Discusiones y críticas en torno al 44 Salón Nacional de Artistas

El próximo 14 de noviembre cierra sus puertas el 44 Salón Nacional de Artistas. Aunque para esta versión no se dio el tradicional debate en torno a un tema específico, ni tuvieron continuidad las discusiones sobre la internacionalización del Salón y la representación de las regiones en el Salón Nacional, se publicaron diversas críticas sobre aspectos estructurales, la propuesta curatorial, las curadurías invitadas y obras de los artistas participantes.

Homo economicus, Andreas Siekmann, 2016.
Homo economicus, Andreas Siekmann, 2016.

En Cámara lenta

En vísperas de su apertura se dieron discusiones breves sobre problemas de logística, donde los mismos curadores increparon públicamente a la Cámara de Comercio de Pereira por sus demoras en los pagos a los artistas para el montaje de sus obras:

«Trabajar todo un año en un proyecto sólo para ver cómo empieza a derrumbarse por la incompetencia de la Cámara de Comercio de Pereira. Se supone que la institución debe ayudar a hacer las cosas posibles, no arrasar con el trabajo de un equipo comprometido desde el comienzo con este proyecto de Salón Nacional que sin duda merecía un mejor socio»

Además de Víctor Albarracín, algunos artistas afectados por la demora -Elkin Calderón y Paulo Licona- dieron cuenta de la situación:

Sobre este mismo problema, el artista Jorge Sarmiento publicó el día de la inauguración del Salón un texto donde hace pública su renuncia a participar en el evento dado el trámite necesario para recibir el desembolso de $5’000.000 correspondiente a la bolsa de trabajo como artista invitado:

«Desde un principio, por más que quise, no vi certeza en los anticipos (tiempos y porcentajes) que tan equívocamente se definieron para producir de manera adecuada una publicación como aquella por la cual me invitaron. Por ejemplo: en dado caso que el anticipo del 50% que supuestamente me aseguraban, hubiera llegado oportunamente, contando con los tiempos relativos a tal labor —correcciones de diseño, pruebas de impresión, calidades de papeles, encuadernados, grapados, etc.—, pretendían que para concluir, me premiara a mi mísmo por lo menos con la otra mitad de esa ¿bolsa de trabajo? (alrededor de $5’000.000), “hasta que entrege la obra”, momento en que saldarían esa mitad faltante o según sus acostumbrados términos, sería un arreglo en base al pago contra-entrega y a satisfacción del cliente» [texto completo en esferapública]

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El Trámite de Pago, Jan Massys, 1565

La Cámara de Comercio respondió agilizando los procesos y publicando en la página de esferapública:

«Entendemos la preocupación del medio artístico por las diligencias administrativas, pero realizamos todas las actividades necesarias para contribuir con la transparencia de los recursos públicos que nos han encomendado»

Se entiende lo de la transparencia. Lo que no entendió la Cámara de Comercio es que, a diferencia de otros proveedores como empresas y comercios, los artistas necesitan el desembolso para cubrir gastos de producción y montaje de la obra una vez llegan a Pereira.

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Cae caleta de publicaciones subversivas #44SNA

Del blindaje curatorial

Desde el mes de septiembre de 2015 se empezaron a publicar algunos de los lineamientos curatoriales del 44SNA. En este portal se publicaron entrevistas a tres de los curadores (Rosa Angel, Inti Guerrero y Guillermo Vanegas) donde respondieron a preguntas sobre el proyecto curatorial, que por lo general suele ser amplio y poco específico dado el alto número de obras participantes.

Sobre este tema, Sergio Rodriguez -editor de El Parcero- publicó un artículo donde reflexiona sobre el nombre del Salón, su propuesta curatorial, los ritos de apertura del Salón, y algunas de las obras a partir de un recorrido por tres sedes del evento.

Este año el salón se llama ‘Aún’, así nomás, ‘Aún’. Un adverbio, que sirve para complementar a otras palabras, pero aislado. Un nombre raro, un nombre confuso. ¿‘Aún’ qué?, uno podría preguntarse. Pues aún, contra todos los pronósticos, sigue existiendo el salón nacional de artistas, a pesar de sus propias contradicciones. A pesar de que, se haga como se haga, el salón siempre va a quedar mal. Aún eso.

