Devenir «online» (encuentre las semejanzas)

Este debate inicia con un breve texto fue publicado por Lucas Ospina, quien propone encontrar las diferencias entre unos párrafos de los críticos Adolfo Vásquez Rocca y José Luis Brea (Q.E.P.D.) publicados en diversos medios. En esta discusión se hace evidente el plagio que se comete, publicando prácticamente el mismo texto con pequeños cambios en algunas palabras.

Este debate inicia con un breve texto fue publicado por Lucas Ospina, quien propone encontrar las diferencias entre unos párrafos de los críticos Adolfo Vásquez Rocca y José Luis Brea (Q.E.P.D.) publicados en diversos medios. En esta discusión se hace evidente el plagio que se comete, publicando prácticamente el mismo texto con pequeños cambios en algunas palabras.

Encuentra las diferencias entre los críticos Adolfo Vásquez Roca y José Luis Brea

Figura. 1.
En la versión publicada en http://arteaisthesis.blogspot.com/2008/05/la-crtica-de-arte-y-la-esttica_09.html* Adolfo Vásquez Rocca dice:

«Y 7. La crítica ha de aceptar y afrontar con todas sus consecuencias el impacto del “devenir online” –que el escenario de los nuevos medios procura- con la carga de pérdida de autoridad que el confrontarse en un espacio multiplicado de voces conlleva. Diría que combinar ese efecto -de extravío de su autoridad insitucionalizada [sic]- con el compromiso radical a mantener su trabajo desmantelador y secularizador, es el gran reto que por excelencia concierne a la crítica en nuestros días.»

En la versión publicada en http://revista.escaner.cl/node/792 Adolfo Vásquez Rocca dice:

«Finalmente la crítica ha de aceptar y afrontar con todas sus consecuencias el impacto del “devenir on line” –que el escenario de los nuevos medios procura- con la carga de pérdida de autoridad que el confrontarse en un espacio multiplicado de voces conlleva. Combinar ese efecto –de extravío de su autoridad institucionalizada– con el compromiso radical de mantener su trabajo desmantelador, es el reto que por excelencia concierne a la crítica de nuestro tiempo.»

En la versión publicada en http://adolfovrocca.bligoo.com Adolfo Vásquez Rocca dice:

«Y 7. La crítica ha de aceptar y afrontar con todas sus consecuencias el impacto del “devenir online” –que el escenario de los nuevos medios procura- con la carga de pérdida de autoridad que el confrontarse en un espacio multiplicado de voces conlleva. Diría que combinar ese efecto -de extravío de su autoridad insitucionalizada- [sic] con el compromiso radical a mantener su trabajo desmantelador y secularizador, es el gran reto que por excelencia concierne a la crítica en nuestros días.»

Figura 2.
En la versión publicada en http://salonkritik.net/06-07/2007/10/la_tarea_de_la_critica_en_siet.php José Luis Brea dice:

«Y 7. La crítica ha de aceptar y afrontar con todas sus consecuencias el impacto del “devenir online” –que el escenario de los nuevos medios procura- con la carga de pérdida de autoridad que el confrontarse en un espacio multiplicado de voces conlleva. Diría que combinar ese efecto -de extravío de su autoridad insitucionalizada[¿sic?]- con el compromiso radical a mantener su trabajo desmantelador y secularizador, es el gran reto que por excelencia concierne a la crítica en nuestros días.»

Y hay muchas más…

—Lucas Ospina

* El texto «La crítica de arte y la estética contemporánea» de Adolfo Vasquez Rocca fue eliminado en los blogs del autor. El mismo texto publicado en otro website lo puede descargar aquí:

Texto de Adolfo Vasquez Rocca en [AgorArte]Descarga


Discusión

[esferapública]

A todas luces a nuestro crítico doctorado se le olvidó citar las fuentes. Si esto le sucede con Brea y Ospina, qué no pasará con cercanos como Cippolini y Laddaga?

A todas estas…¿Qué dice Adolfo Vásquez? ¿simples coincidencias?…..

*

Adolfo Vásquez Rocca

¡EL ARTE ABANDONA LA GALERÍA! ¿A DÓNDE VA? l

para leer, pulse aquí

*

Ma. Rosa Aranda.

He leído mucho de los trabajos del profesor Vásquez y me parecen no sólo de una gran profundidad sino de una particular originalidad, sobre todo en su calidad de Filósofo especialista en Sloterdijk. No creo que se trate de un simple «crítico de arte» o menos aun que «necesite ideas».

Por otra parte el sarcasmo del señor Vergara me parece no sólo nocivo para una discusión de altura, sino sospechoso (que interés puede tener en tomar partido a favor de uno y en contra de otro) más aún cuando el link asociado a su nombre esta ‘muerto’ (no existe).

En ocasiones escritores con menos relevancia buscan notoriedad enfrascándose en estas disputas estériles, no será este el caso de L. Ospina? A mi me parece que sí..

De todos modos el trabajo intelectual se consigna en Directorios Internacionales y se consagra con los respectivos derechos de Autor:

Ejemplo DIALNET:

Adolfo Vásquez Rocca – Dialnet

http://dialnet.unirioja.es/servlet/extaut?codigo=1053859

  1. Ospina :

Dialnet

* Inicio
* | Buscar

Buscar documentos

Su consulta (Buscando todos los documentos que contienen Lucas Ospina en Autores) No registra ningún documento.

http://dialnet.unirioja.es/servlet/busquedadoc?db=2&t=Lucas+Ospina+&td=todo&x=12&y=10

Atte.

Ma. Rosa

*

Nica Surnom

Vamos a hacer un dibujito:

miren la nariz de la foto de la derecha.

gracias

(si queda alguna duda, por favor llamar al número de emergencias interpretativas).

*

[esferapública]

En relación al primer envío de Lucas Ospina, las fechas de publicación hablan por sí solas:

El texto de José Luís Brea «La tarea de la crítica» fue publicado el 28 de octubre de 2007. El texto de Adolfo Vázquez » LA CRÍTICA DE ARTE Y LA ESTÉTICA CONTEMPORÁNEA» fue publicado en la revista Scanner el 29 de mayo de 2008. Vale la pena anotar que en este caso las coincidencias en siete párrafos son absolutas.

Los otros dos enlaces al artículo LA CRÍTICA DE ARTE Y LA ESTÉTICA CONTEMPORÁNEA -que hasta ayer funcionaban- reportan que «el artículo no existe», es decir, fue retirado en las últimas horas.

*

Adolfo Vásquez Rocca

ME PARECE DEL TODO INTERESANTE LA NOTA DE LUCAS OSPINA.

Comparto y adhiero a su Tesis de fondo, en torno a que «si la frase está donde debe de estar -y es necesaria- y está a la altura de todo el escrito,y se ha sido capaz de darle sentido entonces se ha logrado una composición original y constructiva. Un pintor usa un color cuando lo necesita y aunque sepa que lo ha visto en la paleta de otras pinturas, no justifica su acto pegando encima de su cuadro un incómodo papelito que señala con rigor las “fuentes cromáticas”; lograr una composición es ya una justificación suficiente. La frase es suya y la prueba es que usted lo sabe pero no lo recuerda, las cosas son de quien las usa y sabe como usarlas».

Estas observaciones de Ospina son muy lucidas y me reconfortan por su altura.
Creo que el «debate» se desperfilo con intervenciones de «invitados de piedra» con animosidades y una animadversión del todo inusitada.

A esto tal vez podría agregar -para terminar con esta «caza de brujas» propia de un macartismo trasnochado y anacrónico- la siguiente reflexión, a propósito del tema El devenir On line de la crítica:

NÓMADAS – REVISTA CRÍTICA DE CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS

12-2005/2 | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730

PUBLICACIONES DIGITALES Y CUESTIONAMIENTO DEL ESTABLISHMENT CULTURAL

http://www.ucm.es/info/nomadas/12/avrocca.html

Desde los años ‘90 hasta hoy la Red ha evolucionado considerablemente. Sistemas de publicación, más iniciativas, mejores tecnologías digitales, más usuarios y lectores.

Dada la instrumentalización radical a la que nuestra sociedad se ha visto llevada por muy diversos y complejos motivos, el mercado en general y muy particularmente el editorial, en la medida en que convencionalmente ha sido el encargado de la difusión de ideas, se ha convertido o en una forma de ganar dinero o en una plataforma ideológica de determinados grupos de poder

Ante esta situación, por todos conocidos, pareciera que no quedaba resquicio alguno por donde introducir un pensamiento que no pretendiese o ganar dinero o legitimar alguna forma de dominación.

Si el desarrollo social humano se puede caracterizar por algo es por incrementar de forma constante los modos y formas de comunicación, pero no resulta difícil imaginar que la red termine siendo controlada por aquellos que esperan beneficios de cualquier cosa y muy especialmente de la producción de ideas (buenas o malas). Eso es lo que sistemáticamente se ha producido, uno a uno han ido cayendo bajo el control de grupos de intereses los medios de comunicación que las sociedades humanas han producido. Internet tiene el consuelo de que siempre habrá un nivel de vulnerabilidad que permitirá que nunca nada en ella sea fiable. Este es un conocimiento importante porque no permite que la gente idolatre el medio y acepte sin desconfianza la información o el conocimiento que transmite. Internet obliga a contrastar la información a complementarla o ampliarla, invita a la comunicación, crea, en definitiva comunidad.

En este sentido ha tenido lugar un importante cambio en los últimos años conforme Internet se ha ido imponiendo como el mejor medio en la difusión de ideas. Todavía queda el recelo respecto a quién está detrás de cada cosa y todavía queda el contraataque que desde los medio establecidos, que representan a los grupos de poder y de interés, se realiza, pues ellos siguen teniendo el control de las agencias de evaluación, de las revistas “prestigiosas”, de las cátedras universitarias y de los medios masivos de comunicación, pero inevitablemente la publicación electrónica se equiparará con otras formas tradicionales en los que se asientan en la actualidad los derechos, los méritos o la propiedad.

Es habitual, por ejemplo, que el autor, generalmente académico y no familiarizado con la Web, cuando publica en iniciativas on line su mayor preocupación son los derechos de autor, si le copiarán sus textos, si su obra será reconocida y valorada de la misma forma que en formato papel.

Frente a esto cabe reivindicar una idea que constituye o, más bien debiera constituir uno de los principios de la Web, entendida esta como una comunidad horizontal de conocimientos, y es que lo verdaderamente valioso son las ideas y éstas no tienen dueño. En el número cinco de A Parte Rei se tradujo y publicó el trabajo del Critical Art Ensemble “El plagio utópico, la hipertextualidad y la producción cultural electrónica” el que, junto a “El Hipertexto y las nuevas retóricas de la Postmodernidad; textualidad, redes y discurso ex –céntrico” (1) se ha convertido en una especie de ideario, del que se desprende una consideración valórica para toda la comunidad que interactúa en la Web, y es que se debe reivindicar el valor del trabajo del pensar y no la instrumentalización sistemática y aniquiladora que se hace de esta tarea. De ahí que ciertas prácticas descalificadas –como mal espíritu deportivo– por los lugares comunes de la crítica al medio informático, deban ser reivindicadas, y esto con sólidos argumentos desde la propia empresa del conocimiento y la cultura.

Argumentemos:

Las ideas mejoran. El significado de las palabras participa de esta mejora. El plagio es necesario. El progreso lo requiere. El plagio abraza la frase de un autor, utiliza sus expresiones, borra una falsa idea y la sustituye por otra correcta.

“En su forma más heroica, la nota a pie de página tiene una función hipertextual de baja velocidad, esto es, al poner en contacto al lector con otras fuentes de información que pueden más tarde articular las palabras del productor. Señala información adicional demasiado larga para poder incluirla en el mismo texto. No es una función objetable. La nota a pie de página es además una forma de vigilancia sobre un escritor, para asegurarse que no está utilizando de forma impropia una idea o frase de la obra de otro escritor. Esta función convierte a la nota en algo problemático, aunque pueda ser conveniente en tanto que se trata de una forma de comprobar las conclusiones en un estudio cuantitativo, por ejemplo. La función de vigilancia de la nota a pie de página impone interpretaciones fijas en una secuencia lingüística e implica la propiedad del lenguaje y de ideas por parte del individuo citado. La nota se convierte en un homenaje al genio que supuestamente ha sido el artífice de la idea” (2).

