El artista contemporáneo es consciente del vacío que el simulacionismo de reciente data ha venido generando en las prácticas artísticas y en el cual ha venido naufragando lo más relevante del pensamiento de arte moderno. Aún así, son muchos los que logran esquivar estos condicionamientos de la época y legitiman su pensamiento en experiencias individuales o sociales iluminadas con reflexiones personales sobre una u otra problemática. El artista, entonces, debe resolver otro asunto. Y no de menor monta: la luz adecuada a la región en que se enmarca la problemática que inquieta su pensar y quiere hacer real en términos plásticos para confrontarla con lo que se manifiesta con ostentación como real. Si el resentimiento todavía no ha estragado a la imaginación del artista para impedirle realizar la posibilidad de contraponer a lo real su propia interpretación del mundo, el artista logrará abrir horizontes de sentido de interés para el ciudadano o ciudadana de su interés.
Ahora bien, si la imaginación del artista ha sido sometida por el rencor hacia el pasado, si su fracaso lo lleva a vengarse del pasado porque considera que allí está lo mejor de lo que él quiere ser y hacer, la vendetta resultante será un conjunto de términos, imágenes u objetos que no logran significar ni comunicar porque el propósito del sarcasmo y la simulación del artista atormentado con el pasado es desaparecer a sus interlocutores más relevantes, entre otras razones, porque ha quedado sin herramientas para pensar la nada que siente debe decir, porque sólo simula una realidad que él mismo se ha encargado de desparecer y mistificar. Este artista, entonces, habrá prestado un gran servicio al régimen del mercado para el cual no hay más que mercancías explícitas, objetos crudos en sentido, sin verdades que revelar, transparentes en sí mismos (Baudrillard, 2006). Esta ponografía visual u objetual tiene el mérito de hacer el mundo más feliz porque hace desaparecer las problemáticas que acucian nuestra existencia en la contemporaneidad, las desaparece porque ya no es posible confrontar la realidad mediante ningún instrumento. Todo ha quedado reducido a imagen-objeto. Por supuesto, la crítica artística no tiene lugar en esta realidad simulada, sin verdad no hay lugar para la crítica. El artista reducido a gestor, hábilmente travestido de curador por el régimen economicista que lo mima, asume la apertura de los espacios del arte para el Divertimento Pop (Pulp) que interesa tanto al mercado de bienes.
Mario Opazo muestra en la Galería Santa Fe cómo su pensamiento aprovechó el estimulo a la creación ofrecido por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte para la quinta versión del premio Luis Caballero de Bogotá. Mira la contemporaneidad desde la sombra que le proporciona la tradición: la alegoría de la Expulsión del Paraíso. Como Milton, y muchos después de él, parece preguntarse por el silencio de Dios ante la catástrofe en que estamos sumidos. Sus ideas evidencian también la desolación de una humanidad precaria que no alcanza a comprender el silencio de Dios, o que quizá cuestiona su falta de solidaridad para con nuestra especie. La sombra que proporciona esta alegoría es legítima, a pesar del fruncido de cejas del liberal a ultranza, sin historia, que no quiere un nuevo Prometeo. Legítima porque el lenguaje que habita nuestros pueblos está conformado por símbolos y alegorías religiosas que aún no han perdido su vigencia, por lo menos no en Colombia.
A pesar de las condiciones inhóspitas de la Galería Santa Fe, Opazo comenzó por pensar el lugar que se propuso habitar. Sabe que no se puede habitar sin pensar. Asimismo, tiene claro que toda creación contemporánea comienza por habitar aquello que nos ha sido donado. Habitar es entonces proporcionar una representación del mundo. Mediante una intervención sencilla y sutil intentó transformar un espacio geométrico no apto para habitar. (Las soluciones sencillas bien pensadas son las más efectivas). Clausuró la entrada principal de la Galería e intervino el otro acceso, el que comunica con la Sala Alterna. Redujo considerablemente esta entrada para forzar en el visitante de su emplazamiento un movimiento que lo condiciona a asumir una actitud de no indiferencia, a inclinarse, a escuchar, a reducir el ego de la mirada vacía del transeúnte contemporáneo. La entrada es propicia para el ingreso de niños y niñas, comenta el artista, tal vez queriendo significar que debemos desprendernos con generosidad del rencor que gobierna a la mayoría de los adultos, quizá a nuestro pesar. Aunque tiene en mente la arquitectura árabe, nos indica que hemos ingresado a un lugar de inclusión-reclusión, que puede ser tanto una tienda de campaña o una iglesia ortodoxa medieval, como una tumba o una cárcel. Este movimiento sencillo, impuesto por su modificación del espacio, nos advierte que quizá vamos a ser testigos de un acontecimiento en una época en que los acontecimientos no tienen mayor probabilidad de ser, en la que los acontecimientos son producidos, controlados y autorizados finalmente por los medios masivos de comunicación.
El visitante se encuentra, en primer lugar, con un texto más que curatorial, pues, a mi entender hace parte fundamental de su trabajo. Una meditación poética sobre la naturaleza de la memoria estructura el pensamiento de Opazo en su lucha por habitar. Este no es el texto curatorial pedante, travestido de filósofo, que en lo posible esquivamos en la mayoría de las exposiciones. Al contrario, leída la primera línea nos quedamos en él. “Si la memoria fuera una cosa (…)”: con estas palabras se detona el sentido de su meditación. Explora con ellas diversas imágenes para orientar su pensamiento e intenta dar nombre a esa cosa que sospecha es la memoria. Adelantados en la lectura encontramos palabras fundamentales que luego habrán de desdoblarse en los objetos que acompañan su clausura: su renuncia momentánea a un mundo lleno de incoherencias vueltas coherentes por la propaganda del régimen: barco, bosque, lámpara, arena, reino, olvido, naufragio, faro, luz, 7000, velas –que unas veces se presentan como pañuelos o hilos de cometas y otras como turbantes o banderas–, enrancia, entre otras. El movimiento de su prosa, con algún que otro altibajo en la parte final, vence nuestra indiferencia de star, nuestro escepticismo, pues alcanzamos a vislumbrar que sin ellas no comprenderemos su acción.
La corporalidad de Opazo no es asequible a nuestra vista en un primer momento, pues una vez en el interior nos hemos parapetado nuevamente en el mundo rencoroso de los sabios, olvidamos de inmediato que la propuesta de Opazo es para el oído, así el video parezca predominar en ella. Su voz amplificada se encarga de romper la autonomía que reclaman sus videos y contribuye a la pictorización de su emplazamiento. Los visitantes y curiosos que acuden a la Galería no saben que él está presente. La imagen de un barco que navega a través de un ruido silencioso a una tierra prometida y que domina todo el emplazamiento, nos oculta la realidad de un cuerpo mecanizado que, de cuando en cuando, intenta responder con el tañer de una campana a una arenga absurda que se pierde en el desierto. Absurda por el contexto no político de la acción registrada, es decir, desprovisto de ciudadanos y ciudadanas. La voz proviene de otro video en el cual el artista recuerda acontecimientos de relevancia política para el continente americano: el otro 11 de septiembre. Para fortuna de Chile, el que no ha sido mistificado por los medios masivos de comunicación ni mitificado y utilizado con fines ideológicos para reducir nuestras libertades. La arenga recuerda la madre del artista que lo cubría con la bandera de Chile para neutralizar la agresión de los militares golpistas. Una vez hemos alcanzado la realidad que oculta el video dominante –no todos los visitantes lo logran– nos percatamos de que la imagen en verdad es un muro que invisibiliza y censura la presencia y voz del artista. Con los ojos vendados y en penumbra, yace sentado en una silla rústica, detrás de la imagen-muro, que en verdad es la puerta de una cárcel. Lo que vemos del otro lado del muro que disimula esta imagen de video es otra imagen, la de un hombre reducido, vejado por una imagen que ha sumido funciones de realidad idílica de espaldas a la realidad traumática que encarna el artista.
La acción plástica de Opazo no es una acción en sentido estricto, no alcanza a serlo, no puede serlo. Ninguna acción plástica logra realizarse plenamente, su naturaleza es quedarse corta en el manejo de los medios que despliega la comunicación convencional; sus herramientas comunicativas son precarias, su destino es colapsar en un movimiento mecánico; es un estertor de un pensamiento-muñón que ha sido desprovisto de lenguaje, y al cual le han sido arrancadas con violencia sus palabras más fundamentales para prevenir conatos de expresión, de libertad. La penuria del pensamiento en el arte contemporáneo es puesta en evidencia en toda acción plástica, he ahí su relevancia. Constata la crisis que padece el lenguaje en el momento de auxiliar al pensamiento artístico en situaciones de extrema soledad, la soledad de las masas.
Una luz tenue, de linterna, instalada en la frente del artista, ilumina tenuemente la campana que tañe con angustia en respuesta al recuerdo de la madre que lo cuidada de violencias políticas del pasado. Madre es una palabra fundamental que no aparece en el pequeño poema. Su ausencia, provoca en nosotros el temor por todas las madres de América que buscan rescatar y proteger los cuerpos de sus hijos, vivos o muertos. Con otros tres videos y un conjunto de artefactos diversos se ha emplazado el artista en la Galería Santa Fe con el firme propósito de habitar, de comprender el pasado desde los acontecimientos que laceran nuestra contemporaneidad. Aunque insista en que él puede afrontar con éxito el reto de habitar este espacio, no creo que lo logre. No por falta de sensibilidad o competencias. Sólo porque habitar es difícil bajo condiciones hostiles.
Encontramos un asta inclinada y empotrada sobre un pedestal en forma de lápida, destinada a recoger la imagen que registra la arenga absurda que el artista dirige al desierto. El asta aúna un conjunto de banderas que tiene el propósito de conformar una sola bandera como símbolo de libertad para la solidaridad. Esta imagen evidencia una situación no prevista por Opazo. El visitante considera que la solidaridad entre pueblos tiene una lápida colgada en su base, que las banderas corresponden a repúblicas que han sido presa de dictadores obsesionados con pompas, dinero y poder, así el artista insista que son sólo banderas que en su errancia compulsiva ha traído de los países que ha explorado. Con seguridad el visitante es quien tiene la razón, pues, el pensamiento del artista no puede reivindicar en este caso una autonomía ingenua. Ésta se construye en diálogo con el espectador. Ahora, como la característica fundamental de la alegoría es manifestar otra cosa de lo que afirma en primer plano, al visitante le queda la certeza de que la imagen nos habla de las repúblicas que no están allí presentes debiendo estarlo, en este monumento a lo que él cree es una meditación sobre la opresión política. El contexto creado mediante el montaje se pone en contra del artista y a favor de la interpretación del visitante. En el pensamiento alegórico lo más importante es lo que no se dice en primer plano, lo que el artista por una u otra razón calla, así sea de manera inconsciente, o por no poder decirlo abiertamente sino de manera figurada.
Una lámpara descuelga del techo e ilumina tenuemente un sector de la Galería. Se sostiene sobre un perfumero árabe, pequeño, emplazado justo encima de dos libros que también le sirven de apoyo a la lámpara: uno habla sobre Chile –cerrado–: el otro, dispuesto sobre el anterior, versa sobre arqueología –abierto–. Este conjunto de artefactos evoca una tienda de campaña en un desierto, un lugar en que la memoria es conjurada mediante la palabra. Por eso ha insistido Opazo en su poema que la memoria podría ser una cosa. (Recordemos al margen que Octavio Paz hablaba de la memoria como de un charco). Esta imagen así construida ha sido encriptada de manera innecesaria. El perfumero mimetizado en la base de la lámpara, me explica un guía con cierto celo y reticencia, trae a la presencia una práctica árabe: atender las visitas aplicándoles perfume. No obstante, poco mérito tiene esconder algo que sólo uno quiere encontrar.
Un ventilador de pedestal ha sido empotrado en un montículo arenoso, el cual sirve como soporte para proyectar otro video. Sobre el montículo, que bien podría ser un túmulo, evidencia de un enterramiento, ondea una bandera blanca. El video proyecta la imagen de un hombre de espaldas que lucha infructuosamente por alcanzar la bandera. La imagen es sugestiva, quizá representa la terquedad humana de querer vivir en paz para realizar las libertades que ha soñado, sabiendo de antemano que no pueden ser alcanzadas. Ignoro si Opazo se autorretrata en esta imagen, o si intenta articular un sentimiento más universal: la constatación de una búsqueda imposible que es una huida; la pesadilla que implica reconocer que nunca podremos huir de nosotros mismos, de nuestros traumas; la sospecha de que jamás seremos libres; la inutilidad política del pensamiento.
Cerca de la lámpara se ha emplazado un tocadiscos de la década de los años setenta, cuya aguja pacientemente extrae de los surcos de un disco de acetato los acordes de Aida. Quizá para contraponer las épocas en que más hemos vivido en peligro de perder nuestras libertades, en uno de los costados del tocadiscos se ha emplazado un mini DVD que reproduce unas imágenes sacadas de la Capilla Sixtina: la Creación de Adán y la Expulsión del Paraíso. Construcción enigmática: Aida, la Capilla Sixtina, artefactos de reproducción de sonido y video de diferentes generaciones, y, muy cerca el emplazamiento de la lámpara y los libros. No disponer en este momento de una interpretación para esta construcción nos indica que hemos entrado en la región de la metáfora. Finalmente, antes de llegar al muro que oculta la acción central del artista, la imagen de un mar tranquilamente amenazador y perturbador, el cual acoge la sombra de un barco de madera que ha sido dispuesto entre la luz del video beam que proyecta el video y el muro-celda que le sirve de telón.
