«America is a lecture-hall on a very extensive scale. The rostrum extends in a straight line from Boston, through New York and Philadelphia, to Washington. There are raised seats on the first tier in the Alleghenies, and gallery accomodations on the top of the Rocky Mountains….The voice of the lecturer is never silent in the United States.»
Edward Peron Hingston, The Genial Showman. 1870
“Today, large numbers of ‘orders’ and clubs of all sorts have begun to assume. in part the functions of the religious community. Almost every small businessman who thinks something of himself wears some kind of badge in his lapel. However, the archetype of this form, which all use to guarantee the ‘honorableness’ of the individual, is indeed the ecclesiastical community.”
Max Weber. ‘”Churches” and “Sects” in North America: An Ecclesiastical Socio-Political Sketch’ .1985
Noami Wolf, la célebre autora del libro “El Mito de la belleza” cuya tesis central es la de que la belleza es un mito inventado por la sociedad patriarcal para someter a las mujeres, se dirige desde el púlpito de una iglesia a sus feligreses. En ésta ocasión el pastor secular ha cedido su puesto a la vocera de la Tercera Ola del Feminismo. El tema de la puesta en escena y el discurso crematorio puritano es en éste caso específico, es el de que la belleza es un mito creado por la industria de las dietas, la cirugía plástica y los cosméticos. No importa que nuestra atractiva y rolliza activista sea adicta a los cosméticos y las interminables sesiones en la peluquería, tal como se puede apreciar en los primeros planos y por la fama que la precede en el medio feminista (1)
Pero aunque la hipocresía sea hermana del discurso “político”, detengámonos más bien en la representación y la acción dramática. La arenga de Wolf, en un espacio construido para el ritual religioso quisiera ser casual, pero no podría serlo por más empeño que le pudiéramos poner. Su “misa cívica” es un viaje en el tiempo hacia la Nueva Inglaterra del siglo XVII; hacia las arengas puritanas de los peregrinos contra el placer, el mundo, la belleza y el ocio.
“Spiritual beauties are infinetly the greatest, and bodies being but their shadows of beings”
escribía el pastor-misionero de New England Jonathan Edwards hacia 1756 en su “The Beauty of the World” y no nos resulta extraño que con un epígrafe suyo Michael Fried de inicio a su “Art and Objecthood” (1967) y que sus ideas sobre el concepto religioso de “gracia”, sean tan fácilmente aceptadas por la agendas neopuritanas minimalista y “política”.
La transposición del sermón de Wolf es tan fresca y encaja tan perfectamente en la iglesia en la que se lleva a cabo, que reproduce incluso la dinámica del “Call and Response” de la misa pentecostal en la cual las llamadas del pastor al Espíritu Santo son respondidas por los vivas de los feligreses.
Hoy en día asistimos a la transformación del Arte en la nueva forma del Espíritu Santo de la Religión Civil y de la de la Teología Pública (2). Aquí, el discurso puritano del vicario es heredado por el “artista-activista-pastor” predestinado. En la nueva religión los mecanismos de salvación pasan por el Arte y no por otra instancia. Si alguien quiere recrear una plegaria dominical en la Iglesia primitiva pentecostal, solo tiene que asistir a un performance de Andrea Fraser o una Lecture/Mass de Naomi Wolf. Pero si no se tiene la oportunidad de viajar, un acto “artístico-activista” en la Tadeo o una lección de moral de Tania Bruguera nos pueden trasladar a versiones hispanizadas de lo que podría haber sido una arenga puritana del siglo XVII.