Es así como la reconfiguración del concepto de autor, bajo el de escritura cooperativa, evita la hipostación de remitir el texto a una figura fantasmagórica –la del autor– que se encuentra fuera de él (del texto) y lo precede. Punto de vista que generaba esa apariencia de personalidad, que creaba la ficción de poder sacar o derivar una personalidad a partir –o como soporte de los textos–, creyendo hallar en ello una prueba de que existe una personalidad unificada “detrás” o “dentro” de los textos o incluso “implícita”. (3)

La producción cultural, literaria o de cualquier otro tipo, ha sido siempre un proceso largo y laborioso. Una empresa colectiva. Hoy debemos entender las parcelas del saber como comunidades de retóricas, las que a su vez deben estar abiertas al dialogo interdisciplinario.

Prueba de ello es que el genio de un inventor de la talla de Leonardo da Vinci radica en su habilidad a la hora de combinar los entonces separados sistemas de la biología, las matemáticas, la ingeniería y el arte. Más que un creador fue un sintetizador. Ha habido muy poca gente como él a lo largo de los siglos, porque la habilidad de contener tantos datos en la memoria biológica de un individuo es algo muy raro. Ahora, sin embargo, la tecnología de la recombinación se encuentra disponible en el ordenador. El problema para los futuros productores de la cultura es el acceso a esta tecnología y a la información. Después de todo, el tener acceso es el más precioso de todos los privilegios, y por ello, está estrictamente custodiado, lo que a su vez le lleva a uno a preguntarse si para llegar a tener éxito en el mundo del plagio, tiene uno además que ser un buen pirata informático.

Todos los textos son utilizables y reutilizables. En esto estriba la epistemología de la anarquía (4), es siempre mejor estar dotado de una conciencia que tenga el mayor número de perspectivas de interpretación que sean posibles evitando así la tiranía de los paradigmas y las interpretaciones canonizadas.

Además, las ventajas de una publicación virtual son evidentes. En primer lugar es más barata y consigue una máxima difusión, que es el fundamental problema que tiene la publicación en papel. Además el medio es bastante ilimitado lo que permite tener todos los contenidos disponibles para su consulta y uso. Por otro lado, permite una modificación en cualquier momento en que sea preciso, lo que el papel no permite.

Pese a ello sigue primando la racionalidad del mercado; todavía hay muchos autores que consultan si en las Publicaciones electrónicas se respetan los derechos de autor o si publicar en sus páginas aporta méritos académicos. Revistas del prestigio intelectual de A Parte Rei, por ejemplo, difunde ideas y si hacen curriculum, esto es sólo secundario.

En los últimos años conforme Internet se ha ido imponiendo como el mejor medio en la difusión de ideas la importancia de las publicaciones on-line han ido cobrando una mayor relevancia.

Sin embargo todavía queda el recelo desde los medio establecidos, que representan a los grupos de poder y de interés. Ellos desean seguir detentando el poder y teniendo el control de las agencias de evaluación, de las revistas “prestigiosas”, de las cátedras universitarias y de los medios masivos de comunicación, pero inevitablemente la publicación electrónica se equiparará con otras formas tradicionales en los que se asientan en la actualidad los derechos, los méritos o la propiedad.

Por lo demás, lo original, lo valioso o lo interesante no reside nunca en el soporte en el que se trasmite, sino en lo que cuenta o dice, en la capacidad de suscitar más pensamiento o de desordenar creencias. Contra el lema de Mcluhan (5), el medio no es en ningún caso el mensaje. Pensar lo contrario es someterse. Aquí está nuestra reivindicación: que como sea, algún efecto produzca. Lo valioso debe elevarse por encima dejando al medio en sombra, transcendiéndolo y, en consecuencia, unificando todo medio imaginable.

De modo que no nos no nos engañemos, es infinitamente mayor el beneficio del soporte digital de la información que los males o vicios que ha engendrado.

Muchos estudiantes imprimirán los artículos o aquello que les interese para leerlo como se aprendió de pequeño, en el lugar más cómodo, siguiendo la ruta hipertextual que posiblemente sugiera la lectura. Otros se moverán a lo largo de la pantalla, en lecturas rápidas o depositando la mirada allí donde la atención recaiga. El futuro, no se sabe, pero seguro que durante mucho tiempo convive lo nuevo con lo antiguo, como se ha producido en todos los contextos de la vida humana. En cualquier caso, lo que se espera es que haya algo para leer sea en papel, en pantalla o lo que el desarrollo tecnológico vertiginoso produzca.

Finalmente, cabe anunciar, que el pensamiento goza de buena salud. Y, precisamente, la salud de la filosofía, está desde hace mucho fuera de los departamentos universitarios. En ellos lentamente desfallece y, a menudo, muere. Es desde fuera, donde todavía se respira aire puro, son proyectos como los de Revista Observaciones Filosóficas – http://www.observacionesfilosoficas.net/ – , los últimos reductos posibles para esta actividad originalmente desinteresada y ociosa –en el buen sentido– donde aun subsiste la discusión crítica y atisbos de pensamiento original e independiente, no interesado en canonizar autores, ni asentar un pensamiento conservador, insípido, aunque políticamente correcto, aséptico y funcional al establishment.

Adolfo Vasquez Rocca

NOTAS.-

(1) “El Hipertexto y Las nuevas retóricas de la postmodernidad; textualidad, redes y discurso ex –céntrico”, Adolfo Vásquez Rocca, Originalmente publicado en formato impreso en PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, Volumen 27, 2004.

(2) Critical Art Ensemble “El plagio utópico, la hipertextualidad y l a producción cultural electrónica”, en A Parte Rei, Nº 5.

(3) VÁSQUEZ, ROCCA. Adolfo, “Reconfiguración del concepto de Autor”, En Revista Poética VersOados, Madrid, Sección Artículos literarios de Poesía, Enero -Febrero, 2005.

(4) Según la expresión de Paul Feyerabend.

(5) Herbert Marshall Mcluhan (1911-1980). Dr. en Literatura Inglesa por la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Autor de «Comprender los Medios de Comunicación», el libro de no ficción más vendido en Harvard y otras universidades.
Su teoría, «el medio es el mensaje», se convirtió en el lema de la contracultura de la década de 1960. En general su teoría trataba sobre las tecnologías y el efecto que producen en las formas y la escala de la organización social y la vida individual. Mcluhan insistió en la necesidad de tomar conciencia de las transformaciones que los nuevos medios de comunicación producían y producirían en la civilización contemporánea.
A pesar de que en su opinión los libros no tardarían en quedar obsoletos, escribió centenares de artículos y más de diez libros. Varios de ellos en un formato ilustrado muy al estilo de la estética pop.

©THEORIA – PROYECTO CRÍTICO DE CIENCIAS SOCIALES – GRUPO DE INVESTIGACIÓN UCM

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID.

– Finalmente – Y a propósito de la Cibercultura, me permito referir al siguiente Artículo,que como todos los publicados en Revistas Indexadas y pertenecientes a Universidades de reconocido prestigio, fue sometido a un arbitraje externo, revisión de originalidad por parte de expertos internacionales (Comité científico)

– Vásquez Rocca. Adolfo, “Estética de la virtualidad y deconstrucción del museo como proyecto ilustrado”, En Revista NÓMADAS Nº 28 – Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos, Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte – Universidad Central, Colombia, pp. 122 – 127.
http://www.ucentral.edu.co/NOMADAS/nunme-ante/26-30/28/11-ESTETICA%20ADOLFO.pdf

— Adolfo Vásquez Rocca

*

José Luis Brea

¡Cadaqués! ¡No lo puedo creer, qué coincidencia!
Yo también paso mis vacaciones allí. Y mira, por cierto, recuerdo que en los últimos días del verano del 2007 tomé uno de esos cócteles Tabucchi en el Hostal, mientras planeaba robarme el dibujo original que había hecho Hamilton para el disco blanco de los Beatles. A las tantas de la noche se me acercó un tipo con un ojo tapado (como el de la primera foto que pusiste, sí) y me cuchicheó de corrido las 7 tesis. Yo pensé que era el fantasma de Benjamin –que murió no demasiado lejos, ya sabes- que había perdido parte de la memoria y no recordaba las otras seis de su Calle de Dirección Única, y claro, me sentí con derecho de plagio.
Cuando leí tu post, me dije: ¡demonios, que no era Benjamin, sino Adolfo Vasquez!
Le pregunté a mi mamá y me lo confirmó: seguro que es él, hijo mío.
Aunque ahora, la verdad, estoy desconcertado. He ido a la web de Scanner para ver lo que ha publicado, y aunque conserva el tonillo, realmente lo que él ha escrito sólo de lejos se parece a lo que me dictó.
Puff, creo que estoy hecho un lío.
Dime Lucas si te entiendo bien: ¿tu crees de verdad que es Vila-Matas el autor de todo este embrollo?

*

[esferapública]

el devenir «online» II (encuentre las semejanzas)

Figura 1.
En la versión publicada en http://replica21.com/archivo/articulos/u_v/542_vazquez_abandono.html
la crítica dice:

“Ante la ambigüedad, inmediatez y sensualidad de la producción artística el curador –el administrador de la “conciencia del arte»– ejerce la función de hermeneuta y editor de la obra expuesta, produciendo el texto para un catálogo, una cartografía de la exposición, un texto para la prensa, un acta para un jurado, uno para la institución, otro para la pedagogía y la sociología del gusto, finalmente un texto para autentificar una obra; en suma, una estrategia de mercadeo a través de una amplia gama de producciones textuales -en un comercio de frases- cuyo objetivo tácito es el de publicitar: hacer publico y formar un público para la obra.”

Figura 2.
En la versión publicada en
https://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=549&Itemid=79
la crítica dice:

“[…] ante la ambigüedad, inmediatez y sensualidad de la producción artística, el ejercicio de poner en texto lo hecho por el artista ofrecía la garantía de que por lo menos alguien había hecho un trabajo. La traducción de la obra de arte a la lógica y rigor de un texto tenía múltiples objetivos y para un tipo de público, determinado por una ley de mercadeo, el curador, casi con la misma rapidez del periodista, producía algún tipo de texto: texto para un catálogo, texto para la exposición, texto para la historia, texto para la prensa, texto para un acta de jurado, texto en un idioma extranjero, texto para una conferencia, texto para la institución, texto para la pedagogía, texto para la sociología, texto para una carta de recomendación, texto para autentificar una obra,… una amplia gama que cumplía siempre con el tácito deber de publicitar: hacer público y formar un público para lo obra.”

Y hay muchas más…

—Lucas Ospina

*

[esferapública]

LA CRÍTICA DE ARTE.

Por Adolfo Vásquez Rocca

Leer:

Vásquez Rocca, Adolfo, “El Arte abandona la galería ! ¿A dónde va?”, En RÉPLICA 21 © , Revista Internacional de Artes Visuales, México, Abril 2008.
http://replica21.com/archivo/articulos/u_v/542_vazquez_abandono.html

*

Estimado Lucas

Creo que esta versión es más clara

“El ejercicio de la crítica de arte debe hacerse cargo de las consecuencias de su su “devenir on line” –que el escenario de los nuevos medios comporta– con los riesgos propios de las interpelaciones horizontales en un espacio polifónico. Esta posible deriva de la autoridad de la crítica –la que en su modalidad tradicional sigue parapetada en las revistas especializadas ajenas a toda expresión disidente– no debiera conducir al crítico a perder su independencia, e inhibir sus ejercicios cuestionadores del establishment cultural y del estatuto del arte, prácticas por lo demás desmanteladores y polémicas, pero sin embargo necesarias para mantener el Arte vigoroso, en un permanente estado de virulencia, única vía de inocular su potencia a futuras generaciones de artistas que desafíen las convenciones del gusto, del discurso soft “políticamente correcto”, así como a independizar su gestión de las operaciones mercantiles y cosméticas características de los operadores comerciales del arte, los nuevos Marchants d’art.”

