Develación de la réplica de Guernica, en el parque ibíd (video promocional aquí) , por parte de la Bogotá Humana. A la izquierda, como debe ser, se ve a su promotor. Feliz, como pocos, al concluir su mandato. Fotografía: minuto30.com.
26 de noviembre de 2015. Para muchos el ground zero de la destrucción total de Bogotá: la desgracia de elegir entre un pésimo grupo de candidatos con proyectos clonados, que sólo se ven cuando se insultan. Ni una propuesta, ni un proyecto de ley. Dignificante. Igual que en el actual debate demócrata de los Estados Unidos: la mejor opción del partido de Obama sólo responde preguntas sobre el terrible uso que le da a sus mails. Ni una propuesta, ni un proyecto de ley. Dignificante, también. Preocupante, además.
Cuando Gustavo Petro ganó el proceso anterior, algunos pensamos que bajo su gobierno por fin se podría comenzar a hablar sobre la mejor manera de reforzar el campo artístico de la ciudad. Que aquellas murallas que se comenzaron a construir durante la alcaldía previa de un funcionarito dilatorio, y que buscaron polarizar a los productores cercanos al patrocinio oficial (artistas ganando becas de la alcaldía) y los promotores de bienes culturales de base (generalmente (auto)marginados de esas mismas vías de financiación). Quizá, un diálogo con/entre ambos sectores. No tanto para generar inútiles consensos artificiales, como para saber de qué modo deseaban relacionarse con la acción gubernamental. Para que hablaran de sus nuevos intereses. Si querían, por ejemplo, resolver asuntos como su renta básica, su seguridad social, la falta de regulación de precios en el mercado, la informalidad de las relaciones contractuales en diferentes instancias. O si simplemente no querían permanecer junto al Estado. Si habían encontrado que quizá era mejor no terminar como autores de propaganda o si, más bien, deseaban que se protegiera su capacidad crítica. O que, ahora sí, se iban a llevar a cabo las necesarias discusiones para ir más allá de pedir/crear mas becas. Pensé en el fortalecimiento de las exigencias del sector y una interlocución “Humana”.
Pero no. A cambio hubo un prolongado silencio donde los pocos funcionarios que intentaban hacer algo en IDARTES o la Alzate se quedaban hablando solos. Todo siguió así hasta que, de pronto, tanta displicencia acabó. Este año y por obra de la asignación improvisada de gasto, a cambio de la actitud defensiva, la Bogotá Humana comenzó a oír los reclamos de pocas –muy pocas- organizaciones (la Escuela Fábula, por ejemplo) y algunos –muy pocos- artistas no agremiados. Así, este gobierno comenzó a parecer un aliado desesperado del arte visual más espectacular: la Bogotá Humana pagó de todo: obeliscos, murales modernos y postmodernos, réplicas de obras, concursos de arte público, etc.
Si gana la alcaldía, Rafael Pardo va a estar feliz borrando esas imágenes (tampoco lanzará convocatoria para eso). Si gana Peñalosa les añadirá esculturas (de Negret, Hoyos y Salcedo (Bernardo), o corbatines). Si gana Clara, tampoco se va a dar cuenta de que están. En fin. A pesar de nuestro optimismo el asunto va a terminar igual: instrumentalización de la imagen para montar otras cosas. Gobiernos, abogadas de divorcios, violinistas, Clarisa Ruiz.
“El genio o demonio de la política vive en tensión interna
con el dios del amor y esta tensión puede convertirse
en todo momento en un conflicto sin solución.”Max Weber
Al pesimismo que mañana nos embargará no sobra añadir el recordatorio que hiciera Víctor Ogliastri o las respuestas de quienes atendieron al cuestionario de arcadia sobre el tema. No hay esperanza. En cada una de esas campañas nadie, como ya es costumbre, pensó en la creación de políticas culturales. Es más, seguramente ni habrán leído (para incumplirlas) las Bases para Políticas Culturales 2016-2026 que redactaron mal e imprimieron sin corrección de estilo hace poco en IDARTES. #culturadelaimprovisacion #nadinmuralista #descaroenlagestion.
Arte y propaganda.
–Guillermo Vanegas