Entonces, con este panorama, ¿cómo podría ser el salón de este año? ¿Cómo podría aún ser un Salón Nacional? Pues los cuatro curadores encargados intentaron tapar todos los goles que entraban en los años anteriores, trataron de solucionar todas las contradicciones. Que lo hayan logrado o no es otra cosa, porque como buena contradicción, si uno arregla un lado también daña el otro. Pero el caso es que si había quejas sobre la selección a dedo, este año se hicieron convocatorias; si había quejas sobre la superficialidad que resulta de hacer convocatorias, este año también se hicieron exposiciones comisionadas y hubo investigaciones independientes por parte de los curadores. Si había quejas sobre la centralización del salón, este año se hizo en una ciudad intermedia: Pereira. Si había quejas sobre la internacionalización del salón en unos años y el provincialismo en otros, este año hay una mezcla de obras regionales e internacionales, aparentemente sin jerarquías. Si se cuestionaban los medios tradicionales de exposición, este año hay varios componentes educativos y un curador exclusivo para publicaciones. Si había quejas por el poder que tenían unos cuantos curadores, este año hay sub-curadurías comisionadas por los curadores generales (¿¡Qué!?). En fin.

Además, ese blindaje que cubre todos los puntos débiles también se ve representado en el contenido temático del Salón. Los comunicados oficiales del Salón son vagos e imprecisos, al parecer, intencionalmente: por ejemplo, se menciona que las exposiciones se desarrollan alrededor de la idea del ‘paisaje’ y el ‘territorio’. ¿Pero de qué forma se trata el ‘paisaje’? De cualquier manera. O para decirlo diplomáticamente, por medio de los múltiples entrecruzamientos que puede comprender la idea del paisaje y el territorio. Para tapar aún más goles, los curadores decidieron hacer exposiciones con categorías tan amplias que cabe prácticamente todo adentro. Si la homogeneidad es opresión y desigualdad, la hetereogeneidad es inclusión y apertura de oportunidades; algo así sería la lógica. Sin embargo, esa misma decisión hace al salón Aún aún más confuso. Lo hace difícil de agarrar, difícil de englobar, difícil de entender…Tanto es así que ni siquiera el logotipo se puede quedar quieto:

 

Eventos protocolarios I

Yo asistí al salón como reportero, entonces lo primero que vi al llegar a Pereira fue la mesa larguísima de un restaurante en el que se organizó una recepción. Todos los invitados estábamos en la misma mesa, pero no estábamos en la misma onda: los funcionarios pereiranos actuaban con una diplomacia forzada y maquinaban resultados burocráticos, los curadores y los del ministerio eran amigos cercanos y hablaban de cosas personales entre ellos, y los periodistas andábamos como colgados, aprovechando el banquete, a cambio de difundir información genérica. Yo, a pesar de mi incomodidad social, desde mi posición en la mesa escuché las historias de un funcionario muy amable en las que contaba cómo Pereira se había construido a partir de lo que él llamaba ‘convites’. O sea, uniones solidarias de una comunidad enfocadas en lograr un objetivo común concreto. El funcionario decía orgulloso que muchos de los edificios históricos de la ciudad habían sido construidos con el esfuerzo conjunto de los ciudadanos. Por ejemplo contaba cómo los pereiranos habían hecho cadenas humanas para llevar piedras del río Otún a la ciudad para usarlas como materiales, y cómo después de un terremoto que hubo en 1906 los ciudadanos repararon la catedral que, para hacerla antisísmica, ahora está hecha en parte de madera y hierro. Ese hierro, además, fue fundido de las pertenencias personales que fueron donadas por los ciudadanos: rejas, bicicletas y cosas por el estilo. Así que, literal y simbólicamente, la catedral es patrimonio de la gente de Pereira. Los pereiranos tienen una personalidad solidaria, podríamos decir; más incluso que en Cali o en Medellín, me dijo el funcionario (no me consta). Y luego, con el ingenio de un informe administrativo de rendición de cuentas, ancló su historia con las expectativas que tenía frente al Salón: esperaba que fuera un impulso para el desarrollo de la ciudad, así como lo fueron los Juegos Nacionales de 1974 en su momento, que al parecer dejaron una marca muy positiva que todavía se recuerda. La emoción del funcionario me hizo sentir mucha empatía y le dio otro tono a este convite, este banquete, que se sentía tan poco solidario. Me alegró que el salón se hiciera en Pereira, y me hace desear que cuando se acabe, su impacto sea duradero para los pereiranos.