Saludos cordiales

Dr. Adolfo Vásquez Rocca

Crítico de Arte.

PUCV
UNAB
Universidad Complutense de Madrid

Director de Revista Observaciones Filosóficas – Internacional

http://www.observacionesfilosoficas.net/

| E-mail: adolfovrocca@gmail.com

  1. Como estaré próximamente en Colombia dictando un Ciclo de Conferencias y participando de un Congreso Internacional de Estética organizado por la Universidad Nacional y Central respectivamente, tendremos la ocasión de clarificar estas cuestiones personalmente. Además de conversar sobre tu producción artística.

*

Lucas Ospina

José Luis:

Ni si, ni no… sino todo lo contrario, pero el célebre escritor español me enseñó en Cartagena de Indias, en una tarde de verano, como inventarme mis recuerdos y además dijo: «Todos los españoles son unos mentirosos.» ¿Tu crees que Vila-Matas decía la verdad?

Uich, creo que también estoy hecho un lío.

L.

*

José Luis Brea

Bueno, puedes imaginarte lo que pienso de la tesis de Vila-Matas. Al fin y al cabo, dice lo mismo -otro plagio al canto- que Steiner le oponía a Derrida, cuando le reprochaba que todas las proposiciones de su deconstrucción eran del tipo “yo, cretense, afirmo que todos los cretenses son unos mentirosos”. Y claro, aunque yo no sea Vila-Matas (no estoy del todo seguro), sí sé que soy español (luego quizás no sea Vila-Matas), así que estoy atrapado en tu (su) dilema.

En cambio, nuestro amigo Adolfo Vásquez Rocca, Doctor en Filosofía y Teoría del Arte, que ni es español ni cretense, está libre de todos ellos, y ni mentira ni verdad le conciernen.

Te confieso entre nosotros que la primera vez que vi incrustados los 7 párrafos de mi artículo (el artículo en su integridad) en uno suyo, pues lejos de escandalizarme me pareció un honor (otro de tantos) y simplemente pensé que a nuestro doctor se le había olvidado la cortesía de las comillas: al fin y al cabo, incluía la referencia a mi artículo “apropiado” en la bibliografía. Así que todo estupendo, normal y nada que objetar por mi parte, hasta ahí.

Luego, cuando tu denuncia, vi que optaba por cambiar la pura cita literal (eso sí, sin comillas) por una reescritura sampleada de cada párrafo. Y si bien esto me pareció al principio un poquito peor (por que me daba la impresión de que quería tapar lo originalmente hecho, como si se avergonzara un poquito de ello), ahora veo que no se avergüenza de nada, sino todo lo contrario, que lo que él hace con nuestro textos es el resultado de una cierta política del discurso –y hasta incluso una consecuencia de lo que precisamente era objeto de “nuestra” reflexión allí, sobre lo del devenir online de la crítica.

Visto lo cual, no puedo sino reconocer que a Vásquez le asiste todo el derecho a hacer lo que hace, y que lo argumenta de manera incontestable, amparándose en los CAE y lo del plagiarismo utópico y todo eso de lo que tanto y tantas veces habíamos hablado.

Cómo entonces podríamos sentirnos incómodos o expropiados, si él nos lo explica bien claro (y siendo ideas que a la postre nos plagia, pues no podemos sino concederle acuerdo). “El plagio –nos enseña, paciente- es necesario. El progreso lo requiere. El plagio abraza la frase de un autor, utiliza sus expresiones, borra una falsa idea y la sustituye por otra correcta”.

Ya ves Lucas, que no se trata de verdades ni mentiras, sino de mejorarnos, de lograr sustituir nuestras ideas falsas por otras correctas. Muchas gracias, Adolfo, por mejorarnos, Y un fuerte abrazo para ambos.

*

Adolfo Vásquez Rocca

DECONSTRUCCIÓN DE LA NOCIÓN DE “AUTOR”, LA LITERATURA COMO OBRA PLURAL O EL PAROXISMO DE LA CRÍTICA DE «VACA SAGRADA”.

-Correspondo el saludo y el abrazo, aunque no la ironía, tanto Lucas Ospina como Brea merecen todo mi respeto, sus trabajos y méritos son de público reconocimiento. Por convicciones personales no ironizo ni descalifico (esto es una señal de debilidad en los argumentos que uno sostiene, es lo propio de toda Falacia ‘ad hominem’). Por ello deseo concentrarme sólo en el debate de ideas.

  1. V. R.

1.- La noción de “autor” –como creador individual de una obra artística o literaria– se puede situar histórica y culturalmente en el tránsito de la modernidad a la posmodernidad, la noción de creador individual empieza a problematizarse desde fines del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, donde la noción se hace insostenible.

Tal como lo refiere Michel Foucault , el autor que desde el siglo XIX venía jugando el papel de regulador de la ficción, papel característico de la era industrial y burguesa, del individualismo y de la propiedad privada, habida cuenta de las modificaciones históricas posteriores, no tuvo ya ninguna necesidad de que esta función permaneciera constante en su forma y en su complejidad.

Por otra parte ¿De qué hablamos pues cuando hablamos de sujeto? El término ha sido ocupado -como se ha expuesto- por distintas disciplinas (lingüística, sociología, filosofía, literatura, entre otras) de los modos más diversos . Sin embargo, la preocupación por la validez de estas construcciones disciplinarias del sujeto —la crisis, fragmentación, ocultamiento— exige una revisión y un cuestionamiento que conduzca a reconocer las propias instalaciones en función de las producciones discursivas.

El lenguaje sólo es posible porque cada locutor se pone como sujeto y remite a sí mismo: un yo que plantea otra persona y que desde un exterior a mí se vuelve mi eco al que digo tú diciéndome tú. Esta polaridad es exclusiva del lenguaje. No es simetría, ya que el yo trasciende respecto de un tú, pero ambos términos son complementarios y reversibles. El hombre adquiere en el lenguaje una condición única; es, por tanto, una realidad dialéctica que engloba los dos términos, definiéndolos por mutua relación, donde se descubre el fundamento lingüístico de nuestra subjetividad.

Para Foucault el autor es una producción cultural burguesa que mediante la experiencia de una subjetividad replegada sobre sí –fragmentada– da lugar al yo individual, a la personalidad que difumina la conciencia de pertenecer a un colectivo. Así, la pérdida de la experiencia colectiva modifica la noción misma de relato y con ello el sentido colectivo de la escritura, esto es, como memoria e inconsciente que se escribe.

De este modo se intentará abolir al autor, así como a cualquier otra forma de institucionalización de la escritura. Por ello el discurso no será considerado más que en sus descentramientos y sus desterritorializaciones. Al dar por cierta la desaparición del sujeto, el discurso que funda la subjetividad no puede mantener los mismos niveles de coherencia más que como una forma de ejercer poder.

Todas las operaciones que designan y asignan las obras deben ser consideradas siempre como operaciones de selección y de exclusión. “Entre los millones de huellas dejadas por alguien tras su muerte, ¿cómo se puede definir una obra?” . Responder la pregunta requiere una decisión de separación que distingue (de acuerdo con criterios que carecen tanto de estabilidad como de generalidad) los textos que constituyen la “obra” y aquellos que forman parte de una escritura o una palabra “sin cualidades” y que, por ende, no han de ser asignados a la “función de autor”.

Debe considerarse además que estas diferentes operaciones –delimitar una obra (un corpus), atribuirla a un autor, producir su comentario– no son operaciones neutras. Ellas están orientadas por una misma función, definida como “función restrictiva y coercitiva” que apunta a controlar los discursos clásicos, ordenándolos y distribuyéndolos.

Tal como lo refiere Michel Foucault , el autor que desde el siglo XIX venía jugando el papel de regulador de la ficción, papel característico de la era industrial y burguesa, del individualismo y de la propiedad privada, habida cuenta de las modificaciones históricas posteriores, no tuvo ya ninguna necesidad de que esta función permaneciera constante en su forma y en su complejidad.

2.- Un planteamiento interesante en torno las relaciones conflictuadas entre autor, texto y lector, así como de la cuestión anteriormente planteada respecto de las nociones de autor y autoría, es la de Juan Luis Martínez . La propuesta del poeta es la de una autoría transindividual, que quiere superar desde oriente la noción de intertextualidad según se ha entendido en occidente, donde los textos de base están presentes en las transformaciones del texto que los procesa; pero en J. L. Martínez ésta [intertextualidad] parece resolverse en la negación de la existencia de las individualidades en la literatura, al hacer fluir bajo nombres distintos una misma corriente, que es y no es él.

Fue Flaubert quien dijo que “un autor debe arreglárselas para hacer creer a la posteridad que no ha existido jamás”. […] en la paráfrasis kristeviana «todo texto se construye como un mosaico de citas, todo texto es la absorción y transformación de otros textos». […]

La literatura y por cierto –la crítica– es un gran texto –hipertexto– en el que cada individuo se inscribe.
[…]
Puede tratarse de una obra plural escrita por muchos, como en tiempos medievales. El ideario poético con el que J. L. Martínez aparece comprometido es el de emanar una identidad velada, en sus palabras “no sólo ser otro sino escribir la obra de otro”. Esto conduce, como se ha señalado, a un extremo: la tachadura de la autoría. Un nombre es tachado por otro nombre (una existencia sobre otra) y así sucesivamente. La historia del Arte y las instituciones de la memoria –la operación del Archivo como lugar de consignación– al modo de sitios Enciclopédicos, una empresa de divulgación, de rescate del patrimonio, un intento de evitar la veladura, la tacha del autor, la borradura de la huella, para consagrar la pieza canónica, para instaurar la liturgia conmemorativa, el pálido remedo de lo irrepetible, el mal de archivo operando la institucionalización del gusto, fijando el canon del autor consagrado, el que y en las Fundaciones en honor de próceres vivos, como diría Nicanor Parra el paroxismo de la “poesía de vaca sagrada”.

Adolfo Vásquez Rocca

[Aunque en rigor este texto no debió firmarse..]

