A continuación una carta al Estado colombiano escrita por un grupo de artistas y agentes del campo del arte en respuesta a la campaña Guía de impuestos para artistas y creadores, y frente a las políticas impositivas para artistas impulsadas por el Estado colombiano.
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Bogotá, 13 de julio de 2016.
Señor Presidente de la Republica de Colombia
Dr. Juan Manuel Santos Calderón
Señor Ministro de Hacienda
Dr. Mauricio Cárdenas Santamaría
Señora Ministra de Cultura
Mariana Garcés Córdoba
Referencia: Inconformidad frente a la campaña Guía de impuestos para artistas y creadores, y frente a las políticas impositivas para artistas impulsadas por el Estado colombiano.
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Los abajo firmantes nos dirigimos a ustedes, garantes de la política cultural del Estado, con profunda molestia por la forma como es representado el trabajo de los artistas colombianos en el portal http://impuestosparaartistas.com/ donde por medio de una serie de vídeos titulados Nueva guía de impuestos y beneficios para artistas y creadores, generados por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) en asocio con el Ministerio de Cultura, se caricaturiza el trabajo que nosotros realizamos a unos niveles terriblemente molestos.
Aunque tenemos claro que declarar impuestos es una obligación legal de los colombianos, incluyendo artistas y actores culturales, consideramos que la imagen que estos vídeos proyectan del ejercicio artístico aparece distorsionada y difícilmente se corresponde con la realidad. Por otro lado, creemos firmemente que los vídeos dejan en evidencia que la política impositiva del Estado colombiano se desentiende de las realidades económicas y sociales del sector cultural, y desconoce los avances que en esta materia han ocurrido en una gran parte de los países a la vanguardia cultural de Occidente, incluyendo varios de América Latina.
Para aclarar nuestro primer punto, hay que señalar que el modelo de artista que los vídeos proyectan, y que el ministerio de cultura avala, es el de un joven de clase de alta, que no tiene necesidades económicas, que cree en las musas, ignorante, superficial, tramposo, tonto, evasor de impuestos y que sólo sabe de fiesta. Así mismo, aparece la galerista superficial que promete llevar el artista al estrellato. Ambos personajes distan radicalmente de la experiencia cotidiana de la mayoría de artistas colombianos, muchos de ellos residentes en ciudades intermedias, ajenos a las dinámicas sociales de los circuitos feriales, muy comúnmente sin galería que los represente (habría que establecer estadísticamente si las pocas galerías profesionales de Colombia dan abasto para los cerca de 20.000 creadores del país) y con unos pocos museos que se quedan cortos en términos de visibilización y circulación cultural. En todo caso, artistas que apenas logran sobrevivir de su arte y que necesitan apoyarse en toda suerte de oficios colaterales: algunos afortunados que encuentran trabajo en gestión cultural, docencia o diseño, y otros que alternan su oficio con otros trabajos más técnicos, menos creativos.
¿El común denominador de los artistas colombianos es la imagen proyectada en los vídeos? Indudablemente no. El común denominador es la falta de oportunidades y de ingresos regulares, el desempleo, la pobreza y la incapacidad de dedicarse en tiempo completo a la producción artística. Esto, además de los recortes en los programas del Ministerio de Cultura.
Como segundo punto, valdría la pena mencionar si, en vez de señalar estereotipos indeseables e iniciar una cacería de brujas impositiva contra los artistas colombianos, mejor no vale la pena revisar primero la política impositiva del Gobierno Nacional frente al sector artístico. En este sentido, aunque los vídeos llevan por título Nueva guía de impuestos y beneficios para artistas y creadores, lo cierto es que, en sentido estricto, esta “nueva guía” no ofrece nuevos o desconocidos incentivos o beneficios tributarios más allá de los ya existentes, entre los cuales no hay ninguno para los artistas plásticos que por el contrario sirven de burla en el portal de la DIAN.
