Conversaciones se propone como discusión abierta a partir del archivo de esferapública. En el caso de textos o debates en torno a la pintura, se han dado de forma aislada y generalmente relacionados con el tema del mercado.
Sin embargo, en lo que podríamos llamar una esferapública en los inicios de internet, la pintura estuvo siempre presente en conversaciones, publicaciones y exposiciones. Para ese momento se proponía desde la llamada nueva abstracción diversos modos de abordar lo pictórico, entre ellos, la sobreposición de distintas historias de la abstracción, sumando al hecho físico capas de información, discursos, conceptos y modos de operar relacionados con estrategias del ready made, la cibernética y el revisionismo histórico.
En la década pasada, el énfasis en el documento, la pulsión por el archivo, el carácter pictórico de la fotografía, entre otros, enriquecieron aún más el campo de la pintura.
¿Cómo incidió esto en un grupo de pintores que, en su mayoría, comenzaban a exponer su trabajo?
Conversación # 2
Sebastían Fierro, Juliana Rios, Ana María Villate, Nicolás Gómez, Matías Pinilla, Orlando Rojas, Jaime Iregui, Alejandro Mancera, Juan Manuel Blanco, Gustavo Niño y William Contreras-Alfonso.
4 comentarios
Estimado Jaime,
Gracias por publicar este documento. Veo una relación muy clara entre los procesos colectivos anteriores al internet y la comunidad de esfera publica. Excelente lo de la cibernética. Super clave la labor de documentar/digitalizar esos textos antiguos.
Esteban, si, son procesos similares. El de Tándem lleva a esferapública. Con la serie de conversaciones como la de pintura y la anterior sobre el Idartes, la idea es retomar la conversación en vivo, como las que se hicieron antes del Internet en los procesos de Tándem.
Aquí está el primer número de la revista Tándem > http://esferapublica.org/revista.tandem.pdf
Y hablando de cibernética, y documentos que ya van para los veinte años, también está la página de Red Alterna con el diseño en HTML de la época > http://esferapublica.org/red_alterna/redalt.html
Sí, es clave digitalizar esas publicaciones de los noventa. En el curso de la próxima semana quedan disponibles en PDF varias de las Conversaciones que se hicieron para Martes de las Artes.
Fuera de lugar
A veces no es fácil admitir que uno estaba en el lugar equivocado, que dijo cosas fuera de contexto o que en el peor de los casos no supo decir lo que quería. Lo bueno es que a veces lo que uno dice simplemente se va con el viento, y lo grave es que otras veces no pasa así. Algunos guardan lo que uno dice en sus recuerdos, y hoy en día gracias a la tecnología lo que uno dice puede fácilmente quedar grabado no sólo en la memoria del interlocutor, sino en la de una cámara de video, de una grabadora de voz, y hasta en la de un teléfono celular para ser difundido a cualquiera que desee tener acceso a lo dicho. Esto es gravísimo para individuos como yo, que decimos lo que pensamos sin mucho filtro, hablo en plural porque se que no soy la única persona con este grave problema y de antemano me disculpo con cualquiera que se haya sentido violentado por mis ácidos comentarios alguna vez, aunque seguro lo que dije fue sin el ánimo de ofender. El cuento es que el martes pasado asistí a esta conversación sobre pintura y debo aceptar que al ser publicado y escucharme me di cuenta que no supe decir lo que quería.
Debo comenzar por aceptar que no existe un tema que me emocione, me confronte, me motive, y de verdad me haga contradecirme más que el de la pintura contemporánea, y creo que todos estos sentimientos se deben a un problema de “bipolaridad” que generó en mí estudiar artes y al mismo tiempo estudiar de manera académica pintura , modelado y grabado, los medios que tradicionalmente han estado vinculados a las bellas artes, pero que hoy en día de una u otra manera son cuestionados por cargar con el peso de la técnica en sí misma, de la historia del arte, de la historia política del país y del lugar a donde van a terminar. Porque una de las preguntas más importantes al realizar una propuesta contemporánea es ¿a dónde va terminar lo que usted hizo? Y es innegable que la pintura al generar un objeto permanente tiene la suerte de terminar en el mejor de los casos en un museo (que puede que la compre o toque regalársela , y pueda que la exponga o no), en una institución abierta al publico (que difícilmente la compre y la expondrá una temporada y la devolverá a su dueño), en la pared de la casa de quienes aprecien la obra , en la bodega de un coleccionista o en el caso mas común arrumado en el taller del artista.
