máximo florez/anverso reverso

Como de costumbre la Galería Casas Riegner tuvo una gran afluencia de gente en una de sus noches inaugurales. Artistas, curadores, jóvenes, políticos y muchos burgueses parecen tener marcados estos eventos como una cita obligada de entre su apretada agenda. Al menos para mí y mi marido sí lo son. Y no veo nada de malo en ello. Salvo las caras en alto, la hipocresía de cóctel y ciertas miradas por encima del hombro. Es como si mis compañeras “féminas” y sus ilustres esposos no recordaran que fuimos campeonas de barras mientras los apoyábamos a ellos en cuanto aburrido partido de fútbol. Pero así es el mundo del arte. Yo misma lo aplico para encajar a la perfección. Saludo con una leve mueca de desprecio que se refleja automáticamente en mi ceja izquierda y me retiro con gracia para no entrar en charlas aburridas.

Esta vez la cita era con la más reciente muestra individual de Máximo Flórez, el joven bumangués que nos ha venido deleitando con delicados “telares” geométricos que hila con una minuciosidad absurda dentro de cajas y marcos, creando así composiciones tridimensionales bellísimas. Hay en su obra una calma vital y un orden tan relajante que te puedes quedar horas mirando como en un letargo casi poético.

Anverso. Reverso. Como el tiro y el retiro. Como la portada y su contra. Como el dentro y el fuera. Reflexión más que adecuada cuando se habla de tejidos o costuras. Es como cuando volteamos un parche o algo cosido y nos damos cuenta que tiene toda una armazón posterior que permite ver algún motivo en positivo. Sí. Positivo y negativo. Ese hubiera podido ser el título de la exposición. Aunque era en extremo obvio. Prefiero el anverso y el reverso. Gran logro de Florez que logra una contundente exposición con no más de 12 o 13 obras, todas impecables, y un espectacular video que hizo las delicias de los asistentes.

Ver más allá de lo que tenemos frente. Saber que para ver algo hermoso se necesita un detrás de cámaras o un proceso menos bello. Una pre-producción, unas bases, unos cimientos que son más importantes que el resultado final. Esa es una de las consignas que se podrían proclamar luego de analizar esta muestra. Ese y muchos más son los alcances de este mal llamado op-art, construído con hilos, manchas de pintura y ocasionalmente algún haz de luz. Sencilla reflexión. Compleja obra.

De entrada mi hija, que no tuve con quien dejarla en casa, corrió a acariciar el cojeno. Duró horas entendiendo que era de mentiras. Entonces se puso de pie. Gruñó con un puchero inexplicable y me dijo: “Está muerto… No se come los dulces.”. Así acabo la noche para ella que indignada, no solo por lo del roedor sino por que su altura no le alcanzó para ver las diferentes cajas, cruzó los brazos y se aposentó enfurecida en uno de los bellos escalones que conducían a la no tan gratificante investigación de Wilger Sotelo. Luego hablaré de eso y del leve tintineo sonoro que ando dejando tras de mí, con mis puntiagudos tacones y mis críticas constructivas.

Lolita Franco
http://lolita-franco.blogspot.com/2008/02/mximo-florez-anverso-reverso.html

5 comentarios

“no tan gratificante investigación de wilger sotelo”.

Hola lolita, soy Wilger.
Quiero que me cuentes por este medio.
Porque no es tan gratifícate la investigación de la obra que se presento en casas riegner
No me afecta que me digas si te gusto o no, pero Par ti que es una buena investigación?
Porque, aun se esta minado. Desde el salón regional, declarado desierto por Nadín Ospina la no investigación, en el caribe y todo esto, de parte de los que están cerca de las estrellas? Ahora Que te hace pensar tal cosa. Aun sin conocer la reestructuración de los procesos. Estas enterada del trabajo del ministerio de cultura, el Banco de la Republicar y otras instituciones publicas y privadas por reforzar con herramientas conceptúales, para la construcción de la Obra. Para que si siga afirmado y marginado el caribe.

Desde que escribiste “NO TAN GRATIFICANTE INVESTIGACIÓN DE WILGER SOTELO”. He esperado el desenlace.

Gracias.

Wilger. Lo primero es decirte que no suelo responder a estos comentarios. Y mucho menos en Esfera Pública. Sería dejar de lado mi independencia como crítica de arte.
Sin embargo por tus palabras y el interés que tienes en conocer mi punto de vista, te hago esta concesión. Y la hago porque quiero, porque me interesa tu trabajo y porque, me parece, ha habido un malentendido.