El caso que aquí ya examinamos de la “misa” de Doris Salcedo y Víctor Laignelet, podría parecer un hecho aislado pero solo es el invaluable testimonio de un espacio que ha sido colonizado sin presentar la menor resistencia hacia las formas representacionales que prevalecen en la cultura dominante y las raíces religiosas sobre las que están construidas. La episcopalización del espacio universitario, así como del museo y las instituciones y los mecanismos de coersión temática que usan para definir quién hace un arte correcto y quien no, han hecho de éstos espacios, más que espacios donde se imparte educación, espacios donde se regula la obediencia del joven artista hacia la institución, del mismo modo que el comportamiento social de los individuos era controlado por los pastores con el dedo en la Biblia. Ya Benjamin Franklin en su Autobiografía hace la diferencia entre educación y regulación sectaria:
Had he been in my opinion a good preacher, perhaps I might have continued, notwithstanding the occasion I had for the Sunday’s leisure in my course of study; but his discourses were chiefly either polemic arguments, or explications of the peculiar doctrines of our sect, and were all to me very dry, uninteresting, and unedifying, since not a single moral principle was inculcated or enforced, their aim seeming to be rather to make us Presbyterians than good citizens. Benjamin Franklin. Authobiography. Part II. 1784.
El tema del Arte Político Contemporáneo es el mismo del Puritanismo: el control de la vida de los demás. El actor cultural es el nuevo Censor Morum. Todo esto cobra en el producto final una forma teatral y por eso es tan atractivo el campo que se abre a un estudio concienzudo sobre las raíces pentecostales del Performance político en casos como los citados y en sus derivados:
“There are a lot of churches that have women pastors; that is not just the Pentecostal churches. I’m sure you well know that there are women pastors in the Methodist church, there are women pastors in the Presbyterian church, there are women pastors in the Episcopalian church, there are women pastors in the Baptist church–I think the American Baptist church has ordained some women–there are a number of churches that would have women ordained.
Why do they do that? Well, there are a number of reasons. Some are historical: the Pentecostal church, from its inception almost, has had women pastors because in the main early on, it was generated largely by women. I think it was more experience-oriented than doctrinally-oriented. Consequently, women sort of led with that experience. There was not a strong theology; there was not a strong theological foundation to that movement at all. And, of course, from a more contemporary perspective, the modern foursquare movement was basically generated by a woman.”Pastor John MacArthur Jr.
http://www.biblebb.com/files/macqa/70-10-6.htm
Pero así como el feminismo radical de Wolf parece estar encontrando de nuevo sus raíces en el púlpito del que habla el Pastor Mc Arthur, el Arte Contemporáneo parece estar encontrando por fin el medio al que pertenece por naturaleza. No los sindicatos, no la plaza pública, no los espacios donde se diseña la ley, sino las iglesias que son el espacio natural desde donde se diseminó la Compasión – ese ejercicio religioso que el Arte Contemporáneo decidió llamar Política – hacia los Museos, las Bienales, las Universidades y en general las Instituciones que trazan el camino correcto de la Cultura. El uso de la Iglesia como espacio del Arte Contemporáneo y de la arenga “política” se abre camino y no debemos sorprendernos, pues que es a esos espacios que este arte pertenece más que a ninguno.
Las ideas de Tom Miller, el encargado para la Liturgia y las Artes de la Catedral de Nueva York son claras. Miller le explica al corresponsal de Art 21 que la apertura de su iglesia hacia el Arte Contemporáneo se debe a que encuentra multitud de símiles entre ésta y la Teología de la Iglesia Episcopal a través de la forma de mayor prestigio moral que tiene la cultura: la Compasión.
“In the Episcopal tradition, incarnation is an important part of the doctrine, but it’s not just in doctrine, devotion, or liturgy. So, it is part of tradition to think that everyone in the world, not just church people, are created with this creative impulse. Artists live to investigate and understand the world and sometimes advocate”
Hrag Vartanian: What role does the concept of “compassion” have within that mission?
TM: Compassion involves awareness (or consciousness), enquiry, and empathy (or compassion). For us, compassion finds a powerful exemplar in Jesus, who seemed always to be aware, or to be striving to know the reality of peoples’ lives and his own identity, for that matter. He then inquired about what people needed, what was lacking in their lives, when it wasn’t already apparent. And finally, he undertakes his own “passion” and makes it “compassion” by offering his passion for the good of the world and the illumination of human beings then and down through history.
