Mucha critica poca paleta

Indudablemente que es muy importante que haya crítica, pero de que nos sirve tanta crítica y criticones, si los tres «coleccionistas» locales prefieren irse a los EU o Europa a comprar sus obras?
Pareciese que todavía nadie ha logrado convencer a estos parroquianos nacionales, de que la producción local es importante y de excelente calidad a nivel latinoamericano. Tampoco nadie los ha podido convencer, de que en el salón de la casa no necesariamente tienen que colgar algo «bonito» o que haga juego con el sofá… o en el peor de los casos, colgar un Botero… Esa desinformación o apatía de las pocas personas que se deciden a coleccionar, ayudan a que la producción artistica en el país trabaje con las uñas.
Un punto muy claro en el desarrollo de un coleccionista es la información. Esta información ayuda a que este evolucione de la tendencia egocentrista y utilitarista de comprar una obra para «colgarla» en su casa, a la de llegar al fondo de la obra, através del analisis de la misma independientemente de su uso. Esa forma de pensamiento utilitarista o ignorancia cultivada,
todavía hace parte de la mentalidad nacional. Mucha gente economicamente pudiente, prefiere comprar una reproducción impresa de un cuadro importante o un paisajito alpino, a alguna obra de un artista nacional, que le saldría hasta más barata. Es esa ignorancia del arte y quehacer artistico, lo que lleva a estos coleccionistas a invertir erróneamente.
Muchos de esos «coleccionistas» todavía sueñan con comprar una obra de un artista internacional o uno de esos que ven o leen en las revistas extranjeras especializadas. Al actuar así, esa persona injustamente deja por fuera a generaciones de artistas nacionales que presentan una solidez y continuidad sorprendente en su obra.
Un punto importante que la crítica debe asumir hoy en día en el país, creo que es la pedagogía.
Informar a esos coleccionistas através de caminos inteligentes y bien pensados, es invertir en el futuro artistico de las nuevas generaciones. Actualizar y renovar los conocimientos de aquellos que poseen un poder económico, me parece algo igual de importante que una discusión academica sobre el desarrollo del arte en el país.
La discusión sobre la crítica teorica en sí o intitucional es muy válido y necesario, pero me parece algo escencial que no se olvide esa otra gran función de la crítica: extructurar y hacer transparente el desarrollo de arte actual y servir de interprete para aquellos que quieran escuchar o que se encuentran mal informados.
Demasiados cocineros en la cocina no van a poder cocinar.
Pedro García