Como bien es anunciado en el libro de Ojo Travieso es usual encontrarse con personajes en los diferentes circuitos del arte, señalando o evidenciando “la manera-correcta de hacer arte (1)”, sin embargo no es para nada fácil digerir esta frase al pensarlos desde nuestro contexto local de la ciudad de Cali. Por eso se me hace muy pertinente la aclaración que prosigue a la frase anterior: “la manera-correcta-de-hacerlo-en-Cali”, preparando el terreno para historias poco fértiles
El panorama histórico de las artes en Cali en retrospectiva a finales de la década de los 90´s hasta hoy es turbio, no han existido actores que se hayan apropiado de procesos adecuados a largo plazo en pro del desarrollo de las artes en la ciudad. Se han dado en cortos tiempos eventos de consolación, realizados durante un tiempo suficiente para que artistas, curadores y gestores se olviden que al terminar el evento ya no habrá más consolación, y por el contrario habrá desolación.
Como fue el caso del Museo de La Tertulia, al terminar el 41 SNA le cortaron los servicios de agua y energía por falta de pago. Ante estas situaciones uno se preguntaría ¿Qué destino tuvo el dinero que recibió el museo por albergar las exposiciones del 41 SNA?.
Ojo travieso dejó de publicar en su blog a finales del año 2000; como los textos lo sugieren tal vez cansados de emitir diálogos consigo mismos. Para su inicio es clara la directriz de hacia donde están fijando la mirada y cuales son los referentes: Bogotá.
¿Cómo logras tener cabida y relevancia dentro de un circuito lleno de cortos circuitos?, enfrentándote con los grandes, para ese entonces los grandes del momento el señor crítico que dice no ser crítico Lucas Ospina, y nuestro curador nacional de talla internacional José Roca. Ambos personajes radicados laboralmente en la ciudad de Bogotá, dedicados al riguroso oficio de la escritura de las artes plásticas y visuales determinando a nivel nacional la manera-correcta de hacer arte.
¿Porque expandir el diálogo de la provincia a la capital? Creo que pocos ánimos son los que sucinta generar un dialogo con los dos críticos locales de esa época, por un lado Miguel González con su extenso monólogo de mas de 50 años patrocinado por las señoras de la alta sociedad; quienes consideran que han realizado mucho por la ciudad, pero poco profundizan sobre el arte, al parecer se quedaron con la lección básica de “arte moderno”. Este personaje lo mencionan en varias ocasiones, pero no llega a ser tan relevante como para dedicarle un texto entero. E igualmente sucede con Carlos Jiménez, quien para esa época tenía bajo su cargo la curaduría de la sala de exhibiciones del Centro Cultural Comfandi; fue una buena temporada para las exhibiciones de ese lugar, ya que posteriormente las muestras fueron encaminadas a una practica pedagógica, ya que al parecer el arte contemporáneo no complacía las necesidades de la caja de compensación Familiar Comfandi.
Algo que hace evidente el libro de Ojo Travieso, y es bastante desconsolador porque pareciera que estuviera hablando de algo que sucede actualmente, es que “no hay público del arte aparte de artistas, coleccionistas y críticos”, lo cual en el panorama local se reduciría a: “no hay público del arte aparte de artistas”. Porque no hay ni críticos ni coleccionistas.
Y ni hablar de los turbios procesos gubernamentales para los que se han prestado y del cual ha sido víctima en muchas ocasiones las artes de este país. Y como ellos mismos lo mencionan pero ha sido la lección más difícil de aprender, NO HAY MEMORIA, “un pueblo sin memoria es un pueblos sin corazón”, ¡lleva una memoria en tu corazón!(2).
En Cali han sucedido muchas cosas, después de la inmemorable década del 60, Cali ha sido un referente para el arte, pero de todas las cosas que han sucedido ninguna se ha encargado de conllevar un proceso constante, es decir que de una generación a otra se transmitan efectivamente los modos de hacer y de participar. Como es posible que los artistas hayan sido tan exageradamente ingenuos y hayan caído en las manos de Liliana Villegas, que se haya perdido la práctica de publicar crítica de arte en los periódicos locales, que continuemos en la misma situación hasta quien sabe cuando, del pésimo manejo de los recursos públicos. ¿Por qué no hay un stop?, ¿Porque se siguen graduando de las academias artistas si no hay oferta laboral?, ¿Por qué algunos tiene la posibilidad de hablar de mas de mil millones, pero cuando lo mencionan, lo hacen como la llorona (como dice Ballenero) quejándose de que no hay?, ¿Por qué seguimos permitiendo esta OPULENCIA PRECARIA?