curadores

Una exposición clichésuda

Luego salimos en bus para la Universidad Tecnológica de Pereira, a la Facultad de Bellas Artes y Humanidades. Ahí hay una exposición comisionada por los curadores principales, o sea, una curaduría dentro de la curaduría. La exposición se llama ‘La filogénesis de la posesión’ y tiene que ver con las drogas y la alucinación. Digamos que en el título la palabra posesión tiene un doble sentido: el aspecto legal de la posesión de drogas, y los cambios de conducta producidos por la percepción alterada, como tener el cuerpo poseído. Aunque la premisa prometía, creo que la exposición se queda corta. En su mayoría son obras perezosas que no proponen más que reflexiones anecdóticas e ideas aprendidas e irreflexivas sobre las drogas y su uso, barnizadas teóricamente y dispuestas en un montaje disperso que hace imposible entender el trasfondo de los trabajos sin guía. Tal vez mi decepción fue grande porque en nuestro contexto actual el tema de las drogas no puede ser tratado a la ligera, y había obras que se sentían como de molde, que utilizaban estrategias artísticas ya muy quemadas y muy dependientes de un discurso complaciente aprobado por el arte contemporáneo. Por ejemplo, efectivamente había unos moldes de yeso que se asemejaban a las incautaciones de cocaína que hace la policía. Sí, eran como una especie de escultura minimalista, un montón de cubos blancos puestos en orden, además con la referencia a la cocaína, pero, y ¿qué? ¿Qué me dice eso sobre las discusiones acerca los distintos agentes que participan en la producción y consumo?: los campesinos que siembran la coca, los laboratorios que la procesan, los grupos armados que las protegen y se sustentan con extorsiones, los consumidores, las mafias que se enriquecen… Las pacas de cocaína tienen historias humanas detrás que se sentían blanqueadas en la obra.

También había unas obras de una artista llamada Corazón del sol que acudían a la vieja fórmula pachamámica de la dicotomía entre lo natural=bueno y lo artificial=malo: un montaje de plantas que se usan como medicina tradicional, y en una esquinita, arriba, un frasco de pastillas. O unas representaciones vaginales de distintos materiales: una vagina de tierra con plantas, una de peluche, etc. Igual que con las discusiones sobre las drogas, se me hizo que reducir una identidad a lo vaginal es demasiado básico y es un recurso que está muy gastado. Me parece que lo femenino no debería reducirse con esa comodidad al ícono de lo vaginal, mucho menos ahora que los grupos reaccionarios inventaron el término de la ‘ideología de género’ para rechazar las distintas maneras en las que las personas pueden actuar roles sociales, justamente con justificaciones soportadas en las formas en que nuestros cuerpos están constituidos biológicamente. Lo que puede parecer una forma de empoderamiento puede resultar en la caricaturización de una actitud a través del cuerpo; empieza como un acto rebelde y termina acomodándose. ¿Esa relación de la vagina con la tierra y lo natural no sería una forma de autocaricaturizarse y etiquetarse dentro de un rol conservador? No sé, ustedes me dirán.

Pero tranquilos, saqué algo bueno de esa exposición; se me ocurrió hacer mi propia curaduría en este texto. Una curaduría sobre los clichés y momentos incómodos que encontré durante mi experiencia en Pereira. Así que para iniciar este recorrido curatorial, una obra de Corazón del sol:

