La Globalización y el Fin de la Política

Cuando la mecánica del mercado global, el Laissez-faire capitalista se libera a sus propias reglas, la política se desvanece y la Administración toma su lugar. Pero no se desvanece en el viento de la historia: su precariedad frívola es astutamente trasladada al mundo del arte y la cultura en cuyos brazos agoniza en los últimos estertores de su significado: el de la política como epifanía ritual y entretenimiento estético. La noción panteísta del arte se traslada a la visión panteísta de la política y entonces desde la mosca al árbol, desde el árbol hasta el crepúsculo todo es una bella y luminosa presencia del Theós Politikón: el dios político que todo lo hace, todo lo ve y todo lo vigila.

Piccone:

«Hoy en día, prácticamente en todo Occidente, derecha e izquierda significan poco y nada y designan, en el mejor de los casos, partidarios del libre mercado que predican un liberalismo clásico decimonónico basado en un Estado mínimo y una libertad económica irrestricta, o estatistas que prefieren la versión del siglo XX del Estado de Bienestar, en la que el Estado se convierte en el agente económico más importante y trata de controlar y regular cada aspecto de la vida cotidiana. Esto explica por qué los conflictos políticos han sido reducidos a riñas administrativas sobre la perspectiva y extensión de medidas redistributivas.

(…)
Si hoy existe alguna diferencia real entre ambas ella reside en la adhesión a dos versiones diferentes del liberalismo: la clásica fórmula decimonónica del laissez faire versus el modelo siglo XX, versión Estado de Bienestar. El primer grupo se permite la nostalgia de un sistema largamente perimido, anfitrión fáctico de intereses capitalistas dominantes, mientras que el segundo aboga por mayor institucionalización – en términos liberal-democráticos antes que republicanos – de una sociedad terminalmente escindida entre una elite de la Nueva Clase y una plebe clientelizada que aquella mediatiza rutinariamente.»

Paul Piccone es uno de los intelectuales más singulares de los Estados Unidos. Vinculado en sus orígenes con las ideas de los maestros de pensamiento de la Escuela de Frankfurt (particularmente con aspectos de la obra desarrollada en América por Max Horkheimer y Theodor Adorno), Piccone, junto al núcleo que lo acompañó en la creación de la revista «Telos» en la década del 60, se constituyó en un animador de la entonces llamada Nueva Izquierda de los Estados Unidos, un movimiento heterogéneo en el que sus ideas tuvieron un sesgo revulsivo.

Paul PICCONE. «De la Nueva Izquierda al Populismo posmoderno.»
Entrevista completa en
http://www.agendaestrategica.com.ar/EstrategiaDetalles.asp?IdMaterial=83

Carlos Salazar