los espacios en cuyas instancias, se quiso ordenar la casa, la ciudad, sin embargo, de las vacilaciones del Lugar a la Escuela Incierta, se nota lo ausente de un compromiso, de cuestionar el sistema de valores bajo el cual se oculta a mano alzada (lea la convocatoria publicada en la página web, por $ 5´000,000 usted tendrá una educación reflexiva anti capitalista).

La escena local en Cali, como muchas otras en el mundo, está fuertemente estructurada alrededor de un conjunto de valores ligados a la producción de objetos y a la materialidad, nociones ambas contaminadas de modos diversos por el estado actual del arte y permeadas por el mercado y por una pretensión de ser cool que reduce las posibilidades de generar una producción crítica. Los artistas en Cali parecen negarse a aceptar la evidente falta de oportunidades en el reducido mercado local y el aún escaso apoyo institucional para la producción de proyectos artísticos.Esta suerte de rechazo es, en buena medida, una consecuencia traída de la academia, aún obsesionada con la idea de que el artista es un productor de objetos. Con esto en mente, lugar a dudas lanza esta primera versión de (escuela incierta), desarrollando un programa en el que el trabajo colectivo, la experimentación, la pregunta crítica y la discusión son materiales para entender y redefinir nociones básicas sobre el papel del arte y de la producción cultural en general, ofreciendo a sus agentes oportunidades para enriquecer sus prácticas.(1)

http://lugaradudas.org/#/ciclos-de-lavado—henry-palacio-y-roman-navas/articulo

Ciclos de lavado, vitrina inaugurada el 22 de abril de 2016.

Supondremos que en ésta escena local, la palabra sigue siendo valiosa en su conjunto, en los años pasados curadores del mainstream bogotano han llegado a Cali, si, para aportar a la escena local, alimentándola con un estilo internacional chévere y desenfadado, donde desdibujar procesos históricos sucedidos en la ciudad ha sido resultado de una tarea sin pregunta, con el fin de internacionalizar los espacios y permitir un flujo de público que aporte a la dimensión social del lugar, ejemplo de ello la exposición “Cali 71” en el museo la Tertulia, nos queda la cheveridad de recordar con nostalgia los acontecimientos de 1971 en Cali, despojados y banalizados con lujo por los detalles curatoriales, de la opción critica de re pensar una memoria colectiva en relación a la virulenta reacción ciudadana que originó diferentes fenómenos sociales y culturales en un período complejo de la vida civil, la escena local entonces, es dominada por comportamientos estilísticos obedientes a una concepción que desanima la reflexión y compromiso sobre lo local, existe eso? agentes culturales de la ciudad realizan constantes reflexiones sobre el territorio, la violencia, la sociedad, la historia del lugar, lo colectivo, entre otras aspectos, que implican un compromiso ético sobre la realidad, sobre lo local incluso, podrían alimentar y construir un diálogo en esta escena del arte?

Diría que lo primero que estamos considerando aquí no son los productos sino los valores mismos que les acompaña, el “compromiso ético” por lo local, por el arte?

Obviamente, si, sin embargo una de las instituciones de mayor valor y circulación de la ciudad niega y juega a la gallina ciega con las posibilidades de la reflexión, la vitrina, un emblema de exhibición, tendríamos que pensar seriamente en el nombre, apuesta a visiones ligeras sobre el arte, el público de la vitrina son jóvenes artistas, que dialogan entre sí y definen la problemática con la cerveza en la mano, tanto va el cántaro al río hasta por fin romperse, ha creado a fuerza de institucionalización de ciertas formas de producción, el lugar de la reflexión luce limpio y seco, “la lavandería ofrece un servicio básico: lavado de ropa para artistas. En Bogotá, el énfasis está en la atención de una población artística joven y precarizada por el sub empleo, la sobre oferta y la ilusión de coronar. Aquí, en Cali, estos lavadores ofrecerán lavado a un grupo más extenso de artistas que, a otro ritmo, a otra escala y con otras ambiciones, sobreviven y viven de un modo distinto” (3), se podría entonces suponer que el enriquecimiento de las prácticas artísticas redunda en la reflexión ¿Es lavar una forma de arte? ¿Lavar qué? ¿La culpa? ¿La mugre? ¿El capital? ¿La percepción pública que de nosotros se tiene? (4).

Y la precarización?, por $ 5´000,000 será precario pero estará en el radar de los invitados internacionales y locales (en la aplicación de la escuela Incierta menciona locales… si, locales), al parecer existe un revulsivo cocinándose en la dirección de éste espacio, no seguirá aprovechándose de la apuesta juvenil y adolescente para llenar su programación, no se harán más libritos de bolsillo, con ello seguro se des precariza el campo del arte, aparece la apuesta sobre lo local, o del local?, ponga $5´000,000 y luego hablamos.