Hasta aquí las ideas de Opazo y los objetos mediante los cuales se han desdoblado. El artista cierra su pequeño poema en prosa con una suerte de epitafio: “en mi caso, la memoria sería un barco errante, abandonado a su suerte, seguramente expulsado al reino de la imaginación”, nos cuenta. Una vez el visitante se percata del conjunto de objetos desplegados en la Galería y ha asumido de nuevo su rol de sabio rencoroso, piensa que esta idea es todo lo contrario: la imaginación ha sido expulsada del reino de la imaginación por cuenta de la desesperación que se apoderó del pensamiento de algunos de los artistas contemporáneos más influyentes en Colombia. No obstante, un visitante más familiarizado con la historia del arte no arriesgaría un juicio así.
El sabio podría equivocarse si piensa que los objetos movilizados en esta acción emplazada con objetos industriales y video, son los artefactos sarcásticos del duchampismo obsesionado con las violencias con la castración y la seducción, con el narcisismo y el hedonismo. No creo que Opazo esté interesado en los secretitos de los cuartos de baño. Devela otro tipo de secretos, los que aún guardan prisiones como Abu Ghraib o Guantánamo. Su obsesión, de tenerla, es con las violencias políticas, con las agresiones que padecen muchos hombres y mujeres en la esfera pública. Tampoco es su intensión hacer del ventilador, o de la lámpara o del tocadiscos, obras de arte para fastidiar a las instituciones artísticas o para denunciar y controvertir a los que sacan abusivamente provecho económico del pensamiento de los artistas.
Considero que captó la sensibilidad por los objetos del pensamiento de Beuys, de sus meditaciones sobre la compasión y la catástrofe, y sobre la libertad como ejercicio de la solidaridad, así no podamos comprender y relatar, aún, la historia de dichos artefactos o evaluar su relevancia personal para Opazo. Esta tesis puede elaborarse con base en su poema. En efecto, en otro apartado afirma querer disponer de un barco para transportar 7000 desaparecidos. No nos cuenta a dónde los llevaría; tan sólo nos dice que los sacaría de la Patagonia, y que de paso, al otro lado del mundo, recogería a un palestino y a un saharaui. Lo importante aquí no es saber a dónde irán estas almas sin cuerpo. Lo interesante para mi tesis es la cifra inicial de desparecidos reivindicados: 7000. ¿Hace falta entonces recordar los 7000 robles de Beuys en Documenta 7?
Opazo nos ha deslizado este dato, quizá de manera inconsciente, para que no nos equivoquemos en nuestros juicios. Sus objetos están-ahí, conforman un estado de cosas que le permite comprender el pasado violento que nos narra lacónicamente en uno de sus videos y en algunas metáforas para las cuales no disponemos de una interpretación. No podemos relacionarlos con una crítica a la representación o a la referencia artística, –su poema es una representación. Tampoco están-ahí porque haya declinado la vocación crítica de la Modernidad. Para comprender los objetos que moviliza Opazo al premio Luis Caballero debemos tener presente la función ritual, terapéutica y política de los objetos en el pensamiento de Beuys. Esta precisión evita la crítica que podríamos con justeza dirigirle: una sumisión a los objetos de consumo masivo, de uso comercial e industrial: su exilio voluntario del reino de la imaginación crítica y subjetiva –representativa: la entrega de su voluntad y pensamiento a unos objetos, indiferentes y transparentes a sí mismos, destinados a las reverencias que les rinde la Cultura Pop (Pulp). Estas críticas no vienen al caso. Otra cosa sería mostrar que las heridas de guerra a que alude la acción de Opazo son simuladas, en el sentido de Baudrillard; es decir, que en verdad no tienen referente alguno porque el artista en su rencor por el pasado ha vaciado de sentido su mundo, se ha desembarazado de toda huella y sólo se interesa por los objetos como fetiche ideológico, para ponerlos al servicio de la visualidad transparente que caracteriza a nuestra época. Objetos ante los cuales claudica su imaginación, la productiva, la que representa mundos alternos para contrastar la verdad que reivindica lo real, los medios masivos de comunicación. Como no tengo elementos de juicio para hablar sobre este particular, ni hay razones para desconfiar, lo mejor es creer en la sinceridad del artista, en que estos objetos le permiten acceder a verdades silenciadas, quizá temidas, en principio personales pero de interés universal. Este temor inconsciente que merodea el hábitat de Opazo es lo que lo hace nuestro contemporáneo. Su propuesta artística daría cuenta de esta situación.
BIBLIOGRAFÍA:
Baudrillard, Jean. (2006) El Complot del Arte. Buenos Aires: Amorrortu.
28 opiniones “Mario Opazo: Los Expulsados Del Reino De La Imaginación”
2009/07/08 at 8:53 pm
Bled
“Soy cartagenera y vivo en Bogotá desde hace muchos años. Voy a Cartagena con alguna frecuencia, visito a mi familia, recorro la ciudad; y aunque he perdido un poco de su cotidianidad, todavía guardo intacto el recuerdo de los años que viví en la casa de mis abuelos en El Cabrero. Tiempo real e imaginario que ha sido definitivo en mi memoria.
La vida en Cartagena era diferente; El Cabrero era un barrio pequeño y nuestros vecinos tenían orígenes muy diversos: catalanes, italianos, alguno que otro judío y un grupo de familias árabes que eran los inmigrantes más numerosos. Habían llegado a Colombia huyendo de la guerra y se habían dejado seducir por la ciudad. Sus costumbres eran diferentes, comían diferente, hablaban diferente. Aunque un poco borroso, el recuerdo de mis amigos turcos -como despectivamente les dicen a los árabes en Cartagena- tomaba forma cuando recordaba el malecón de Marbella; allí jugábamos hasta muy tarde y al regresar a la casa mi abuela preguntaba: “¿Muriel, qué hacías donde los turcos?” sospechar del Otro, se había convertido en costumbre. La discriminación del moro, del negro, del indígena, había hecho carrera desde la colonización española y era parte de nuestra herencia; pero a pesar de los prejuicios sociales y raciales de una pequeña burguesía blanca, que ignora peligrosamente que sólo aquellos pueblos que unen sus conocimientos y sus cuerpos, pueden evolucionar, los inmigrantes árabes inseminaron nuestra cultura y enriquecieron nuestro imaginario.”
Así comienza el texto de mi investigación sobre la inmigración árabe en la costa Caribe colombiana que inicié a mediados del año 2007, después de un largo período de incubación, en Cartagena, mi ciudad natal, y que presenté al Concurso Nacional de nominados al V Premio Luis Caballero, año y medio después, en junio de 2008. Durante el tiempo que duró el trabajo de campo, mis amigas árabes me alimentaron con su presencia, permitiéndome entrar no solo en su dolor y en su exilio, sino en su celebración por la nueva tierra. Fueron largos meses de trabajo, de muchas preguntas sin respuesta y de intentos fallidos que eran validados en la medida en que el “El otro soy yo” se activaba; de esos “darme cuenta” rescato mis autorretratos fotográficos vistiendo la BURKA, esa prenda sagrada de los árabes, que en las mujeres alcanza una connotación muy fuerte: ser dos veces el Otro. A medida que las cosas se ponían en su lugar, el proyecto iba alcanzando una dimensión política muy fuerte: el encuentro de dos culturas, el eterno viaje en barco en busca del Bled -palabra árabe que quiere decir el país y hace referencia al país natal o de origen- y finalmente el encuentro con el Otro. El proyecto respondía así a un deseo largamente acariciado por contestar a la pregunta de mi abuela “¿Muriel, qué hacías donde los turcos?” .
Todo esto no pasaría de ser una anécdota más, si no hubiera sucedido lo que finalmente sucedió. Seis meses antes de enviar mi proyecto al concurso, Natalia Gutierrez, mi profesora en ese momento y conocedora del trabajo desde sus inicios, me sugirió la asesoría de algunos artistas, para darle una revisión final antes de la inscripción al concurso; me pareció muy sensata la sugerencia, y acepté. Finalmente, varios artistas revisaron mi trabajo, entre ellos, MARIO OPAZO. Recuerdo que las veces en las cuales lo revisó, aunque habló muy poco, ingenuamente agradecí en su momento los comentarios que me hizo al respecto. Pero, sospechosamente, guardó silencio acerca de lo más trascendental: NUNCA, NUNCA me comentó que estuviera trabajando en un proyecto en la misma línea que el mío, en donde los protagonistas fueran la cultura árabe, los viajes del exilio, y el encuentro con el Otro, porque aunque la solución formal es otra, las coincidencias son inocultables. Tampoco mencionó el viaje que tenía planeado para julio de 2008, es decir, poco tiempo después de la última revisión, a los Campamentos de Refugiados de Saharauis, casualmente para realizar la acción de la BURKA como elemento de reconocimiento del Otro y de si mismo como el Otro. ¿Por qué nunca mencionó nada? ¿a qué temía? ¿dónde queda la ética del artista? Tengo muchas, muchas preguntas.
Finalmente, Mario Opazo envió su proyecto “Expulsión del Paraíso” al Concurso Nacional de nominados al V Premio Luis Caballero; su trabajo fue seleccionado y el mío quedó en el olvido. Utilizó la imagen de la Burka en la invitación y en el catálogo de la exposición. Me pregunto, ¿estará el jurado enterado de estos acontecimientos? creo que es hora de que Mario Opazo exponga sus razones y responda públicamente.
Muriel Angulo
2009/07/08 at 11:05 pm
Con el respeto que como persona merece Muriel Angulo tampoco me parece muy noble sugerir una posible omisión ética de Mario Opazo por haber plagiado su obra. Quienes conocemos su trabajo sabemos que los planteamientos que definen la obra presentada en el Premio Luis Caballero no son nuevos y que han sido una constante en su trabajo desde hace mucho años, así como la poética y en general la estructura formal de la misma, lo cual la pone muy por encima de cualquier duda infundada .
Probablemente los jurados de selección puedan en un momento dado exponer las razones por las cuales una obra fue o no admitida en un certamen de esta índole, pero en lo personal no veo por qué un artista deba rendirle cuentas a otro por el hecho de no haber sido seleccionado.
Más allá de esta observación, creo que las inconsistencias teóricas que la exposición del proyecto de Muriel Angulo evidencia, deja en claro por qué un proyecto fue admitido y el otro no.
vale la pena aclarar que lo que usted llama “BURKA” (en mayúscula y todo) es un nombre genérico para una serie prendas que varían según su forma y extensión, entre las que se encuentran el Neqabi, la Abaya o el Hijab, que es al que probablemente se refiere, y es aún más erróneo indicar que es una prenda muy importante para los “árabes” – nuevamente un término genérico – cuando en realidad pertenece a una cierta corriente específica del Islam, que es una religión y no una nacionalidad ni mucho menos una ubicación geográfica, descuidos infantiles que dejan mucho que cuestionar en una “investigación”.
2009/07/09 at 7:30 am
No conozco a Mario Opazo, pero si la artista le pide su asesoría (SIGNO DE RESPETO): por qué no le comentó a la artista que CASUALMENTE INVESTIGABA ALGO similar? Me parece que hay una base que es el respeto entre los colegas. YO TE RESPETO (POR ESO TE PIDO ASESORIA) Y TU ME RESPETAS (POR ESO ME DICES DONDE VES MI INVESTIGACION, QUE TE PARECE, PUNTOS EN COMUN)…. es algo natural-.
RESPETO q no veo de parte de Calderón, ni de parte de Opazo. Hablo de colaborar basandonos en el respeto mutuo HABLAR SOBRE LAS OBRAS, PUNTOS EN COMUN, SUELOS EN COMUN… HACER CRITICA DE VERDAD VERDAD.. pero quedarse callado es para mi el signo que lo delata…. Qué lástima que en este país no hayan mas recursos para el arte para acompañar los procesos del artista. Y tengan los artistas maduros que aspirar a un premio como el caballero. que a proposito ojala se lo gane una mujer.
Esto pasa en la plástica y pasa en otras ramas de la creacion intelectual: el area de cine: guiones plagiados presentados por otros grupos…. escándalos de plagios, copias, y ni que decir en la academia. oh my god. por qué pasa esto? por la falta de respeto. por la cultura machista que predomina en colombia. por eso.
Sugerencia para resolver el problema: porq no hay un escenario PRELIMINAR DONDE SE PUEDAN DIALOGAR ESTAS COSAS ANTES DEl gran premio luis caballero. porqué no ABRIR UN ESPACIO PARA LA CRITICA DE ESTOS PROYECTOS EN PROGRESO Y QUE EL MINISTEIRO APOYE ESTAS PRELIMINARES? RONDAS PRELIMINARES PARA EL PREMIO LUIS CABALLERO PUBLICAS. RONDAS PUBLICAS…. y la posibilidad de discutir y criticar trabajo en progreso. O mejor, inventense otro premio solo para mujeres artistas? voilá. Ese es mi aporte a esta discusión que ademas enfatizo el machismo y la falta de respeto son un sintoma de una sociedad que esta mal.
