María Teresa Hincapié murió esta mañana tras una larga enfermedad. María Teresa fue la pionera de la performance en Colombia, y sin duda una de las más importantes exponentes de este género artístico en América Latina. Proveniente del teatro (trabajó con Juan Monsalve en Acto Latino), inicia su trabajo en el ámbito de las artes plásticas con Parquedades- escenas de parque para actriz, video y música, realizada con José Alejandro Restrepo en 1987. Ganó el primer premio en el XXXIII Salón Nacional de artistas en 1990 con la conmovedora Una cosa es una cosa, acción plástica en la cual la artista distribuía sus pertenencias una a una en el espacio conformando una gran espiral, para luego reorganizarlas de manera metódica y aleatoria, interactuando con cada uno de los objetos por el espacio de 8 horas. Una cosa es una cosa fue presentada en la Bienal de la Habana, en la Bienal de São Paulo, en Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y en muchos escenarios más, tanto en Colombia como en el exterior. Es una de las obras claves del arte colombiano del último medio siglo. María Teresa ganó también premio en el XXXIV Salón Nacional en 1996 con Divina Proporción, mención en la Bienal del Museo de Arte Moderno de Bogotá en 1991 con Vitrina, y representó al país en múltiples eventos como las ya citadas bienales de São Paulo (1997 y 2006) y La Habana (1991), así como las Bienales de Valencia (2001) y Venecia (2005), el ICA de Londres (1996), el Musée d´Art Moderne de la Ville de Paris (2001) y muchas exposiciones colectivas en Colombia y el exterior.
Sus cenizas serán llevadas a Quebrada Valencia, reserva natural en la Sierra Nevada de Santa Marta. María Teresa había comprado un terreno virgen hace algunos años para protegerlo del “desarrollo”, y vivió allí por periodos largos, trabajando la tierra y dándole forma a su proyecto de vida. A partir de mediados de los noventa su interés se había centrado en la relación del ser humano con el frágil ecosistema en el que vive, y sus acciones desde entonces se encaminaron a afirmar esta vocación, que ya se adivinaba desde Divina proporción. Obras como Hacia lo sagrado, Caminar es sagrado, Tú eres santo, Peregrinación hacia los Huicholes, Sueños de flor y más recientemente El espacio se mueve despacio (performance de lentitud que tenía como fondo las imágenes del filme apocalíptico Baraka de Ron Fricke), son ejemplos de este compromiso estrecho entre su arte y su propia vida. El sueño de María Teresa era hacer unas residencias artísticas en Quebrada Valencia. Alcanzó a construir su casa y un espacio para recibir a otros artistas, pero esto quedó trunco con su prematura muerte. Su hijo, el músico Santiago Zuluaga (quien colaboró con ella y con José Alejandro Restrepo en el proyecto multimedia Intempestivas, 1993), tiene la intención de continuar con el proyecto.
La última voluntad de Tere era reposar en la tierra que tanto quiso. Hace pocos días la visitó un Mamo Arhuaco en su lecho de enferma, quien le dijo que era un espíritu luminoso que estaba ya listo para irse. Creo que esto era lo que a ella le faltaba para dejar esta tierra. El Mamo recomendó que se pongan sus restos bajo una gran roca blanca; Santiago partirá pronto a buscar esta piedra y dejar allí sus cenizas. La Sierra Nevada de Santa Marta es un sitio mágico en muchos sentidos, y en donde están los vestigios de las sociedades precolombinas más avanzadas.
Esta será desde ahora la morada de María Teresa.
Jose Roca