Me sumo a lo que señalan Victor Escobar y Pablo Echeverri. En las expansivas y espectaculares décadas de los ochentas y noventas, las instituciones culturales en España tratan de llenar el vacío dejado por más de cuarenta años de aislamiento franquista. A ese desarrollo se le suma el asignar fondos preupuestales para centros autónomos dirigidos por asociaciones de artistas en las regiones. Es el caso de «Arteleku» en el país Vasco y otros desarrollos recientes que implican el el disenso de las políticas oficiales, a través del diseño de seminarios y espacios en Internet como «desacuerdos.org».
Es, en cierta forma, una materialización de modelos ‘autónomos’ que dependen del Estado en términos presupuestales, pero deciden, en lo posible, políticas y proyectos a desarrollar.
Vale la pena una visita:
http://www.desacuerdos.org