Now, you can take the Jesus bits out and I think my original statement is true and it informs our criteria for art in the Cathedral. Does the work raise our consciousness about the (or a specific) human condition? (And condition can sometimes be simply the beautiful and sublime.) Does it assist us to contemplate the reality of the human condition (or conditions)? And in a way we frequently cannot control, does the awareness and contemplation lead us to the deeper and more profound place of our integrated being in order to offer ourselves to make a difference or at least to be in solidarity with the human reality of the condition?
The formulation the Cathedral often uses is to say we are a place where liturgy and the arts lead us to discourse and on to advocacy. Again, because art can move us beyond the narrow world of dogma and church tradition, it is an invaluable part of our mission. Art can help us go where our set ways might keep us timid.
HV: Who are some of the artists that have participated in the art programming at the Cathedral?
TM: We’ve had any number of artists. In the past, Bill Viola did a piece here. We’ve worked with Jenny Holzer, Michel Ostlund, Pat Lipsky, Thomas Albrecht, Barry Moser, Frederick Franck, Gregg Wyatt, a lot of others.
HV: Why do you feel it is crucial to continue St. John’s inclusion of visual art within its programming?
TM: To some extent, I think the answers above at least begin to answer your question here. The Cathedral is blessed with fantastic permanent “sacred art.” There, glass, stone, wood, and the architecture itself are glorious, but art and the imagination are alive, and although the sacred arts elicit a lively response from most people, we would be missing a huge asset by not making art in the Cathedral, through contemporary artists, through artists-in-residence, and by keeping the awareness, enquiry and empathy (or compassion) part of our life.(3)
Por otro lado, el Institute of Art, Religion, and Social Justice inauguró en noviembre pasado su primera exposición que no podía tener otro nombre y otra idea diferente:“Compassion”. La presentación de su curador A.A. Bronson, director del mencionado instituto, lejos de parecer retórica, nos señala con precisión el sitio natural de la noción de Política que manejan artistas, curadores, educadores y en general la Corporacion del Arte Contemporáneo, sitio natural del que se exilió por cuenta de los malabarismos retóricos del postestructuralismo .
“In today’s shifting political, economic, and ecological landscape, the need for compassion has never been greater, compassion understood as mutual interdependence, knowledge of self and others, and concern for human flourishing. This kind of compassion requires seeking to know all aspects of human reality, being open to truths beyond our everyday experience and embedded in it. Artists often awaken compassion most profoundly. They form our imaginations such that we can envision our interconnectedness in ways that mere didacticism cannot achieve.
Compassion used the buildings of Union Theological Seminary to create a kind of pilgrimage. The works were situated in various locations to create a tour of this remarkable and often overlooked historic complex.”
Y aunque faltan muchos de los artistas más especializados en el tema de la compasión. La presencia de los que se presentan es elocuente:
“Alfredo Jaar’s Embrace (1995), from his Rwanda series, greeted the visitor in the Hastings lobby. Scott Treleaven was featured in the James Chapel with black and white photos from Cimitero Monumentale (2009). Marina Abramovic’s video 8 Lessons on Emptiness with a Happy End(2008) shared the Narthex with Yoko Ono’s Whisper Piece(2001). Terence Koh’s invisible installation was located in the Refectory, with its 40-foot ceiling and massive stone fireplace, nearby. If the visitor strayed to the other end of the building, she might have found Bas Jan Ader’s iconic image I’m too sad to tell you in the Burke Library, echoed in the plaintive chant of Michael Bühler-Rose’s liquid ritual I’ll Worship You and You’ll Worship Me (2009), which could be found in the upper reaches of the Rotunda. Chrysanne Stathacos’ Rose Mandala Mirror (three reflections for HHDL), also in the Rotunda, was originally created in honor of the Dalai Lama. While circumnavigating the cloisters that link the various spaces of the seminary, further works by Gareth Long and Paul Mpagi Sepuya could be found.”
The Institute of Art, Religion, and Social Justice was founded under the auspices of
Union Theological Seminary to explore the relationship between contemporary art and religion through the lens of social justice. http://artreligionandsocialjustice.org/htmllive/index.html
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(1) Camille Paglia así se lo cuenta nada más y nada menos que a Playboy, la revista que ninguna feminista que no fuera Paglia, se atrevería a visitar:
“PLAYBOY: How about Naomi Wolf?