Así como ciertos sectores culturales han avanzado mediante la aplicación de una serie de leyes protectoras y potenciadoras auspiciadas por el Ministerio de Cultura, como lo son las leyes del libro y del cine, los artistas aún están en mora de una ley que garantice y estimule su praxis como una opción vital. Por ejemplo, habría que preguntarnos si no sería justo impulsar en el Congreso de la República una verdadera Ley de Mecenazgo Artístico, digna de un país emergente, en la que se discutan temas como: el pago de impuestos en especie, es decir, con arte, ya sea por parte de artistas o coleccionistas, siguiendo un modelo comúnmente usado en Francia y continuado por varios países latinoamericanos como México, un programa de pago en especie que le ha garantizado a la sociedad mexicana una extensa colección de arte de mas de 6000 piezas correspondientes a los 59 años que cumple dicho programa; o el pago de derechos de sucesión de artistas con obras de arte, lo que ha permitido la creación de instituciones de primer nivel como el Museo Picasso de París; deducciones en la declaración de renta para mecenas de artistas y donantes de obras (así fue como se hicieron los grandes museos estadounidenses desde el siglo XIX hasta hoy); estímulos impositivos a la compra de arte y a la repatriación de arte en el exilio, como ocurre por ejemplo en algunos estados de Estados Unidos; la repatriación de cerebros artísticos fugados a través de estímulos auténticos; deducciones impositivas a los espacios independientes, esos que no están constituidos legalmente como asociación o corporación, pero que son la nota dominante de la escena artística contemporánea; y un programa público de compra de arte, dirigido por el Ministerio de Cultura, bien financiado, gestionado a través de un fondo nacional (esto han hecho Francia y Holanda) y/o museos públicos (como ocurrió en Venezuela y ocurre en México o Argentina), programas que ayuden a consolidar (económica y culturalmente) y proyectar a los artistas más pequeños, siempre de mérito, mediante la adquisición y exhibición de sus obras.
Sabemos que la cultura, y puntualmente las artes plásticas, son territorios tremendamente frágiles, que no pueden ponerse en competencia directa con otros segmentos de la economía; la cultura es un territorio que requiere de la protección del Estado y de su intermediación para facilitar la financiación privada. Debido a esta situación, es común encontrar que en muchos países desarrollados, la cultura cuenta con un estatuto de excepción frente a casi todas las demás actividades económicas, por razones muy bien estudiadas. Nos sorprende ver que las armas de guerra están exceptas del pago del IVA y el arte que es un dinamizador de la paz no.
A modo de conclusión, valdría la pena preguntarnos ¿qué hace a un país verdaderamente grande? La respuesta es más sencilla de lo que parece: su cultura. Las artes, no sólo dan lustre al país, nos enseñan que la vida no se trata únicamente de sobrevivir, también de sentir, disfrutar, gozar, pensar, aceptar. Aunque algunos segmentos culturales ya cuentan con leyes benéficas (como el cine y la industria editorial), lo cierto es que las artes plásticas y visuales aún no. Las artes hacen a los países más seductores, más inquietantes, personifican su cara amable, atraen a los profesionales más calificados, construyen opinión pública, amplían las fronteras de la mente, modifican las conexiones internas, constituyen una opción para los tiempos de ocio, generan pensamiento crítico, coadyuvan los procesos de sanación y pacificación de sociedades dolidas por la guerra, facilitan el intercambio crítico de ideas, hacen la vida más llevadera ante las adversidades y a la postre, como recuerda el filósofo italiano Nuccio Ordine en su libro La utilidad de lo inútil, benefician el desarrollo científico y tecnológico: casi todos los avances científicos empezaron como experimentos artísticos.