En la ciudad de Cali no existe una crítica literaria que aborde el problema llamado Arte local, en tanto ello, las prácticas artísticas en esta ciudad son olas de calor, con un gran contenido reflexivo, modulaciones positivas, nodos emergentes, colectivos como Helena Producciones, casa tomada, circular contemporánea, por mencionar algunos, además de un sin número de agentes que nutren la escena, artistas en su práctica diaria, Leonardo Herrera, Yolanda Chois, Angelica Castro, Fabio Palacio por mencionar, de nuevo algunos, en serio, pregunte por el diccionario de moderna contemporánea. Sin embargo, la gravedad física a golpe de calor que llaman, la trae a la realidad, la urgencia por pertenecer y la precaria situación de la cultura no salsera de la ciudad, la insolación poco reflexiva producto de instituciones que alientan la reflexión resolviendo preguntas profundas alrededor de lavar como forma de arte, creo que la ciudad se halla en una de estos fenómenos actualmente, el golpe de calor por insolación, en sentido opuesto.

Cuál es el papel que han cumplido las carreras de arte de la ciudad al respecto? El hecho de hacer algo, de hacer cualquier cosa, se justifica en sí por acontecer? Como conformar un compromiso sobre la producción constante de reflexión? en la conformación de un campo del arte local?

(1) https://www.escuelaincierta.org/intro/
(2) https://www.escuelaincierta.org/intro/
(3) http://lugaradudas.org/#/ciclos-de-lavado—henry-palacio-y-roman-navas/articulo
(4) http://lugaradudas.org/#/ciclos-de-lavado—henry-palacio-y-roman-navas/articulo

Marlon Piedrahita

Estimado Marlon Piedrahita,

Sin ánimo de controvertir su opinión sobre el funcionamiento y las políticas de lugar a dudas, y sin siquiera el interés de convencerlo de que el espacio es algo distinto a lo que usted dice que es, quisiera decirle solo una cosa: si bien la matrícula de nuestro proyecto pedagógico escuela incierta (los interesados pueden ver la descripción en extenso y los mecanismos para aplicar en el sitio web http://www.escuelaincierta.org) tiene un costo similar al de muchos otros programas intensivos a nivel internacional, y ese costo, para los interesados colombianos es de $5’000.000, es cierto también que, si lee la presentación completa y los modos para aplicar, podrá darse cuenta que ofrecemos becas parciales y totales para todos los aplicantes a partir del mérito mismo de la aplicación. Verá también que hemos hecho un convenio con la Secretaría de Cultura de Cali, quienes ofrecen becas totales al programa dentro de su programa de estímulos. Si mira un poquito más, se dará cuenta también de que hemos ofrecido tutorías para todos aquellos interesados en participar de estos estímulos y que hemos provisto formatos varios para facilitar el proceso de aplicación.

Escuela Incierta es posible gracias a los aportes del Ministerio de Cultura recibidos a través del Programa Nacional de Concertación, de la Fundación Jumex y de recursos propios. Usted no lo sabe, por supuesto, pero hemos generado convenios con universidades, secretarías de cultura en otras ciudades del país y hemos buscado cooperación y alianzas con muchos actores. El programa, pensado para admitir interesados a nivel local, nacional e internacional, cuenta con una planta docente de más de 20 tutores, colombianos e internacionales, cuyos perfiles puede encontrar en internet. Desplegar semejante programa y hacer posible que ocurra, implica costos cercanos a los $200’000.000, razón por la que intentamos obtener algunos recursos de las matrículas de aquellos que puedan pagarla de forma total o parcial, ayudando a que otros estudiantes puedan ser becados.

Puede que todo esto tampoco lo convenza y quizás esté perdiendo mi tiempo tratando de explicarle de qué se trata todo esto, pero hago el intento.

Gracias por su atención, y lamento que tenga esa sensación de que en Cali no pasa nada y de que todo es una conspiración o un equívoco.

Cordial saludo,

Víctor Albarracín Llanos
lugar a dudas

Hola Matthias! ¿Cómo estás? Estuve leyendo la «Carta abierta a la escena cultural de Cali» y quería contarte que si existe en Cali un espacio que se está pensando precisamente eso, bajo las mismas reflexiones que planteas, se llama CasaFractal, nace en 2014 como una respuesta a las crisis de los sistemas hegemónicos: financiero, académico, político y de comunicación.