Atento saludo desde el litoral,
Claudia Durán V.
2009/07/09 at 10:32 am
para no olvidar, no sera la primera ni la ùltima acción censurable de este señor
http://esferapublica.org/nfblog/?p=2534
Recuerdan por ejemplo el I Salón de Arte Bidimensional donde es invitado -no participa en concurso, entra de una- y gana con una pesima y pobre instalación en un salon que se suponia era bidimensional (no es el caso de Miller Lagos quien subvierte lo bidimensional con su obra “Cimientos” ganadora en el 2007 de la tercera versión del Bidimensional) Uno de los jurados del I Bidimensional es Nadin Ospina y luego de unos meses Nadin es invitado -tampoco concursa como los demas- y gana el Salón del Fuego y Mario ¿es Jurado? me parece que si … Las indelicadezas son numerosas, se podria editar un libro mas grande que los catalogos del Salón Nacional sobre estos casos de los mismos con las mismas y sin el mas minimo asomo de verguenza o al menos un leve enrojecimiento en las mejillas; bueno, frente a las evidencias se rasgan las vestiduras como cualquier “respetuoso” padre de la patria
2009/07/09 at 3:09 pm
“Alegraos del éxito de vuestro hermano: no sabéis ni cuánto, ni qué le ha costado. Menos cuánto le costará…” D. J., Christi
Soy amigo de Muriel Angulo; también soy amigo de Mario Opazo. Sé con toda seguridad, que Mario Opazo llegó a vivir a Colombia obligado por la dictadura de Augusto Pinochet y sus secuaces. Sé, que él ha padecido un destierro, un exilio. No es una invención. Esta es una razón más, muchísimo más profunda, para cimentar su obra.
Con todo respeto: Mario sí recibe un privilegio, debido a que le conocen por sus obras, -quizás- tiene menor obligación de demostrar que otros concursantes al proyectarlas para un concurso, que será consistente. Pero esto, es un problema cultural y no un privilegio exclusivo de él: ¿quién no confía en alguien que conoce de tiempo atrás, antes que en un desconocido..?, ¿quién se autoexcluiría de alcanzar un privilegio -deseado- llamado confianza..? Además, ¿demuestra esto que el artista no se esfuerce [trabaje inconscientemente] en crear…?: NO.
No puedo negar que haya machismo en el mundo; pero el argumento se caería, sólo al considerar que tal vez dos de los[as] artistas contemporáneos colombianos más estimados son: Doris Salcedo y María F. Cardoso: mujeres. También hay hombres, pero eso no es argumento. Argumento válido en arte es la calidad, el nivel poético.
Las ideas son circulación, un fluido que llega a muchas cabezas: también he coincidido con Mario Opazo -se lo conté: pinté una carabela, porque tenía que ser una carabela-, pero mi carabela, la ví distinta al velero que el usa en su obra y es otra cosa. Sé, que él tomó la idea del fluido mental común a todos, y no de mi “adquisición” [contacto con] de la idea: porque la pinté mientras él viajaba, o sea: tampoco yo sabía que él pensaba en “velero”, y lo supe cuando al regresar de su viaje, trajo el barquito que allí usa, y lo ví en su casa. Entonces le comenté la casualidad.
Lástima que en Colombia se diseñen los concursos para una sociedad que no es la nuestra; no estamos en la, menos corrupta, Dinamarca; este diseño ajeno a la situación concreta, termina afectando a cualquier ganador.
Desde luego, en esta rara mentalidad colombiana, no sólo la corrupción se evidencia por los favores: el ser mal pensado; el estar convencido de que todo se logra a punta de amiguismo; de darle al que toca, lo que toca; crea además, una mente corrompida en la que no cabe siquiera suponer mérito en otro distinto a sí mismo.
Personalmente: también he sido afectado por ser desconocido, al mismo tiempo que alguien famoso se ha enfrentado a mí; y sé lo que ello lleva de desventaja. Pero Muriel, no eres una desconocida tras años de carrera. Cuestiona la visión de los jurados que privilegian la racionalidad al sentimiento; también padezco de sentir mucho y es un enorme esfuerzo enrutarlo, pero lo considero más relevante en arte.
Es muy difícil no sentir envidia, pero tratemos que sea de “la buena” alegrándonos del triunfo del otro.
2009/07/09 at 3:49 pm
Creo que el debate se está desviando. El problema no es con los jurados, ni con los giros linguísticos, ni con la envidia que me produce el triunfo de otro. El asunto es de comportamiento ETICO (me gustan las mayúsculas) y sé que mis derechos fueron vulnerados.
2009/07/09 at 4:31 pm
A aquellos que no han visto la muestra, les invito a ver este video de la obra de Opazo:
2009/07/09 at 11:33 pm
Primero que nada hay que tener en cuenta, que la obra que Mario Opazo presenta para esta versión de premio Luis Caballero, no trata sobre la “cultura árabe” ni mucho menos . La suma de instalaciones y videos a los que nos enfrentamos al entrar a ese espacio, nos lleva poética y mentalmente a lugares mucho más complejos y ricos que solo una exposición de lo que Muriel errónea y simplemente llama ÁRABE. De la cuestión de Esta poética dentro de la obra de Mario, se expande y explica mejor el texto que empieza esta discusión “Mario Opazo, los expulsados del reino de la imaginación”.
Todo el conjunto en total de la obra, se aleja a los argumentos que algunos están utilizando para hablar de ella, y en particular de la acción del “Burka”, ( prenda femenina afgana que cubre el rostro) siendo el nombre en el sahara occidental específicamente en la RASD, de la prenda masculina: ELZAM; y que por cierto, la forma de llevarlo tal como se muestra en el video, es particular de esa zona, de ese pueblo, pues no en todos los casos dentro de la cultura musulmana o árabe, se deja una parte tan larga de tela para dejar como bufanda o como cola en la espalda en situaciones de guerra.
Primero empecemos por ver las condiciones, diferencias y características de las personas que describe Muriel, con las personas con las que Mario se encontró dentro de la realización de su investigación en el sahara. Los árabes de Muriel, como ella misma lo describe, vivían en Cartagena y muy posiblemente no debieron ser demasiado pobres. Y entro acá en especulaciones y generalidades que tanto me molestan, pero es importante poder ver las diferencias de lo que hablan los dos artistas, pues en el caso de Muriel, es bien sabido que la mayoría de las personas de descendencia árabe que llegaron a Colombia y en especial a la zona Caribe, caso de Cartagena, vivieron como comerciantes, que en buena parte llegaron a acumular cierto capital, y en no pocos casos a ser muy influyentes económicamente para la región.
Como bien Dice Camilo, La burka de la que ella se refiere puede ser el hijab, de uso más extendido, pero a pesar de que para nosotros, como latinos todas las burkas o turbantes nos parezcan iguales, la prenda específica para los saharauis, pueblo al que Mario fue en los campos de refugiados en Argelia, es muy diferente, no solo en su forma de llevar, sino también en su significado. Entre ellos, es un símbolo de resistencia pacífica para conservar sus costumbres, sobre todo para aquellos saharauis que viven aislados de sus familias dentro de sus propias tierras, en ciudades como Smara o El Aaiún. No es gratuito que el lugar de las acciones que realiza Mario Opazo, sean en esta región específica del planeta, los saharauis, un pueblo expulsado de su tierra, sustentado en gran parte por ayuda internacional, que crece en tierras prestadas, cuyos jóvenes nacieron en el exilio con promesas internacionales, cuya segunda lengua es el español, y cuyas luchas políticas siempre han sido frustradas por potencias extranjeras y hasta por las entidades supuestamente neutrales y humanitarias. Como tampoco es gratuito, que la acción que acompañe la puesta del elzam, sea una acción con un megáfono, en esas mismas tierras con frases de su madre cubriéndolo del 11 de septiembre chileno.
Con todo esto quiero enfatizar en la diferente naturaleza de los proyectos que Muriel quiere unificar en un mismo tono. Pese a su sinceridad y emotividad, (que se le debe agradecer) pues es por ello que encuentro argumentos para subrayar la diferencia abismal entre los proyectos; se puede y creo pertinente hacerlo, resaltar esa diferencia tan grande que surge de un solo parecido formal, de un solo fragmento del proyecto que en realidad se vuelve muy grande, “Expulsión del paraíso”.
La investigación de Mario, además, viene de muchísimo tiempo atrás. Todo su trabajo, experimentación y consolidación de conceptos de su trayectoria como artista, vienen a partir de su propia historia, la cual por cierto es implagiable. No veo por qué razón la artista dice: “NUNCA, NUNCA me comentó que estuviera trabajando en un proyecto en la misma línea que el mío”, pues resulta, a partir de lo que he dicho, que las líneas nunca se juntaron, sus búsquedas no son las mismas.
En cambio juntar culturas tan diferentes entre ellas, como la saharaui y la turca o afgana, que son las únicas que se infieren de su texto, resulta apresurado y denota la falta de investigación en el tema. Yo confío en que este texto sea el resultado de la exaltación del momento y creo en que en realidad la investigación de Muriel sea más profunda para contemplar todas las diferencias que existen dentro de esa gran cultura musulmana y árabe, que para nosotros como colombianos resulta muy lejana, y que vea que aunque puedan haber similitudes formales, que ocurren muy frecuentemente dentro del arte, estas no siempre son causadas por mala fe; lo más importante, es que la esencia del trabajo, las razones conceptuales, se alejan enormemente con las de Mario. Y eso es ante todo muy visible, al contemplar el todo de la obra “expulsión del Paraíso”. El parecido formal puede ser solo con un fragmento de la obra que está en exposición, y la responsabilidad de Mario es muy visible e incuestionable, en su propia continuidad y seriedad con un trabajo que ha venido madurando desde hace muchos, pero muchos años, en obras que vienen desde su vida y desde su experiencia y entran en nuestra sociedad y en nuestra cultura.
2009/07/10 at 9:06 am
No puedo más que invitarlos a ver mañana u hoy viernes (son las 22 :30 y no creo que alcance a publicar esta invitación hoy mismo), a ver el documental “Amargo como la vida”, que se proyectará en la sala Oriol Rangel del Planetario Distrital a las 5 de la tarde. Se trata de un documental que realicé en los campamentos de refugiados Saharauis en el sur de Argelia, en la región llamada “La Hámada”, una región del desierto del Sahara donde hace 35 años se establecieron los Saharauis, y en ese momento y lugar fundaron su República (RASD), en un territorio prestado por Argelia.
Mi amistad con el pueblo Saharaui comienza en el año 2006, momento en el cual arranca la producción que a lo largo del año 2007 y 2008 fue concluida y proyectada por primera vez en Colombia a comienzos de este año. Muestra el estado del RASD (República Árabe Saharaui Democrática), a la espera de un proceso de autodeterminación e independencia de su tierra que ha sido invadida por Marruecos. Esta producción se realizó con el apoyo del Frente Polisario RASD, de la Embajada de Argelia y de Santa fe Art con sede en Madrid.
Seguramente este proyecto documental es uno de los pilares del proyecto que expongo en la Sala Santa fe del Planetario dentro del marco del V Premio Luís Caballero, aunque debo aclarar, que es uno de los tantos pilares que soporta este proyecto, a propósito, también los invito a ver la exposición. Digo que se trata de uno de los tantos antecedentes del proyecto “Expulsión del Paraíso”, ya que este es una construcción metafórica de mi memoria a través de viajes, estancias y recorridos, que por supuesto, tejen una trama de tiempos y espacios múltiples. Tratándose de la memoria, debo considerar como otro antecedente importante del proyecto el libro que he titulado: “El Perro estúpido y las fotos que nunca hice”, publicado por la Universidad Nacional y que por supuesto lo pueden conseguir en la UN librería. Este libro recopila una serie de textos desde el año 1984 al 2006, que se comportan como fotografías resueltas en texto, traídas de la memoria, el título surge de la frase de Ray Lóriga “La memoria es el perro más estúpido, le tiramos un palo y nos trae cualquier cosa”, frase que me regaló mi amigo Fernando Escobar en el año 1999.
Les recomiendo el librito, está buenísimo, sobre todo cuando descubrimos en él, muchas de las imágenes que componen el proyecto que hoy expongo en el Planetario, y que me han acompañado desde la infancia, incluso algunas escritas en la infancia.
En las próximas semanas y aprovecho también la oportunidad para invitarlos a la proyección de otras dos películas de mi autoría: se trata de “Sin Equipaje” del año 2004 y “Canto de Memoria” del 2007, la primera, ficción, la segunda, documental, ambas abordan el tema de la memoria y el territorio, por supuesto las hemos programado dentro del seminario que acompaña el V Premio Luís Caballero, ya que son pertinentes con mi exposición.
Pasando al tema que nos congrega en el lavadero (a propósito Jaime, si seguimos así con el nivel de las discusiones, terminaremos con la Negra Candela de moderadora de esferapública), como ven: un artista a los 40 años no carece de ideas ni creatividad, seguramente porque a estas alturas del partido para un artista la IDEA es la vida misma. Eso lo aprendí de mi maestro Danilo Dueñas, que aunque nunca fue mi profesor, me enseñó que: “hay que confiar más en la vida que en el arte”. Un alumno se me acercó un día y me dijo que eso mismo había aprendido de Danilo, pero que no lo había aprendido en el salón de clases sino conversando en la cafetería.