En términos románticos eso no tiene porque ser un tema que lo trasnoche a uno como creador, y menos que afecte lo que uno hace. Pero la época en la que vivimos nos está preguntando constantemente sobre la utilidad y el fin de lo que uno propone. Por ejemplo, las instituciones educativas saben que los términos prácticos son otros y que si por lo menos algunos egresados de la universidad logran figurar como los nuevos nombres del arte, ello asegura que lleguen más estudiantes a sus programas. Algunos profesores de las universidades, que muchos de ellos trabajan también como curadores, críticos e incluso creadores, conocen esta dinámica y saben también que al organizar grupos que ejemplifiquen sus teorías, éstas se convierten en realidades; conocen bien la importancia de hacer figurar a sus protegidos y van direccionando las obras de los nuevos creadores para que se ajusten a los gustos y los intereses del mercado del arte, y al hablar del mercado del arte me refiero a todas las instituciones alrededor tanto distritales como privadas y académicas. Esto es un hecho cotidiano , al que no se le da mucha importancia porque las facultades de artes, las galerías, las fundaciones y las instituciones públicas que apoyan la cultura son fenómenos que se podrían considerar recientes cuya historia no es muy conocida, pero que han afectado notablemente a los nuevos creadores, y esto es cada vez más evidente en los salones y exposiciones de nuevos nombres. Es muy aburrido que, a pesar de haber tanta gente creando, haya que ver de manera repetitiva, una y otra vez, obras muy parecidas con discursos muy parecidos que legitiman lo que pasa, y peor aún, cuando son los mismos artistas con las mismas obras.
El arte contemporáneo está evaluando y reevaluando constantemente las condiciones del mercado, las tendencias internacionales, y especialmente en Colombia sus exponentes van ajustando lo que se expone de acuerdo con lo que ya fue aceptado primero por fuera, así aquí se hubiera llevado a cabo con anterioridad, es legítimo cuando hay un referente y es aceptado por el mercado y la academia. Un ejemplo de esto es el reciente caso del boom del dibujo, con artistas como Johanna Calle, Mateo López, José Antonio Suárez, que con obras potentes y también con ingredientes como el apadrinamiento de galerías y de personajes en la escena nacional, lograron posicionar su obra.
Esa tendencia, aclarando que respeto y me gusta mucho la obra de estos artistas y que me alegro de su éxito local e internacional pues reconozco que obviamente han influenciado lo que ha pasado en los últimos años en el arte joven nacional, y que no es gratuito que de manera sistemática aparezcan más artistas apropiándose de las estrategias que ellos utilizaron para producir sus obras, creo que se debe en parte a la admiración pero por otro lado al entendimiento de los procesos, que de cierta manera se convierten en fórmulas para producir y que son explotadas por las universidades para enseñar qué hacer como “artista contemporáneo”. Y eso no debe ser un problema tampoco, pero es preocupante cuando eso es considerado “lo único” “lo oficial” porque de una vez se niegan todas las otras manifestaciones del arte, se limitan las creaciones y se silencian todas las demás expresiones.
Es innegable que el boom de la pintura está cerca porque ya en espacios académicos como el Laboratorio del Parqueadero del Banco de la República, el Museo de Arte Moderno de Cali La Tertulia, inclusive La fundación Gilberto Alzate Avendaño con el Salón de Arte Bidimensional, se están cuestionando “el renacer de la pintura”, y los espacios comerciales contemporáneos están aceptando pintura joven, pues conocen tendencia internacional que se avecina.
