Cartagena de Indias. Lunes, 26 de septiembre de 2005
¿De que vive un artista?
Si tengo memoria, la pregunta me la han hecho un centenar de personas desde que decidí ser artista. Es posible que la imagen del ‘artista pobre del siglo XIX’ sobreviva en el imaginario colectivo como estigma o sencillamente como aquellas imágenes imborrables como lo son Pelé o Lady Di. Y una de las imágenes ganadoras es la de un señor barbado que vive desaliñado en un cuarto bebiendo. ¿De que vive un artista? La pregunta conlleva a una imagen y la he escuchado comentar en lugares insólitos como en el taller de un artista y ello denota que el visitante no se atreve a mirar a su alrededor para encontrar la respuesta. Tal vez sea una pregunta que la sociedad repite durante generaciones al traerla guardada en el archivo de asuntos insondables esperando la oportunidad para hacérsela a un artista ‘de verdad’. La contestación llena su afán por catalogar y tener dominio sobre el tema. Esto en la superficie, pero más allá sospecho que la pregunta y la respuesta tienen una base política y existencial.
“Si te demoras eternamente almorzando, seguramente vas a ser un buen artista, masticas todo muy bien…”
El hambre tiene su espacio en la vida del artista. Se toma un riesgo fundamental que puede llegar a extremos ¡Morirse de hambre! Es a partir de los noventa en el medio colombiano en que el artista ya no se denomina pintor, escultor o dibujante. Se denigra del oficio porque este puede llegar a rondar en la escasez recordando tiempos pasados, o al éxito comercial donde el espíritu igualmente fallece de hambre. El artista renovador transforma su oficio a términos contemporáneos: se es instalador, video-artista, fotógrafo, performer, intervensionista y re-actuacionista (1) . De chofer de bus a conductor de transmilenio. Suena rudo, pero es este cambio de términos el que nos hace más contemporáneos. Y el problema sigue vigente en la pregunta, ¿De que vive un artista?
¿A que dedica su tiempo? ¿Cuantas horas de trabajo gasta a diario? ¿Cómo contabiliza este tiempo? ¿Qué hace en el intervalo entre una toma fotográfica y otra? ¿Entre un performance y otro? Era más fácil la imagen del pintor que fumaba cigarrillos entre una y otra pintura.
De que vive un artista… de corregir el tiempo. La idea de proyecto es actual. Ese espacio vacio –entre- una cosa y otra se rige bajo la estructura de un proyecto. Implica documentación, investigación y algo de compromiso social. El artista está armando un proyecto, lo está desarrollando o consiguiendo los recursos para realizarlo, entre tanto trabaja. Un artista trabaja para vivir y financiar sus proyectos. Igualmente se fuma los cigarrillos pero estos ‘retratos’ ya no salen en la foto.
Diseñador, dj, contratista, montajista, profe, director de artes, jurado y empleado/artístico público entre otros. El arte actual es resbaladizo, siendo esta su naturaleza. Es un uniforme a prueba de definiciones. Y el uniforme no solo se lo pone el artista: más se lo pone el curador, el crítico, el historiador, el gestor. Una máquina de occidente que puso a funcionar todas las partes. Si el artista vive en ella la pregunta es evidente ¿Qué esperan los demás de mí? Cumplir y sostener.
Proyecto de vida. Compromiso. Compromiso y proyecto de vida… esto me gusta.
Las categorías son inoficiosas. El buen arte vive tanto del pasado y un estado de percepción intuitiva sobre el presente, además del ligero advenimiento del futuro –siempre y cuando este no se adhiera a la idea de progreso del capitalismo- que es solo útil para las economías basadas en el crudo negro, los yuppies y la hegemonía de las multinacionales. Pero es el proyecto de vida de un artista lo que le hace interesante en tanto que su cuerpo evoluciona económico. Un modelo que se alimenta de intangibles, emociones sublimes y conceptos enlazados que articulan el presente. No siempre se tiene que trabajar para los demás o alimentar la máquina institucional. Si hay madurez un artista ‘vive de su proyecto de vida’. Como en los libros de auto-superación, pero sin la pendejada. El cuerpo económico de un artista no denigra del disfrute material, se presenta como un estímulo y supera al sujeto-vedette.
Ahora como artista defino mi presencia en el espacio con la simple premisa de encontrar un orden en la existencia que esté de acuerdo a mis contradicciones, no solo por complacencia sino para mi estabilidad emocional. Quiero parecerme al que alguna vez soñé sonriente.* Diario personal; lunes, 26 de septiembre de 2005.