Lamento lo que le ha ocurrido a la artista Muriel Angulo, pero es normal no pasar a convocatorias, eso pasa, acaban de notificarme de una convocatoria en España (Marcelino Botin), que no he sido seleccionado, sin embargo, me alegré al ver que en la lista de ganadores de todo el mundo, se encontraba un artista colombiano, creo que de nombre Federico Uribe, no se si me equivoco con el nombre, pero seguro se publicará la lista en algún lado, lamento no conocer a Federico para felicitarlo, me imagino que se trata de un artista joven, o por lo menos más joven que yo, ya que su nombre me suena pero algo distante de mi generación, otro seleccionado fue un ex alumno mexicano que vino hace unos semestres a la universidad Nacional de Colombia de intercambio, su nombre es Calixto, aunque lo recuerdo como Caco. También me produjo mucha alegría por su selección ya que es un muy buen artista.
Pero bueno no creo que sea ÉTICO referirme a todo menos al turbante, es lo que quieren leer al fin de cuentas.
Trataré de ser amoroso con Muriel Angulo y referirme a la tela. (no hablaré de toda la obra expuesta ya que eso me pondría en ventaja discursiva sobre mis compañeros del Luís Caballero, espero que comprendan los lectores de esfera).
Muriel, le confieso que cuando comencé a leer su texto fui recordando poco a poco un registro de video muy bello que usted hizo y que me mostró en alguno de los dos o tres días que nos vimos en casa de Natalia Gutiérrez, (ya todos saben que Natalia me invita a veces a visualizar y dar opiniones del proyecto de algunos de sus alumnos), se trataba de un registro, creo, realizado en un mercado, escondiendo la cámara en algo que la hacía comportarse como una mirada subjetiva de alguien que mira a través de una membrana o, no se si estoy mal, me disculpa si no me acuerdo, y recuerdo otros registros que eran como entrevistas a mujeres de origen islámico. Más allá de las imágenes lo que recuerdo es que usted planteaba una finísima preocupación por aspectos culturales propios de la mujer de origen árabe y que su proyecto, (tema que a mi no me importa en absoluto), coincidimos incluso con sus compañeros, estaba a punto de tomar un muy buen rumbo, recuerdo también que planeamos entre todos algunas opciones de montaje, puras sospechas, pero en fin, ahí quedó la cosa, nunca más nos vimos, hoy vuelvo a pensar en usted.
Quiero ahora decirle tres cosas:
1- Soy profesor de arte y estoy acostumbrado a enseñar y aprender, de mis autores favoritos y de mis alumnos. Lo que aprendo de ellos (de mis alumnos) no son imágenes, ni soluciones plásticas, creo que eso me toca enseñarlo a mi, generalmente mis estudiantes son 20 años más jóvenes y eso me obliga a reconocerme más viejo y experimentado en la construcción de imágenes, lo que sí aprendo de mis estudiantes está en relación a lo humano: su deseo, su humildad, su capacidad para escuchar, su fragilidad, su poesía desbocada, su sensibilidad, etc, virtudes que seguramente con los años hay que ir refrescando. Cuando hablo de mis estudiantes, no me refiero a usted, usted nunca ha sido mi estudiante ni yo su maestro, no contamos con el tiempo suficiente para conocernos, ni para aprender por supuesto. Tampoco he sido su tutor. Cuando hablo de mis estudiantes, me refiero a personas con las que he construido.
2- Una de las cosas que he construido por supuesto, ha sido mi conducta frente al arte, frente a la vida y frente al mundo, es decir: un lugar y una posición política. Es por eso que me sorprende que usted haya sido afectada de esa manera como fue afectada por mi obra, ya que estoy seguro, mi lugar político y el suyo son distintos y distantes, quiero ilustrarle ahora si, de donde y como surge en mi trabajo la presencia de un turbante, que en realidad yo prefiero llamar tela.
Solo pude comprender a Beuys y su propuesta de ampliar los linderos del Arte, cuando puse particular atención a su teoría sobre lo plástico que él llamó: “Principio Forma” (del cual se desprenden todos sus trabajos con grasa), es el momento en el cual descompone la palabra plástico, o más bien la fuerza de lo plástico y descubre en su interior una constelación de tres conceptos: lo indefinido, el movimiento y lo definido. Es decir, que plástico es aquello que en potencia, es decir de manera virtual, porta estos tres conceptos, y que a su vez reclaman cada uno de ellos un cuerpo, por ejemplo: la forma de la grasa puede ser indefinida si se somete a altas temperaturas, puede moverse molecularmente según sus cambios de temperatura y puede llegar a un estado de forma definida una vez se enfría. Esto también sucede con el pensamiento humano, la mente humana puede manifestarse muerta, indefinida, puede moverse neuronalmente o acudir al lenguaje y así llegar a un estado definido. Este es el gran principio en Beuys, movimiento como posibilitador de la configuración de nuevos sistemas. La imagen arriba que por supuesto usted conoce, manifiesta las potencias de un material como límite, como aislante, como protector, transformador, pero ante todo plástico, ya que cuenta con las fuerzas de lo indefinido, el movimiento y lo definido.
Cuando viví en Brasil mi amigo Paulo Bruscky, que a la vez fue amigo de Oiticica me vistió con una de las telas del famoso proyecto Parangolé, que por ser muy amigo de su autor conservaba en su colección. No soy yo el de la foto, pero si no estoy mal, Paulo Brusky me tomo fotografías vistiendo el Parangolé. No sé si yo alcancé a hablarle de este proyecto en alguno de nuestros encuentros, si no lo hice, lo lamento. La cosa es que me impactó la manera como Oiticica a lo largo de su vida hizo prácticamente una sola cosa: acercar la obra al cuerpo social, su primer intento fue un acercamiento al cuerpo físico del espectador, con obras como los “meta esquemas” y “los monocromos”, una especie de construcción con planos de color que proponían una acceso al espectador y un recorrido, lo seguirían los “bólidos” (contenedores de materiales donde el espectador podía ingresar sus manos y palpar, y luego los famosos penetrables, todo este intento de búsqueda del cuerpo físico iba a converger en su más grande proyecto: el Parangolé, que consistió en entregar a la gente de la periferia de Recife y de otras ciudades de Brasil, un pedazo de tela de color casi metafísico, algunas de ellas con inscripciones de textos disparadoras de motivaciones e impulsos de manifestación cultural, trabajó con grupos marginales como barras de futbol, escuelas de danza, etc. Una vez el portador del Parangolé, que se supone una especie de capa de tela, cubre su cuerpo, decide también qué uso imprimirle a este artefacto plástico, plástico porque según Beuys la tela es portadora de las potencias de lo indefinido, el movimiento y lo definido. Es así como el usuario del Parangolé decide qué hacer con este, y de que manera exaltar su realidad cultural. A veces es una capa, otras una prenda de vestir, otras una herramienta de trabajo, otras un emblema, etc. De cualquier manera el Parangolé es igual que el fieltro de Beuys, se manifiesta como potencia como fuerza de límite, aislante, protector, transformador, plástico, ya que cuenta con las potencias de lo indefinido, del movimiento y lo definido.
3- En los primeros años de la dictadura de Pinochet, en mi pueblo las mujeres madres decidieron que una buena manera de proteger la integridad de sus hijos niños era envolviéndolos con la bandera de Chile, (que a propósito es una tela), esto se debe a que los militares asumen un respeto fetichista a los emblemas patrios. Este relato de mi madre y mi abuela, por supuesto adulto y artista, me llevaron a valorar en extremo la creatividad plástica de estas mujeres, que vi. por supuesto cercanas a Beuys y a Oiticica. La acción del desierto consiste en recitar con un megáfono este relato, y procedo a vendarme los ojos con la bandera.
La segunda parte de la acción en realidad es un ritual saharaui, en el que mi amigo Mathala Salemh igual que Paulo Brusky con el Parangolé, me envuelve la cabeza con una tela negra ( turbante), dejando por supuesto los ojos descubiertos, contrario a la bandera que me cubrió los ojos.
El turbante aparece como presencia plástica, tal vez insisto en algo que desde hace bastante tiempo vengo llamando escultura blanda, como por nombrar todo aquello que Beuys y Oiticica le sumaron a mi relación con lo plástico: lo indefinido, el movimiento y lo definido, es por eso que uso el turbante, no me interesa si es mujer , hombre, burka o turbante ( le llamo turbante porque los Saharauis fueron colonia española y hablan castellano, ellos lo llaman turbante)
Uso el turbante porque es creativo, porque en el desierto mas que destaparse hay que protegerse del exceso de calor, y es en su superficial existencia profundamente creativo, mantener la temperatura para que la grasa no se diluya (Beuys), mantener la temperatura en la mente humana para que la idea no se diluya (Barthes), como la vida.
Lo uso porque es una tela que manifiesta las potencias de un material como límite, como aislante, como protector, transformador, plástico, ya que cuenta con las fuerzas de lo indefinido, el movimiento y lo definido.
Porque se hace cuerpo físico y social como el Parangolé, porque es completamente negro como ninguna bandera, porque reconfigura nuestra forma ocultándola, porque deja ver más allá que la bandera que me cubre los ojos y no me deja ver más allá de mi nariz, pero ante todo, porque fue mi carpa, mi casa en el desierto, cosa que ya antes había intentado hacer con otra tela en forma de carpa.
100 carpas blancas que comparten sus estacas “MOVE HOME”, Brasil 1999, obra para habitar, las personas pueden hospedarse en ellas.
La bandera que la gobierna es una bandera blanca que dice HOGAR EN MOVIMIENTO.
No se si he sido claro pero repito, mi interés proviene de una tradición escultórica como manifestación ampliada que intenta acercar el objeto al cuerpo social a través del gesto, por supuesto esto es un lugar político, como el suyo también lo es, pero en mi caso no parto de la potencia cultural o antropológica del turbante sino de la potencia plástica de la tela, que igual nos va a llevar a una conclusión, no hay un arte no político. Seguramente por eso al final re aparece el turbante, aunque parta de una plano flexible, móvil.
Muriel, si ve que es posible que un pedazo de tela no sea de nadie.
Ahhh, a los 40 años los artistas no trabajamos con ocurrencias, porque la única ocurrencia que tenemos a estas alturas es que la IDEA es la vida misma.
2009/07/10 at 12:43 pm
Tilín! Tilín!
(cada cierto tiempo la cabeza se sacude para golpear la campana, llamando de este modo la atención del espectador)
Dennis Oppenheim, Attempt to Raise Hell (Intento de armar un ‘escándalo’ ), 1974
Colección Permanente Centro Georges Pompidou, Paris
2009/07/10 at 4:21 pm
LA MAESTRIA SE RECONOCE CON LOS OJOS TAPADOS… ASI LA CAMPANA SUENE DOS VECES…
Estimado Mario, felicitaciones por su excelente exposicion, y sobre todo por su generosa respuesta a la desconcertada y deshubicada “alumna-artista”. Creo que en su afan de explicar didacticamente de donde vienen los referentes a su obra, ha logrado ilustrarnos aun mas sobre su proceso artistico, que sin duda dara de que hablar. No se si era necesario todo esto, sin embargo lo valoro y lo aprecio enormemente. Creo que su exposicion tiene algo de OPACIDAD, algo que nos impide ver claramente, como si tuvieramos unas gafas con aumento desmesurado que nos enceguese pero que nos permite ver (digo bien ver) el tintineo de esa campana frente a la empalizada. Pero precisamente esa OPACIDAD -y aqui radica la paradoja-, nos hace ver claramente una verdad ineluctable: la tierra prometida no existe, y la errancia es la unica esperanza frente a un mundo que cada vez mas encuentra en un pedazo de tela (turbante, bandera, banda para los ojos…) la unica manera mantener la cabeza fresca., tin, tin, tin… Bravo por su obra y por sus palabras!!!
pd:
1. su texto Jorge Penuela es bastante bueno, muy bueno.
2. desde este comutador no puedo marcar los acentos.
3. esto no es un vistazo critico.
2009/07/10 at 6:49 pm
Curioso como una sola imagen puso al doctor Arcos-Palma a delirar.
2009/07/10 at 9:27 pm
BLED
El otro soy yo
Adulaciones, elogios, aplausos, loas, celebraciones, veo que no se ha ahorrado ningún epíteto para defender el trabajo de Mario; me parece loable, para eso están precisamente los amigos. Es más, yo también pienso que Mario es un buen artista, por eso accedí a su revisión: confiaba en su gestión y buen ojo. Pero eso no disculpa su silencio; en cualquier sociedad existen unas reglas mínimas de convivencia, y la vida se trata de eso ¿o es que acaso los artistas son una clase especial de seres humanos, exentos de toda obligación ética con sus congéneres? Creo en definitiva que la ética se ha desplazado hacia otros lugares y ellos no son precisamente el mundo del arte. Los legítimos artistas pertenecen ahora a otras esferas del pensamiento.
