Carta abierta a Instituciones del sector educativo y cultural (artísticas, históricas, de memoria y de patrimonio), a las comunidades, colectividades y Pueblos que integran la sociedad colombiana, en apoyo a las acciones simbólicas del Pueblo Misak*
En Colombia, vivimos un momento histórico en el que múltiples sectores sociales, comunidades, personas migrantes y diásporas, Pueblos étnicos, grupos y colectividades del país están exigiendo una transformación del orden material que sostiene las desigualdades y la inequidad social, pero también del orden simbólico que estructura un estado de injusticias mantenido por siglos.
En este contexto, hemos visto derribadas varias estatuas en distintos lugares del país que nos ponen de presente el descontento que hay con el mantenimiento de símbolos que glorifican la sangrienta colonización de nuestro territorio y de nuestro pasado y presente cultural y simbólico, que exaltan valores androcéntricos, blancos y coloniales y el encumbramiento de símbolos de guerra y de muerte.
En particular el Pueblo Misak ha planteado una serie de juicios simbólicos a los colonizadores genocidas y ha resuelto hacer una sanación espiritual de nuestro territorio.
En Bogotá, fue depuesto uno de estos símbolos. Gente del Pueblo Misak, en representación del Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente (AISO) derribaron la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada “quien fue históricamente el más grande masacrador, torturador, ladrón y violador de nuestras mujeres y nuestros hijos” (Comunicado AISO, fragmento citado en: https://www.infobae.com/america/colombia/2021/05/07/indigenas-tumbaron-la-estatua-de-gonzalo-jimenez-de-quesada-en-bogota/)
De manera contraria a la campaña de muerte organizada por este colonizador —al que se ha rendido un tributo obligado y decretado por las mismas elites que han producido las dolorosas brechas de desigualdad en el país
—, el acto del Pueblo Misak es un gesto simbólico, sin consecuencias sobre la integridad de ninguna persona o de la vida en general, y es un llamado de atención valeroso sobre la violencia implícita en estas representaciones.
En suma, esta serie de acontecimientos ponen de presente un descontento sobre las representaciones de una nación homogénea y sin memoria que nos han sido impuestas y por ello ameritan una amplia conversación sobre cómo reconfigurar estas representaciones, en particular con Pueblos indígenas, comunidades negras, raizales, palenqueras, Romm organizaciones de mujeres, colectividades LGBTI y comunidades campesinas y urbanas empobrecidas, todas ellas directamente afectadas por las operaciones coloniales del pasado y del presente. Este es precisamente el llamado de atención que nos hace el Pueblo Misak.
Nos dice el Pueblo Misak: “Nosotros llevamos muchos más años en esta tierra, y ellos llegaron a violar y masacrar y acabar con nuestros pueblos. Es un acto de justicia espiritual de las comunidades indígenas» (Comunicado AISO, fragmento citado en: https://www.radionacional.co/actualidad/indigenas-misak-derribaron-estatua-de-gonzalo-jimenez-de-quesada-en-bogota)
Por la justicia espiritual, histórica, social y cultural, las personas aquí firmantes solicitamos:
No criminalizar estos actos simbólicos legítimos.
Un amplio espacio de diálogo con Pueblos indígenas, comunidades afro, negras, raizales y palenqueras, pueblo Romm, organizaciones de mujeres, colectividades LGBTI y otros sectores sociales para concertar maneras de representación en nuestro territorio que no atenten contra nuestra memoria ni glorifiquen el exterminio de pueblos ancestrales, de la gente en Colombia ni de la vida en general.
Al gobierno a hacer una evaluación mediante una consulta informada con Pueblos indígenas, comunidades afro, negras, raizales y palenqueras, Pueblo Romm, organizaciones de mujeres, colectividades LGBTI académicas y académicos y otros sectores sociales, de lo que los monumentos que aún están en pie representan para la memoria y a iniciar un plan para volver a la memoria sobre el genocidio que ha marcado la vida del país durante más de 500 años, pues no hay una voluntad ni acciones reales para memorializar comunidades, personas y hechos que han sido sistemáticamente borrados de la historia oficial y hegemónica.
La memoria, el patrimonio y la historia no pueden seguir siendo un terreno de dominación. El patrimonio de las naciones no puede representar los peores crímenes contra la vida. Los reclamos legítimos de las comunidades y Pueblos no son profanaciones, por el contrario, muchos monumentos fueron impuestos en lugares sagrados que hoy el pueblo Misak nos invita a recuperar y a sanar.
Firmas
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*Carta abierta enviada a esferapública por profesorxs y estudiantes de la ASAB.