PAGLIA: Daddy’s little girl? Her Rolodex feminism?
PLAYBOY: Rolodex feminism?
PAGLIA: She always says to [pantomiming get a Rolodex and keep the names of all the women we know and we’ll be able to call them up and get a job and we’ll have women power. [Cringing She is so naive. I can’t stand her. She’s hopeless.
PLAYBOY: Don’t you acknowledge the existence of what Wolf describes in her book The Beauty Myth: a culture manipulated by Madison Avenue that trains women to associate their self-worth with their looks?
PAGLIA: That’s hilarious. Wolf says we shouldn’t succumb to an this bullshit, but she spends four hours having makeup applied before her TV appearances and–I’ve heard–can’t pass a window without looking at herself I mean, look at her hair! It is the only thing that gave her cachet when she came onto the scene. Her book was one of many tired feminist books. What distinguished her was her hair; she owes everything to that hair. But then she cut it off. She’s trying to find a more serious persona. She’s looking for a hairstyle. It’s horrible. It’s embarrassing.”
(2) M.Marty .”Civil Religion in America”. 1967
(3)FLASH POINTS: Do artists have a social responsibility?http://blog.art21.org/2009/07/28/art-compassion-ny-cathedral/
18 comentarios
A mi me parecen tan poderosas y significativas las conexiones que se dan en el ámbito del capitalismo entre el museo y el templo que he dedicado unos cuantos articulos a temas como la «experiencia estética moderna como experiencia mística» y la «iconoclastia y la iconolaría en la cultura visual hegemónica». Y por esta razón, contando con estas investigaciones previamente realizadas y ya publicadas, me parece reducionista la tesis de Carlos Salazar de que sólo aquel que él llama ‘arte político’ tiene un sustrato y/o una matriz religiosa. Si Carl Schmidt pudo afirmar con fundamento que «la teoria politica moderna es teologia secularizada», podríamos añadir que, en general, el arte bajo el capitalismo es experiencia religiosa secularizada.
Interesante artículo de Carlos Salazar, la importante relación entre los espacios de culto y predicación y los escenarios del arte contemporáneo son dignos de poner en evidencia.
Como lo expresa el texto, no es un tema ajeno para un amplio grupo de artistas, que participan en los eventos que abren los escenarios religiosos para sus acciones, obras que desde las artes visuales buscan trascender las reflexiones que desde su labor pastoral se proponen los ministros religiosos desde sus diferentes visiones de fe.
Si las iglesias abren espacios a los artistas, convendría igualmente que los artistas abrieran en sus obras y en su vida, espacios a la fe. Ocho días de reflexión, soledad y silencio en un lugar de paz, no le sientan mal a ninguna obra artística.
( http://www.foyerzipaquira.org/) Hogar de fuego, recomendado para artistas.
La compasión fruto de la reflexión llevará a estados de conciencia superiores, más comprometidos y activos dentro el amplio marco de problemáticas sociales y económicas actual, en el que la política sin fe ni paradigmas morales hace lo que le correspondería.
Muy pertinente y clara la conexión entre los espacios «sacros», las religiones y el arte post-moderno. Creo que hace más de un año encontré la misma conexión en un curioso texto publicado en la página web del llamado «Museo de Arte Erótico Americano». Se trata de un manual del artista que recopila y enseña las técnicas y procedimientos que deberían aprender los estudianters de arte contemporáneo, para obtener el efecto deseado en el público. Si bien el tono del texto es bastante mordaz y el estilo es totalmente irregular, el autor , Carlos Genaro Matus, hilvana ideas como la adaptación de las estrategias de poder de las religiones al arte post-moderno y las define como técnicas equivalentes al aprendizaje que antaño debían hacer los artistas pre-modernos, como el uso de veladuras, empastes o el aprendizaje del dibujo clásico.