Pero para abordar los comentarios al respecto quiero comenzar citando algunas ideas con las que no estoy de acuerdo:
En primer lugar, nunca he planteado que el proyecto de Mario Opazo esté en la misma línea conceptual al mío: sería imposible para mí decirlo, porque es precisamente el lugar desde donde se observa lo que establece la mirada del artista; en mi trabajo siempre he hablado en clave caribe, desde mi propia experiencia. La geopolítica no la fui a buscar a ningún otro lugar, porque cualquiera que conozca la historia de esta región sabe que está definida por la diversidad, aunque sea el hombre blanco el que se imponga. Hablé, eso si, de la sospecha que me producía -y me produce- que dos narrativas vistas desde orillas tan distintas, hablaran de problemas contemporáneos tan similares: el viaje, el exilio, y el encuentro con el Otro, a un mismo tiempo y con idéntico fin: participar en el mismo concurso. Además, existía un agravante: después de revisar mi trabajo, el artista no mencionó la supuesta coincidencia entre los dos proyectos y era precisamente en ese momento, en donde su comentario era válido y éticamente oportuno, por una sencilla razón: era él quien había tenido acceso a mi trabajo y no yo al suyo.
En segundo término, no entiendo la comparación entre desplazados buenos y desplazados malos. ¿Es que acaso el hecho de que los inmigrantes árabes de la costa caribe sean comerciantes hace menos dramática la diáspora? muchos de ellos salieron huyendo e la guerra, dejando todo un pasado sepultado; políticamente es inaceptable lo uno como lo otro; además, mercaderes son todos los pueblos semitas y eso no los hace mejores o peores seres humanos. En mi ensayo BLED cito: “Los primeros comerciantes árabes migraron hacia Cartagena a finales del siglo XIX, tenían como destino Norte América, pero por trámites de aduana y pocas oportunidades en ese país, decidieron atracar en Puerto Colombia, Barranquilla, en el Caribe colombiano. Llegaron en 1880, eran de mayoría cristiana y venían de Siria, Líbano y Palestina; un grupo se quedó en Barranquilla, otro se estableció en Cartagena, Santa Marta, Lorica, Cereté, Sahagún, Montería y allí se quedaron para siempre. Sus negocios prosperaron y su hospitalidad se regó por toda la zona. Su origen fenicio los había convertido en diestros comerciantes y hasta la ciudad traían sedas, jabones, almendras, agua de azahar. Nuestras costumbres se fueron mezclando; en Lorica Saudita como la llaman, se oye hablar en árabe; Belén, Miniara y Zahle, son ciudades hermanas de Cartagena. ¿Caribe sin influencia árabe? imposible; no conoceríamos el azar, ni el azahar. El mestizaje nos ha llevado al creativo terreno de la impureza, de lo bastardo, de lo infiel. “Es tan bueno el quibbe, que hasta a los turcos les gusta” reza un dicho costeño. “
Tercero. Al señor Diego Aguilar parece molestarle sobremanera el vocablo árabes, según el Diccionario de la Real Academia Española, Arabe. ADJ. Natural de Arabia. 2. Perteneciente o relativo a esta región de Asia. 3. Se dice del individuo de cualquiera de los pueblos que tienen como lengua el árabe. 4. Perteneciente o relativo a estos pueblos. Tradiciones árabes. 5. Se dice de las lenguas semíticas habladas en los países del Norte de Africa y del sureste de Asia. 6. El árabe. Perteneciente o relativo a esas lenguas. Fonética árabe. Clásico. Variedad del árabe propia de la literatura antigua y del Corán, usada todavía como lengua culta común. La verdad, no lo entiendo, así se nombra a toda una cultura. Le recomiendo dirigirse directamente al Observatorio del Caribe Colombiano o a nuestros poetas, y escritores, y hasta al mismísimo Gabo para que de esta manera pueda usted corregirlos. Jorge García Usta, poeta de ascendencia árabe nacido en Ciénaga de Oro, Córdoba, decía: “Tener los ojos profundos, la piel olivácea, la barba abundante o un apellido con resonancias orientales, han dejado de ser señales normales de un ser. Desde el atentado al corazón financiero de Nueva York, constituyen señales de un sospechoso temible en el mundo entero. En este sentido, parte de la población del Caribe colombiano podría hacer parte de esa masa de sospechosos. Toda mezquita es digna de recelo. En medio de la confusión, se han gritado improperios contra árabes y musulmanes, en forma indiscriminada, se procede a vulgarizar, de manera tendenciosa, el sentido de lo árabe y hasta se señalan enclaves terroristas en lugares de Latinoamérica donde la población de origen árabe es abundante e influyente.” Y Raúl Gomez Jattin, Cartagena, 1945 – Cartagena 1997: en uno de sus poemas :
Abuela oriental
A esa abuela ensoñada
venida de Constantinopla
A esa mujer malvada
que me esquilmaba el pan
A es monstruo mitológico
con un vientre crecido
como una calabaza gigante
Yo la odié en mi niñez
Y sin embargo vuelve
en esta noche aciaga
con algo de hermosura
Por algo se dice
que con el tiempo uno perdona casi todo
Vuelve con sus cicatrices en el alma
de fugada de un harem
con sus “mierda” en árabe y en español
Con su soledad en esos dos idiomas
Y ese vago destello en su espalda
De alta espiga de Siria.
Soy caribe; ya Barthes lo había dicho: somos pensados por la cultura, por la educación, por la familia, por la religión.
Muriel Angulo
2009/07/11 at 8:45 am
Es cierto, se ha dicho hasta la saciedad. Pero hay que recordarlo: un territorio por el cual se pelean -y se lucran- los artistas contemporáneos es el de las representaciones del “otro” en todas sus manifestaciones. He ahí el problema ético. Cada cual justifica sus conquistas ya sea a través de registros fotográficos, documentos, viajes y la mirada específica que se le confiere al presentar los procesos en concursos, curadurías y convocatorias del cubo blanco. Dado el interés por el tema, con el ánimo de aportar al debate y “desterritorializar” esta discusión, me permito anexar una entrevista a la curadora Catherine David, quien luego de oficiar como curadora del Documenta X se dedicó a investigar sobre la cultura arabe y sus formas de representación. Desde el 2001 viene presentando su propuesta con el nombre de “Representaciones árabes contemporáneas” la cual expone en Buenos Aires durante el año en curso.
Representaciones árabes contemporáneas
Catherine David llegó a la Argentina a compartir todo lo que ha aprendido en el territorio del arte. Con el bagaje de un respetado trabajo en el mundo cultural, la curadora francesa advierte: “Hoy, lo que recibimos en mayor medida, es un mensaje publicitario. La imagen publicitaria es la dominante. Esa suerte de estatización de la miseria humana que hacen algunos artistas me parece muy problemático”.
Esta historiadora del arte, de reconocimiento internacional, llegó a Buenos Aires para brindar conferencias en el contexto de un ambicioso proyecto, “De rasgos árabes”, a cargo del artista español Pedro G. Romero, cuyos debates comenzarán mañana en el Instituto Goethe y continuará hasta el 3 de julio en el Centro Cultural de España (Cceba).
El proyecto abreva en “Representaciones árabes contemporáneas”, la propuesta estética y de debate que David dirigió tanto en instituciones culturales de Medio Oriente como en la Fundación Tapies, de Barcelona. Su debut fue en junio de 2009 en México y ahora llega a Buenos Aires. Al puntapié inicial de la propuesta “De rasgos árabes” le seguirá a mediados de julio el encuentro árabe iberoamericano de cineastas, titulado “Insubordinadas”, que traerá a Buenos Aires a cineastas de Medio Oriente.
Alma máter de Documenta X, la muestra de arte que se realiza cada lustro en Kassel, Alemania, David dejó impreso su sello en el escenario cultural europeo, con una edición en la que privilegió los procesos de creación estética y los debates, antes que los objetos.
David es una mujer de una mirada escrutadora y de reflexiones muy agudas.
¿Cómo nació Representaciones árabes contemporáneas ?
Después de la Documenta creamos un proyecto para mapear las culturas contemporáneas árabes intentado poner en su propio contexto, la sociedad, la historia, varias expresiones, la cultura audiovisual, el cine, la ideología para llegar a una plataforma crítica. Partimos del hecho que en las culturas del mundo árabe hay una tendencia a valorar el pasado. Y hay un desfasaje en la percepción de las culturas de esas sociedades. Después del 11 de septiembre de 2001, muchas cosas se han agravado. Asistimos hoy a una simplificación, a una estigmatización del mundo árabe, asociando lo árabe a islamismo, a terrorismo y eso es muy complicado. Es muy difícil responder con matices a tanta simplificación.
¿En ese escenario, qué puede aportar el arte?
Tenemos un desconocimiento abismal de la modernidad árabe y eso se debe a varios factores, como la colonización, la mala circulación de información, y a que la mayoría de esas sociedades carecen de espacio público para la difusión de ideas. Eso condujo a algunas obras importantes, pero se quedan en cicuitos muy limitados en el mundo árabe. Lo que podemos decir es que lo que aparece en y a través de los textos de los artistas contemporáneos es más complejo de lo que recogen los medios.
¿Con el exilio de tantos intelectuales cómo pueden reconstruirse los países destruidos por la guerra en el mundo árabe?
Hay un fenómeno común, pero con matices respecto de todas estas sociedades. El hecho de que muchos intelectuales estén fuera y con situaciones muy diversas en cuanto a su inserción en las culturas occidentales no ayuda a las reformas dentro de los propios países. Podemos hablar de culturas en tensión.
¿Cómo analiza usted esa paradoja posmoderna de rescate de la memoria y, a su vez, de destrucción de la memoria?
Para mí no es posmodernidad. Lo moderno es lo suficientemente paradójico y complejo como para seguir todavía. A mi juicio la modernidad no terminó. Seguimos en un momento moderno conflictivo y problemático. Además, está el problema de la memoria, de las raíces, que se afirma cuanto más un sujeto es fragilizado en su proceso identitario. Vuelve más a edades de oro, cuando sabemos que la edad de oro es una invención. La vuelta al pasado, radical y en ciertas versiones violentas, tiene que ver con lo que un sociólogo tunecino llama “proceso de legitimación genealógica”, que es el momento en que todos los valores de una cultura se ven afectadas por coeficientes negativos. Las raíces, la identidad, son ficciones. A menudo, son fantasías muy peligrosas. El problema no es la identidad, porque no creo en ello. Creo en procesos de identificación que a lo largo de la vida un sujeto atraviesa. Son procesos más o menos dolorosos, más o menos peligrosos, más o menos agradables. La identidad se adquiere cuando uno muere. Y también tiene que ver con el espacio que el sujeto tiene en una clase social.
¿Cuáles son a su juicio las instituciones culturales que mejor trabajan estas cuestiones?
Veo cómo se organiza el museo y su organización tiene muchas limitaciones, que tienen que ver con la selección de los corpus, el énfasis en los objetos, cuando hay en juego otras dinámicas y procesos. Creo que el tema principal es identificar dónde están los espacios para que se debatan esas propuestas complejas que no están forzosamente articuladas alrededor de un objeto. Cuando el mercado es tan poderoso, eso afecta más a las artes visuales que a otras disciplinas, porque el arte se convierte en un material de inversión, de representación simbólica de distinción y de lifestyle. Me pregunto dónde están esos espacios donde se pueda organizar el encuentro entre las propuestas más radicales y desafiantes para públicos contemporáneos. Hace más de 10 años trabajo con instituciones y por mi experiencia creo que la institucionalización de una práctica es la respuesta. Me interesa saber dónde y cómo puedo trabajar de manera seria con la cultura, y eso no tiene nada que ver con la publicidad y el glamour. Y me interesa mucho el proceso de pictorialización del mundo. En Documenta tuvimos una cantidad de imágenes muy poderosas, pese a que las críticas nos señalaban por lo contrario.
El proyecto
* De rargos árabes, además de tener un antecedente en el proyecto Representaciones arabes contemporaneas, encuentra inspiración en el la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes, asesinado por la Policía Metropolitana inglesa en 2005. El suceso tuvo lugar en el contexto del atentado en el metro de Londres. Por entonces, la policía dijo que lo mató “por sus rasgos árabes” que lo asimilaban al terrorista islamita Husein Osman.
fuente >
http://www.recursosculturales.com.ar/blog/?p=366
2009/07/11 at 2:45 pm
Y recordando a Edward Said, en su texto ORIENTALISMO:
“¿Cómo se representan otras culturas? ¿Qué es otra cultura? El concepto de una cultura distinta (raza, religión o civilización) ¿es útil o implica siempre una autosatisfacción (cuando se habla de la propia cultura) o una hostilidad y una agresividad (cuando se trata de la “otra”)? ¿Qué cuenta mas, las diferencias culturales, religiosas y raciales o las categorías socioeconómicas y político-históricas? ¿Cómo adquieren las ideas autoridad, “normalidad” e incluso la categoría de verdades naturales? ¿Cuál es el papel del intelectual? ¿Será dar validez a la cultura y al Estado del que forma parte? ¿Qué importancia debe él dar a una conciencia crítica y e independiente, a una conciencia crítica de oposición?”
