¿calamar(ismo) criollo? . ronda del fantasma . guantes del maestro . sobre la cita

Arcos-Palma: ¿el nuevo calamar(ismo) criollo?

La indignación, ese placer efímero que remonta la noche silente y explota en mil chispas volviendose humo, es y será siempre como la poesía barata, sentimental. Y parece ser desde una sentimentalidad teñida de suficiencia sorbónica que, Arcos-Palma el «Artiste philosophe» según el mismo se define y cuyas areas de investigación según reza su posmoderno currículum son

«Nietzsche, Rancière, Foucault, Deleuze, Derrida, Klossowski.»

evita, pretendiendo apropiarse de Hölderlin y Baudelaire y ahora de Rendón «deconstruido» hablar de la que parece ser una evidente concupiscencia entre ocultación ideológica por medio de la poesía. La verdad nunca había leído textos de Arcos Palma y al leerlos quedó gratamente sorprendido. Estamos en presencia de una «melée» criolla con un toque inevitable de pedantería francesa entre «poesía derridiana» y ocultación. Muy lejos, claro está, de los estudios permutativos del lenguaje cabalístico que solo permite el rigor ocultativo europeo. ¿Para qué cábala si la podemos obtener de segunda mano?

Solo leamos, fuera de contexto, ortografía incluida, a Arcos-Palma:

«La verdad permanece oculta, para hacerla visible, sacarla a la luz, para develar y revelar el enigma, hay que saberle interrogar, como el enigma evidencia la Esfinge a Edipo: ¿Cuál es el animal que camina primero en cuatro patas, luego en dos y termina caminando en tres patas? Cuando este inhumano, humano animilizado, compara al ser humano con animal lo hace con conocimiento de causa. La verdad entonces salta al ojo, pero dentro del artificio, oculta tras el velo de la representación como bien lo demostró Arthur Schompenhauer (escrito así en el original de Arcos-Palma) en su tésis El mundo como Voluntad y representación.» (…)

«Es así como la relación se invierte y el sujeto Warhol, desaparece, se esfuma para devenir objeto (espejo) que se observa y no ve a nadie sino a sí mismo en la ausencia de su mismidad hecha puro reflejo. «Por ello la pregunta pasa a ser: ¿somos nosotros quienes penzamos (sic) el mundo o el mundo que nos piensa? A través de la foto –nos dice Baudrillard -, el objeto es el que nos mira y el que nos piensa (…) es una relación especular. Hasta ahora el sujeto era el espejo de la representación, y el objeto sólo era su contenido. Esta vez es el objeto el que dice: «I shell your mirror» (yo seré tu espjeo), o lo que es lo mismo: yo seré el lugar privilegiado de tu desaparición / We shall be your favory disappearing act». El sujeto pierde el monopolio de la interpretación. O mejor dicho ya no existe interpretación posible»[11], pues todo es evidente transparencia. Evidencia engañosa, como la fotografía (J. Baudrillard). Evidencia virtual que puede desaparecer del papel, de la pantalla o de la cámara digital sin dejar huella. Crimen perfecto en donde el objeto, no sólo ha liquidado al sujeto, sino que le ha hecho desaparecer por completo, en una absoluta objetividad maquinal.» **

Arcos-Palma aboga por una «contextualización» pretendiendo ejercer labores de claridad académica cuando él mismo en sus textos vernáculos y en sus intervenciones parece ser otro cultor de la oscuridad y el enredamiento de los discursos ajenos y lo que es peor, los propios. En lo que a mi texto «Poesía: la Fina Nube que cubre el Abuso» respecta, no observa nada en cuanto a Derrida, de quien se supone que es » vrai connoisseur» y su voluntad de ocultación a través de la poesía de Paul Celan, y se entretiene manejando criollamente el recurso francés de la oblicuidad transitiva, «diseccionando» la sola introducción del texto para desviar a quien lee a trochas secundarias con «tours de force» sentimentales, que lo distraigan del tema esencial de la poesía como ideología ocultativa e inducirlo, involucrándolo, a hacer sonar sus cacerolas al lado de los poetas de Medellín. Y ahora con Ospina, quien a mi modo de ver no se refería a otra cosa diferente que la «ocultación a la criolla», tratando de desviar el torrente hacia canales académicos, que por ser académicos, poseen un tono heróico pero son completamente inocuos.

