La promesa rota.
«Las promesas están hechas para no ser cumplidas».
W.B citado por M.H.
Supongamos un estudiante de arte. Supongamos.
A nuestro estudiante de arte le prometen algo. En el momento en que firma ese contrato con la Universidad, ésta deberá hacer todo lo que esté a su alcance para cumplir ese contrato que es acompañar en el proceso de creación, guiar en el proceso de investigación, apoyar el aprendizaje, dar pistas, entre otros. Nuestro estudiante también deberá asistir a clase, hacer los ejercicios, leer, cumplir con un trabajo académico, con un horario. El profesor de arte, maestro y artista (en el mejor de los casos), consciente de lo difícil que es ejercer esa profesión, también debe por lo menos, «bajarse de la nube» y COMPRENDER que la posición de la academia (osea su posición, por metonimia) es privilegiada…que siempre piensa desde un lugar privilegiado, mientras, la Universidad ni se inmuta, elabora conceptos, hipótesis, cita a grandes obras, grandes libros, grandes autores de la historia Universal, a grandes maestros … y sigue pensando, desde allí. Por eso, la Universidad debe ser mas flexible, mas realista, no menos estudiosa, pero mas realista, mas del lado de la vida cotidiana que de la academia (digamos, ella, la Universidad, siempre seguirá pensando – nadie le va a quitar ese privilegio).
La Universidad HOY, creo, es consciente, sobre todo, y debe estar al tanto para re-inventarse y re-escribirse, para ser pertinente, de que las personas somos una combinación de conocimientos, que éstos no se adquieren como mercancias… y que el proceso pedagógico es complejo, de hecho es toda un área del conocimiento. Por eso creo, que la Universidad TAMBIÉN debe estar del lado del «conocimiento subyugado» del que hablaba Foucault, mas del lado del OTRO, del AFUERA. (Porque la Universidad no se va a ir para ningún lado, ella permancerá, sólida, inmutable). El profesor, maestro y ojalá artista, es tolerante, comprensivo, y «sabio». Por eso, decide acompañar al estudiante de arte en el proceso, servir de mediador, «encourage» him/her, desafiarlo, pero sobretodo, GRADUARLO. Aunque nuestro estudiante se tropiece, pierda una que otra materia, sufra, se indisponga, se maree, se enferme, goce, incluso, aunque no tenga talento. La escuela de arte, la Universidad, no es solamente para formar profesionales, tecnócratas… es para formar personas. Y eso no se no se nos puede olvidar.
«The Paper Chase»
Post-data: en el video se muestra un aparte de la serie citada por Lucas Ospina, The Paper Chase, atención a la pregunta del profesor: ¿Quién incumplió la promesa?
Y el ejemplo de la «mano peluda» parece una escabrosa metáfora.
María Posse
Docente de la región Caribe