“Nadie puede evitar tratar con las divisiones Este-Oeste, Norte-Sur, ricos-pobres, imperialistas-antiimperialistas, o blancos-de color. No podemos esquivarlas como si no existieran; por el contrario, el orientalismo contemporáneo nos enseña mucho sobre la deshonestidad intelectual que supone disimularlas, ya que eso no consigue más que intensificar las divisiones y hacerlas más crueles y permanentes. Así, una ciencia abierta, “progresista” y prudente puede degenerar fácilmente en una inercia dogmática; perspectiva que tampoco es muy edificante.”
2009/07/11 at 3:37 pm
Angulo vs. Opazo: la pelea por la Custodia del “Otro”
Desde la aparición de la noción del “Otro”, una noción religiosa inocua e inofensiva que el capitalismo se inventó para reemplazar la amenazante noción de “clase”, – noción que amenazaba directamente su núcleo, la propiedad privada -, los artistas han luchado en sendas batallas por demostrar quien es verdaderamente su custodio, su dueño. Pero como llegado un punto en que el “Otro” se convirtió en el plato mas apetecido del banquete global del arte, ese cuerpo del “Otro” hubo de ser troceado en mil partes para que las fieras pudieran saciar al menos en parte su hambre. La batalla entre Muriel Angulo y Mario Opazo es una muestra de cuan valioso es el plato más caro en la escena del arte político contemporáneo. Y es el plato más valioso en cuanto que sus ingredientes, el artista héroe, la misericordia que habla como política… son los más apetecidos a la hora de cumplir con la obsesión del arte político: la estetización de los conflictos que amenazan constantemente a su madre el capitalismo. El artista se ha convertido en el distribuidor, en el dealer encargado por el capitalismo de dopar a esos grupos de “Otros” llamados “comunidades”, para neutralizar su capacidad de lucha en el terreno político práctico y lobotomizar su lucha.
Aqui, en Angulo vs. Opazo, Kramer vs. Kramer , tenemos un caso típico, el caso perfecto, el caso pedagógico.
“Ted Kramer (Dustin Hoffman) es un hombre que antepone su trabajo a su familia. Su esposa Joanna (Meryl Streep) no resiste más esta situación y le abandona. Ted se ve ahora ante la necesidad de ocuparse de la casa y, sobre todo, de su pequeño hijo. Después de un tiempo, cuando Ted ya se desenvuelve bien solo, Joanna regresa y reclama la custodia del niño. Sin embargo, Ted no está dispuesto a separarse de su hijo, de manera que Joanna lleva el asunto ante los tribunales, donde deberá decidirse quién de los dos obtendrá la custodia del hijo.”
Por un lado tenemos a una artista, otrora pintora, que entendió que si quería sobrevivir en el mundo de arte debía convertirse en “artista social”; un caso que vemos repetirse cada día en todas partes de manera recurrente. Por el otro, un artista que invocando un supuesto pasado heróico de persecución por una dictadura, nos muestra su certificado nobiliario de víctima que le servirá de pasaporte diplomático ante el mundo curatorial y ante otras víctimas, pero sin ninguna prueba de que ello haya sido cierto. De nuevo como en el caso Hosie estamos al borde de lo apócrifo. Como en otros casos, cada vez más frecuentes y que ya hemos visto aquí, éste artista da por sentado que gracias al tono sentimental de su discurso propositivo,- una mezcla de sociologismo, turismo de investigación, royalty de víctima, prestigio docente, y amigos/cortesanos que cubren sus cuestionados actos -, sus motivos no pueden ni deben ser examinados.
Con su fárrago de “demostraciones” de derecho a la paternidad cada uno publicita su producto…¡Quién pidió pollo!…Y la discusión se convierte en lobby. Saben que hay más de un curador leyendo Esfera Pública. Y cada uno saca su mascota, porque eso es el “Otro” para el arte contemporáneo, una mascota adoptada, -en éste caso lo “árabe” es el pedigree-, e intenta demostrarle al jurado, al curatoriado, al mundo, que su mascota es más fina, más árabe pura sangre. Y es entonces cuando el sociologismo artístico se descubre como lo que es en verdad: mercadeo al desnudo.
¿Y qué pasará con ese “Otro” después del premio? ¿De los 50 millones y la exposición en Londres? Solo será un cuerpo inerte al que se le ha extraído la poca sangre que le quedaba, porque la función del “Otro” no es solo la de decorar el desierto. Es, como en el cuadro de Rousseau, la alternativa de los leones que buscan en el desierto su última oportunidad.
2009/07/11 at 4:44 pm
Un paraiso para Muriel
En honor a una vaga investigación que se comienza a entrever en la polémica, debemos decir que existe plagio, pero yo me atrevería a señalarlo con la palabra que apropié de José Hernán Aguilar: un cover, un autocover, Mario Opazo se cita a si mismo todo el tiempo. El mismo acaba de señalar que Amargo como la vida, su documental sobre el pueblo Saharaui, es sólo uno de los pilares sobre los que Expulsión del paraíso empezó a erigirse.
Concuerdo con Diego Aguilar cuando señala que el tema aquí no es la cultura árabe, y yo reitero enfático que EL PROBLEMA NO ES LO ARABE, redundo ante la imposibilidad de comprensión y la repetición improductiva del tema que Muriel Angulo dice venir trabajando y ante la malinterpretación que se le está dando hasta el punto de convertirla en el “pedigree”. Es a lo largo de la producción de Opazo que entrevemos cuáles son sus inquietudes conceptuales y temáticas que expresa por medio de esos gestos “micro-políticos” al decir de Natalia Gutiérrez (que yo nunca dude en señalarle al artista como macro-políticos una vez que se embarcó en el proyecto Amargo). A partir de su producción se evidencia una serie de reflexiones que son constantes en su obra y que reiteran una condición autobiográfica que marca el interés de los problemas escultóricos que resuelve en cada una de sus muestras (de manera muy especial en esta última, justa nominada al Premio Caballero).
En este caso, tal vez el autocover mas reconocido en Expulsión del paraíso, es la imagen que Opazo había presentado en La creación de Adán, donde un hombre palestino aturdido después de una incursión armada es chequeado por un robot antiexplosivos, el cual estira su brazo mecánico recordando la imagen de Miguel Ángel. En otra proyección de Expulsión, un hombre asciende la duna de arena en un intento frustrado que se repite hasta el hartazgo, ante la imposibilidad de alcanzar la meta que se había trazado alcanzar. Esta obra que se proyecta en una montaña de arena inmediatamente remite a Scarabeus Sacer, obra de Mario Opazo que fue incluida en la pasada Bienal de Venecia, en la cual un hombre intenta ascender un largo camino pero se desploma cada vez en el intento. Ambos trabajos emparentados con la producción de Allys donde el ensayo y error son fuerzas opuestas que funcionan en medio de una práctica artística que se expresa a partir de la presencia corporal. Sin embargo, es importante señalar, antes de continuar, que en los trabajos citados de Opazo radica una preocupación que tiene que ver más con la condición del hombre moderno frente a los desplazamientos forzados (no hay que entenderlo desde el auge del desplazado en Colombia) sino a la necesidad actual de replantear el territorio como un espacio geográfico para empezar a comprenderlo como una estadio fluctuante e indeterminado de acuerdo con las dinámicas que imponen la mundialización de la cultura. Este espacio entonces estaría determinado más bien por conceptos intangibles como las nociones de patria, frontera, movimiento, velocidad, virtualidad, y tecnología, Estos conceptos, claros en la obra de Opazo, hacen que yo recalque en el concepto de lo portátil como un término clave para entender su producción, siempre y cuando el término se asocie con la necesidad de habitar un territorio siempre en movimiento. Es en este punto donde la conexión con los Saharauis se estrecha, ya que su patria se ha convertido en su peregrinaje ante la imposibilidad de habitar territorio. En el caso del artista, la condición es más o menos parecida teniendo en cuenta que es difícil catalogar si es un artista colombiano, chileno o saharaui (ahora que fue honorariamente nombrado como tal, como se puede ver en Amargo…).
La palabra expulsión ya había venido asociándose a su proceso, implica tanto movimiento como territorio, ambas palabras que están contenidas en el repertorio de Opazo, porque, como ya es conocido, su condición de exiliado en tiempos de Pinochet lo obligaron a buscar otro emplazamiento. Es precisamente Expulsion la palabra que reunió varias de sus obras realizadas en video para una exposición que se llevó a cabo en la Universidad de Western Ontario (Canada) y que desde su guión curatorial buscaba vincular su trabajo con el Arte Povera, señalando que representa esa escasez (mas que pobreza) en el espacio expositivo, y a las mínimas expresiones gestuales que por medio de acciones realiza (como el tañer una campana de cuando en cuando, sentado en un espacio de autorreclusión) que se hace esa remembranza con la lejana tendencia italiana de Postguerra.
Siempre esa noción del movimiento en la obra de Opazo está vinculado con la idea de memoria, teniendo en cuenta que el desalojo y el desarraigo frente al espacio físico genera una disputa en la que está implicada la memoria como un habitáculo de todas nuestras vivencias y del equipaje socio-cultural que se carga y se enriquece en el transcurso de ese desplazamiento del hombre, una memoria que a veces debe ser reseteada para adecuarse a un nuevo hábitat.
Habiendo hecho un pequeño y rápido esbozo de esas preocupaciones que se evidencian en la producción de Opazo se abre el espacio para la pregunta. ¿Hay algo de Muriel aquí? Ante lo cual me atrevo a descartar cualquier posibilidad frente a la imposibilidad de que tantas coincidencias vinieran juntas. Ni chilena, ni exiliada, pero eso sí, estudiante de Manzur… (a menos que las páginas de internet mientan, porque son mi única guía para saber quién es la misteriosa litigante). En fin, el pleito se reduce a que Mario debió darle explicaciones de su proyecto a ella y se pretende con unas fotos que pública en esta página que se asuma un evidente parecido entre su producción y la de un artista ganador del Salón Nacional y participante en la Bienal de Venecia (que no viene al tema señalar pero sólo para reiterar que quien tiene más proyección es Opazo, ¿porque no entonces acusar de plagio a la contraparte?). ¿A que se reduce el asunto de lo ético en estas dimensiones artísticas? ¿Se habla del Otro pero no se tolera al Otro?
Ahora que tu nombre está en los labios de los dioses, mejor no comas de esa manzana so-pena de ser expulsada.
2009/07/11 at 10:26 pm
Javier Bardem y otros “famosos” españoles se toman fotografías con niños saharauis en un acto de solidaridad mediática. Cualquier parecido con el medio del arte es coincidencia pura:
Y cada uno saca su mascota, porque eso es el “Otro” para el arte contemporáneo, una mascota adoptada, -en éste caso lo “árabe” es el pedigree-, e intenta demostrarle al jurado, al curatoriado, al mundo, que su mascota es más fina, más árabe pura sangre. Y es entonces cuando el sociologismo artístico se descubre como lo que es en verdad: mercadeo al desnudo.
2009/07/12 at 10:09 pm
David contra Goliat. El intocable mainstream criollo
2009/07/13 at 12:12 am
Aprovecho la oportunidad para ampliar la información sobre las actividades de apoyo al Pueblo Saharaui, por supuesto fue importante el aporte de Gabriel Merchán ya que me permite contarles que existe el Festival de Cine del Sahara, evento fundado por algunas personas del arte y el cine, algunos de ellos son de la junta directiva como Pedro Almodovar y Javier Bardem, quizá por eso aparecen en fotografías con los Saharauis, ellos son muy queridos por este pueblo, que entre otras cosas los Saharauis se sienten más latinos que árabes, ya que las tres embajadas que tienen son en Cuba, México y Venezuela, es decir, que han tenido un enorme apoyo político de America Latina. En Chile y Perú en este momento se está trabajando con los Parlamentos correspondientes para fundar en Perú y fortalecer en Chile las Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui. El Festival se realiza en el mes de mayo en los campamentos al sur de Argelia y si buscan la página pueden inscribirse para viajar a los campamentos como espectadores colaborantes del Festival, Adjunto al Festival se ha fundado la organización Artfariti, que se dedica a programar encuentros culturales y artísticos en los campamentos de refugiados, también ellos reciben propuestas de proyectos de performance, talleres, intervenciones, etc.
Aún así, el tema es complejo ya que el Pueblo Saharaui en este momento lo que requiere con urgencia es un apoyo político y hasta ahora solo ha recibido ayuda humanitaria, que ellos agradecen pero piden desesperados una fuerza política del resto del mundo, que exija a la ONU interceder por su independencia rápidamente.
Existen muchas organizaciones de apoyo a este pueblo, son 72 los países que los han reconocido como República entre ellos Colombia, sin embargo, hace falta difundir la realidad Saharaui y un trabajo de solidaridad más insistente, es claro que por ejemplo en Colombia, no se conoce muy bien esta situación ni en el resto de los países Latinoamericanos distintos a Cuba, México y Venezuela.
El documental “Amargo como la vida”, que he realizado tiene la intensión de difundir esta causa, es mi aporte, pequeño y pobre ya que fue realizado en video y con cero presupuesto y equipo de producción, sin embargo, pienso que resultó un buen material que en este momento me ha permitido vincularme al trabajo que se realiza en Perú y en Chile por las Asociaciones de apoyo a los Saharauis.