Además, la cultura es un valor agregado que tienen los países para toda la vida: las 32 millones de personas que visitaron París y sus alrededores durante 2013, lo hicieron por la capacidad que tuvieron sus gobernantes (presidentes, ministros de cultura y alcaldes), a lo largo de la historia, de convertir esta ciudad en uno de los epicentros culturales del mundo, mediante una persistente financiación pública y construcción de políticas favorables a la inversión privada y al mecenazgo cultural. Y además, por si existe alguna duda para los economistas del Estado, la cultura es una economía limpia, que atrae a los países dinero fresco, una lección que aprendieron Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, España o Inglaterra, las potencias de Occidente, y que en su momento entendieron México, Argentina o Venezuela. No en vano, la industria cultural y creativa es la tercera que más empleo genera en Europa, por encima de la metalurgia, el sector alimentario, la manufactura de automóviles, la industria química y las telecomunicaciones. Pero esto no se hizo solo, ni ocurrió de un día para otro, se consiguió gracias a una persistente inversión cultural, en gente y en espacios, y en la generación de los mecanismos legales necesarios para facilitar la inversión privada y proteger a los artistas.
Una de las misiones de los artistas y actores culturales del país, es la de ayudar a construir una nueva Colombia, especialmente en este cambio histórico que estamos viviendo. Eso sí, si nos lo permiten.
Firman
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Debate por la Guía de Impuestos para Artistas del Ministerio de Cultura
12 comentarios
Definitivamente dia a dia estos «gobernantes» de a peso nos dejan sin palabras…. mas triste aun que el mismo ministerio de «cultura» termine avalando este tipo de políticas que atentan directamente con los artistas que son su razón de ser; se refleja en estas medidas del estado que gobiernan como se dice popularmente con «las patas» mas que con el cerebro, los artistas son quienes ayudan a mantener nuestra identidad, muestran las diversas facetas que componen nuestra idiosincracia, nos presentan al resto del mundo, sensibilizan la sociedad y ayudan a forjar una sociedad critica cuando esta labor cultural se toma con seriedad y respeto… el mismo respeto que debería tener el gobierno hacia los artistas que son valuarte en los cimientos de una sociedad mas humana. Que desfachatez del estado hablar de evasores y de corrupción por parte de los artistas, cuando todas las instancias de ese mismo estado están llenas de ratas, ladrones, estafadores, corruptos… hablan de la necesidad de los impuestos para la inversion social y crean y crean mas y mas impuestos solo para que ellos se lo roben y sigan manteniendo en la miseria a la sociedad colombiana, el ejemplo debe comenzar en casa, deberían iniciar a erradicar toda su putrefacción al interior para luego si exigir al resto del pais….
Pregunta, avalando cuales políticas? La de los impuestos? A qué política se refiere? No mezclemos naranjas con limones. Ya estamos como los gobernantes, que confunden público con ciudadanos o gobernados.
Y las reglamentaciones para la aplicación de la Ley del Teatro, la creación de un Fondo Nacional del Teatro y la promoción de la Investigación y Creación Teatral, el Programa Escuela Nacional de Arte Dramático y la cátedra de Teatro en todos los niveles de la Educación Primaria y Secundaria, complementario a la Ley de Educación 115 de 1994, artículo 21 que establece el Arte como Campo Obligatorio y Fundamental… 8 años de la Ley del Teatro y ni un sólo decreto reglamentario….
El hecho de que en el vídeo se represente un artista de forma jocosa, no quiere decir que la intención de los creadores del video, es afirmar que todos los artistas son cómo el que se presenta allí. Eso es tan estúpido como pensar que el dibujo animado con el que se representa al consumidor en el Boletin del consumidor, el llamado tal cual, representa a todos los colombianos, y que por ser blanco, esta insultando a las comunidades afros e indigenas. Paguen impuestos, como lo tiene que hacer todo el mundo y como lo hacen los artistas en todo el mundo.
La presentación de una estrategia para dar a conocer las obligaciones tributarias y sus procedimientos, es una necesidad del sector y los actores culturales, eso es innegable. Sin embargo, es una lástima que se desperdicie esta oportunidad de realizar un trabajo llamativo, que invite y motive a los artistas a acercarse, comprender y realizar estos procesos administrativos.
