Antes que nada, le agradezco los cumplidos, y por mi parte quedan aceptadas todas las disculpas (De mi parte, no se los demás). No se si realmente le he dedicado el tiempo suficiente a conocerlo a usted y a examinar las palabras que usted a expresado al respecto de todo lo acaecido hasta ahora alrededor del tema de Natalia Ávila, su tesis y proyectos reprobados, y las dificultades que experimenta nuestra facultad, pero no podría nunca, haber ignorado toda esta situación como hace la mayoría, y de manera algo apresurada decidí darle mi opinión al respecto, no solo a usted, si no a todos los que le hallan dado alguna importancia al asunto. Después de ver su entrevista, nunca espere tanta consideración de su parte, por lo cual me siento “muy agradecido”.
Ese reducido grupo de estudiantes que asistieron a la presentación del trabajo de Natalia Ávila, me cuenta entre sus integrantes. Estuve allí y observe la documentación, mucha de la cual ya había leído por la más que exhaustiva difusión del problema al que hace referencia. También tuve oportunidad de observar el video en el segundo piso, donde se nos mostraba la sustentación del proyecto anterior de Natalia Ávila, del cual no pude desgraciadamente obtener toda la información que hubiera querido, por el sonido sin editar, cuyo valor comprendo, pero que no era el ideal a la hora de tratar de entender completamente lo que allí paso, cosa que creo podría ilustrar muy bien a muchos de los que no tienen idea de lo que esta pasando.
Por otra parte, entenderá, que lo que usted solicita de nosotros los estudiantes, no es algo que valla a realizarse antes de que este semestre acabe. Personalmente, he intentado solo una vez, recoger el colectivo de opiniones de los estudiantes involucrados en un problema anterior, relacionado con un cambio en la metodología con la que se imparten las historias del arte (las materias) No estuve de acuerdo entonces con la nueva manera en la que se busca dictar dichas clases, y aun ahora sigo sin estarlo. Pero mí llamado a por una puesta en escena de nuestro descontento frente a la facultad de humanidades o de bellas artes no fue respondido más que por dos estudiantes. En ese sentido, me quedo una dura pero muy practica lección, tratar de convocar a los estudiantes aquí, adentro, es mas complicado de lo que parece, tal vez por falta de interés de la mayoría, o por un miedo, que creo totalmente injustificado, frente a la institución. Reitero lo que había dicho antes, tengo varias cosas que decir al respecto de temas que me parece no son tratados de la mejor manera (Sobre la facultad y sobre la universidad en general), pero todas esas cosas requieren tanto una documentación extensa y clara, como de tiempo para hacérselo saber a los estudiantes y demás involucrados.
Por ende, las propuestas que usted hace, van a requerir bastante trabajo y tiempo. No pretendo ser quien lleve a cabo toda esta tarea, porque eso es imposible. Creo que antes que nada, se debe examinar cuantos estudiantes interesados en llevar una tarea tan ardua hasta sus últimas consecuencias existen, y he allí la primera gran dificultad en esto. Pero nada de eso es imposible, y mirare para al menos por mi mismo recoger la información necesaria para no dejar espacio a lagunas, en cuanto a la situación real de la facultad y todo el proceso que esta ha tenido en los últimos años hasta el día de hoy.
Finalmente, le aclaro la duda con respecto al nombre citado. Cuando digo “Silvia”, si, hablo de la misma “Sylvia Escobar” que usted conoce.
Nicolá Castro Plested