Cuando digo «no tan gratificante investigación» no me refiero a que conceptualmente, o mejor, «investigativamente» esté mal encaminada tu propuesta. Al contrario, es una reflexión supremamente válida, y más teniendo en cuenta el contexto en el que lamentablemente creciste: violencia, pandillas, traiciones, revanchas. Y aquí creo, toma sentido mi frase. Porque creo que para nadie es gratificante o digno de placer o orgullo él saber que jóvenes cartageneros como nuestros hijos o amigos en vez de estar estudiando, divirtiéndose o simplemente creciendo, se estén clavando puñales mutuamente y por la espalda. Porque para nadie es placentero saber que nuestros jóvenes se especialicen en robar apartamentos, atracar transeúntes o violar menores. Etcétera, etcétera, étcetera. Esa era la ironía de mi comentario y la puerta a otras reflexiones que como bien tu lo dices anuncié y aún no he sacado a la luz por simple y llana falta de tiempo. Nos pasa a todos los mortales.

Y bien, estas otras reflexiones tienen más que ver con dos cosas:
– Considero que en nuestro país hay una visible sobredosis de violencia y demás vicisitudes que de ella se desprenden. Esto tanto nn los medios, como en las calles o en la gente. Y como consecuencia de ello se ha convertido en una suerte de fórmula en la producción artística local que lamentablemente carece de poesía y hace que las piezas artísticas pierdan su carácter más sublime. Y además creo que es una manera de legitimar el trabajo ante los ojos de expertos que a ciencia cierta no tienen ni la menor idea de dónde están parados.
– Creo que a pesar de los múltiples y continuos cambios que ha sufrido el arte contemporáneo en los últimos años, la premisa sigue y debería seguir siendo la misma: seducir visualmente al espectador. De lo contrario los artistas escribierían tratados y filmarían intervenciones políticas en vez de untarse las manos de pintura o yeso.

Conclusión:
1 – La investigacón no es mala. Es fuerte y por tanto poco gratificante (como persona y como solombiana).
2 – Las piezas en yeso no me conmueven en lo más mínimo. Tampoco los textos que aún si son tomados de la realidad, los siento falsos. Los diplomas aunque son mordaces en su humor tampoco me punzan.
Los soldados de plomo en cambio aún los llevo en mi memoria y se aparecen de vez en cuando en mis sueños para recordarme la injusta fractura social que se vive en nuestro país.
3 – Un concepto político y scoial no necesariamente legítima tu obra ni tu nombre como artista. Impacta a primera vista pero luego se desvanece cuanto te sientas ajeno a él. Pero por ahora te ha llevado lejos …

Un abrazo y espero esto haya servido de algo.

Lolita Franco

No entiendo por qué Lolita Franco perdería independencia al responder a los comentarios. Una cosa es independencia y otra indiferencia. La crítica en Internet -de quienes rechazan ser catalogados como «críticos» y de los que se autodenominan como tales- tiene de interesante su interactividad, y la posibilidad de que el «juicio crítico» sea cuestionado y, si es el caso, rebatido.

lolita querida: se te fue la mano… pilas con lo que escribes. No opines tan a la ligera.
SOTELO es un artista MUY interesante de cartagena. ADELANTE WILGER SOTELO! No le pares bolas a lo que dice lolita franco, ¿quién es? una gomela entaconada esnob, que seguramente vive del salario millonario de su marido.

Gracias por la aclaración. De igual forma quiero anotar unos puntos:

Las obras de wilger, no están hechas y pensadas para un público intelectual, donde asisten eruditos a descubrir la obra. El común de la gente en Cartagena no esta educada a leer obra de Arte Contemporáneo, peor aun, para los que están en la periferia que esta cada ves mas lejos del contacto con el arte.
Una ciudad donde su población tiene problemas de educación, una universidad Escuela de Bellas Artes en Cartagena de Indias. Casi en su totalidad los docentes, enseñanza técnica tradicional, acepto solo dos maestros. los espacios de exposición, galerías son “tumba cucharas”, donde venden cuadros decorativos como pan caliente, de pintores petrificados con alguna formula que encontraron para ganar dinero. El museo de Arte Moderno, que no tiene nada de museo, no hay preservación de obras con tanto salitre y hogos que se dejan ver en la mayoría de las obras. Exposiciones en la que se dejan ver, el Predomino de las decisiones de la directora del museo, que el criterio del su buen curador. Los asistente a espacios de exposiciones de arte, están habituados a muy poco de arte comprometido con lo contemporáneo. Dejando en un segundo plano las nuevas propuestas.
Si la obra, se mostro en Bogota DC. Donde el arte es otra esfera. Es por que no se niega a otra posibilidades, donde no solo se muestre en las zonas marginales de Cartagena donde ella es.
Y en cuanto a los soldaditos, es la obra más mala. Esos soldados son meramente un ejercicio personal camuflado en el resto delas obras, donde el interés era calibrar, lo comercio de una obra. LOS VIVOS DE OLAYA. Es una cosa que se piensa muy bien antes de colgarlo en una sala, Igual que INVENTARIOS I, porque simplemente confronta y cuestiona, la persona que puede y tiene el dinero y compra tal miseria.
Entonces los soldaditos era lo apetecido.

Bueno gracias.

Wilger.