Con Nekane Aramburu hablamos sobre la evolución de los espacios y plataformas independientes en España desde los años 80 hasta la actualidad. Aramburu ha presentado recientemente «Archivos colectivos», espacio on-line que contiene información histórica relativa a lo invisible, a lo que ha pasado y pasa más allá de las formas de lo institucional.
Marti Manen: Con Archivos colectivos has realizado una cartografía de los espacios independientes y colectivos de artistas dedicados al arte en España desde los 80 hasta la actualidad, proponiendo un análisis sobre modelos de funcionamiento. ¿Ha sido complicado lograr la información? ¿Existe comunicación entre lugares y generaciones?
Nekane Aramburu: El proyecto ha partido del hecho de que yo disponía de mucha información y documentación, ya que al originar la Red Arte y sus encuentros en los noventa, acumulamos un gran número de material que dejé en depósito en la Universidad del País Vasco, luego la documentación también en estos años ha aumentado. Además contaba con la información tanto de actividades como de ediciones de la gente próxima de la red y otra que ha ido apareciendo en el camino, sobretodo me interesaban elementos perdidos de los proto-espacios y de los ochenta para empezar esta cartografía imprecisa y deslabazada. Mi gran amistad y la complicidad con Marisa González me ha facilitado de primera mano mucho material (ella ha estado en todo lo que se fraguó desde Madrid), luego Espacio P, Poisson Soluble, personas como Fran Felipe o Alejandro Martínez Parra…. De ese momento hay mucha cosa perdida pero quienes la tiene están deseando compartirla. Luego la gente de los noventa son mis colegas de siempre. La generación de los colectivos de los 2000 no tienen prácticamente ni idea de lo que pasó anteriormente, y dando conferencias y cursos, ya con las organizaciones mas recientes entre las que tambien he estado en activo, me dí cuenta de la gran necesidad de colmatar este vacío de la historia reciente. En cualquier caso hacer el llamamiento a todos-todos es una labor inmensa e inabarcable, queda aun mucho por colmatar.
MM: ¿Existe memoria respecto a estas propuestas?
NA: La memoria es muy frágil en general la información circula tan rápido que se olvida al poco tiempo. He recopilado la poca documentación y escritos que se han realizado sobre estos temas, pero en realidad lo único que existía es el libro de los encuentros de Red Arte que publicamos en Trasforma en el 97 con una ayuda de la Fundación Arte y Derecho.
MM: La situación ha cambiado mucho. ¿Cuáles serían para tí las diferencias de base entre los espacios independientes de los 80 y 90 con la actualidad?
NA: La diferencia básica es que al principio había mucha energía e improvisación (salvo casos excepcionales), ahora hay mas formación y conocimiento de los mecanismos del stablishment y se aplican a los nuevos proyectos. Aun y todo, hay fórmulas que se repiten. He realizado una clasificación de la tipología de los colectivos que aparecerá en el libro y se ve claramente la evolución. Ahora también hay menos miedo a definirse como ”trabajador de la cultura”. Llevar un proyecto independiente supone crear también industrias culturales a nivel próximo a la clase creativa y generando mucho autoempleo, reinvindicar esto es nuevo.
MM: ¿Qué diferencia ves en el papel que tienen este tipo de estructuras hoy en el entramado cultural y la situación de los 80 y los 90?
NA: Básicamente ahora se ha abandonado el espíritu fresco y de improvisación que supone crear espacios de emergencia (Poisson soluble y Espacio P) en precariedad sin subvenciones, por una actitud mas profesional que nace de los noventa (Trasforma, Mestizo, L’Angelot) y que se está desarrollando ahora en los nuevos espacios. Luego hay proyectos que han ido mutando manteniendo el espíritu inicial, el ejemplo mas claro es Côclea
MM: ¿Podemos hablar de independencia?
NA: Hoy mas que nunca, pero quizás el término mas adecuado sea “autonomía”.
MM: La comunicación entre agentes culturales parece que sea más fluida ahora, como si las fronteras estuvieran menos claras, como si no importara que uno representa una institución y otro un proyecto no institucional. ¿Desactiva este contacto algunos modos de hacer? ¿O estamos hablando de madurez?
NA: Me consta que es madurez, tanto por el sistema de las artes, que se da cuenta de la fragilidad de su propia existencia, como por parte de los agentes independientes. Las fronteras se ha diluido y ahora impera la permeabilidad. Se producen relaciones simbióticas que ya son inevitables, hace unos años esto no era posible. Sin embargo por otra parte, la excesiva politización de la cultura y la falta de espíritu crítico lo enturbian todo constantemente. El sector está maduro pero mientras no cambien modos de entender la gestión y la esfera pública, será muy dificultoso el avance real que se está produciendo.
MM: Las instituciones parece que están adaptando algunos comportamientos propios de la independencia, al proponer cierta aproximación crítica y abriéndose a otras narraciones de la historia y el presente. ¿Favorece ésto el contexto o elimina la posibilidad de trabajar «desde fuera»?
NA: Se ha producido un intercambio de papeles y funciones, los cambios estructurales que vamos a ver en unos años son la mejor demostración. Creo que se van a producir nuevos modos en el trabajo de la cultura y algunos de ellos están basados en las fórmulas de gestión de las iniciativas independientes.
MM: Me parece interesante esto que apuntas, ya que elementos positivos como la flexibilidad, la velocidad de acción, la capacidad para autocuestionarse estarán más presentes…pero me pregunto si no será también una vía hacia la precarización. ¿Cómo lo ves?
NA: Esos elementos que mencionas, el puro Hakim Bey, aun sin perderse debe reflejar la consciencia de que el interlocutor puede ser amigo pero también enemigo. En el impulso de programar o realizar los proyectos soñados muchos colectivos negocian a la baja. De resultas se promueve un trabajo por debajo de los costes de mercado (que en los tiempos dorados las empresas de gestión cultural no se admitirían) y la vuelta a tener que reinvidicar de nuevo cuestiones tan superadas como los honorarios o los derechos de autor. Se están produciendo tambien pactos perversos que van en deprimento de los logros de los años pasados, y eso no se puede permitir. Hoy mas que nunca los profesionales, que ya están asociados (MAV, IAC, AIM, AECA, UAAV…) y los agentes culturales deben unir redes y experiencias para hacer frente común.
Pie de foto: Nekane Aramburu. Gestora cultural y comisaria con la Camiseta realizada como propuesta por Jana Leo para la convocatoria de Cabello/Carceller, “Presupuesto: 6 euros. Prácticas artísticas y precariedad” en OFF LIMITS.
“Artista”: aquel que cualificado para 120 Euros x h., obtiene 6 ó nada y ha de agradecer ser elegido. Fotografía realizada por Ana Nieto
publicado por A Desk*