Lo de la plata…hay que hablarlo
Es tan breve. La gran preocupación es resbaladiza igual. Cuando se tiene el dinero las necesidades igualmente se reproducen de manera proporcional a la cantidad que se tiene. Sin duda tener más es igual a tener menos. Tener menos exagera las necesidades. La necesidad hace más recursivo al sobreviviente y pone a sentir –todo se sufre más- . El que tiene más, mucho más, tendrá otras preocupaciones que le genera el dinero –seguridad-seguridad-seguridad-. Pero creo tener la formula con esto de la plata y aquello del cual vive el artista -ni se adora ni se denigra- solo se guarda hasta que se gasta. Bienvenida es y se gasta para sostener en lo posible un proyecto. A veces se es botaratas. No se gasta lo que no se tiene. Se pide con frecuencia. Existe la compasión y así el capitulo del dinero queda cerrado.
Dedique el tiempo necesario al tema de conseguir recursos si quiere bajar la ansiedad. Si la ansiedad lo ronda dedique su tiempo a ser muy creativo y haga mejores proyectos. Luego descanse, con o sin plata.
“En el mar la vida es más sabrosa…” Canción popular.
Lugar: Cartagena de Indias
Salté al vacío y el lugar resultó ser Cartagena de Indias. Ciudad inmóvil como le llama Efraín Medina Reyes en su devastador libro “Erase una vez el amor pero tuve que matarlo”. La poca presencia de la MAU (máquina artística unida) hace del escenario del arte cartagenero un lugar de brotes esporádicos donde el concepto de medio artístico no existe. Hasta el momento considero que son artistas (o no) que trabajan individualmente en lo artístico. Suceden eventos cada tanto en una oferta todavía inconstante en las artes visuales. El análisis de lo precario no ofende, al contrario la ciudad se cubre de una atmósfera de intensidad creativa en lo informal. Se abren otras categorías con aquello de la pregunta ¿De que vive el artista? El artista vive del trabajo informal. Así como se escucha.
Lo informal en lo monumental o lo pequeño mantiene la brisa fresca sobre la actitud del artista. La cara se refresca y se anuncia públicamente ¡Puedo prescindir de la MAU! (Maquina artística unida) Luego se hace tan necesaria por aquello del esfuerzo y la gratificación… y regresamos a su lado. Pero advierto que una dieta intensa sujeta al presente tiene su gratificación. Se vive al día y con lo que se tiene. El trabajo informal es propenso al ingenio (2) es una propuesta de modelo económico para un artista actual.
La mortificación es que según estadísticas en Cartagena de Indias la pobreza ronda el 75% y la indigencia sobre el 11.8 (3). ¡Algo Aterrador Sucede! y los recursos para la supervivencia se disparan y el trabajo informal se multiplica y le gana a cualquier modelo económico. Un pre-caos permanente frente a la debacle o la disposición política por el cambio. Una suerte de inmovilidad social para desprenderse de las viejas y malas costumbres. Pero esto ocurre aquí y al tiempo muchas otras cosas… y de eso vivimos los artistas.
Rafael Ortiz
Pie de página:
(1) Re-actuacion, termino que traduce re-enactment. De ‘La historia se
repite dos veces’, video-conferencia de Cuahutemoc Medina.
(2) -CAMINA SOBRE ELLA- Sala de exposiciones del Centro de
Cooperación Española, Claustro de Santo Domingo. Diciembre 29 /
2004 – enero 31 / 2005. Cartagena de Indias.* Extracto del boletín de
prensa -Camina sobre ella- “Rafael Ortiz camina con frecuencia como
expedicionario las calles del Centro Histórico de Cartagena de Indias
documentando las plantas que en el trópico se adaptan a cualquier
circunstancia para mantener la vida. En su propuesta -EL TRABAJO
INFORMAL ES PROPENSO AL INGENIO- señala la semejanza que hay
entre trabajadores informales y las plantas que se aferran a cualquier
pliegue de la ciudad para asegurar la supervivencia diaria.”
(3) Según estadísticas actuales de estudios realizados por entidades
como la UNESCO y publicadas en internet, el 75% de la población de
Cartagena vive en la pobreza, 11.8% en extrema pobreza y el 55%
vive de la economía informal.
1 comentario
Esa pregunta es muy, pero muy recurrente. Es la pregunta cliché que hace en cada conversatorio el estudiante a su héroe, o modelo. Y siempre que la hacen respondo a mis adentros: Hay gente que vive de clavarse clavos en la nariz y tragar espadas, como no voy a vivir como artista, si soy creativo!