Estamos trabajando con un grupo de amigos en la fundación de algún grupo de trabajo en Colombia, seguramente en su momento se vinculará la Universidad Nacional y las entidades que se interesen en trabajar, se trata de trabajar con profesionales en derecho internacional, sociología, arte, educación, etc.
El primer proyecto es un encuentro de educadores Saharauis y Colombianos, maestros de colegios para compartir experiencias sobre educación en zonas de conflicto, o sea ¿como enseñar, que metodologías de enseñanza proponer en contextos afectados por la guerra.
Las personas que se interesen en el tema pueden escribirme a mopazo2@yahoo.es, seguramente este es un buen canal para estar en contacto, aunque pienso que esferapública también puede ser un buen espacio de trabajo.
A continuación adjunto copia de algunos correos electrónicos que he recibido de algunos líderes de gobierno y comunitarios del RASD (República Árabe Saharaui Democrática), sobre todo para que Carlos Salazar se anime a trabajar por el otro y con el otro, también para que deje de ser tan ofensivo, para que contemple el mundo como algo más grande que el arte y también como algo más extenso que esferapública, por supuesto para que aproveche sus capacidades artísticas e intelectuales, que se que las tiene, y de seguro le sirven para muchas más cosas constructivas que irrumpir agresivamente (ahí si) en el otro.
Carlitos, la cosa es trabajando, le insisto, hago documentales a veces, cuando veo que es más eficaz ese recurso para informar sobre asuntos políticos que exigen un lenguaje directo incluso propagandístico e informativo, hay problemáticas que lo requieren. Pero insisto, también hace rato nos quedó claro que el arte puede estar más cerca de la cultura que del arte.(Meireles). Aún así, yo prefiero hacer documentales para no incurrir en mi trabajo plástico con eso que a usted tanto le indigna: el pronunciamiento directo sobre asuntos de orden político, (por eso le aclaro, mi proyecto del Luís Caballero no tiene nada que ver con los Saharauis más allá de una referencia al derrumbe de los límites y al viaje). Tal vez compartimos el mismo ánimo de mirar desde el arte de manera indirecta la realidad, como a través del escudo de Perseo, para no petrificarnos, la cosa es que su realidad de monstruos y la mía son distintas, yo respeto la suya, por favor respete la mía.
Ahhh, los correos adjuntos le responderán su pregunta: …¿y que pasa después con el otro?, lo de los 50 millones, no se lo puedo responder con certeza, hasta que los tenga en mi cuenta, pero sospecho que me alcanzaría para inflar el documental a cine y pagar para ponerle los subtítulos en árabe, seguro así tendrá más cobertura mi colaboración a los Saharauis ya que hay festivales en donde me han pedido estas dos cosas.
Me gustaría también preguntarle: ¿por qué me odia tanto?, escasamente le conozco, a través de un video suyo hecho con pedazos de películas ponográficas, que estaba buenísimo por cierto (me gustó en serio, me acercó a Gilles Lipovetsky, que lo adoro) y que creo se lo incluimos en la primera versión del festival EXPERIMENTA COLOMBIA.
¿No será que el odio es su manera de trabajar?, bueno si es así, pues algo es algo.
ESTIMADO SR. MOPAZO:
MUCHISIMO GUSTO EN SALUDARLO.
REALMENTE LE AGRADECEMOS MUCHO SU DVD DEL DOCUMENTAL “AMARGO COMO LA VIDA” QUE NOS ENVIÓ MUY ATENTAMENTE.
LO PROYECTAMOS EN LA ACTIVIDAD POR EL 20 DE MAYO, DÍA DEL ANIVERSARIO DEL DESENCADENAMIENTO DE LA LUCHA ARMADA POR EL FRENTE POLISARIO, CELEBRADO EN LA UNIÓN ÁRABE DE CUBA. NOS RESULTÓ DE MUCHA UTILIDAD.
LE REITERO MIS MÁS ALTAS CONSIDERACIONES, AQUÍ ESTAMOS A VUESTRA DISPOSICIÓN Y SI VISITASE CUBA, PUES CON MUCHO GUSTO LO ATENDEREMOS.
MALAININE ETKANA
EMBAJADOR
Estimado Mario: Gracias por tu mail, nos interesa mucho tener una
copia de tu documental e incluso subirlo a nuestro portal y distribuir
tu reportaje a otras asociaciones de solidaridad con el pueblo
saharaui.
En Colombia se han efectuado en el pasado varias actividades en
solidaridad con el pueblo saharaui, principalmente a nivel del
parlamento y de algunos dirigentes polticos. Sin enbargo, creo que tu
presencia podría ser la ocasión de organizar una asociación de amistad
y solidaridad con la lucha del pueblo saharaui.
Quedemos en contacto
Un abrazo,
Esteban Silva Cuadra
Presidente Asoc Latinoamericana de Amistad con la RASD
Quedo a la espera de que me indiques como podrias hacernos llegar el DVD
hola MARIO
espero que estas bin de salud y de trabajo y muchas gracias por tu mensaje .
ahora estoy en suecia tenemos un encuentro de 2 semanas y vuelvo a los campamentos
de refugiados en el 2 de agosto .
ante todo pido perdon porque no hablo bien la idioma castellana .
sobre el asunto de el libre de expesion en los campamenntos quiero hablar a la experiencia
de nuestra revista HFUTURO SAHARAUI como la primera revista no gubternammental en los campamnentos y tambien es la unica que no esta controlada desde nuestro gobierno .
hasta ahora sacamos 11 ediciones y en todas nuestras pasadas ediciones criticamos los errores politicos internoms igual que externos de nuestro gobierno y tambin proponer solucones de estos errores , y para saber mas sobre nuestra revista FUTURO SNAHARAUI entras en este enlace :
http://www.futurosahara.jeeran.com/es1.htm
y sobre la presentacion en el decumental si es posinle presentarme como periodista en la revista futuro saharaui .
si tienes ncualquier pregunta sobre nuestra revigsta FUTURO SAHARAUI enviamela .
seguiremos en contacto y hasa la proxima .
saludos de SAID ZARWAL
2009/07/13 at 4:45 pm
“Toda solidaridad no anónima es propaganda”
T.C.
Mi estimado Opazo:
Muchas veces he hecho énfasis en como el artista o el crítico políticos, ante su ausencia de coherencia e imitando al gerente de imagen corporativo, evita ser examinado de cerca por diferentes medios. Él, en cuanto “Otro”, no debe ser cuestionado, sino tolerado. Y algunos de los medios “dialécticos” que utiliza son argüir que se le critica por envidia, por falta de compromiso o, como en su caso, por odio, falta de tolerancia y.. porque no trabajan. No se porqué me vienen a la mente los argumentos esos “Otros” que son los hijos del presidente y sus ministros en el debata sobre el tema de Mosquera y las Notarias.
El cuestionamiento, ese su mensaje y el sus ayudas de cámara Christian Padilla (quien quiere que sea) y Arcos-Palma, nuestro “prétendu de sorbonier” y eterno wannabe francés que en diez vidas no logrará serlo, es un trabajo de vagos, incompetentes o primíparos. Los artistas y los políticos o el híbrido de los dos, evitan como en su caso típico por demás, ser examinados en sus motivos enfatizando su aura de víctima.
Yo no se de su talento como artista, si de su gran talento de lobbista, de licitador y de su estilo cortesano; pero usted no es tonto, y no solamente no es tonto sino que su mayor cualidad es la astucia y sabe como convertir los argumentos que lo cuestionan en publicidad promocional tal y como lo viene haciendo en éste espacio. De las piedras críticas que le lanzan hace usted un valla publicitaria en Times Square. No todos tenemos ese talento de político en elecciones o en Luis Caballero.
Yo sospecho y ojalá me equivoque, que usted como otros muchos, está usando el conflicto saharaui para impulsar su carrera, no con la sólida coherencia política que le hubiera debido dejar su supuesta lucha contra el régimen de Pinochet (me encantaría saber como es esa historia en realidad) sino con todo un castillo de naipes de argumentos “ad populum”, lacrimosos y teatrales que no parecen heredados del Frente Popular de Allende sino de Lucious Smith, el pastor “activista” que habló en el show fúnebre de Michael Jackson.
Usted, como el artista políticamente promedio, dice obedientemente lo que el mundo del arte quiere oir y en el tono misericordioso que quieren oir los curadores y coleccionistas suizos: lo que yo llamo el “Tono Daros”. El hecho de que yo ya haya aludido a casos como el de Doris Salcedo y Alfredo Jaar significa que usted para mi no es un caso personal envuelto en el veneno del odio, como tampoco lo es el de Muriel, sino un caso clínico más para el archivo, más cercano en todo caso y por el nivel de prestigio al de Hosie que a éstos.
Mi “motto” no son los artistas como individuos pues ese es el papel del crítico, sino demostrar que las relaciones entre arte político y capitalismo corporativo son unas relaciones de promiscuidad y que el arte político es un arte mas incisivamente colaboracionista que el arte “no crítico” del bodegón y el paisaje o el arte geométrico. Que el arte político es hoy en dia la más prestigiosa de las artes decorativas. Los artistas en si, usted incluido, no me interesan sino como ejemplos para demostrar esa tesis. No existe pues ningun sentimiento respecto a ellos ni a usted.
Mi posición en cuanto al tema del “Otro”, su vampirización por el artista y sus raíces en el fascismo, ha sido suficientemente explicada y desde hace tiempo por éste medio. Si su Solidaridad Narcisista le permite acercarse sin vértigo a sus propios fantasmas le recomiendo que lo revise y nos cuente en que parte del espectro se encuentra usted.
https://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=597&Itemid=7
Finalmente la pregunta: si su solidaridad con el “Otro” es tan ferviente ¿porqué no lo hace de manera anónima? Existe un cúmulo de ejemplos, como usted bien sabe, de solidaridad anónima no solo con los saharauis sino con otros pueblos en conflicto.
Estoy seguro que dada la naturaleza de los jurados usuales del Luis Caballero y el lobby que ha hecho por éste medio, su película va a poder realizarse. Aunque sigo creyendo que al final, entre el pueblo saharaui y usted, usted va a ser quien mas se beneficie.
2009/07/17 at 3:04 pm
Cuando el Otro deviene un espejismo, y terminamos ahogandonos en él, es decir inmersos en su discurso, que no es el nuestro, lo convertimos en un monstruo de mil cabezas, lo hacemos hablar como un ventrílocuo hace hablar su marioneta, gesticulando su maldita aparición; Oh pecado el Otro ha aparecido!! doblegaos de rodillas y pedid perdon al Altizimo. Solamente en ese instante cuando leo tremendas estupideces, puedo introducir esta frase tomada prestada de Jorge Penuela en ese magnifico texto que ninguno de nos-Otros, nos atrevemos a comentar por temor a dejar al desnudo nuestra ignorancia: “Opazo nos ha deslizado este dato, quizá de manera inconsciente, para que no nos equivoquemos en nuestros juicios.” El dato es que el artista cuando dispone sus objetos artisticos, no simula situaciones: las experimenta; en ese sentido no hay Otro.
El Otro surge aquí en esfera publica, como por arte de magia en este debate alrededor del plagio. Merchan introduce un discurso del otro que habla de lo árabe y con eso pretende deslegitirmar una obra que tiene una contundencia indudable. Christian Padilla, quien no es ningún aparecido (pese a su juventud) insiste con justeza: EL PROBLEMA NO ES LO ARABE. Frase escrita en grandes caracteres para que los artistas enceguecidos en improvisados críticos, puedan leerlas: por simple deducción si el problema no es lo árabe, asi como el propio artista Mario Opazo lo ha dicho claramente, el problema no es EL OTRO. Merchan introduce con perspicacia un texto que habla de lo árabe encontrado en un buscador internet, facil de encontrar por cierto: arte contemporaneo, arabe, etc.. y Bingo!!, la piedra en el zapato a lo cual nuestro querido pintor sabanero Zalazar, repite como un perroquet (perdón mi afrancesamiento estimadisimo pintor ejemmm), el otro, el otro, el Otro rrrruuaaaaAAA.
Nadie ha hablado del otro, y menos el artista Mario Opazo. Pero para los que tienen urticaria del Otro, les recuerdo esa fracesita, pequeña y trillada tantas veces citada pero pocas veces comprendida: Je est un autre. Cuando Rimbaud enuncio esta frase no quería decir que él era Otro sino que el Otro somos nos-Otros mismos es decir que NO HAY OTRO. Así de simple. El discurso del otro es una invención colonial, que si bien es cierto se ha derramado sin ningun control en el medio del arte sobre todo en la década de los ochenta del siglo pasado, ahora ya nadie, a estas alturas le presta atención. Solo algunos loritos mojados: rrruuuaaa, rruuuuaaa, el otro, el otro, el otro…
2009/07/17 at 10:24 pm
El 5 de octubre de 1974, en la calle Santa Fe de Santiago, Carmen Castillo y Miguel Enriquez, dos clandestinos, son atacados por los militares. Enriquez fue asesinado, Castillo embarazada, fue herida por las esquirlas de granada. Por suerte su hospitalización fue mediatizada. Sin duda, esto la salvo de la tortura y la desaparición. Castillo fue expulsada de Chile, prohibiéndole la entrada y el regreso. De país en país, el tiempo pasara en esa búsqueda de un lugar, de lucha contra la dictadura. La película “Calle Santa Fe” es el regreso a Chile 30 años después del exilio. Es la búsqueda de la reconstrucción mental del 5 de Octubre de 1974. El descubrimiento progresivo de una generación y un medio para la cineasta de recrear una realidad que se volvió un recuerdo opresivo: “todos los sacrificios valieron la pena?” “no hay un exilio para describir, hay tantos exilios como exiliados y dentro del exilio de cada uno, encontramos muchos” C. Castillo.