Arcos Palma: un ejemplo perfecto para decodificar.

Carlos Salazar

* http://www.docentes.unal.edu.co/rjarcosp/ obtenida

**FOTOGENESIS O EL DESLIZAMIENTO DEL SUJETO AL OBJETO.
Imagen de Ricardo Arcos-Palma
Mar, 05/01/2007 – 02:38 — Ricardo Arcos-Palma
http://revista.escaner.cl/node/132

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La ronda del fantasma

Parece ser que la primera misión que deben realizar los imperios culturales en sus tierras conquistadas es evangelizar en la fe a los indios patirrajados, sin alma, bárbaros, llámeseles afganos, iraquíes o chibchas. La Corona española en los primeros siglos del desocultamiento de América creó los Templos Doctrinarios y a los Encomenderos para salvar el alma de sus conquistados y de paso su pellejo. Me preguntaba en días pasados de qué medios se valían los imperialismos contemporáneos para apropiarse del alma de sus tutelados y de paso de sus riquezas. En principio sospeché que alguna galería de arte o algún programa académico en alguna universidad podrían promover este interés por la libertad conceptual, de papel. Mis sospechas no eran del todo infundadas.

Miguel Huertas y Eduardo Serrano fueron invitados el 15 de junio pasado a la emisora de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. El tema era opinar sobre el perfil del artista contemporáneo. Serrano comentaba que en Colombia las academias ya no transmiten los saberes de los oficios de las artes tradicionales sino que a los jóvenes se les enseña a pensar; por lo escuchado, puedo inferir que las academias de arte más prestigiosas del país se han convertido en satélites del pensamiento filosófico. No obstante, por la filiación estética de Serrano puedo inferir, además, que se trata de aprender a pensar como pensaba Duchamp, que a los estudiantes de arte se les enseña que Leonardo, Picasso, Débora Arango, Pedro Nel Gómez, Botero, Lorenzo Jaramillo, Luis Caballero, entre muchos otros, son unos brutos obsoletos: se les inculca que los artistas comenzaron a pensar después de Duchamp: se les bautiza en esta FE y se le entregan a algún encomendero.

He propuesto a los libre-conversadores de Esfera Pública algunas ideas respecto a que pensar en arte no es pensar mediante los conceptos que despliegan y sistematizan las ciencias, que el pensamiento artístico es preconceptual, por ello mismo más dinámico y auténticamente libre, que no está sometido a condicionamientos o convencionalismos de corto plazo, que esta característica lo hace fundamental para cualquier sociedad. He manifestado que las artes han constituido unos lenguajes a través de su historia que les han dado carácter, que al pensar sus signos y símbolos los artistas poetas redescriben permanentemente los hábitats del hombre y la mujer, que este tipo de pensamiento nos hace cada vez más libres. He defendido que esta actividad suscita muchos pensamientos entre los que participan en las conversaciones que inician los artistas con sus propuestas, que ese pensar mucho es una emoción, (pensar es una manera se sentir inédita, delicada la llamaron en el pasado), que cuando se experiencia reconocemos por primera vez la libertad como asunto práxico, no teórico. Este reconocimiento se experiencia como emoción poética, la cual es suscitada por diferentes artes, la danza, el teatro, la literatura, la música, y, por supuesto, las artes plásticas y visuales. He tratado de argumentar, con seguridad de manera confusa o defectuosa, que hemos sido desprovistos de la posibilidad de experienciar esta emoción poética porque nos han enseñado que la historia del pensamiento artístico se inicia con Duchamp. Cuando he dicho que el arte contemporáneo será poético o no será, lo entiendo en este contexto. Ahora, no es un secreto que los lenguajes diversos de las artes han compartido muchos de sus signos y símbolos y ello las ha vitalizado. Lo que experiencio es que las artes plásticas en Colombia se han autoflagelado, han cerrado sus ventanas hacia otros lenguajes artísticos, como la poesía y la literatura, automarginándose; que se han dejado anegar por las ciencias y las filosofías, que no son artes, y, además, las miran de soslayo. Aquí debe configurarse el Síndrome de Estocolmo.