Siguiéndo su razonamiento, en este manual el autor afirma que hoy día, las técnicas que se deberían enseñar en las escuelas de arte del mundo deberían ser todas aquellas que cuestionen y nieguen la presencia del arte «figurativo», la pintura y el dibujo representativo.
Como ejemplos cita la importancia de aprender estrategias de poder social y la manipulación de ideas para crear una fé rotunda y sin razonamiento lógico en el espectador,muy similar a la «fé del carbonero»; que le permita al artista erigirse como sacerdote y guía espiritual de la sociedad,adalid del arte social y paradigma moral del mundo.
El tono, (en ocasiones maquiavélico) de sus argumentos, puede ser interpretado como una pieza de humor negro o como una guía oculta de procedimientos que parece utilizar el arte post-moderno en su posicionamiento social.
El texto completo está en : http://www.museodearteeroticoamericano.com
Pilar Nosa.
Una de las características de lo que Dimo García llama «la secta duchampiana» es su habilidad para fagocitar todo lo que tenga que ver con el arte. Sus miembros han secuestrado el debate sobre arte contemporáneo, que tímidamente desde aquí intentamos abrir, se han aupado a los puestos políticos como asesores, se han erigido en críticos y jurados de concursos. Y en una maniobra orwelliana han conseguido modificar el lenguaje, apropiándose, monopolizando ciertos términos asociados con el arte.
Este muchacho (ver foto) está destruyendo una pintura del siglo XVII. Lo hace en un museo y con «expertos» y políticos delante. Efectivamente, es considerado por los neoduchampianos (apoltronados del arte oficial) como un «genio» del «arte» «contemporáneo».
Quizá el ejemplo más llamativo de este «apropiacionismo*» es el uso del término «arte contemporáneo» y todo el prestigioso arsenal de palabras (arriesgado, transgresor, rupturista, revolucionario…) que se le asocia.
Según la oficialidad neoduchampiana tan sólo el arte conceptual y sus derivados (aquellos otros géneros que precisan de una justificación conceptualista para ser vendidos) es arte contemporáneo. La pintura, pero especialmente la pintura figurativa -no digamos ya la realista- no es, según ellos, arte contemporáneo.
Según el nivel cultural del miembro del neoduchampianismo que nos encontremos, dice a las bravas «tú no eres contemporáneo» (que tiene cojones viniendo de alguien de tu misma época) o usa fórmulas con más doblez, pero la misma mala baba, como esto de «los enemigos del arte contemporáneo».
A nuestro modo de ver, la pintura figurativa ES arte contemporáneo. ¿Por qué no? Más incluso que las desfasadas imitaciones de urinarios santos que hay pululando por los santos lugares, como museos y centros de «arte contemporáneo». Porque para empezar, la pintura es y siempre ha sido arte, no es necesario demostrarlo, la propia palabra «arte» se asocia a la pintura desde la Antigüedad al menos.
Por el contrario, todavía no se ha conseguido explicar racionalmente por qué un ready-made (objeto encontrado) es arte. Ni se conseguirá, se trata de un acto de fe pura y dura, como bien nos ha explicado Artur Vives y tantos otros. Y la fe es algo que no se puede imponer si no es por la fuerza.
Teniendo en cuenta que nuestros furibundos neoduchampianos (y anti-hartismo, por supuesto) son enemigos declarados (o en secreto) de la pintura (y escultura, etc) figurativa, que SÍ es arte y también es contemporáneo, creo que con toda la razón podemos reservar la calificación de «enemigos del arte contemporáneo» a ellos.
¿Somos los hartistas, por ser escépticos respecto a la fe conceptualista, por negar la «artisticidad» de un urinario, una bolsa de basura o unas piedras tiradas por el suelo, enemigos del arte contemporáneo? No. Porque esas manifestaciones, por más que se presenten en museos y galerías no se han demostrado como artísticas. Así que no somos enemigos de ese «arte», porque ni siquiera está clara su pertenencia al arte. Y puestos a tener fe, pues yo al menos me declaro conceptualistamente ateo.