…en muchas ocasiones el cine es perfecto…
2009/07/20 at 5:37 pm
NOSOTROS Y LOS OTROS*
Ningún término puede ser legitimado o deslegitimado en si mismo: es el criterio con el cual se usa, y el contexto en que es usado. El concepto los Otros, es tan antiguo como la historia del poder mismo, de las tiranías, de las dictaduras, y del capitalismo salvaje que apoya, con su economía de mercado, a todos los anteriores. Los colombianos que hemos vivido en carne propia lo sabemos: 50.000 desaparecidos en fosas comunes, otros más desaparecidos en hornos crematorios, 2.000 llamados eufemísticamente “falsos positivos” que son Asesinatos a sangre fría y premeditados según Philip Alston, relator especial de la ONU para las Ejecuciones Arbitrarias, hechos que nos advierten que estamos en riesgo de ser llamados terroristas sino estamos alineados a la dictadura civil que hoy nos gobierna; la mayor parte de los colombianos somos los Otros, en nuestro país y fuera de él, todos somos dignos de sospecha y aún mas si somos indígenas o afroamericanos. ¿o qué somos para el fascista primer mundo, los colombianos de bien, los que vemos claramente cómo las mafias se adueñan de nuestro país, qué somos sino eso? Aquellos que niegan la existencia del Otro, son los mismos que imponen sanciones sobre las diferencias, “no existen los otros, sino nosotros” dice el fascismo porque se basa precisamente en su desconocimiento, en su invisibilidad y exterminio, políticas vigentes que están apoyadas por el sistema financiero, las multinacionales y sus ejércitos invasores en cabeza de USA y del primer mundo globalizado. Léase historia del paramilitarismo en Colombia. Sólo es el poder criminal el que define al Otro como ser inferior y la historia oficial y racista así los ha clasificado: por eso hay muchísimos Otros históricos que en su momento fueron invisibilizados: los campesinos de la Europa del siglo IX al XV, denominados siervos por el régimen feudal y cuya producción agrícola debía ser entregada al noble de turno, la masacre del los pueblos de Oriente durante las cruzadas católicas y monárquicas, los indígenas y los afroamericanos maltratados a lo largo y ancho de todo nuestro territorio, la población africana que durante el apartheid fue humillada por los afrikáners, grupo étnico de origen germánico, los intelectuales y artistas cuando no están alineados al poder de facto, el valiente Frente republicano que se sublevó en contra de la dictadura franquista durante la guerra civil española, el pueblo hondureño contra el poder terrateniente y multinacional, la gente de bien en Colombia que protesta indignada contra los crímenes de Estado, todos los desaparecidos y desaparecidas de las dictaduras del cono sur, el maltrato a las mujeres que en Colombia alcanza según datos de enero de 2009, la cifra de 1.203 mujeres asesinadas por su pareja en Bogota, 193 homicidios de género en Medellín, y 106 en Cali en el mismo lapso de tiempo, el Estado Palestino que combate en desventaja contra la potencia militar israelí financiada por los gringos, el exterminio del pueblo armenio………la lista es muy larga, y es, precisamente el haber combatido esos crímenes lo que le ha dado el verdadero sentido a la historia. Los Otros no son una invención colonial que quedó en el pasado, la tragedia es precisamente su vigencia, mas ahora que nunca. La política del Gran Hermano está inmersa dentro de nuestra cotidianidad; mal podríamos ignorar lo que sucede a diario en las regiones y subregiones de Colombia con la política centralista y excluyente, que silencia sus voces ocultando sus derechos y necesidades. Los Otros no son un asunto del pasado colonialista: son un asunto absolutamente vigente, siguen siendo el motor de todas las revoluciones, intelectuales, políticas, artísticas, sociales. El etnocentrismo, que es la definición de lo universal a partir de un particular, nos reta a seguir legitimando las particularidades, diferencias y diversidades de las culturas que luchan por sus derechos; por eso, la aseveración de que fueron los fascistas quienes por primera vez acuñaron el término, es un desacierto histórico e injusto con todos los demás pueblos que han sido exterminados, silenciados y torturados por las oscuras fuerzas del poder de turno.
*En su libro “Nosotros y los otros” Tzvetan Todorov dice: “No lo uno o lo otro, sino lo uno y lo otro’
Muriel Angulo
2009/07/21 at 3:36 pm
No sabemos si Arcos-Palma ha renegado de su pasado verborreico derridiano, producto de escribir bajo los efectos del Pernod tibio y si ha decidido como vimos en su panegírico a Eduardo Serrano, pasar de la crítica a la lambonería mas limpia, pues nada más el 20 de marzo pasado andaba escribiendo perlas como ésta sobre el “Otro”, lo que eventualmente nos indica que su convencimiento de que el concepto del “Otro” es un concepto poscolonial alienante es reciente; tiene unos tres días talvez o fue producto de sus veleidades espirituosas potenciadas por el calor de julio:
“El artista al poner ese espejo roto ahí donde reposan cientos de archivos de toda índole, le asigna un carácter histórico a la mirada altruista que generalmente posamos sobre el Otro. La insistencia en Soriano es que ese Otro es quizá nosotros mismos. La famosa frase enunciada en los albores de la Modernidad por el poeta que deja de escribir poesía para sumergirse en el territorio profundo del Otro africano, nos recuerda que en verdad el Yo, fragmentado es absolutamente Otro: Je est un autre, decía Arthur Rimbaud y Soriano parece confirmar esta sentencia con su instalación.”
http://criticosvistazos.blogspot.com/2009/03/vistazo-critico-65-eduardo-soriano.html
No solo eso. La “lévinización” de Rimbaud no podía haber sido más grosera. Un “Rimbaud” que consciente de su irresponsabilidad como artista y después de leer a Lévinas y la Torah se funde con lo que Arcos-Palma llama con su emoción contenida usual y que él pretende atractivo…”El Otro africano”. Tal vez en su nube espirituosa del bochorno veraniego de Paris (no sabemos que hace un verdadero parisino como él metido en la ciudad en verano…), olvida que la relación de Rimbaud con África es más bien siniestra y más que dedicarse como Un Opazo “avant la lettre” a publicitarse con los africanos, se dedicó ¡Oh si… mi estimado critico periférico, al trafico de armas y de esclavos!
J.A FERGUSON. French Studies.1985; XXXIX: 43-58
Es talvez celebrando a Rimbaud que los franceses aman hoy más que nunca el trafico de armas, la poesía y el arte social al mismo tiempo
http://www.france24.com/en/20081023-france-increasing-arms-sales-africa-middle-east-cost-human-rights
Usted como el profundo conocedor de la cultura francesa que todos suponemos que es, recordará en que términos trataba Camus a Rimbaud respecto a sus actividades en África como nos lo recuerda nuestro no muy conocido ensayista José Hereyra:
“Cuando Albert Camus reflexiona sobre el Arthur Rimbaud que se había ido al Africa, más exactamente a Abisinia, a traficar armas, se expresa con repugnancia y perplejidad frente al nuevo oficio del deslumbrante e iniciático poeta de “Une saison en enfer” o “Les illuminations”, gloria de las letras francesas de todos los tiempos y cúspide de la más excelsa poesía jamás escrita, sentando su posición de que nada, nada, ni siquiera el desmesurado talento del genio, puede justificar la ignominia y las prácticas perversas y atentatorias contra la bondad y la vida. Frente a la grotesca imagen de un Rimbaud más gordo y más afeminado que nunca, cruzado su abdomen desafiante con un cinturón de gruesos lingotes de oro, Camus escribe horrorizado: “¿Es éste petimetre el modelo de héroe que queremos para nuestros jóvenes iluminando el porvenir?” Pero aun así, este Rimbaud, por lo menos honesto y franco en su depravación y desencanto del mundo, no oculta su negación y su derrota a nadie, ni engaña a nadie, ni es, mucho menos, hipócrita.” Es como la adúltera de la historia inicial, “quien era infiel, mas no era desleal”.Hace varios años, Antonio Caballero escribía: “En todas las épocas hemos vivido tiempos infames, pero a nosotros, además, nos ha correspondido vivir tiempos hipócritas”
Esa última frase…qué pena..es buenísima y describe como ninguna el mundo de la naturaleza del arte “bueno”.
Tratar de rescatar a Rimbaud para su causa del “Otro” es como tratar de rescatar a un hermoso lobo con toda su ferocidad para la causa del rebaño de la posmodernidad, de los artistas puros y obedientes y de la lamboneria corporativa que nos sofoca cual bochorno de verano parisino tomando moscatel tibio. Rimbaud nunca fingió de bueno, ni de solidario, ni de fundador de delirios lévinescos para cambiar a Marx o a Bakunin por Moisés. Supo lo que era el descaro de ser si mismo y murió en su ley egoísta. Y si él mismo no quería ser redimido…De veras mi veraniego amigo que Rimbaud no es el Lázaro que usted quiere resucitar.
Ah! Y afrancesados eran Moratin, Jovellanos o Nariño. Usted mi querido amigo es tan solo un snob que en efecto, solo quiere ser Otro…..francés más. Y por favor si ha llegado a ese punto en que se le olvidó pensar en castellano, mande traducir sus textos al español a ver si no tenemos que sufrir más su ” dropping french” y su horrorosa ortografía. Piense que si nuestro poeta decadente romántico José Eusebio caro escribió sus cartas en francés, como Alvaro Gómez sus diarios, porqué no va a poder usted?
2009/07/21 at 6:35 pm
Clap! clap! clap! clap! clap! Por fin otro que le llamó la atención por su “horrorosa ortografía”. Como si esos descuidos ‘formales’ no fueran algo muy significativo. … Para no hablar de las pretensiosidad (sic) académica con que adornan -pues son varios- su falta de sensibilidad o conocimiento directo de las cosas. Librólogos de tres libros, observadores de muy poco, artistas despojados. Y lo peor de todo es que los están produciendo a montones, en las universidades! Pilas con los ‘Otros’.
2009/07/22 at 9:24 pm
Definitivamente, siempre estaremos en orillas bien distintas, ver opuestas estimado Carlos Salazar. Claro que Rimbaud terminó traficando armas y esclavos; pero eso no está en discusión.
Como tampoco está en discusión mi nacionalidad francesa que por fortuna no depende de usted, o tendré que mostrarle mis documentos franceses como si usted fuese un buen policía aduanero?…uf, uf!!! (propósitos como el suyo, estimado artista Salazar son dignos del más ultra-derechista conservador, pero bueno eso tampoco está en discusión, todos ya lo sabemos). Lo que está en discusión aquí, es un falso problema que ha tomado un giro inesperado. Ustedes le han achacado a la obra de Mario Opazo una interpretación errónea apoyados en el supuesto plagio denunciado por Muriel Angulo. No ha sido considerado ni el buen texto de Jorge Peñuela, ni tampoco las propias palabras del artista, para que ustedes se mojen de otredad hasta el delirio… Usted podrá seguir vociferando contra mi nacionalidad francesa, contra mi manera de escribir, pero eso no cambia el problema: vuelvo e insisto, el asunto de discusión planteado es si hubo plagio o no. El discurso del Otro emerge como cortina de humo, frente a algo que es en esencia claro: no hay plagio alguno y la obra de Mario Opazo, hasta ahora es la más importante presentada en el premio Luis Caballero, es decir una de las más opcionadas al premio (tendremos que ver las otras por supuesto). Qué a nadie le quede la menor duda. Lo nuestro son tan solo palabras, solamente eso: la obra está ahí. Y bueno si usted tiene razón en algo, el verano parisino me hace falta, pero desafortunadamente, mis obligaciones laborales me hicieron quitar la Ciudad Luz desde hace ya casi un mes para estar ahora aquí en los aneblados cerros bogotanos que por cierto son encantadores, o no?
2009/07/23 at 7:08 am
Creo que Carlos Salazar hace referencia principalmente al cuidado que debe tenerse al escribir en español, no solo en el contenido sino en la forma. Por ejemplo Ricardo Arcos utiliza un galicismo, que consiste en decir que él y Salazar están en ‘…orillas distintas, ver opuestas’.
‘La palabra ‘ver’ en esa frase viene de la expresión en francés ‘voire’ que es util (en francés) para reforzar o aclarar una afirmación, por ejemplo al final de esta frase:
“Il y a de ces heures, non pas seulement d’aberration, comme vous dites, mais de souffrance réelle, intolérable, qui peuvent conduire à des folies et détruire toute une vie, voire deux.” (ROLLAND, J.-Chr., Amies, 1910, p. 122).
Lo que pasa es que utilizar expresiones del francés en español no es apropiado, porque se puede decir lo mismo empleando una forma correcta en castellano, por ejemplo en este caso la palabra ‘incluso’.