http://www.adamar.org/ivepoca/node/373

  1. LIHN, Enrique, El Circo en Llamas, Ed. LOM, 1997, Santiago, 1997, p.200; cap. “Señales de Ruta de Juan Luís Martínez” Santiago. Archivo, 1987, escrito en colaboración con Pedro Lastra.
    2. VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Artículo, La reconfiguración del concepto de autor. Alteridad e Identidad en la poesía de Juan Luis Martínez, En Cyber Humanitatis Nº 33 (Verano 2005), Revista de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile ISSN 0717-2869.http://www.cyberhumanitatis.uchile.cl/CDA/texto_simple2/0,1255,SCID%253D14316%2526ISID%253D512,00.html
    3. FOUCAULT, Michel, “¿Qué es un autor?”, Conferencia dictada en el Collège de France en 1979, publicada en 1984.
    4. VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La crisis de la noción de sujeto; desubjetivación y psicopatologías del yo”, en Psikeba, Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, – Nº 2 – Agosto de 2006, Buenos Aires;http://www.psikeba.com.ar/articulos/AVRsujeto.htm
    5. La subjetividad es la capacidad del locutor de plantearse como sujeto-soporte. No se define sólo por el sentimiento que cada uno experimenta de ser uno mismo, sino fundamentalmente como la unidad psíquica que trasciende la totalidad de las experiencias vividas, que reúne asegurando la permanencia de la conciencia.
    6. FOUCAULT, Michel, El Orden del discurso, Barcelona, Tusquets, 1987
    7. FOUCAULT, Michel, “¿Qué es un autor?”, Conferencia de 1979 publicada en 1984.
    8. MARTÍNEZ, JUAN LUÍS (1942-1993), muy a su pesar, dejo algunas huellas y, más que eso, Señales de Ruta. Nació en Valparaíso, pero pasó gran parte de su vida entre Con-Con, Viña del Mar y, más tarde, en Villa Alemana. En su juventud fue conocido como el loco Martínez, pues tenía fama de pelear con «los choros» del puerto, robar autos para echar carreras a Santiago y usar el pelo largo, en una época en que todos se lo cortaban a lo James Dean. Se decía que tenía una placa de platino en la cabeza, a raíz de un accidente, y que por eso tenía el pelo largo.
    Lo de la lámina metálica es mentira, pero es cierto que sufrió un grave accidente en moto. Martínez, que no terminó el colegio por considerarlo intrascendente –igual que Lihn–, aprovechó la convalecencia para leer a Huidobro, Carroll y otros autores que marcaron su destino. La literatura significó un cambio en su vida: de joven rebelde pasó a ser un hombre dedicado a tiempo completo a la poesía. El autor, que evitaba las entrevistas, podía pasar horas conversando con alguien que lo iba a ver a su casa. Quienes lo conocieron destacan que saltaba de un tema a otro y solía adoptar la posición contraria. Los últimos años los pasó en su hogar-biblioteca (tenía 5 mil libros) en Villa Alemana, leyendo, escribiendo y luchando contra una enfermedad que lo obligaba a dializarse tres veces por semana.
    9. VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “El Hipertexto y las nuevas retóricas de la posmodernidad; textualidad, redes y discurso excéntrico”, en REVISTA PHILOSHOPHICA N º 27 2004, Instituto de Filosofía Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. pp. 331 – 350 Abstract En Web
    10. MARTINEZ, Juan Luis, Poemas del otro, Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago, Chile, 2003.
    11. NORDENFLYCHT, José de, El gran Solipsismo: Juan Luis Martínez, obra visual, Editorial Puntángeles, Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, 2001, p. 82.
    12. MARTINEZ, Juan Luis, Poemas del otro, Ediciones Universidad Diego Portales, 2003.
    13. MARTINEZ, Juan Luis, Poemas del otro, Ediciones Universidad Diego Portales, 2003.
    14. Ibid.
    15. Revista de Libros, “El Mercurio”, Santiago, 1991.
    16. MARTINEZ, Juan Luís, La poesía chilena, (Archivo, Santiago, 1978).
    17. NORDENFLYCHT, José de, El gran Solipsismo: Juan Luis Martínez, obra visual, Editorial Puntángeles, Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, 2001, p. 82.
    18. VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Hipertextualidad; publicaciones digitales y cuestionamiento del establishment cultural”, En Aleph Zero 2006 , Revista de Ciencia y tecnología Universidad de las Américas, Puebla, México;
    19. FOUCAULT, Michel, El Orden del discurso, Barcelona, Tusquets, 1987, p. 31.
    20. La escritura será entendida como subjetividad y como comunicabilidad, es decir, intertextualidad. Frente a este dialogismo la noción de persona —sujeto de la escritura— empieza a desvanecerse para cederle el puesto a la ambivalencia de la escritura.

http://dialnet.unirioja.es/servlet/extaut?codigo=1053859

Adolfo Vásquez Rocca

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Lucas Ospina

Traspaso jurídico (mejorado)

Esto no es plagio, le dije al estudiante de arte. Yo era su asesor y estábamos revisando el texto que acompaña su exposición de grado. Le señalé una frase que me gustó, no sólo por el tono o por la redacción sino porque esa conjugación precisa de palabras llegaba en el momento justo, concretaba con gran fuerza la idea general del párrafo. El estudiante me dijo que había pensado en quitar esa frase, no estaba seguro de su autoría, había leído mucho y escrito en cantidad y ya no sabía si la frase la había escrito él o si la había copiado y olvidó “encomillarla”. Esto no es plagio, le dije al estudiante de arte, si la frase está donde debe de estar —y es necesaria— y está a la altura de todo el escrito, y se ha sido capaz de darle sentido entonces se ha logrado una composición original y constructiva. Un pintor usa un color cuando lo necesita y aunque sepa que lo ha visto en la paleta de otras pinturas, no justifica su acto pegando encima de su cuadro un incómodo papelito que señala con rigor las «fuentes cromáticas»; lograr una composición es ya una justificación suficiente. La frase es suya y la prueba es que usted lo sabe pero no lo recuerda, las cosas son de quien las usa y sabe como usarlas.

Hay casos en que la jurisdicción de las comillas pierde relevancia.

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[esferapública]

Ventriloquus o el arte de la desfascinación…

ME PARECE DEL TODO INTERESANTE LA NOTA DE LUCAS OSPINA.

Comparto y adhiero a su Tesis de fondo, en torno a que «si la frase está donde debe de estar -y es necesaria- y está a la altura de todo el escrito, y se ha sido capaz de darle sentido entonces se ha logrado una composición original y constructiva. Un pintor usa un color cuando lo necesita y aunque sepa que lo ha visto en la paleta de otras pinturas, no justifica su acto pegando encima de su cuadro un incómodo papelito que señala con rigor las «fuentes cromáticas»; lograr una composición es ya una justificación suficiente. La frase es suya y la prueba es que usted lo sabe pero no lo recuerda, las cosas son de quien las usa y sabe como usarlas».

Estas observaciones de Ospina son muy lucidas y me reconfortan por su altura. Creo que el «debate» se desperfilo con intervenciones de «invitados de piedra» con animosidades y una animadversión del todo inusitada.

Luego de escribir estas palabras me siento verdaderamente reconfortado… me tomó mucho tiempo ponerlas en su lugar, es decir donde beberían estar (ummm alguien dijo esto, pero no importa, lo importante o interesante es que ahí deben estar, por aquello del pintor y los colores). Lo importante o interesante es que hay que saber usarlas. Estas observaciones de Ospina son muy lúcidas y me reconfortan por su altura. Creo que el «debate» ( no se por qué pongo ahora las comillas) se desperfiló con intervenciones de «invitados de piedra» (sigo sin saber por qué diablos pongo las comillas) con animosidades y una animadversión del todo inusitada…

etc, etc, etc… à suivre!!! y mientras tanto eche un vistazo a este vistazo crítico.

Ricardo Arcos-Palma. todos los derechos reservados sobre estas palabras que son absolutamente mías, bueno mi vientre también dijo algo, después de digerir un conejo a la mostaza …uuummmm!!!!

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Víctor Albarracín

Y sí. Sin duda todo ejercicio de escritura debe empezar por plantear una desterritorialización del autor, debe construir una voz autónoma sin nombre, más fantasma que cuerpo. Y es por eso, precisamente, que al escribir se despliegan escenarios en los que las comillas rasguñan la unidad del texto para recordarnos que ese que escribe no soy «yo». «Yo» nunca está en lo que se escribe y, por eso mismo, se ha perpetuado una historia de la escritura construida en torno a la desaparición de ese autor devenido en fantasma. Así entonces, si se trata de soplos, alientos y espectros, precisaríamos en ciertos espacios de unas comillas que como manos, y a veces más bien uñas, intenten traernos a ese otro, restituir, aunque en vano, su presencia. Es en ese espacio fundado por las comillas donde podemos hacer una casa para la escritura, entendida como espacio de amistad en el que «los muertos viven» (tal cual nos lo recuerda Cicerón en el Laelius de Amicitia). Hablar de la muerte del autor tiene sentido entonces, cuando se hace para borrar las huellas del «Yo» en nombre del otro, no para transformarse en una especie de «Ghostbuster» que mete en la alcancía propia espectros ajenos para reducirlos a punta de firma. Una cosa es la inexistencia del autor, y otra distinta pensar en el otro como en un tapete. Una cosa es esa «deep culture» de la que hablaba Winnicott, por la que masticamos una idea o saber hasta ya no «saber» a quien o quienes pertenece, y otra muy distinta, inflar el nombre propio hasta la indigestión con las comidas en otras ollas preparadas porque al hacerlo, tarde o temprano, ese aliento se nos transforma en pedos.

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Daniel Fernández

Tiene razón rodrigo leyva en su clara puntualización sobre las fechas, y en que efectivamente el autor del dolo ha intentado borrar los rastros de su acto eliminando del servidor las páginas que le delataban (es por eso que los links originales fallan, excepto el de la torticera versión modificada en Escaner).

En todo caso, aún pueden seguirse los enlaces por el caché de google.

En ellos es comprobable que efectivamente las 7 tesis de Brea son reproducidas tal cual -y sin entrecomillar- en el texto de Vásquez.

http://216.239.59.104/search?q=cache:NRpOv2Jj9XoJ:arteaisthesis.blogspot.com/2008/05/la-crtica-de-arte-y-la-esttica_09.html&hl=es&ct=clnk&cd=1

http://216.239.59.104/search?q=cache:prjAPZifNZwJ:adolfovrocca.bligoo.com/content/view/178286/LA_CR_TICA_DE_ARTE_Y_LA_EST_TICA_CONTEMPOR_NEA_Por_Adolfo_V_squez_Rocca.html&hl=es&ct=clnk&cd=3

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Ma. Rosa Aranda

Descontextualización del Debate de Fondo (Desterritorialización del autor, tacha de la Autoría y el devenir on line de la crítica)

Sospechoso…

No somos ingenuos– el negocio del arte es un sistema de celos y de egos.¿De dónde viene el afán clarificador y ultra-purista de Daniel Fernández?

¿Por qué ocupa tiempo en documentar su «imparcial» opinión, más aun con descalificaciones arbitrarias, sin siquiera molestarse en leer el curso de la discusión, que ya incluso se ha decantado en un entendimiento entre Brea y Vázquez.

No, no nos engañemos, afanarse por presentar pruebas -pseudo-documentales- es, sin duda, una señal de debilidad en los argumentos de Fernández (un invitado de piedra) y como se ha señalado antes, un barato recurso a la Falacia ‘ad hominem’), para rodear el tema -desde el cotilleo y el chisme- y no adentrarse en el debate de ideas, que parecía encaminarse bien, con ideas interesantes y altura tras las lucidas y certeras intervenciones de Lucas Ospina, víctor albarracín, Brea y el propio Vazquez Rocca.

Ma. Rosa Aranda

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[esferapública]

Es importante aclarar diferencias entre el concepto de plagio y el uso del remix que, como estrategia propia del Internet y su paradigma del open source, trabaja con textos, productos y códigos culturales preexistentes para revisar y reconstruir su historia e ideología. En esa conciencia de que no es original, el remix apunta su fuente de valor, al punto que el material remezclado por segunda vez debe ser reconocido.

De otra forma podría ser malentendido como algo nuevo, y se convertiría en plagio. En este último caso, el significado delata puntos comunes con imitación, copia, remedo, eco, calco, reproducción, facsímil, falsificación, robo, hurto, piratería, estafa, apropiación. La carga peyorativa que rodea estas palabras está en la adoración (in)consciente de Occidente a la Historia de las Ideas y al concepto de original, si bien Harold Bloom reconoce que no existe genio alguno autocreado por eso que denominó la angustia de las influencias. A su criterio, un texto no tiene significado salvo en su relación con otros textos, y su forma es siempre un mero cambio de perspectiva.

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[esferapública]

¿Plagio? ¿Cuál plagio? pura postproducción! («el negocio del arte es un sistema de celos y de egos»)

No se pierdan la entrevista con el «autor», quien aparece a la mitad del video. Inolvidable!

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Daniel Fernández

Estimada Ma Rosa Aranda,

Me temo que aportar datos objetivos, avalados por documentos, no puede legítimamente ser calificado de “recurso a la Falacia Ad Hominem”.

En cambio, tildarme de “invitado de piedra” sí que, sin duda, lo es.

Creo que son tanto vd. como Adolfo Vásquez –que utilizó la misma expresión con anterioridad- los que sí están intentando desautorizar a los participantes en este foro con descalificaciones «ad hominem», cuando lo único que estamos haciendo es poner en evidencia objetiva lo que cualquiera puede ver. Que Vásquez se apropió de modo doloso de las 7 tesis de Brea en su artículo.

Saludos.

