los "conflictos calculados" de Carlos II de Salazar…

La total aversión e intolerancia a todo lo que tenga que ver con “arte comprometido”, “arte político” o “arte social” por llamarlos de alguna manera, de Don Carlos II de Salazar, raya en lo obsesivo. El mero uso de estos apelativos para describir el tipo de arte que hace éste o aquel, o el posible “lucro” que aquel logra de este “arte”, es totalmente condenable por Don Carlos II, y en empecinarse tercamente en decalificarlo todo, pierde el año. Una cosa es desentrañar y “denunciar” los tentaculos de los poderes ocultos del poder oficial (caso W. Díaz) o del poder monopólico de las multinacionales, y el deseo de ambos de “lavar” imagen a traves de “auspiciar dadivosamente» eventos artísticos o importantes Halls de Arte, como bien lo hizo en el caso Unilever, y otra es “disparar” a todo lo que se ubique más allá del lindero por él impuesto. Difícil hoy en día, proponer un mundo “idealizado”, “perfecto” o “impoluto” en una época en la que el capital viaja vertiginosamente de un lado para otro al toque de un botón, pues mientras al individuo cada vez más se le restringe su movimiento, al capital se le facilita. Pienso que lo que hay que identificar, también, es aquellos “focos” de resistencia, llamense artistas, críticos, curadores, espacios privados o institucionales…, etc., que a pesar de lo dificil que es la consecusión de fondos para llevar a cabo propuestas con una mirada crítica, lo hacen sin venderle el alma al “diablo”, al menos concientemente, pues siempre está latente el peligro de que algo se “cuele” por ahí, pero lo importante es identificar la intención y actitud de cada quien o espacio en particular.

Ha sido desde hace muchos siglos, vaya a saber desde cuando– de pronto Don Carlos II, nos pudiese iluminar con sus juiciosas investigaciones – tuvieron los artistas una “conciencia” social y política expresada a través de sus planteamientos artísticos – bastaría con repasar la obra de un Bosco en el siglo XV, o «Los fusilamientos del tres de mayo» de un Goya a principios del siglo XIX, para darnos cuenta que esto data de mucho tiempo atras. Gracias a “ese arte”, es que se genera una “conciencia” (lo mínimo a que puede aspirar un artista al tocar esos temas, pues políticos, dueños de multinacionales o jueces con posibilidad de cambiar las leyes no son, ni les interesa, en la mayoría de los casos, para fortuna del arte). Artistas interesados en estas problemáticas, muy a pesar de lo que piense Don Carlos II, han existido y seguiran existiendo. Sus ataques a ultranza a este tipo de expresiones, recuerdan las desafortunadas “pataletas” de Don Andrés I Mal Pensante, en su intento por descalificar y “acabar” con el arte contemporáneo. Arte que había que atacar, pues al no entenderlo, le daba(da?) rabia el que se le hubiese salido de su “esfera” de control – y lo único que logro con sus “ataques” al tiburón «mal oliente» y “descompuesto” de Damien Hirst y, por extensión, a todas las demás obras contemporáneas que para él “huelen” igualmente mal, fue que se cotizara aún más – cien millones de euros por su calavera de diamantes – no es que el precio sea sinónimo necesariamente de calidad artística, como lo vemos en las patéticas y aburridas obras del modernista Fernando Botero – que a propósito, lo que nos faltaba, se nos está “politizando” el “Maestro de la formula” como lo vimos con su inofensiva y caricaturezca exposición acerca de las torturas de Abu Grabi – esperaremos próxima columna al respecto, Don Carlos?, ojala, pues éste sí que se está lucrando de aquello y aquel no ira a decir nada de éste?– vease última cotización de su escultura ”Mujer Fumando”. Volviendo a Don Andrés I Mal Pensante, nunca entendió que el arte, como muchas otras cosas, se mueven en direcciones no siempre controlables, ni predecibles y, lo que habría que “atacar”, son las malas obras de ayer, hoy y de mañana – cuando me refiero a “obras”, también incluyo las literarias, las musicales, las escénicas, las arquitectónicas…,etc.

De vuelta con el tema que nos ocupa, no se que intención tuvo el inquieto y asiduo participante en Esfera Pública, Don Carlos II de Salazar con su intervención “la estrategia del escándalo en el Mundo Rosa”, en el momento en que se discute acerca de la arbitraria confiscación y censura que tuvo la obra “ Los Rebeldes del Sur” de Wilson Díaz, por parte del Encomendador de la “Nueva” Corte de “Granada”, Don Carlos II de Medellín. Su párrafo introductorio deja entrever un posible aprovechamiento u “orquestación”, para estar a tono con el video vallenato, por parte de Wilson o mia por ser su galerista, de esta arbitraria e insultante determinación “oficial”. Aunque no es que Wilson necesite de “escuderos” como el Inquisidor Mayor, ni de que salgamos en su defensa ante el tipo de suposición que insinuas, pues su integridad como persona y artista, lo exíme de cualquier duda al respecto – habría que ver como va a salir librado de la infame y falsa acusación de “propagandista” de grupos terroristas, pues es así como quedo ante el público en general, ante la irresponsable ligereza del Inquisidor Medellín. Quisiera aclararle a Don Carlos II que quienes conocemos a Wilson – en mi caso desde que hizo su primera exposición individual en la Galería en 1990 – en el medio artístico y fuera de él, podemos asegurar que no es el tipo de artista que hace uso de este tipo de artimañas; a diferencia de otros artistas “plenamente identificados” y “bien conocidos” – para utilizar términos de la jerga “oficial” – en el medio artístico por el uso de este tipo de estrategias y por su mediocridad plástica, Wilson no las necesita, ni le interesan. Ahora bien, que esto resulte en que su nombre sea más conocido y, que por “fin” Daros, se digne a comprar una obra de él, o la Tate, o un museo en Chipre o Pereira, así sea el polémico video, no es culpa de él y, por supuesto, que se lo venderemos, si las condiciones se cumplen.

