Dentro del panorama actual del arte Colombiano e internacional nos encontramos con particularidades y semejanzas formales, ya que el mundo que habitamos hoy en día esta cruzado constantemente por imágenes que nos suministra los medios o mas medias, televisión, prensa, revistas, libros etc… Pero, qué sucedería si dentro de ese mundo que es el arte (específicamente Colombia) nos encontráramos con similitudes tan precisas a nivel formal, creo que sospecharíamos de que esta pasando algo grave o que hay un agotamiento de ideas, siendo así seria algo preocupante para aquel que fue tomado como modelo de calco, claro que dentro de un modelo de apropiación no habría complicaciones pero este no es el caso, entendemos que la apropiación es la toma de la imagen por parte de un artista, sea cual sea la imagen obviamente es venida de los media o como cita histórica (la imagen es retomada de un artista), para mayor comprensión daré un ejemplo recordemos entonces las refotografías de Sherrie Lavine que son tomadas por ella de fotógrafos famosos como Walker Evans y Edward Weston, en su gesto apropiacionista Levine se limita a reproducir otra vez algunas de las fotografías de ellos previamente reproducidas en algún libro de arte. Las series After Walker Evans y After Edward Weston son algo así como el paroxismo de la desaparición del aura de la obra original en la época de su reproducibilidad técnica, fotografías de fotografías, refotografías que se convierten en signo del agotamiento de la imagen, incapaz de reflejar lo real, condenada a repetirse al infinito.
Pero como ya habíamos dicho este no es el caso, paseando por varias Galerías de la ciudad de Bogotá para ver la escena artística nos encontramos, hablo en plural por que somos varios los que nos dimos cuenta de lo que estaba pasando frente a nuestras narices con la obra de Sair García. Para la mayoría de personas que estamos interesados en el arte y asistimos a las exposiciones sabemos rotundamente quien es Sair García y tenemos una clara idea de su obra a nivel conceptual y nivel formal, también sabemos que es uno de los artistas jóvenes de una generación reciente que ha venido trabajando duro contra viento y marea en el medio artístico Colombiano, reconocido por sus ambientes atmosféricos que bordean entre agua y nubes, paisajes bucólicos habitados por personajes diminutos, casas y canoas que recuerdan a los náufragos de una sociedad que se pierde en ese inmenso mar de calamidades, esas historias desastrosas son resueltas por García de una forma magistral sin necesidad de sangre y muertos sino con un carácter pictórico fuerte y contundente a través de esos grises azulados y esos grafismos concluyentes que demuestran que la obras pictóricas de Sair contribuyen a la legitimidad de la pintura en Colombia.
Éxodo. Sair García
Hombres saliendo. Lina Leal
Retomando de nuevo los paseos por las galerías de la capital, encontramos en una de ellas unas pinturas muy atmosféricas con personajes ambulantes que divagan por el lienzo y que engañosamente parecen pintadas, pero que son recortadas (bueno eso no esta mal) lo mal esta en que poseen un parecido asombroso con las obras de Sair García, mismo color, mismo ambiente y uno podría decir que mismo tema la ausencia y la perdida de valores en los seres humanos, seria el colmo que fuera así pero en este mundo del arte no se sabe nada, en el trabajo de Lina Leal encontramos una serie de individuos sobre un horizonte sin norte, ni camino fijo perdidos en una atmósfera que los circunda y que llevan al espectador (que conoce el trabajo de Sair) a meditar el parecido con las obras de García, de todas formas quien esta primero el huevo o la gallina como por decir algo, pero en este caso el particular podríamos decir con certeza que ni el huevo ni la gallina sino que el maestro Sair García esta primero, de todas maneras es el publico en general el que dará su ultima apreciación.
Robert Sànchez