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[esferapública]

El plagio como una de las Bellas Artes

«El plagio anticipatorio sucede cuando alguien roba tu idea original y la publica cien años antes que tu hayas nacido.»
Robert Merton

«Le plagiat est nécessaire. Le progrčs l’implique. Il serre de prčs la phrase d’un auteur, se sert de ses expressions, efface une idée fausse, la remplace par l’idée juste.»
Lautréamont

¿Que hubiera sido de Shakespeare sin el plagio? De los 6 mil versos de Enrique VI solo 2 mil son suyos. Romeo y Julieta está calcada de los cuentos de Mateo Vandello o, como observa en un tono exagerado que no es inferior a su gracioso apellido el profesor Conejero, presidente de la Asociación Shakesperiana de España,

«William Shakespeare no era un escritor, era un genial carpintero del teatro, un actor que copió y plagió maravillosamente de los texos que había en su época, al tiempo que escribió obras deleznables y es dudoso que los textos que manejamos sean realmente de él…, ya está bien de adorar al santo». (1)

«Lolita» de Navokov está calcada de una historia de Heinz von Lichberg de 1916 y «Naked Lunch» de William Bourroughs es la «copia y pega» o Cut Out de trozos enteros de novelas de ciencia ficción de los 40s y 50s. Muddy Waters fusiló a Robert Johnson o «The Waste Land» de T.S. Elliot es un compendio de citas, alusiones y contenido supuestamente original (2)

En pintura ni hablar. El cubismo es un plagio metódico de las últimas obras de Cézanne. El expresionismo abstracto de las acciones pictóricas del grupo japonés Gutai. La «Gioconda» con bigotes de Duchamp y la «Libertad Guiando al Pueblo» de Delacroix están copiadas de imágenes populares a las que nunca dieron su reconocimiento público y así ad nauseam.

Toda revolución en arte suele ser tan solo el plagio de cosas olvidadas.El renacimiento es un plagio de Grecia y Roma. El racionalismo inglés de los estóicos y los satíricos romanos. El posmodernismo es un plagio de Rousseau, de Herder, de Wagner y las teorías culturales del nazismo, todo ello mezclado con el lenguaje cristiano de la gran obra de la literatura puritana inglesa A Pilgrim´s Progress (1678) de Bunyam.

La historia del Arte y la literatura son en gran medida la historia del plagio. Ya en la antiguedad Plinio el viejo descubre que todos los autores serios que leía copiaban sin pudor trozos enteros de sus predecesores sin el más mínimo agradecimiento; pero más interesante el el concepto de «plagio anticipatorio» de Robert Merton quien descubre que la mayoría de nuestras ideas han sido plagiadas cien años antes que nosotros, o como sucede en el medio académico español con su tardío y «amateur» desarrollo del posmodernismo, 40 años antes.

El teórico español medio de nuestros días suele haber sido plagiado anticipatoriamente por Barthes, Derrida, Baudrillard, Deleuze et al. y en ese órden de ideas, al ejercicio forense de Lucas habría que añadirle el ejercicio de encontrar cuales autores de 40 años hacia acá habrían plagiado a José Luis Brea y aun más allá, a las eminencias de la teoría neo-postectructuralista del arte y la política contemporánea.

El problema moral no es si Vasquez Rocca plagió a Brea. El problema moral sería en todo caso saber si lo que plagió merecia la pena ser plagiado y si pudiendo haber plagiado de otras fuentes tomó al plagiar una fuente que ya había sido plagiada por autores ya desaparecidos como Derrida y Deleuze.(3) Plagiar es un arte consumado y como todo arte consumado no tolera la simpleza, que es lo que ha sucedido en éste caso. Los espartanos enseñaban a sus jóvenes a robar para que desarrollaran su astucia; pero si se dejaban pillar por sus tutores eran castigados con rigor. Es en esa medida que Vasquez Rocca se merece lo que le pasa.

Carlos Salazar

(1) El profesor Conejero dice que Shakespeare plagió y escribió obras deleznables.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/CONEJERO/_MANUEL_ANGEL/SHAKESPEARE/_WILLIAM/profesor/Conejero/dice/Shakespeare/plagio/escribio/obras/deleznables/elpepicul/19950126elpepicul_6/Tes?print=1«>Por Rosana Torres. El País. Enero 26 de 1995.

(2) «Consider this tale: a cultivated man of middle age looks back on the story of an amour fou, one beginning when, traveling abroad, he takes a room as a lodger. The moment he sees the daughter of the house, he is lost. She is a preteen, whose charms instantly enslave him. Heedless of her age, he becomes intimate with her. In the end she dies, and the narrator—marked by her forever—remains alone. The name of the girl supplies the title of the story: Lolita.
The author of the story I’ve described, Heinz von Lichberg, published his tale of Lolita in 1916, forty years before Vladimir Nabokov’s novel. Lichberg later became a prominent journalist in the Nazi era, and his youthful works faded from view.»
Jonathan Lethem.The ecstasy of influence: A plagiarism. Harper´s Magazine.
http://www.harpers.org/archive/2007/02/0081387

(3) «Te diría que como profesor de universidad oriento mi docencia regular a poner a mis estudiantes en contacto con los utillajes más rigurosos y críticos que proporcionan la estética y la teoría del arte, desde Nietzsche, Marx y Freud (como trilogía fundante de la escuela de la sospecha) hasta el pensamiento actual, pasando insistentemente por el postestructuralismo francés y la escuela de Frankfurt, que es de donde mi propia formación más se alimenta (particularmente en Deleuze y Derrida».
José Luis Brea. Entrevista en http://arteleku.net/4.1/zehar/6061/Brea_es.pdf.

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[esferapública]

El caso de Adolfo Vázquez Rocca publicado en el blog de crítica peruano Arte-nuevo.
http://arte-nuevo.blogspot.com/2008/06/el-dr-adolfo-vsquez-rocca-plagia-jos.html

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Bernardo Ortiz

Por un momento puede resultar útil suspender entre paréntesis el problema moral y ver las implicaciones prácticas del asunto: si el modus operandi de la red está definida por el hipervínculo, entonces la cita, la nota al pie y la referencia bibliográfica son una forma de hipervínculo avant la lettre. No decir de dónde salió algo que uno sabe que salió de otro lado es obstaculizar al lector; no permitirle que lea lo que uno leyó. Cortar y pegar, sin comillas, atrofiaría el «devenir online» que la crítica debe, supuestamente, «aceptar y afrontar».

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Carlos Salazar:

Fé de Errata

Pido disculpas por el lapsus al atribuir al Expresionismo Abstracto ser un producto de plagio hacia el grupo Gutai cuando es todo lo contrario:

«Gutai aesthetic, created by the dialogue between Yoshihara and the younger generation of artists, was an odd mix of action and abstraction. In many ways, the group attempted to make literal Rosenberg’s notion that the Abstract Expressionist canvas is an “area for action”. Ry Friar. Kazuo Shiraga: Untitled Gutai

El plagio en el Expresionismo Abstracto en realidad se realiza de Pollock hacia André Masson, en Gorky hacia Matta principalmente y en Kline y Motherwell, como más tarde en Tàpies, hacia el arte caligráfico chino y japones.

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[esferapública]

Ventriloquus o el arte de la desfacinación II, seguido del canibalismo intelectual.

ME PARECE DEL TODO INTERESANTE LA NOTA DE LUCAS OSPINA.

Comparto y adhiero a su Tesis de fondo, en torno a que «si la frase está donde debe de estar -y es necesaria- y está a la altura de todo el escrito, y se ha sido capaz de darle sentido entonces se ha logrado una composición original y constructiva. Un pintor usa un color cuando lo necesita y aunque sepa que lo ha visto en la paleta de otras pinturas, no justifica su acto pegando encima de su cuadro un incómodo papelito que señala con rigor las «fuentes cromáticas»; lograr una composición es ya una justificación suficiente. La frase es suya y la prueba es que usted lo sabe pero no lo recuerda, las cosas son de quien las usa y sabe como usarlas».

Estas observaciones de Ospina son muy lucidas y me reconfortan por su altura. Creo que el «debate» se desperfilo con intervenciones de «invitados de piedra» con animosidades y una animadversión del todo inusitada.

Luego de escribir estas palabras me siento verdaderamente reconfortado… me tomó mucho tiempo ponerlas en su lugar, es decir donde beberían estar (ummm alguien dijo esto, pero no importa, lo importante o interesante es que ahí deben estar, por aquello del pintor y los colores). Lo importante o interesante es que hay que saber usarlas. Estas observaciones de Ospina son muy lúcidas y me reconfortan por su altura. Creo que el «debate» ( no se por qué pongo ahora las comillas) se desperfiló con intervenciones de «invitados de piedra» (sigo sin saber por qué diablos pongo las comillas) con animosidades y una animadversión del todo inusitada…

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José Luis Brea

Cambiando el tercio –que se me note la españolidad torera-, propongo leer el artículo objeto primero de este debate -cuya propiedad intelectual me honra compartir ahora no sólo con Vásquez, sino incluso con Barthes, Derrida y Deleuze- en el marco de uno anterior, igualmente salido de ingente y no menos egregia estirpe de antecesores, hacia los que nada me libera de padecer la más tremenda «nostalgia de precursión». El artículo de referencia trata sobre «la crítica de arte en la era del capitalismo cultural” y pienso que en él las siete tesis “antropofagizadas” encuentran un marco de interpretación tal vez más amplio.

Pueden vds encontrarlo aquí:
http://www.agenciacritica.net/criticaeck/

Donde lo pongo gustoso a disposición de cuantos futuros o prepósteros interesados en sucumbir a la bloomiana «angustia de las influencias» deseen hacerlo suyo.

Mis abrazos –afectuosos cuando menos como esos que da el plagio, Vásquez dixit.

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Carlos Salazar:

«Aquí no se salva ni Dios»
Expresión española

Hablando de Dios, el autor, el original por excelencia, tal parece que ni Dios se salva como plagiario primigenio y que ni la figura de su hijo Jesús está fuera de sospecha de haber sido copiada de la figura y las cualidades de Mitra el dios salvador indo-persa. A pesar de qué éste debate ya descansa un poco de su tono inquisitorio es imposible resistir la tentación de hacer referencia al mito de Creación y de las epifanías:

«En la Biblia se relata la creación de la siguiente manera: al principio creo Dios todas las cosas… vio Dios que la luz era buena, y llamó a la luz día, y a las tinieblas noche. Hubo así mañana, tarde y noche…exista un firmamento entre las aguas y que separe una de otras…llamándolo cielo…luego lo seco, tierra… la tierra produzca hierbas, plantas y árboles frutales… después dijo hagamos al hombre a imagen y semejanza, domine sobre los demás animales y que poblaran la tierra, etc.

Pero realmente eso fue lo que dijo el Dios Bíblico, o el pueblo hebreo bebió de otras fuentes. Veamos lo que dice al respecto las tablillas mesopotámicas: cuando arriba el cielo no era nombrado, // y abajo la tierra no tenía nombre,// y el primigenio Aqsu, que los creó, // y Mummu y Tiamat, la madre de todo;// sus aguas se mezclaron;// y ningún campo tenía forma y no se veía pantano alguno, // y ninguno de los dioses había sido llamado para la existencia,// nada tenía nombre y no había sido preparado destino alguno,// fue entonces cuando los dioses fueron creados en el centro del cielo; levantó la mitad y la abovedó como cielo…¿Les suena de algo? Seguro que sí.

Pero sigamos, ahora veremos la creación del ser humano según las mismas tablillas: cuando Marduk -Dios mesopotámico- oyó la palabra de otros dioses, su corazón le impulsó y concibió un plan sagaz…mi sangre tomaré y el hueso moldearé… crearé el hombre que pueda habitar la tierra y que adore a los dioses, y que construyan altares.

