Alejandro Martín. Fotografía avn va – עולם.
Tras la salida de la anterior directora del Museo de Arte Moderno La Tertulia, comienzan a darse cambios. La confusión administrativa que sufrió la entidad y la hundió en lo más oscuro del obvio escollo de integrar infraestructura y contenido, parece resolverse. Hay menos afán por aceptar blockbusters comerciales (Bodies, Davinci), que académicos (Protografías); hay propuestas pertinentes (de largo aliento, interesadas en rescatar el carácter histórico de la entidad con extensión hacia el público: Territorio en discusión); hay curador.
Alejandro Martín se posesionó a finales del año anterior como encargado de centralizar las actividades expositivas de un museo caído en desgracia tras la minicrisis que significó la salida de Juan Ramírez –actual director de la galería BIS. Siguiendo su trayectoria, puede decirse que se trata de otra más de las metamorfosis profesionales del campo cultural colombiano. Quien antes fuera editor (ochoymedio, piedepagina), ahora es curador. Pero no hay diferencia. De hecho, él comprende la curaduría como un proceso de edición y puesta en escena.
En sus propuestas crea información a partir de un planteamiento de matemática básica y socialismo: con base en un grupo de obras creará una interrelación de conocimiento colectivo. Para lograrlo, las ubica de forma estratégica sabiendo que su disposición final dependerá de la manera en que funcione un entramado mayor: a diferencia de sus colegas artistas que se desviven por magnificar la exclusividad de cada objeto visual, Martín maneja un enfoque comunitario del trabajo curatorial. Sabe que el éxito de una exposición depende de una serie de esfuerzos coordinados.
Al comprender la artificialidad de la división intelectual del trabajo en el campo artístico, interviene buscando darle un mismo nivel conceptual a diferentes contextos de producción. Obvio que sabe de la sobrevaloración de las obras de arte, pero no descuida el que una muestra también posea diseño gráfico, museográfico, sites virtuales, programación extendida y no está restringida a un solo espacio físico. Como un libro. No basta con escribirlo si no hay quien lo imprima, lo distribuya y lo venda en diferentes lugares del mundo.
De hecho, sus dos primeras experiencias curatoriales tuvieron que ver con libros y fueron organizadas en bibliotecas. Diccionario, en la Luis Ángel Arango y Viaje al fondo de Cuervo, en la Nacional. Allí comenzó a desarrollar una serie de hipótesis que aun pueden ser consultadas en la red. Así mismo, por medio de los libros, desde 2007 comenzó a trabajar junto a José Roca. Al diseño del catálogo que acompañó la muestra de Regina Silveira le siguieron dos versiones de Who is who local patrocinadas por Seguros Bolívar.
Su plan de trabajo en La Tertulia busca integrar al museo dentro de cinco etapas históricas del arte producido en la ciudad de Cali. A los períodos de esplendor, auge del arte académico, llegada del narcotráfico y decadencia, añade otro de renacimiento, donde pone al Festival de Performance de Helena Producciones y Lugar a Dudas. Así, a noviembre del año anterior, Martín mencionaba como metas de su gestión al frente de esa entidad las actividades de
1.- Recuperación del uso de talleres-escuela, como en El Parqueadero de Bogotá.
2.- Realización de curadurías de investigación.
3.- Apertura a curadurías invitadas.
4.- Promoción de curadurías de ensayo.
5.- Reactivación de la programación de la cinemateca del Museo.
De activar estas cinco áreas –y recibir el apoyo de la dirección del Museo y tener continuidad y adquirir poder de negociación y consolidar campo artístico y saber hasta dónde dejar entrar a los amigos–, podrá evitar lo que en Bogotá es un hecho innegable, triste y oneroso: el funcionamiento a medias de un museo de arte moderno mal administrado y curado sin enfoque.
–Guillermo Vanegas
4 comentarios
Muy bueno el Texto y esperamos ver el trabajo del nuevo curador. Pero tiene un error gravisimo, la exposicion Territorio en Discusion es de una curadora caleña, Yohanna M. Roa, Martin no tuvo nada que ver con este proyecto, coteje mejor su información.
Aqui esta la información:
http://museolatertulia.com/exposicion/territorio-en-discusion/
Gracias por la lectura. Revisé y no hay un error gravísimo. Entre la mención a Territorio en discusión y la frase siguiente hay un punto y coma, para darle continuidad a una enumeración de eventos separados. Lea mejor.
Pues por poca a mabilidad y sencillez al responder, supongo que no va aceptar que no redacto bien el parrafo y es confuso. Pues pasa de referirse al museo a referirse al curador, y da por entendido que el ya inicio us labores con el Museo. Revise:
Refiriendose al museo: Hay menos afán por aceptar blockbusters comerciales (Bodies, Davinci), que académicos (Protografías); hay propuestas pertinentes (de largo aliento, interesadas en rescatar el carácter histórico de la entidad con extensión hacia el público: Territorio en discusión); y derrepente dice usted: hay curador.
Es decir usted afirma que el cambio de proyectos comerciales a uno valioso como Territorio en Discusion de debe a la llegada del curador, y como le comento no ee asi, el señor Martin noha realizado ningun proyecto aun con el museo, y fue otra persona la que estuvo acargo de este proyecto.
No es una cosa de orgullo, ni de que yo no he leido bien, seguramente yo no escribo tambien como usted, pero cometio un error y deberia corregirlo. Asi no mancha el trabajo realizado por la curadora de Territorio en Discusion, ni la labor que el nuevo curador va a empezar a hacer
No esta bien hacer misas con hostias ajenas, el proyecto Territorio en Discusion lo lidero Yohanna Roa. No es correcto plantear la labor de una persona a partir del proyecto de otros. Hay que tener mucha delicadeza, pues es el esfuerzo de muchas personas, el Museo lo compone un grupo de gente con intereses. No se requiere un jesucristo que venga a salvarlo, sino que procure vinculare con la ciudad.