Otra cosa son las circunstancias lamentables de su mayor “visibilidad” como artista, que, valga la aclaración, es uno de los artistas contemporáneos colombianos de mayor reconocimiento en el exterior, de pronto no en Colombia, precisamente por ser todo lo contrario de lo que Don Carlos II insinua. Creo el más sorprendido es él, y muy aburrido, por decir lo menos, se encuentra con semejante atropello. No quiero ser dramático, ni alarmista, pues no es mi estilo, pero bien sabemos, como lo mencioné en un articulo pasado, que en Colombia, con estás cosas no se juega, ni se especula cual corredor de bolsa, y menos en estos tiempos – pues hasta en los periódicos del ministro de defensa, se podrá enterar de lo que le hablo – y eso que nos “cuentan” como la tercera parte de lo que realmente sucede. Le recomiendo el “especial” de este domingo en El Tiempo: http://www.eltiempo.com/justicia/2007-11-25/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3830912.html

Ahora bien, “subir” a Esfera esa nota de doña “erudita”, perdón: “Licenciada en comunicación social”, en temas de farandula, Doña María Gabriela Pellegrino para “ilustrar” tu velado comentario – http://gabrielapellegrino.blogspot.com/2006/09/pr-celebrities-que-viva-el-escndalo.html – no creo que haya sido lo más acertado de tu parte, pues si a algo nos tienes acostumbrados, es a esos encumbrados textos y citas – algunos de los cuales, cuando se dejan leer, algo hacen pensar, pues otros, con todo respeto, a veces pienso que el único que los entiende es su mercé. Extenderme en analizar el “descubrimiento Pellegrino” – el de que el escandalo vende, en esta época, particularmente, sería como inutil, por no decir “Pelligroso” y aburrido. Su citación del famoso refrán(?) ‘no es noticia el avión que aterriza sino el avión que se estrella’, pienso, es el culmen de su disertación – es como vergonzoso que cite este ejemplo en su artículo, pues nada tiene que ver con escandalos, farandula, ni espectaculo – tiene que ver con calamidad, luto y dolor, y, por tanto, es y será siempre noticia aquí y en el Congo, cuando un avión se estrella. En fin, “las perlas” en su “tratado” sobre el escandalo y como genera “tapas” de revista , son verdaderamente patéticas, asi es que dejemoslo ahí – porque si por allá llueve, por aqui no escampa……., es nuestro pan de cada día.

De pronto un comentario al margen, sería el que invitaras a la Pellegrino, pues eso sí está como chusca la china, a “saborear” y hacer la crónica «social” de un buen partidito de polo entre gauchos y criollos, perdón – entre reconocidos polistas de los dos países, quise decir. Eso sí, tendría que ser un partido de polo en pro de una causa “social” o “política”, pero de Polo Democrático, ojalá en la canchita que el “judas” Peñaloza osó expropiar, pero que ha pagado con creces, pues se metio con lo que no se ha debido meter y censurado quedo. Ese “escandalazo” – partido de polo en el Country, apoyando partido del Polo – si que “vendería” y podría aprovecharse como «conflicto calculado», para salvar la canchita declararandola Santuario Ecolólgico Ecuestre, Monumento al Caballo, o algo así “socialoide” para no perderla, en bien del deporte nacional. Eso sí, tendrían que dejar jugar al Moreno (???), a Samuelito, por supuesto, pues el otro está bien lejos, por fortuna.

p.s. – Aunque no me lo ha preguntado, sí quisiera comentarle, a manera de “chisme”, para estar a tono, que como artista representado por Valenzuela Klenner Galería, tenemos una exposición de Wilson próximamente – apuesto que no me lo va a creér, pero ya estaba “planillada”, aunque no para estos días, desafortunadamente – ya sé que debo asesorarme mejor, me pondré en contacto con la Pellegrino, o con alguno de los aristas o galeristas locales expertos en el tema, pues perdimos la oportunidad de seguir tu consejo y haber aplicado: “…el «conflicto calculado» con el fin de acaparar en un momento dado y un contexto coyuntural exacto la solidaridad moral del ente consumidor, bien sea éste el consumidor de clase media o bien el consumidor de la élite culta”, como bien anotaste en tu introducción. Excúsame que no divulgue la fecha por razones obvias, sabrás entender que ronda por ahi El Encomendador y nuevo Paladín del, que en hora buena, se debe imponer – EL ARTE OFICIAL: arte inofensivo, banal y obediente, pues aqui no hay conflicto, aquí no pasa nada, atención, retirarse, ARR!

Jairo Valenzuela

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