Pues aún la cosa continúa, ya que en esas mismas placas de barro cocido encontramos una figura ya familiar para todos, la figura del entrañable Noé, sí, el del diluvio. Este relato aparece en doce tablillas del rey asirio Asurbanipal (668-626 a.C.) copiadas de los babilónicos y fechadas en el 2000 a.C. que nos narra el dicho diluvio universal: la posadera Siduri explica cuán difícil es llegar hasta Utnapishtim, único hombre que posee la inmortalidad. Gilgamesh logra cruzar el Mar de la Muerte y encuentra a Utnapishtim; Utnapishtim narra cómo logró ser inmortal, tras sobrevivir al Diluvio. Choza de cañas, choza de cañas! ¡Pared, pared! ¡Oh, Hombre de Suruppak, hijo de Ubar-Tutu! ¡Demuele (esta) casa y construye una nave! Renuncia a tus riquezas y busca la vida. ¡Desdeña tus posesiones y mantén vivos los seres vivos! A bordo de la nave lleva la simiente de todas las cosas vivas. El barco que construirás, sus dimensiones deben medir por igual, igual será su amplitud y su longitud. Como el Apsu lo techarás». Interesante verdad.

El pueblo egipcio también acudió a los mismos textos para presentar su propia creación En un papiro –el más completo preservado sobre la creación- y datado en el 310 a.C. pero que se atribuye a una copia de otros más antiguos, dice así: el maestro de todas las cosas dijo después de su formación, yo soy quien fue formado. Cuando yo fui formado, las formas fueron formadas. Todo se formó después de mi formación. Todas las formaciones han salido de mi boca. El cielo no había sido formado, la tierra no había sido formada, el suelo no había sido creado para los reptiles en ese lugar. Cuando no encontré lugar donde estar de pie pensé en mi corazón, fundé mi alma, yo hice todas las formas, yo sólo. O sea aquí se está hablando de un solo Dios, ¿Curioso no?

Pero hay un relato no muy conocido, el papiro Westcar, que hace referencia al archiconocido Keops y a un mago; en este relato se deja entrever unos datos muy curiosos: un mago llamado Dyedi, hombre de 110 años que aún era capaz de comer quinientos panes y medio y beber cien cántaras de cerveza –clara alusión a que era un muerto de hambre o borracho y querría sacar algo del faraón- se presenta ante la corte de Keops y le dice que es capaz de decapitar a un animal y colocar su cabeza en un lugar alto y después volverlo a la vida. Keops –que no picó con el truco- le invita ha hacer dicha magia con uno de sus prisioneros, Dyedi alegó que no podía hacer eso con, y aquí viene lo bueno pues textualmente dice «el ganado de Dios», ose, no podía hacer eso con el ganado de Dios; curioso término, pues se deja claro que el ser humano tiene alma y los animales no, y también es sorprendente porque en el Nuevo Testamento Jesús afirma que los humanos somos el rebaño y él el pastor, «el rebaño de Dios».»
http://www.vocesdelsilencio.com/historia/h11.htm

«Mitra nació sobre el 25 de de diciembre denominándose la festividad como «El natalicio del Sol Inconquistable» que fue asumido finalmente por los cristianos en el siglo 4to de nuestra Era como natalicio de Jesús. Los creyentes en Mitra reaccionaron fuertemente.
Los mitranos argumentaban que el nacimiento de Mitra era la unión incestuosa entre el sol dios y su madre propia, así como Jesús quien era Dios y nació de la Virgen María. Algunos afirmaron que la madre de Mitra era una virgen mortal.
Otros argumentaban que Mitra no tuvo madre y que vino al mundo mediante una roca hembra, «la petra genetrix», fertilizada por un relámpago fálico celestial.

Similitud
El nacimiento de Mitra fue testificado por pastores y los Magis (magos) quienes trajeron los regalos a su nacimiento sagrado-cueva en una roca.
Mitra realizó varios milagros como la resurrección de una persona muerta, a personas enfermas, le devolvió la vista a una mujer persa ciega e hizo caminar a un inválido, despojándolo de los diablos que moraba en su cuerpo.
Como Pedro, hijo de la pietra (piedra), Mitra tiene las llaves del del reino de los cielos. Su triunfo y ascensión a los cielos se celebraba en el equinoccio de la Pascua, cuando el Sol amanece para resplandecer plenamente.

La última cena
Antes de volver al cielo, Mitra celebró una última cena con sus 12 discípulos que representaban las 12 señales del zodiaco. En memoria, sus adoradores participan de una comida sacramental de pan, marcando con una cruz siendo uno de los siete sacramentos de Mitra y que sirvieron de modelos para los cristianos que después denominaron «Los 7 Sacramentos de la Iglesia».
Al morir Mitra se le sepultó en una roca-tumba, la misma cueva sagrada que representó como matriz de su Madre, reiterándose del mundo para vivir eternamente entre los suyos en los cielos.
Como los cristianos de la temprana época, el mistrianismo era una secta Su sacerdocio consistía de hombres célibes únicos y las mujeres estaban prohibidas de entrar a los templos de Mitra que no tenían nada que ver con el culto que le rendían los hombres, pero sí asistían a los servicios de la Grande madre en los templos propios de Isís, Diana o Juno.

Sin Eva
Para eliminar el principio de la hembra desde su mito de creación, los mitraistas reemplazaron la «Madre de todos los vivientes» con el jardín primitivo del Paraíso y con el de un toro nombrado «Unico Creador».
En vez de Eva, el toro fue considerado como el socio del hombre, argumentando que de todas las criaturas habían nacido de la sangre del toro.
Aún así el toro, el toro al dar nacimiento, como metáfora imitativa la hembra, se le castró-sacrifico y su sangre fue entregada la Luna para la fructificación mágica. La Luna siendo la fuente como mujer mágica lunar, se convirtió en «sangra de vida» produciendo a la vez niños verdaderos sobre la tierra.
Los persas que se han llamado los puritanos del mundo pagano, desarrollaron el mitraismo como religión Aria, Mitra parece que fue el Indo-Iranian dios sol Mitra o Mitravarun, uno de los doce hijos zodiacales de la Infinidad-diosa Aditi. Otros hijos de Aditis fueron Aryaman, epónimo al ascendiente de «Aryans», quienes los persas los transformaron en Ahriman, la Grande Serpiente de la Obscuridad, enemigo de Mitras.

Anahita
Parece que tempranamente existió un Mitra femenino, Herodotus dijo que los Persas utilizaban al cielo como diosa (Mitra), al igual que Mylitta, Asiría «La Gran Madre». Lydians combino Mitra con su cónyuge arcaico Anahita como un andrópeno, Mitra-Anahita, identificado con Sabazius-Anaitis. La Serpiente y la Paloma de Anatolian, de los cultos misteriosos.
Anahita era la «Ma de las Aguas», cónyuge tradicional deldios -sol quien dio a luz, amó, y fué llevada a los cielos. Se identificó con el Anatolian. (Nota: MA, es universalmente conocido como Mamá o Madre. Existen versiones sobre la existencia del Continente Mu o Lemuria en el Pacífico)

¿El Arca de Noe?
Mitra se acopló naturalmente con ella, como la oponente a un espíritu de incendio, luz y sol.
El «elemento» agua inundó al mundo en la inundación primaria y un hombre construyó un arca salvándose junto con su ganado, según el mito Mitraico.
La historia parece que fue en base a la inundación Hindú de Manu que fue escrita en las escrituras de Persa y Babilonia. Dichos manuscritos aparecieron más tarde pero con versión distorsionada y conocida como «El Arca de Noe» en el Antiguo Testamento.
Lo que comenzó en agua terminaría en incendio, según la escatología mitraista. La gran batalla entre las fuerzas de la luz y la oscuridad en los últimos días, la tierra al ser destruida con sus revueltas e incendios, sólo los virtuosos que siguieron las enseñanzas del Mitra se salvarán, uniéndose al Espíritu de la luz.
Sin embarco, los pecadores que no seguían las enseñanzas, serán condenados a ser lanzados al infierno con Arriman y los ángeles rebeldes caídos en desgracia.

Soldados de Cristo
La noción Cristiana de salvación fue casi totalmente un producto de la escatología Persa, adoptada por Semíticos y las sectas de cultismo como los Esenas.
Bajo el dominio de los emperadores como Julián y Commodu, Mitra llegó a ser el patrón supremo de los ejércitos Romanos
Después del contacto extensivo con el mistraismo, los cristianos también comenzaron a tratar de distinguirse como los «Soldados de Cristo» para denominarlo como el salvador del Mundo, «Luz del Mundo» o Helios, el Sol Ascendente y Sol de los Justos para celebrar sus festejos sobre el día domingo, contrario al sabbat (sábado) judío.

Los cristianos
Para reafirmar la muerte del salvador (Jesús), la fecha fue marcada por un eclipse de sol para luego adoptar los siete sacramentos que era celebración original de Mitra.
Así como los seguidores de Mitra, los cristianos practicaron igualmente el bautismo para subir, después de la muerte mediante las esferas planetarias al cielo, mientras que los no bautizados y los malvados, eran arrastrados a la oscuridad.
La cueva-templo de Mitra sobre la colina del Vaticano fue capturada por los cristianos en el año 376 a.c..
Los obispos cristianos de Roma se copiaron al alto título que usaban los seguidores de Mitra, Peter Patrum, conocido actualmente como «Santo Padre» o «Papa».
El mistraismo ha influenciado en muchas de las doctrinas de la Cristiandad y continúa como influencia a su viejo rival por más de mil años.
El festival del Mistraismo de Epifanía, marca la llegada del sol-sacerdote o Magi (mago) en el lugar de nacimiento del Salvador que más tarde fue adoptado por la iglesia cristiana»
http://www.perunews.com/pnr/index.php?option=com_content&task=view&id=6&Itemid=38 –

*

Lucas Ospina

Primero estaba la prensa, luego vino el mundo

I.

Hace unos días Camilo Atuesta remitió a Esfera Pública un texto breve escrito por Adolfo Vásquez, el correo llegó titulado con la siguiente pregunta: “¿Cuál es el objetivo que debiera tener la Crítica de Arte?”. Desde el primer párrafo el texto despertó mi interés como lector. Luego, más adelante, el texto hace alusión a una serie de puntos, leí la frase “El territorio para el ejercicio de la crítica no podrá ser otro que el del ensayo”, y coincidí con la idea: el ensayo es un género literario que valoro. Además, recordé que esa idea la había visto circular en otros lugares, vino a mi mente el apellido “Brea” y el resto de la búsqueda la hizo el buscador “on-line”. Cuando vi que las ideas de las versiones del texto de Vásquez y el texto de Brea eran coincidentes, tuve algunas sospechas pero preferí no sucumbir a la pereza mental y busqué a Vásquez por la red: vi la imagen del autor en fotos, el crédito de sus títulos académicos, pero sobre todo leí otros de sus textos (me llamó en especial la atención de uno sobre Warhol). Vi a Vásquez como un pensador capaz de provocar y remover pensamientos inerciales, note que, no se trataba de un académico típico, sino que ponía algo más en juego, no sólo de forma intelectual sino —también— iconográficamente, lo cual como lector me planteaba nuevos interrogantes y un desafío: un autor que desmantela la figura de la autoría, pero que tiene una profusa obra como “autor”. Era el shock que produce ver a un filósofo que reflexiona sobre el silencio, pero que sin embargo lo hace “desde todos los altavoces”, como el título de uno de sus artículos sobre Peter Sloterdijk y John Cage. Acepté este método ironista y paradójico, que apuesta por la perplejidad y el asombro; una forma de provocación, la misma de muchos de los artistas que me interesan, que dan para después quitar, que se muestran para después sumirse en la invisibilidad; era como una prueba más para el trabajo que implica leer un texto, interpretarlo a través del texto y no a partir de la imagen o intimidado por la sombra que proyecta su autor.