Creo que la estrategia debería ser modificada, recurriendo más bien a representar en los videos las buenas prácticas de artistas y empresas culturales, no solo en el campo de las artes plásticas sino de las demás manifestaciones, pues cada una tiene sus especificidades. Es más afectivo educar con el ejemplo, desde lo positivo, desde el saber hacer, que ridiculizando y generando estereotipos que no aportan, sino que por el contrario crean rechazo.
Yo no le veo problema a la representación. Es una estrategia didáctica para aprender del pago de impuestos en el sector. Pensé tal vez que se objetarían cosas más de fondo, que hay que objetar como si es verdad todo lo del impuesto CREE, entre otros. Pero si es por la representación del sector artístico por lo que se reclama, me parece una soberana bobada. Este sector, como la gran mayoría del país se la pasa viviendo del qué dirán. A los policías los defenestan en cuanto sketch hay y nadie dice nada porque se entiende, de largo que es una caricaturización. Duran que es una vaina del gobierno y que le queda mal y demás, pero alguno paso más allá del sketch? Yo si y encontré información vital para el sector. Creo que estamos muy sensibles, muy divas y demás y se nos olvida hasta aquel tema de la libre expresión, incluso por parte del Estado. Pero más allá de eso si veo que nos quedamos en superficialidades.
Creo que no sobraría mencionar además, la respuesta del ministerio de cultura respecto a la aplicación en el país, de la «Recomendación Relativa a la Condición del Artista» de la UNESCO de 1980, donde se insta a los Estados Miembros (obviamente a Colombia, su Gobierno) a mejorar la condición profesional, social y económica de los artistas, mediante la aplicación de políticas y medidas relacionadas con la formación, la seguridad social, el empleo y las condiciones fiscales, en particular para los que trabajan por cuenta propia. Entre otras recomendaciones. Pidiendo copia de la respuesta enviada por Colombia, a través del Ministerio de Cultura a principios de 2015, vimos que hasta dejaron respuestas en blanco. Hablar además, del decreto 2166 de 1985, que creaba el fondo nacional para la seguridad social de los artistas, jamás cumplido.
Estoy de acuerdo con varias cosas en la carta, pero le falta algo: el tema de la salud para los artistas.
Sí, el caso de Colombia es un caso especial porque el no invertir en el área cultural de la forma adecuada nos ha hecho olvidar que los artistas necesitan apoyo en el tema de la salud.
Muchos artistas reventados por temas económicos no comen bien, no hacen chequeos medicos adecuados, ni siquiera pagan salud reproductiva adecuada. ¿Debemos recordarle esto a una DIAN con ganas de clavarnos hasta el infinito y más allá? Totalmente. ¿Debemos aprovechar para organizar un estatuto por ley que permita a artistas empíricos y graduados tener un acceso más suave al derecho a la salud?
Sí. Vaaaamos tarde.
Nada, es eso.
Hay que rotar esto. Y recopilar varias perlas que dejan en el feed, porque no conocemos las leyes impositivas que nos afectan… hechas en era PreInternet… para un país que quiere pasar al siglo XXI.
Ya es hora de revisarlas.
Cuando los dineros que destinan para el arte y la cultura solo llegan en un 10% a los artistas y el resto queda en la infraestructura burócrata de los entes para pagar nominas y entregar algunos proyectos a organizaciones, no tienen ningún ejemplo ético desangrar mas nuestra profesión que es independiente y no contamos con un subsidio, ni salud, ni pensión. es preferible cambiar de nacionalidad, que a alimentar a las sanguijuelas de la Dian.
A mi me parece ridículo. Aunque los humoristas también son artistas, esto está desenfocado. La vida del artista tiene más drama que risas.
Uno esperaría al menos un video que fuese capaz de conectar con el creativo, pero definitivamente esto es absurdo y adefesico.
Después de Juan Luis Mejía no han habido ministros de cultura si no primeras damas y su mejor representante: Alberto Casas. Esa es la política de la salas de las «señoras»
El reconocimiento y el trato digno a los Artistas en todos los aspectos, económico, laboral, de salud… es apremiante, pero es necesario que estos cambios se den a toda la población!