Así que ¿quién es enemigo del arte contemporáneo? Pues para mí, quien escribe las típicas críticas cochambrosas, mezquinas, sobre artistas como Antonio López, A. Wyeth, Igor Mitoraj… que hacen arte, y son tan contemporáneos como cualquiera. Enemigo del arte contemporáneo es quien mira con desprecio al que tiene habilidad dibujando, quien llama conservadores, intransigentes, intolerantes, reaccionarios o paletos a los que no comparten su fe en el Santo Urinario y sus derivados, por lo que se esmeran en consagrar su vida a pintar, esculpir y dibujar intentando hacerlo mejor y más bello cada día.
http://hartismo.blogspot.com/2009/05/los-enemigos-del-arte-contemporaneo.html
*Apropiacionismo es también el nombre de una variante de «arte» contemporáneo asociada al conceptualismo. Su táctica es «apropiarse» -así por el morro- de fotografías «anónimas» u otras obras y presentarlas como propias.
Es como tirarle piedras al mar, se divierte uno viéndolas saltar, pero al fin se pierden en el oleaje de ocurrencias radicales, las cuales terminan por segar al que las proclama, no dejándole ver los valores de lo otro, y haciéndolo asumir posturas defensivas, aunque todos tenemos claro que NADIE lo está atacando.
Por otra parte, será verdad que alguien que entienda los aportes de Duchamp, se atreva a cuestionar la validez de la obra de Wyeth como válida en el arte contemporáneo?
Nos podrian profundizar sobre esta estrategia en el suroccidente Colombiano los colectivos:
Helena producciones y Los descarrilados.
Sería buenísimo que Jaime Iregui recomendara a los participantes de esfera un estandar para el tamaño horizontal de las imágenes. Es increible que en un foro sobre arte le pongan tan poca atención a la calidad de las presentaciones visuales. Será que las consideran simple ‘ilustración’ de las palabras centrales?
El tamaño recomendado para las imágenes es de 600 pixeles de ancho si va en un post. En caso de que acompañe una opinión sobre el post el tamaño sería 450 pixeles de ancho.
Lo que sucede es que para el caso de las imágenes que se adjuntan en el foro (las de 450 pixeles) el plugin no hace caso del tamaño en pixeles y las pone en un formato enorme.
Se agradece a Mauricio por la observación y a todos los que tengan en cuenta el tamaño de 600 pixeles a la hora de subir una imagen para un post.
Desafortunadamente, hasta que salga un nuevo comments plugin para el foro (comentarios) tocará aguantarse esta feria de los tamaños en esta sección.
Jaime Iregui
Una precisión para C. Salazar: no es la Iglesia el espacio natural del arte político sino los organismos públicos.
Durante varios siglos la iglesia pagaba el trabajo del artista religioso pero ahora es el estado a través de sus intermediarios – quienes operan desde universidades, museos, ministerios públicos – el que mantiene en gran medida a los artistas políticos contemporáneos con los dineros públicos.
De otra parte, hay que tener en cuenta que una vez la iglesia pierde terreno el arte puede seguir siendo espiritual, mientras que sin los subsidios y premios estatales el arte político deja de ser práctica artística, se vuelve simple especulación ideológica.
Ahora, es cierto que la academia conceptual ha contribuido al desconocimiento de las formas visuales relevantes como arte para la sociedad en general y que aparecen casi siempre al margen del pensamiento institucional,(hoy especialmente comic, ilustración y pintura).
Estas últimas manifestaciones han surgido siempre de manera orgánica de acuerdo a las necesidades espirituales y materiales de los pueblos. Por ello, es a través de una relectura de estas formas creativas, analizando su poder artístico, comunicativo y sensible que se hace evidente la necesidad de reescribir la historia del arte de los últimos cincuenta años.
Indudablemente, tal reescritura implica el cuestionamiento de la línea impuesta, su parafernalia ilegitima de variaciones conceptuales hegemónicas.
Por eso es gracioso ver a gente de mi generación en entrevista pensando incluso seriamente estar haciendo innovaciones que en realidad son ampliaciones degenerativas del arte conceptual.