Luego de redactar el texto y ensamblar las imágenes hice el envío a Esfera Pública, le escribí a Jaime Iregui, el moderador del foro, lo siguiente: “la verdad es que cuesta creer que se trate de un caso de plagio pues Vásquez escribe con ganas y escribe bien; sería bueno saber que piensan él y Brea para ver porque pasó esto.” Y así fue, en el foro de debate de Esfera Pública, Vázquez señaló unos caminos, Brea otros —finalmente convergentes—. Los otros participantes del foro hicieron lo mismo y además mostraron los aciertos, errores y peligros de este método de escritura: Ma. Rosa Aranda puntualizó la trayectoria de Vásquez y sus aportaciones para recordar que “No creo que se trate de un simple “crítico de arte” o menos aun que “necesite ideas” y luego, en otra intervención, recordó el núcleo de la discusión: “desterritorialización del autor, tacha de la Autoría y el devenir on line de la crítica”; Victor Albarracín señaló la importancia de dejar las comillas como señal del lugar en que “los muertos viven” y nos recordó el olor que produce la flatulencia de que sufren los “pedantes”; Carlos Salazar señaló el plagio como una de las bellas artes —aunque no comparto su conclusión vindicativa. Bernardo Ortiz suspendió entre paréntesis el problema moral y recordó la importancia de permitirle al lector, mediante el hipervínculo, que lea lo que uno leyó y, finalmente, François Bucher, vía “El inmortal”, vía “Borges”, vía “Pierre Menard” (da lo mismo), en un correo titulado “de cuando, de quien”, nos recuerda que al final “sólo quedan palabras. Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros” y remata con “fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos.” No creo que este debate haya sido infructuoso, aun cuando corrió serios riesgos de desperfilarse, precisas fueron las palabras de Brea: “no puedo sino reconocer que a Vásquez le asiste todo el derecho a hacer lo que hace, y que lo argumenta de manera incontestable… cuestiones de las que tantas veces habíamos hablado”.

II.
Dicen que “nadie sabe para quien trabaja”. Reconozco que el juego inicial que propuse puede haber sido obviado por aquellos que sufren de pereza mental y prefieren saltarse el ejercicio propuesto de encontrar las diferencias, semejanzas y coincidencias para adjudicarle rápidamente una infamia temporal al acusado de turno; otros han intentado emular a una brigada del ciber-crimen, pero limitan su intelecto al “caché” que les da un aparato, y si “Google” dice que al autor le dio la gana de borrar dos páginas de su blog, el “autor del dolo” se condena de manera automática ante la policía del ciberespacio. No me extrañaría que el estilo provocativo de Vásquez ya le haya granjeado algunos enemigos dentro del ámbito de la crítica, algunos han aprovechado esta coyuntura para sincerar sus rencillas, otros han caído en el facilismo de un “periodismo” amarillista. Por ejemplo, aunque dudo que alguien tan juicioso como Miguel López conozca realmente a Vásquez, al leer las conclusiones a las que llega en “Arte Nuevo”, una página sobre arte radicada en el Perú, me parece que desdice mucho de lo que le he visto hacer en ese “blog”, y aunque las frases que ha escrito sobre el caso son llamativas, “mecanismo de autolegitimación delirante”, parecen más titulares dignos de la prensa amarillista (o parte del dictamen sumarial de un juicio donde el juez es Fujimori), su texto, en su afán condenatorio, es llano y evita examinar las aristas del asunto; y si esta ha sido la conclusión de alguien como López ¿qué se puede esperar de muchos otros lectores?.

Creo que este debate ha podido derivar en una caza de brujas que —como reitero— ignora las valiosas reflexiones presentadas por críticos que tienen un proyecto amplio y generoso que busca hacer tambalear certezas culturales y ampliar miradas obtusas que sólo giran sobre sí mismas, y que ahora algunos pretenden rebajar con ocurrencias propias de miradas obtusas y certezas culturales. Hace una semana no conocía los textos de Adolfo Vázquez, pero la lectura, todavía incompleta, que he hecho de su trabajo, me permite decir que hay ahí una cantera provechosa de ideas que usaré para mi formación y para las clases que dicto como profesor universitario.

Ante esto vale la pena terminar por el comienzo, con el primer párrafo del texto que remitió Camilo Atuesta a Esfera Pública titulado con la pregunta “¿Cuál es el objetivo que debiera tener la Crítica de Arte?” escrito por Adolfo Vasquez y que transcribo con algunas variaciones:

El discurso contemporáneo en torno al arte surge, no de la historia del arte o la estética, sino de la prensa, del imperio de la opinión “light”, siendo este el tipo de discurso emocional que nutre la opinión dentro del escaparate posmoderno. Desde la producción de Exposiciones a la Beca y el premio. La tinta de prensa es la sangre que corre por las venas del «arte contemporáneo». Una construcción “soft” que escamotea a la razón para convertirse en discurso del balbuceo y lugar común del comentario de Arte. Aquí, mientras más vehementes son las exclamaciones, cuanto más «ruido» hacen, cuanto más teatrales y afectadas llegan a ser, más logran ocultar la pobre formación estética y el casi analfabetismo filosófico e histórico de los administradores de la cultura, incapaces de entender y valorar el sentido de la producción cultural de los “artistas contemporáneos». Pese a todo cabe consolarse pensando que esta opinión que predomina suele ser la opinión de una generación —la del político con su “inteligencia funcionaria”— que se está desvaneciendo.

—Lucas Ospina

*

Carlos Salazar:

CSI «Chapter Surprise»: el Fusilado…soy yo!

«Las conversaciones siempre son peligrosas si se quiere esconder alguna cosa.»
Agatha Christie

Queriendo contribuir a las pesquisas forenses que se han quedado a medio camino, como cuando estamos viendo el capítulo de Tarantino para CSI y se va la luz, y aunque quería esperar un poco a que el hispánico y «delicioso» debate llegara al mar de la tranquilidad, como para finalizar la faena con la suerte de recibir al toro, tengo la clave. El plagiado por todos es …..¡Carlos Salazar!

Si. No es uno de mis acostumbrados sarcasmos. El parrafo original que «todo Dios» ha plagiado, fusilado, cambiado, desarrollado y difundido, incluído Lucas en su última intervención y en el caso de Vásquez Rocca dentro del medio de la más alta y complutense filosofía de España en su ensayo ya célebre «La Crítica de Arte y la Estética Contemporánea» aparecido con simbolitos de Copyright por todas partes en su blog el 1 de mayo de 2008, Dia del Trabajo por cierto y vaya si lo estaba celebrando,

http://adolfovrocca.bligoo.com/content/view/178286/LA_CR_TICA_DE_ARTE_Y_LA_EST_TICA_CONTEMPOR_NEA_Por_Adolfo_V_squez_Rocca.html

está fusilado de mi artículo «Del Arte Conceptual al Arte de la Opinión» aparecido el 15 de septiembre de 2006 en Esfera Pública.
https://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=102&Itemid=1

No se si sus teorías justificativas del plagio sean eminentes. A mi a veces me recuerdan las de Rancière para justificar el arte de no hacer nada y el mercadeo del «arte político» y me parece más un «dandy» que un teórico. Pero me entusiasma sobre manera que jóvenes tan hermosas como son sus alumnas se encuentren asimilando mis ideas a través de tremendo profesor. Por cosas así, y por el hecho de que ya es un avance que los críticos hispánicos sigan a los frívolos pintores sudamericanos (el poscolonialismo al revés) en la escena teórica contemporánea, es que merece la pena ser plagiado.

He aquí el cuerpo del delito:

Carlos Salazar:
«El discurso contemporáneo nace, no de la historia o la filosofía y la investigación, sino de la prensa: el reino de la opinión enlatada. El reino de «los que no tienen tiempo». Y es éste el tipo de discurso emocional que nutre la fundamentación «conceptual» que se exige dentro del Mainstream posmoderno. Desde el Salón al Premio. Desde el aula hasta el bar. Desde la indagación del profesor al interrogatorio del curador y la beca. La prensa es la sangre que corre por las venas del «arte contemporáneo».
http://carlossalazar.blogspot.com/2006_09_01_archive.html
https://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=102&Itemid=1

Lucas Ospina
«El discurso contemporáneo en torno al arte surge, no de la historia del arte o la estética, sino de la prensa, del imperio de la opinión «light», siendo este el tipo de discurso emocional que nutre la opinión dentro del escaparate posmoderno. Desde la producción de Exposiciones a la Beca y el premio. La tinta de prensa es la sangre que corre por las venas del «arte contemporáneo»
https://esferapublica.org/nfblog/?p=1284#comment-20910

Adolfo vásquez Rocca:
«El discurso contemporáneo en torno al arte nace, no de la historia o la filosofía y la investigación, sino de la prensa: el reino de la opinión enlatada. El reino de «los que no tienen tiempo». Y es éste el tipo de discurso emocional que nutre la fundamentación «conceptual» que se exige dentro del escaparate posmoderno. Desde el Salón al Premio. Desde el aula hasta el bar. Desde la indagación del profesor al interrogatorio del curador y la beca. La prensa es la sangre que corre por las venas del «arte contemporaneo».
Adolfo Vásquez Rocca. La Crítica de Arte y la Estética Contemporánea

http://adolfovrocca.bligoo.com/content/view/178286/LA_CR_TICA_DE_ARTE_Y_LA_EST_TICA_CONTEMPOR_NEA_Por_Adolfo_V_squez_Rocca.html

http://arteaisthesis.blogspot.com/2008/05/la-crtica-de-arte-y-la-esttica_09.html

http://revista.escaner.cl/node/792

http://www.replica21.com/archivo/articulos/u_v/542_vazquez_abandono.html

«El discurso contemporáneo en torno al arte nace, no de la historia o la filosofía y la investigación, sino de la prensa: el reino de la opinión enlatada. El reino de «los que no tienen tiempo». Y es éste el tipo de discurso emocional que nutre la fundamentación «conceptual» que se exige dentro del escaparate posmoderno. Desde el Salón al Premio. Desde el aula hasta el bar. Desde la indagación del profesor al interrogatorio del curador y la beca. La prensa es la sangre que corre por las venas del «arte contemporaneo». Pero como suele ser imposible organizar tal compendio de informaciones dispersas como cuerpo teórico, como construcción que escamotea a la razón para convertirse en discurso del balbuceo y los lugares comunes de las Bellas Artes.»
http://bavh08.com/wp2/?feed=rss2&p=43

«El discurso contemporáneo nace, no de la historia o la filosofía y la investigación, sino de la prensa: el reino de la opinión enlatada. El reino de «los que no tienen tiempo». Y es éste el tipo de discurso emocional que nutre la fundamentación «conceptual» que se exige dentro del Mainstream posmoderno. Desde el Salón al Premio. Desde el aula hasta el bar. Desde la indagación del profesor al interrogatorio del curador y la beca. La prensa es la sangre que corre por las venas del «arte contemporáneo».
http://www.blogger.com/feeds/15375840/posts/default/115842763285126159

Carlos Salazar

*

Arturo García

el plagio es plagio porque el que en ello incurre es culpable
el culpable es plagiario sólo porque es culpable
el plagio es la culpabilidad misma, nada más que ella
cuando no hay culpabilidad no hay plagio

Miren al mexicano del video de Mery Boom. Pertenece a un mundo que perdió la imaginación, unl mundo en el que Ugly Betty es una franquicia para sacar el oro puro del rating en cualquier provincia del planeta. El mundo de los logos y los clichés. Todos los argumentos estarían a la mano para justificar el hecho de que repetir en México una historieta empalagosa que filmó un español hace un par de años no es plagio.

Con sólo mencionar la diferencia de estatus social del benefactor anónimo de la historia se puede justificar el hecho de repetir la historia. Pero el hombre incómodo que aparece ante esa cámara es un plagiario… porque es culpable… y es culpable porque es un plagiario.

*

…He revisado al cabo de un año, estas páginas. Me constan que se ajustan a la verdad, pero en los primeros capítulos, y aun en ciertos párrafos de los otros, creo percibir algo falso. Ello es obra, tal vez, del abuso de rasgos circunstanciales, procedimiento que aprendí en los poetas y que todo lo contamina de falsedad, ya que esos rasgos pueden abundar en los hechos, pero no en su memoria… Creo, sin embargo, haber descubierto una razón más íntima. La escribiré; no importa que me juzguen fantástico.