No hay memoria y todos quieren hacer cosas, que según cada uno, nunca se han hecho. Pero eso es falso. Seguimos en lo mismo, es como si la máquina del tiempo se hubiera averiado, menos para las tienda de ropa, porque hacemos lo mismo de hace décadas pero con diferentes ropas.
Los texto del capítulo “SALÓN NACIONAL DE ARTISTAS: DEMOCRACIA Vs CURADURÍA/SE VENDE”, generan muchas inquietudes y sinsabores sobre la situación de los artistas frente al ministerio de cultura, ¡hasta que punto hemos llegado! Al leer la lista de las personas a quienes se les reconoce por la labor de los Salones Regionales o el Salón Nacional de artistas, quien la encabeza sea nada más y nada menos que el querido señor presidente de la república de Colombia
¿Donde quedó la libertad de la que tanto promulga el arte?, ¿Dónde quedó la capacidad del artista de valerse por si mismo? La dependencia al estado paternalista ha ocasionado un gran estancamiento de las artes. Es cierto que, en una democracia participativa el acceso a los recursos público debe ser un derecho; pero que las artes, desde el Salón Nacional como el evento más importante a nivel nacional, sea un asunto de estado que tranquilidad puede haber de parte de la propuestas de los artista si cualquier cosa puede ser filtrada de entrada y simplemente se hace lo que al estado le convenga.
Cuando se toma la decisión de ser artista se ha tomado la decisión de ser libre (es un frase frecuente al hablar con José Fernando Marquín), sin embargo es algo que poco se evidencia, ya que los artistas en Colombia según lo que se muestra en el SNA no tiene libertad, ya la pugna no debería ser “liberen a Ingrid” sino “LIBEREN AL ARTISTA”, para intentar despabilarlos un poco y que se desteten del estado paternalista
La organización del evento, según como es esbozada en los textos de Ojo Travieso, dejan ver como es absolutamente manoseado desde el gobierno, ¿usted considera que el modelo de los salones regionales realizan una exhaustiva indagación sobre las problemáticas artísticas de cada región?, y ¿que para nada es aplicada la formula de mostrar lo conocido, es decir los mismos de siempre?.
Como no haber conocido antes lo que sucedió con el proyecto Pentágono, intentaron remplazar el Salón Nacional, y finalmente lo que pasó fue que el SNA retomó ese mismo modelo. ¿Por qué? Porque no pudo darse la historia de otra forma, y que en lugar de haber transformado al Salón fuere un proyecto que se diera paralelamente. Perpetuando la relación del curador con el poder desde otro punto. Ahora gracias a las modificaciones de los 90´s el gran premio se lo llevan los curadores y no los artistas, dejando mucho por decir con respecto a los criterios de evaluación.
Fue muy grato haber leído textos sobre lo que uno tanto ha escuchado de pasillo en pasillo, de andén en andén; a mi generación no le enseñaron las historia del arte nacional, o local. Si usted quería saber algo le tocaba “callejear”, ir a exposiciones, sentarse a tomar y hablar con artistas de otras generaciones, hacer trabajos varios y ser muy muy curioso; de lo contrario nunca se hubiera enterado sobre los grandes misterios, atrocidades y maravillas de cómo funciona el mundo del arte.
Si usted es artista y su familia no tiene dinero, enfoque su carrera para ser un buen burócrata, en estas tierras no existen curadores que propulsen su carrera, si pretende trabajar algún día con recursos público realice primero unos cuántos cursitos sobre estafa, si alguien le propone un maravilloso trabajo y le dicen que le van a pagar x cantidad abra los ojos y dese cuenta que le podrían pagar el triple VALORE SU TRABAJO. En la actualidad ya no esta bien visto hacer hibridaciones extrañas de conceptos transcontinentales, la crítica internacional no tiene por qué decidir sobre nuestro devenir artístico cómo nación(3).
Catalina Cardona
(1) Venegas, Guillermo. Ojo Travieso, “Prólogo, Estafa”. Ed Desde el Malestar, 2012. Pág. 23.
(2) Ballenero, Jonás. Ojo Travieso, “41 SNA: Entre falso positivo y la narco cultura”. Ed Desde el Malestar, 2009. Pág. 92.
(3) Ballenero, Jonás. Ojo Travieso, “¿A que vino María Iovino”. Ed Desde el Malestar, 2000. Pág. 85.