Se está cocinando un movimiento que se hizo evidente en el conversatorio del martes. Un movimiento que propone una pintura que al parecer reconoce los valores plásticos de la misma, como lo son la forma, el color y la materia, pero que pareciera desinteresado por la historia de la pintura y de los valores poéticos que ella carga en si misma. Que reconoce “lo pictórico”, pero no reconoce la pintura como tradicionalmente se ha entendido aunque dentro de la tradición claramente están los discursos que defiende. Una pintura que responde a una automatización del proceso y que después es teorizada; que dicen que no es pretenciosa, pero que se gesta bajo los principios del “arte contemporáneo” que defienden la academia y la crítica del arte, aunque el arte contemporáneo mismo haya liberado la pintura de sus reglas sobre el cuestionamiento de los medios, la representación y la circulación en el momento en que consideró que la pintura murió con la modernidad. Obviamente cada caso de los artistas presentes en el conversatorio es diferente, pero es una lectura personal y generalizada tanto de lo que dijeron como de lo que escriben Lucas Ospina y Juan Sebastián Ramírez de manera satírica en los textos de la exposición “Nueva Pintura en Colombia”, exposición de la cual participaron 4 de los 7 panelistas.
Las curadurías están homogenizadas y pareciera se esta gestando una especie de manifiesto donde sólo hay dos opciones: o se propone desde las teorías universitarias académicas sobre el arte contemporáneo que promueven “la sistematización del proceso” a partir de la “conceptualización de la imagen”, y eso se traduce de manera practica en pintura como: hiperrealismo social político, preferiblemente contestatario, abstracción conceptual reflexiva matérica, o simplemente lo que se hace no entra en las “nuevas dinámicas”.
Acepto estoy sacando conclusiones desde lo que yo veo como espectadora, justamente esperaba que en el conversatorio sobre pintura se pusieran algunas cartas sobre la mesa o por lo menos se hablara de PINTURA, pero lo que me encontré fue un espacio de legitimación de eso que me cuestiona al negar todo lo que ocurre en la pintura como hecho autónomo tanto por fuera como por dentro de las instituciones y las teorizaciones del arte contemporáneo. Eso me alteró un poco y me generó un malestar que se manifestó en una verborrea de ideas que al final no me permitió hablar de manera clara.
Yo me pregunto qué pasa con todas las nuevas dinámicas de pintura que se están generando en el mundo, qué pasa con el grafiti, con las nuevas tendencias de figuración, con la pintura digital, con la pintura en la ilustración y la publicidad; cómo se pinta el paisaje colombiano hoy, por qué hay tanta gente que no es artista de universidad pintando, y por qué los supuestos artistas “académicos” deben justificar que pintan aunque digan que no se están justificando. Qué pasa con el silenciamiento de los pintores después del boom de los 90s cuando se comenzó a satanizar la tradición pictórica porque era del gusto popular o porque supuestamente era una expresión de la política conservadora. Qué pasa con todos esos pintores figurativos que parecieran innombrables en las discusiones de arte contemporáneo pero que figuran en el contexto del mercado internacional. Qué pasa con todos esos artistas vieja guardia que todavía pintan y que algunos siguen vigentes en museos por fuera de la capital pero que son desconocidos como referentes en la historia del arte oficial de las Universidades de artes. Tengo muchas mas inquietudes y espero un próximo encuentro para conversar sobre pintura, lamento mucho no haber entendido la dinámica del encuentro del pasado martes, porque mientras yo esperaba que se hablara de pintura, el tema propuesto era la pintura de estos artistas y yo estaba fuera de lugar.
En mi caso, solo se que, yo pinto por una necesidad interior de hacerlo, esa misma necesidad que me llevo a estudiar artes plásticas y no otra cosa a pesar de haberlo intentado.
Esa necesidad que me lleva a hacer vídeos o acciones u otras formas de expresión artística. Esa necesidad que me hizo abrir un espacio para el arte en mi ciudad natal o el hacer esporádicas curadurías o enseñar desde la técnica o desde el pensamiento artístico y esa necesidad que me lleva a escribir o entrometerme en estas discusiones.
Pero definitivamente la pintura es, en mi caso, el medio que me permite interiorizar mejor y que me causa mayores satisfacciones y decepciones en lo plástico y lo conceptual, como en sus resultados y sus problemáticas. Y también siento nostalgia cuando no puedo pintar por algún tiempo y siempre espero el momento de poder hacerlo nuevamente, en términos coloquiales, la pintura es mi pasión y no necesito o espero de validadores externos para agarrar un bastidor, un pincel y un tubo de pintura y esa es una posición o decisión que creo han tomado muchos pintores en su quehacer artístico.