La historia que he narrado parece irreal, porque en ella se mezclan los sucesos de dos hombres distintos. En el primer capítulo, el jinete quiere saber el nombre del río que baña las murallas de Tebas; Flaminio Rufo, que antes ha dado a la ciudad el epíteto de Hekatómpylos, dice que el río es el Egipto; ninguna de esas locuciones es adecuada a él, sino a Homero, que hace mención expresa en la Ilíada, de Tebas Hekatómpylos, y en la Odisea, por boca de Proteo y de Ulises, dice invariablemente Egipto por Nilo. En el capítulo segundo, el romano, al beber el agua inmortal, pronuncia unas palabras en griego; esas palabras son homéricas y pueden buscarse en el fin del famoso catálogo de las naves. Después, en el vertiginoso palacio, habla de «una reprobación que era casi un remordimiento»; esas palabras corresponden a Homero, que había proyectado ese horror. Tales anomalías me inquietaron; otras, de orden estético, me permitieron descubrir la verdad. El último capítulo las incluye; ahí está escrito que milité en el puente de Stamford, que transcribí, en Bulaq, los viajes de Simbad el Marino y que me suscribí, en Aberdeen, a la Ilíada inglesa de Pope. Se lee inter alia: «En Bikanir he profesado la astrología y también en Bohemia». Ninguno de esos testimonios es falso; lo significativo es el hecho de haberlos destacado. El primero de todos parece convenir a un hombre de guerra, pero luego se advierte que el narrador no repara en lo bélico y sí en la suerte de los hombres. Los que siguen son más curiosos. Una oscura razón elemental me obligó a registrarlos; lo hice porque sabía que eran patéticos. No lo son, dichos por el romano Flaminio Rufo. Lo son, dichos por Homero; es raro que éste copie, en el siglo trece, las aventuras de Simbad, de otro Ulises, y descubra, a la vuelta de muchos siglos, en un reino boreal y un idioma bárbaro, las formas de su Ilíada. En cuanto a la oración que recoge el nombre de Bikanir, se ve que la ha fabricado un hombre de letras, ganoso (como el autor del catálogo de las naves) de mostrar vocablos espléndidos 2.

Cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras. No es extraño que el tiempo haya confundido las que alguna vez me representaron con las que fueron símbolos de la suerte de quien me acompañó tantos siglos. Yo he sido Homero; en breve, seré Nadie, como Ulises; en breve, seré todos: estaré muerto.

Postdata de 1950

Entre los comentarios que ha despertado la publicación anterior, el más curioso, ya que no el más urbano, bíblicamente se titula A coat of many colours (Manchester, 1948) y es obra de la tenacísima pluma del doctor Nahum Cordovero. Abarca unas cien páginas. Habla de los centones griegos, de los centones de la baja latinidad, de Ben Jonson, que definió a sus contemporáneos con retazos de Séneca, del Virgilius evangelizans, de Alexander Ross, de los artificios de George Moore y de Eliot, y finalmente, de «la narración atribuida al anticuario Joseph Cartaphilus». Denuncia, en el primer capítulo, breves interpolaciones de Plinio (Historia naturalis, V, 8); en el segundo, de Thomas de Quincey (Writings, III, 439); en el tercero, de una epístola de Descartes al embajador Pierre Chanut; en el cuarto, de Bernard Shaw (Back to Methuselah, V). Infiere de esas intrusiones, o hurtos, que todo el documento es apócrifo.

A mi entender, la conclusión es inadmisible. Cuando se acerca el fin, escribió Cartaphilus, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras. Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos.

A Cecilia Ingenieros.

  1. Hay una tachadura en el manuscrito; quizás el nombre del puerto ha sido borrado.
  2. Ernesto Sábato sugiere que el « Geambattista » que discutió la formación de la Ilíada con el anticuario Cartaphilus es Geambattista Vico; ese italiano defendía que Homero es un personaje simbólico, a la manera de Plutón o de Aquiles.

__._,_.___

*

IVAN DEL CASTILLO

14 years ago

El discurso nace de la necesidad de discurrir, simplemente. De ser (¿Mostrarse?)
Una cinta pegante que trata de remendar o reforzar un andamio que se cae (Que cayó hace rato).
El discurso tiene que sostenerse a sí mismo. Su muletilla es el Arte.
¿Cuál más zángano? ¿el «Artista» que se vende o el comentarista que espera a que se caiga?
Igual, ya no hay discurso. Aunque se peleen la caida.
Es lo mismo que la curaduría; ¿Cuál es el Artista???
Me extraña, Sr. Salazar, su condescendencia.
Pero más importante, estos críticos y curadores ¿No se han dado cuenta de lo inocuo de su andar? ¿No se han dado cuenta de que no sirven para nada? ¿De que sus pensamientos, a lo sumo, a una gallina alteran? Como dice ese colombiano ¡¡DE POR DIÓS!!! ¿Cuánto le cuesta eso a su país? ¡De por Diós!
PERDÓN, es que apenas veo el super movimiento Colombiano que se dislumbra… No. No lo veo.
Colombia no se ve.
Como colombo-español, me duele un poco acá, en la colombia.
I.C.

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Victor Quinche

Varias posiciones hemos encontrado los ayer invitados de piedra y hoy ciudadanos con derecho al habla:
1. La patencia del plagio en manos del profesor español
2. la respuesta pseudomoral condenatoria de varios invitados de piedra
3. el arreglo amistoso entre amigos que se tocan las espaldas mutuamente
4. el discurso retóricamente cargado y plagado de citas en el que se explica que el plagio no es plagio o mejor, que todo es plagio
5. las extensiones posibles de la carga semántica de plagio: las influencias son entonces plagio, los lenguajes comunes son entonces plagio, el plagio es el paradigma de la creación: en posttiempos postmodernos, liquidada la historia, la originalidad y el arte, la copia no es copia porque no hay original
6. el descubrimiento del primum plagium por parte del artista Salazar
yo propongo un back to the basics: plagio es asumir y proponer como propias ideas que no lo son. Ahora: hay ideas de ideas y las que valen en sentido estricto son las ideas que colaboran con el avance del conocimiento, con el descubrimiento de la perspectiva descuidada, con la noción para algunos hoy liquidada del «progreso». Estas vienen acompañadas de una necesaria carga de originalidad constitutiva porque su función es promover nuevos pensamientos, modificar los anteriores, servir de mojones en las genealogías, ilustrar acerca de las nuevas conductas lingüísticas…. estas ideas no se encuentran en el piso y no son patrimonio común, no son «topos» o lugares comunes en el sentido de Aristóteles y la retórica. Su acompañamiento con un nombre propio no es una mera conveniencia del protocolo académico, sirve para identificar el paradigma dentro del cual la idea ha sido producida, permite diferenciar su estatus con respecto al de ideas similares: es «pregnante» en sentido fuerte. Para llegar a ella el esfuerzo del pensar se acomete en solitario y se fortalece en el intercambio con colegas.
Por otra parte está el «topos», el lugar común, la idea, superficial o no, que no es patrimonio de un sujeto sino que simplemente está ahí, flotando en el espíritu de la época… una idea de estas, es cogida por cualquiera, escrita en cualquier parte, como parte de un texto, por ejemplo, que apunta a la relación de subordinación aparente entre el arte y la prensa.
Un autor modifica un adjetivo, otro cambia las preposiciones, otro aún modifica el tiempo verbal,en el fondo se trata de la misma tesis vestida con ropajes ligeramente diferentes en términos lingüísticos. En mi opinión aquí no hay plagio, por que se trata de ideas-patrimonio-común (como los refranes: yo no plagio a nadie cuando escribo «el que a buen árbol se arrima buena sombra lo cobija» además, no es ni muy inteligente, ni muy relevante). La reconstrucción de la génesis de un «plagio» de estos puede llegar hasta el antiguo testamento: de Ospina a Vásquez Roca, de él al artista Salazar, del artista a un novelista inglés, de él a MacLuhan, a Musil, a un invento de Borges o a un escritor real inventado por Borges o por quien sea, etc… pero, como la serie de las causas no puede ser eterna (afirmaba el doctor angélico), nos detenemos en una cualquiera y datamos en ella el origen (que no es el lugar de la verdad).
Creo que en esta discusión se han descuidado al menos estos dos niveles diferentes de la carga semántica de la palabra «plagio» y esto ha conducido a una confusión. En mi opinión, para efectos prácticos, Vasquez Roca en el artículo original que puso en evidencia Ospina, ha cometido a todas luces una copia de una idea que simultáneamente pudieron haber tenido muchos intelectuales, no es la mejor idea, no es la más profunda, tenerla o no tenerla es irrelevante en términos de quién la produjo. Aquí no ha pasado nada inmoral… diferente sería el caso si se tratara de algo diferente a una idea común y en mi opinión, independientemente de la retórica que acompañara al asunto, es relevante adjudicar la autoría a una idea relevante, porque permite clarificar el estado de la cuestión, reconocer el derecho, vincular el prestigio con el resultado de los esfuerzos… sé que todo esto es demasiado «moderno», pero los argumentos en contra los veo débiles -al menos hasta el momento-.

*

el discurso contemporáneo en torno al arte
apéndice para el foro devenir “online

1)

Punto uno, dos tésis.
Creo que Lucas Ospina empezó esta discusión creyendo haber descubierto a Pedro Manrique. Pensó que él era el cazador, que Vásquez era Manrique y que Brea era Ospina, hacedor de la máscara, de la mano que tapa la cara. Otra: Vásquez le pidio a Ospina que le diseñara una campaña de promoción para su conferencia en Colombia. A Ospina le gusta la publicidad y se le midió por unos pesos, plagiando estrategias de impacto como las que usó EasyJet con lo del matrimonio de Carla Bruni y Sarkozy. La conferencia estará llena.

2)

Ya que nadie se le midió a la propuesta original de encontrar diferencias, aquí van unas tardías, finalmente:

Carlos Salazar: “El discurso contemporáneo nace, no de la historia o la filosofía y la investigación, sino de la prensa: el reino de la opinión enlatada. El reino de “los que no tienen tiempo”.»

Redactada en el año 2006, redactada por el “ingenio lego” de Salazar, esa enumeración es un mero ataque retórico al llamado «arte político» y sus hipocresías, señaladas ad infinitum por dicho autor, en pro de la pintura y su profundo diálogo histórico. Y para rematar un ataque frontal de la aristocracia criolla a la cultura mestiza de clase media que gana terreno en la Sudaca por el canal de Chavez o por el de MTV. Tener tiempo, está claro, es el ejercicio de la nobleza sabanera, como lo es tener la británica en cuero. Vásquez, en cambio, escribe:

“El discurso contemporáneo nace, no de la historia o la filosofía y la investigación, sino de la prensa: el reino de la opinión enlatada. El reino de “los que no tienen tiempo”.»

La idea es asombrosa. Vásquez, contemporáneo de Brea, no define el discurso contemporáneo como una indagación sino como lugar común, clicé. El discurso contemporáneo, para él, no tiene importancia real; aunque juzgamos que la tiene, atrapados en nuestra insoportable ligereza. La cita final —reino de los que no tienen tiempo— es descaradamente pragmática. También es vívido el contraste de los estilos. El estilo posmoderno de Vásquez —español al fin— adolece de alguna afectación. No así el del precursor, que maneja con desenfado el español sudamericano de su época.

*

«Es una revelación cotejar el Don Quijote de Menard con el de Cervantes. Éste, por ejemplo, escribió (Don Quijote, primera parte, noveno capítulo):

… la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.

Redactada en el siglo diecisiete, redactada por el “ingenio lego” Cervantes, esa enumeración es un mero elogio retórico de la historia. Menard, en cambio, escribe:

… la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.

La historia, madre de la verdad; la idea es asombrosa. Menard, contemporáneo de William James, no define la historia como una indagación de la realidad sino como su origen. La verdad histórica, para él, no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió. Las cláusulas finales —ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir— son descaradamente pragmáticas.»

*

También es vívido el contraste de los estilos. El estilo arcaizante de Menard —extranjero al fin— adolece de alguna afectación. No así el del precursor, que maneja con desenfado el español corriente de su época.