Mauricio, Aclarado por Jaime Iregui, el incomodo asunto de la mala calidad de las imágenes por el exagerado pixelaje derivado de sus tamaños, me atrevería a solicitar, se estudie la posibilidad de que los participantes podamos diagramar las imágenes dentro del texto central, de forma que sean no solo del tamaño adecuado al pixelaje original de la imagen, sino ubicadas en el momento en el que el participante lo encuentre más oportuno, para el sentido de su idea.
Y ya puestos a pedir, sería muy estimulante que además se reconocieran algunos dividendos en metálico, o por lo menos puntos que dieran algún reconocimiento extra. Por la calidad de los aportes, su pertinencia o validez, creo que este estimulo repercutirá de forma eficaz en la calidad de los textos.
Insisto, ¿Sera verdad que alguien que entienda los aportes de Duchamp, tenga argumentos claros que descalifiquen el extraordinario trabajo de Andrew Wyeth?
http://www.youtube.com/watch?v=bM05zp1jTWw (Video recomendado.)
Nota: No anexo imágenes dada la imposibilidad de controlar su calidad y tamaño.
Juan,
Encontramos un plugin que permite predeterminar el tamaño de las imágenes en 450 pixeles. El webmaster lo instala más tarde por lo que se elimina el problema de la variedad -y desproporción- de tamaños.
En cuanto a la remuneración por participar -y por la «calidad de los aportes»- le comento que Esfera Pública se ha planteado desde un comienzo como un espacio de debate en el que la participación -al igual que la moderación, edición y mantenimiento del sitio- se hace por interés en reflexionar o discutir en torno a un tema o situación específica de modo voluntario y sin mediar para ello una retribución económica.
No sobra decir que no recibimos patrocionios de ninguna índole, ni tenemos pauta comercial e institucional.
Jaime Iregui
Gracias Jaime:
Espero que la cosa sea fácil e intuitiva,… Será mucho mejor poder definir asuntos de imagen, por parte de los participantes, lo de poder diagramar los aportes también es importante, ojalá sea posible.
Y si se me ocurre algo sobre recompensas ya le haré saber.
En lo que a mí respecta (asunto Duchamp), carezco de prejuicios intelectuales o estéticos que me impidan interesarme y apreciar la obra de Wyeth o de cualquier otro artista genuino. Es más, la experiencia que recuerdo frente a la obra y los lugares familiares de Wyeth (en el Brandywine River Museum) fue conmovedora.
Lo que sí me parece una tonteria es asimilar cualquier irreverencia oportunista como una derivación consecuente o directa de la obra de Duchamp. Los epígonos no son nunca buenos. Cuánto ignorante no habrá que posando de ‘heredero’ dilapida la fortuna creyendo que la está disfrutando.
Mauricio, tiene usted razón. Es evidente la desinformación que acusa, con relación a la figura de Duchamp el texto del “movimiento hartista”. Que me atrevo a comentar, y del que se genera este hilo de conversación. Decir, por ejemplo; que quienes admiran a Duchamp, descalifican la pintura como medio válido para el arte contemporáneo, es de una ignorancia abrumadora.
Por esto, creo que hacer silencio es tan nocivo como descalificar los intentos por que se debata el tema con más atención. Ver que usted considera esto oportunista, me parece simplemente desconcertante.
Si los que algo entendemos y valoramos a Duchamp no intervenimos, Entonces qué hacer ante tantos desatinos frente a su obra y figura….?
Este video puede ayudar a completar estas ideas,
http://www.youtube.com/watch?v=C2a3vO0fWgs
Sr. Hartista, usted SI sabe ponerle punto final a las motivaciones.
Mi estimado Dimo.
Si mal no entiendo el espacio natural de una cosa, ser viviente, idea, animal, planta, es el espacio en el cual esa cosa, ese ser, esa idea, se gestó originalmente y donde se manifiesta con más naturalidad.
Los organismos públicos en el mundo anglosajón y por lo tanto en los organismos públicos que han sido diseñados según el modelo anglosajón como son nuestras instituciones culturales, el sistema curatorial, la cátedra universitaria, el sistema de premio, recompensa y coerción temática e ideológica son aquí espacios de DISEMINACIÓN religiosa.