Cuarenta años se cumplirán en 2008 de haberse realizado la exposición Espacios Ambientales, una de las primeras muestras de arte conceptual en Colombia, en el incipiente y precario Museo de Arte Moderno de Bogotá. ¿No está envejecida esta manera de pensar en arte que una vez fue joven? ¿No es hora de entrecerrar las esclusas que dan a las filosofías y abrir las que comunican con las otras artes? ¿No es el momento de realizar un balance autocrítico de cuarenta años de concepto en Colombia, en lugar de aferrarse a un pasado reciente que pocas glorias artísticas nos ha ofrecido? Por aquí ronda el fantasma del padre asesinado de Hamlet.

Jorge Peñuela

Los guantes del maestro

Una imagen
A la derecha de un dibujo titulado «Escena chibcha» hay un personaje con vestido elegante que toca una guitarra; tiene una cara solemne, una corona de laureles y en pose magistral toca el instrumento; se ha dejado los guantes puestos en las manos —de seguro importa más lo «qué» toca éste Maestro que «cómo» lo toca—, y además ¡Qué elegancia¡ ¡Qué clase! ¡Qué distinción! y sobre todo ¡Qué «cultura» la de éste caballero!. El Maestro acompaña la tonada con su voz y canta «Tiplecito de mi vida»… pero un oyente se hace una pregunta: «¿Será necesario tanto boato de «cultura» para interpretar una melodía?»

Una cita
En una participación a esfera pública se envió una imagen y también, al final del texto, una posdata:

p.d.: En una entrevista reciente le preguntaban a Bernardo Salcedo “¿Entonces, la crítica de arte es un género especializado?” y Salcedo respondía “Te refieres a los másteres de la crítica ¿o a los que resolvieron volverse críticos? Pues debes saber que son simplemente oportunistas que se adhieren al arte para tratar de figurar sin sensibilidad de escritores.”

Entrevista completa en: “Contra la cultura / Una entrevista [en extenso] a Bernardo Salcedo”
para leerla, pulse este enlace >
https://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=311&Itemid=2

—Lucas Ospina

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Nota sobre la cita

La inquietud sobre las citas, puede ser complementada añadiendo que la citación se utiliza para respaldar la reflexión del que escribe con las ideas de otros investigadores que han reflexionado sobre un tema.

También la cita es pertinente para acordar la propiedad de una idea a quién la escribió.

De acuerdo a la tradición de honestidad y objetividad propia de la academia (menos mal aun basada en el humanismo y en la racionalidad) se debe ser claro en las citas para evitar la ambigüedad o la confusión.

El asunto de las citas, en el contexto artístico, nos lleva a las grandes preguntas que tanto preocupan:

¿Cómo se define una investigación sobre arte? ¿Debe el artista escribir?

Para definir una investigación sobre arte, hay que recordar la definición de «investigar», que según el diccionario de la real academia es: «Realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia.»

El arte contemporáneo nos ha llevado a los artistas en esta época a utilizar la escritura y los parámetros de racionalidad y sistemática para comunicar nuestras ideas.

Eso no quiere decir que uno al ser racional y claro en el pensamiento escrito, no pueda ser al mismo tiempo «irracional» en su actividad artística.

También es importante recordar que, como el lenguaje escrito sirve para comunicar ideas, en ciencias humanas la claridad y la concisión son consideradas virtudes.

Dimo García

Pd,. En Bogotá tenemos grandes biblioteca, la Luís Ángel Arango es nuestra gran pachamama, donde podemos navegar por miles de laberintos, como nos lo recuerdan amena y precisamente Jorge Peñuela y Gabriel Restrepo. Ojala la navegación vaya más lejos que «Octubre».

Por último se puede añadir que la «poética» es una palabra que cobra un significado especial en relación a un infinito número de manifestaciones artísticas de ayer y de hoy. Por lo tanto es difícil que sea tan fácilmente «despachable» con un par de frases como algunos pretenden hacer. No obstante un libro contra la poesía en el arte puede llegar a ser interesante de leer, pero tocaría hacer una investigación muy comprometida.