Desde aquí agitamos 6 ecosistemas: Artes Escénicas, Artes Visuales, Música, Cine-Audiovisual, Comunicación & periodismo y Movimientos Sociales, conectados a partir de una tecnología social que nos permite viabilizar la existencia de una economía colaborativa real, sistematizada y que posibilita el desarrollo de muchos proyectos culturales y artísticos de la Ciudad, del país y de Latinoamerica.

¡Nos interesa un real cambio cultural! dejar de asumir la inercia como una posibilidad y tomar acción sobre lo que ya no funciona.

Solo si nos empoderamos nosotros, desde la sociedad civil, será posible la transformación del pensamiento neoliberal, de la economía fundamentada en los tangibles y el dinero, de la academia que sigue enfocada en las teorías y poco en las prácticas, de la investigación académica y los cánones tradicionales de cómo se comparte el conocimiento….

Ahora.. no estamos solo nosotros, Matthias, somos muchos más! Puede que no aún en Cali, pero si en todo el continente latinoamericano. Colombia, Perú, Bolivia, Argentina, Venezuela, Uruguay, Chile, Brasil, México, Honduras…. son algunos de los países con los que trabajamos en red, todos los días, promoviendo el cambio, construyendo nuestras propias tecnologías para ello, viviendo en Economía Colaborativa, compartiendo todo el conocimiento a a través de nuestra propia Universidad: la Universidad de las Culturas, haciendo vida en la participación política activa, a través de nuestra propia forma de organización y gobernanza y coonstruyendo nuestras propias narrativas! Nuevos medios, descentralizados y despolarizados!

Así que… si te interesa este tema y quieres llegar más a fondo de cómo se existe una escena cultural en Cali fuera del ‘mainstream’, de los circuitos del arte convencionales, de la ‘industria cultural’, ven a CasaFractal y hablamos.

¡Nos encantaría debatir! y seguir poniendo el tema sobre la mesa, hace parte de nuestra función como agitadores del nuevo mundo posible. Creemos que la pregunta «¿hasta cuando?» Implica también salirnos de los entornos meramente virtuales o académicos y apropiarnos de los territorios para vivir las posturas, experimentarlas, reseñarlas, compartirlas!

¡Saludos y un abrazo!

Hola Matthias

Respecto a tu crítica, la cual comprendo por tu posición de ser un agente exterior a la ciudad (como se mencionó en la primera respuesta), pero no comparto en gran parte.
Te invito a pensar unas preguntas:

1.¿cuales son las cosas pasan en el contexto local que no se cuestionan? r/el boom del arte de archivo, la historia, el recurso de las fotos cómo fin y no cómo medio?

2.¿las voces nuevas son tus alumnos? r/ o los nuevos que nos movemos hace bastante, pero que no conoces?

3.¿las propuestas alternativas que quieres ver, son las de grupos que se retiran a los meses porque gestionar no era como creían? r/ como tantos que hacen 3 exposiciones y se quedan sin plata, ganas y artistas para mostrar?

4.¿gestionar siendo alternativo no es aguantar los golpes de la ciudad, o debo buscar que alguien me apoye (económicamente,tristemente)? r/ no será esto un problema de los artistas de la ciudad que andan esperando a que los estimulen con dinero para poder hacer sus cosas?

5.¿cual es el núcleo al que aparentemente se adjuntan todos?
r/ el gran museo de la ciudad?

6.¿acaso hay que impulsar las iniciativas, o de lo contrario no son reales? r/ es necesario que se les ayude como bebés a caminar?

7.¿hay que hacer una oposición a lo dominante en la ciudad? ¿no es mejor hacer de cuenta que no existe? r/ no será que es mejor dejar de pensar en eso que manda en la ciudad y hacer como se dice coloquialmente, un toldo aparte?

8.¿acaso necesito que los espectadores de lo llamado dominante vengan a verme? r/ no es mejor crear un espectador diferente que se interese por lo alternativo? porque de lo contrario a mi no me interesaría que me vengan a ver tristes snobs, y de ser así no habría problema con lo que pase en cali, ¿no?.

Las mencionadas, son preguntas que me surgen respecto a tu crítica, porque considero que ese no debe ser el problema en el cual deben de pensar todos los nuevos y futuros agentes de la movida artísitca en Cali. Hay que invitar a crear más y no pensar en lo malo que hacen los otros.

Si no me gusta Lugar a Dudas, pues lo evito, si no me gusta Sin espacio ni BIS, pues los evito, si no me gusta lo que se exhibe en la Tertulia, pues lo evito. Y todos los etcéteras que se me quedan por nombrar.

Atentamente: (Un tristemente mal visto por la escena de artistas dormilones)
Artista en la calle (no artista callejero). Dj wifi