Pero el espacio natural, el original, no fué el espacio civil sino la iglesia.El término «Religión Civil Americana», que contempla las raíces de mímica institucional en la iglesia protestante fué acuñado por Robert Bellah en 1967 en los EU
http://www.robertbellah.com/articles_5.htm
y por lo tanto no me estoy inventando nada al respecto. Qué nadie hasta ahora, que yo sepa, haya aplicado ésta metodología a cómo funciona la institución cultural y artística es otra cosa.
A nuestros críticos, teóricos y artistas les encantan las ideas que mezclan lo pomposo con lo general. Suelen poner la primera frase, dicen que las ballenas emigran, «siempre he dicho que entre el templo y el museo hay una relación»… pero no nos dicen cómo, porqué, a dónde. Que dibujo tienen sus rutas o a que ritmo nadan, cuando duermen y cuando cantan, cómo es su ritual de apareamiento. Y Todavía pretenden que haya una manera latinoamericana de pensar. Somos perezozos mi querido Dimo y además andamos por el mundo con la bendita idea de que además, el mundo nos debe algo.
Y e ese nivel está, desgraciadamente, el que se ensaña contra Duchamp. ¿Quien podría arrancar un panfleto anti-artista sin acomodarse un poco en su sillón y su Hershey? No veo porqué hay que, en nombre de la guerra a los burócratas y sus mascotas, despotricar contra las maravillosas cosas que tiene el Arte Contemporáneo cuando lo hace gente que no remienda el poco talento que tiene con basura retórica.
Aquí, mi querido Dimo no hay nadie defendiendo la pintura. Aquí no defendemos nada. Solo, como decía Larry Flint, el derecho a que hacer lo que se nos de la puta gana sin que nadie nos esté vigilando. Viendo eso último, dizque cómo hacer progresistsa las instituciones artísticas. Pues muy simple, diseñando unas instituciones que permitan a cada artista hacer lo que se le de la regalada gana, sin distinciones de técnicas, estilos y sobre todo con una libertad temática total. De democracia estamos hablando mi querido Dimo. De Democracia…
Pues hablando de democracia, el arte contemporáneo entendido como aquel que desciende históricamente del arte conceptual tal vez puede ser considerado como el más antidemocrático de todos.
ESE arte contemporáneo está basado en la imposición abusiva de ciertos credos cuya justificación irracional es próxima a las justificaciones eclesiásticas (p.ej. asegurar que las ideas por una transubstanciación divina y sin ni siquiera pasar por una técnica o disciplina se convierten en arte. O pensar que el arte es lo que designe mágicamente el artista, o que no existen las obras de arte hoy en día o que la representación es obsoleta, etc…)
Y como ninguna de esas creencias religiosas tienen una justificación razonable pues mucho más difícil es que se le dé la oportunidad al conglomerado social en general para que decida democráticamente si cree o no en esos dogmas.
Pero ¿cuál es el problema con eso? me pregunta usted, y yo pregunto también ¿acaso las convocatorias y premios más importantes sobre arte contemporáneo en Colombia no están diseñadas para solo ajustarse a considerar como verdadera esa fe ciega?, ?Qué oportunidades estatales tenemos los artistas que NO somos creyentes de esa religión?
En cuanto a la democracia también hay que decir que las confrontaciones en un mismo espacio expositivo han sido pocas. Es evidente que yuxtaponer grandes obras en pintura, grabado o dibujo, de este o de otro tiempo, con pueriles experimentos discursivos haría que el neófito se orientara con mayor disposición hacia una definición más clara de las artes.
Ahora, sobre la mesa está siempre la negación del enfrentamiento entre dos formas muy distintas de entender el trabajo creativo en artes plásticas. Es bastante pertinente ver que por un lado están los rancios
fundamentalismos y en el otro extremo una nueva forma de pensar la actividad artística que reanuda con las tradiciones de creación visual de todos los tiempos y culturas.