#CacerolazoTunja Domingo 25 de agosto, 2013
A continuación un texto de Rosa Apablaza Valenzuela publicado en Arteycrítica.org, el cual puede ser de interés para los lectores de esferapública que han seguido textos y debates sobre arte y política y se preguntan por el papel del arte estos en momentos de crisis, donde las acciones surgen desde los ciudadanos.
Artista chileno ¿por qué no te indignas?
El pensamiento nace de la ira, no de la quietud de la razón;
no nace del hecho de sentarse, razonar y reflexionar
sobre los misterios de la existencia…
John Holloway. Cambiar el mundo sin tomar el poder. Lom Ediciones, 2011.
Artista chileno, discúlpame si hiero tu subjetividad con lo que te voy a decir, pero por favor no sigas creando objetos inútiles –obras que vas acumulando en tu trastero o que intentas vendérselas a tus familiares–, le haces daño al medio ambiente y al contexto sociopolítico chileno y del mundo.
El arte chileno contemporáneo no es funcional a la posibilidad, idea o deseo de cambiar el mundo. No puede existir un Estado fuera del capital y las relaciones de poder inherentes a él pues este se define por la conservación de organismos de poder y lo que se entiende por arte contemporáneo en Chile está anclado al aparataje institucional. Aunque existen otras prácticas que no entran dentro de esta lógica.
Si queremos generar cambios sociales y cambiar el mundo sin tomar el poder, tenemos que comenzar por disolver este tipo de relaciones en nuestro entorno inmediato y salir de la práctica alienante de ser productores de objetos estéticos. No estoy negando que en Chile existan prácticas que apuntan a generar cambios sociales a través de herramientas del arte, pero esto es un fenómeno reciente: con muy poca visibilidad y alcance social, a diferencia de lo que ha sucedido en los últimos diez años en otros países de América Latina. Tampoco niego que existan artistas que mediante la visualidad y/o representación estén creando imágenes disruptivas desde la disidencia, pero me pregunto sobre el lugar de su circulación: ¿a quienes quieren llegar dentro de los límites de un espacio cerrado? Podríamos pensar que reunirse en torno a un taller de dibujitos o hacer exposiciones desde la disidencia visual dirigidas a un público general, artistas, curadores y teóricos tienen incidencia en nuestro contexto. Pero, ¿cuál sería esta incidencia? Tal vez construir espacios colaborativos, horizontales, micropolítica de afectos y tácticas de disolución del poder, sin embargo, pienso que deberíamos ir más allá
Dibujo realizado por la autora mientras habla por teléfono.
Artista chileno, discúlpame si hiero tu subjetividad con lo que te voy a decir, pero por favor no sigas creando objetos inútiles –obras que vas acumulando en tu trastero o que intentas vendérselas a tus familiares–, le haces daño al medio ambiente y al contexto sociopolítico chileno y del mundo. Me refiero a la creación de un tipo de obras que desde hace años prolifera en los llamados espacios independientes, contemplando todo tipo de dibujitos o pinturitas insustanciales pertenecientes a la estética más naif que nunca vi. ¿Eso es arte? Si en Chile eso se entiende por arte, éste sería lo mismo que el diseño, o un pasatiempo, o tal vez una extensión de los garabatos que hacíamos en los cuadernos de la escuela cuando el tedio nos sobrepasaba.
¿Has pensado que podrías tener incidencia en tu territorio si generaras procesos para la construcción colectiva del conocimiento o formas alternativas de vivir? ¿Has pensado que la política es un espacio donde las personas operan y se constituyen, produciendo su subjetividad en el hacer colectivo? Y no me vengas con que todo arte es político, porque eso fue algo que se dijo en el coloquio Arte y Política organizado por la Universidad de Chile y Arcis en 2004, y todos se lo creyeron y bueno, desde ahí que ha sido excusa para defender todo tipo de arte que se produce en Chile. Por favor, tampoco me digas que lo personal es político porque eso es aplicable a otras iniciativas, como por ejemplo prácticas radicales sobre el cuerpo que circulan por otros espacios: como prácticas feministas, transfeministas, post porno, performance y algunas acciones en espacios públicos, por citar solo algunas.
Dibujo realizado por la autora mientras habla por teléfono.
Si creas un espacio de arte independiente donde normalmente se replica el modelo galerístico tradicional, es decir, se hace una convocatoria o invitas a tus amigos, se exponen las obras, se intenta venderlas para finalmente, ir a parar gran parte de ellas a una bodega, estás replicando la lógica interna de la relación capital/estado/producción sobre la base de un trabajo alienado.
Cambiar el mundo sin tomar el poder es el nombre de un libro de John Holloway publicado por LOM ediciones en 2011 y traducido a otros diez idiomas.
Han sucedido muchas cosas en estos cinco años que he vivido fuera de Chile (2006-2011). Podrán pensar que peco de hacer una lectura desde una mirada diaspórica o de ser pesimista. Mientras tanto yo me sigo preguntando: ¿dónde están nuestros Grupos Etc.? ¿Nuestra Internacional Errorista? ¿Nuestros Frentes 3 de Fevereiros? ¿Nuestros Tranvía Cero? ¿Nuestros Labsurlab? ¿Nuestro Coro Coletivo? ¿Nuestros Iconoclasistas? ¿Nuestros grupos GIA? ¿Nuestros Articultores? ¿Nuestros Metareciclagem? ¿Nuestros Experimentos Culturales? ¿Nuestra Radiocicleta? ¿Nuestro Tiuna el fuerte? ¿Alguien sabe lo que ha ocurrido en estos últimos diez años en nuestro continente?
Esto ha pasado: el surgimiento de innumerables colectivos de arte/política que hoy celebran diez años de trayectoria que han incidido de manera radical en los procesos sociopolíticos de sus contextos y nosotros aquí, ¿todavía haciendo activismo de sofá en nuestra fantasía de cambiar el mundo con los clics que le damos al ratón? ¿O insistiendo en que, a través de la representación estética/estática más un par de dibujitos colgados en los muros de una galería o espacio independiente, podemos tener incidencia sobre nuestro territorio? Respecto a los clics del ratón me pregunto, ¿estarán haciendo guerrilla de la comunicación?
Dibujos realizados por la autora mientras habla por teléfono.
Reconozco que en el transcurso de esta diáspora han surgido prácticas artísticas en Chile, fundadas desde la sospecha, pero al parecer aún las cosas huelen –y sólo huelen– a que algo anda mal. Entonces, ¿quién se ha hecho cargo de esto? ¿Quiénes se apropiaron de la imaginación política radical? ¿Quiénes construyeron o al menos sentaron las bases de un otro mundo posible utilizando herramientas del arte? ¿Dónde están? ¿Existirá un movimiento artístico/político clandestino (que no conozco) como en los Detectives Salvajes? El cambio social no es únicamente responsabilidad de los movimientos sociales.
Artista chileno, ¿por qué no te indignas? ¿Aún eres estadocéntrico? ¿Eres falocrático? ¿Todavía piensas que te vas a ganar el JackPot? Entonces le sigues metiendo capital a la máquina mientras ella se alimenta de ti. Parece que te gusta que el PADRE –llámese Estado, Mercado, capital, patriarca o cualquier fuerza opresiva sobre nosotros– te la ponga en esa sombra perversa y tú le sigues dando el gusto; te quedas en silencio porque, al parecer, gozas siendo maltratado, oprimido o mirado como un exhibicionista y vaya a saber uno por qué pues “no conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo” (Woody Allen).
Y haces tus exhibiciones cada vez que puedes. Te juntas con otros, abren un espacio y replican el modelo comercial aunque no vendan, pero insisten, ¿Para qué tanta materia y energía gastada? Mientras, en tu sombrío inconsciente sospechas que algo anda mal, que quizás la culpa la tiene el padre, el Estado, el capital pero no, no haces nada. Porque estás paralizado por este aparato represivo, injusto y farandulero desde todo punto de vista del cual se mire. Y sigues eclipsado porque el padre todo lo puede en ese “ponerte” el pie. Y tú aún más, pareces estar agradecido. Te pusieron el pie y te sientes marcado. ¿No pudiste sublimar? ¿Tu rabia no llegó a tal punto como para organizarte con otros y dar paso al acto?
Rosa Apablaza Valenzuela
1 comentario
Vamos a meterle a esto medio metro de acercamiento al contexto colombiano en relación con *varias* aristas tratadas en el texto sobre Chile.
http://www.elespectador.com/opinion/pajaros-y-escopetas-columna-443136
Y desde ahí, veamos que pasa.