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La iguana del Otún

De la Universidad salí un poco decepcionado, y eso me previno con respecto a las cosas que vendrían en los otros lugares expositivos. ¿Sería todo el salón así? ¿Un arte blandito frente a las discusiones nacionales tan importantes que tenemos en este momento? De la Tecnológica de Pereira seguí para la Caseta de la junta de acción comunal del Barrio Zea, porque ahí hay una instalación llamada ‘Río escultor de piedras’ del grupo Otún. Resulta que la Caseta, un salón pequeño metido en el barrio, da contra el río Otún, uno de los ríos importantes que pasan por Pereira. Es tan importante el río que a la ciudad la apodan ‘La perla del Otún’, y es un referente de la identidad pereirana. La instalación en la caseta es muy simple: una ventana en la que se ve el río desde una pared del salón comunal, y unos parlantes que reproducen un bambuco que se llama, como si no fuera ya redundante, ‘Pereira’. Que un río pueda ser un escultor de la naturaleza es una idea poética sutil pero con un impacto visual poderoso; efectivamente uno puede ver cómo las piedras del río son diferentes a las otras piedras, son más lisas y más redondas, y si uno lo imagina puede ver cómo las manos del río son las causantes de esa forma, como cuando alguien hace una vasija con las manos. Ahora, como lo contaba el funcionario durante el almuerzo, el río no solo ha esculpido la forma de las piedras sino también la forma de la ciudad. Esas mismas piedras se han transformado en edificios históricos, y además todo el barrio Zea anda junto al cauce del río. Seguramente fue por la historia que el funcionario me había contado antes, pero se me hizo que la instalación era una forma visual, clara y en tiempo real de apreciar el impacto de la naturaleza en las sociedades humanas, y también de ver cómo la solidaridad puede constituir a esas sociedades, y cómo la identidad también se construye y se le va dando forma como las piedras de un río, y cómo todo eso se conecta. Esa experiencia señala cosas más complejas que la idea binaria de natural=bueno y artificial=malo que había visto en la exposición anterior. Para coronar, afuera del salón comunal, por la avenida, vi la escultura de una iguana de piedras, construida por los habitantes del barrio. Ríos escultores de piedras y gente escultora de barrios» [texto completo en el parcero]

Continuando con la propuesta curatorial, Ericka Flórez reseña una serie de obras y cierra su texto con un par de críticas puntuales en Terremoto:

«Si asumimos que la curaduría es hacer un ensayo con formas (como describió el artista Herlyng Ferla a este proyecto del Salón), éste se trata de un muy buen ensayo. Es legible; el espectador es llevado de la mano en cada pasaje entre una cosa y otra. El capítulo de los recursos naturales, dividido en la sección cacao y café, la sección plátanos, reforma agraria y luchas sociales, lentamente nos va llevando hacia la sección de problemáticas sociales y minorías como configuradoras del paisaje (prostitución, insurgencia, población LGBT, etc.), luego a la sección territorio y transporte (“el artista se mueve por su territorio”); la sección territorio y burocracia, la sección de la naturaleza como agente escultor. La exposición cumple con el cometido de hacer pensar al espectador sobre el paisaje, y en un país en el que se ha tenido una aproximación problemática hacia el territorio, la naturaleza y sus recursos, considerar el paisaje en términos de modos de producción es un aporte importante. Se trata de una idea que quedó muy bien representada: es un argumento cuya complejidad va ascendiendo a medida que el espectador avanza por la exposición.

Sin embargo, teniendo en cuenta que el texto curatorial prometía el andar por la trocha como metodología, yo hubiera esperado que me llevaran menos de la mano, y sentirme más en la selva; que hubiera momentos en los que, en mitad de la selva, al machete se le acabara el filo: momentos en los que no tuviera palabras para detectar la precisión y el control con el que se construyó el argumento. [texto completo en terremoto]

Sobre las obras del Salón

En una entrega de #RadioEsfera a mediados de septiembre, se hizo un recorrido por las obras del Salón a cargo de William Contreras y Jaime Iregui en el que se buscaba dar una mirada a las obras, de las que generalmente poco se escribe en las críticas sobre este evento.

El Salón no es sólo para discutir sobre curaduría, curadores, funcionarios y política cultural. En principio, el Salón es de artistas y gira alrededor de sus obras. ¿Por qué no hablar de ellas para propiciar el diálogo y la reflexión? De esto trató este episodio de #RadioEsfera.

Del Encuentro Académico

Un grupo de estudiantes de las universidades del Bosque y los Andes viajaron a visitar el #44SNA para asistir al Encuentro Académico en el que se discutió «desde diferentes perspectivas -filosóficas, económicas y científicas- la construcción social, política y cultural del uso de sustancias psicoactivas y las implicaciones de lo alucinatorio en la sociedad»

A continuación, un texto de la profesora Carolina Cerón publicado en González, seguido de unas imágenes de la visita:

«El formato de conferencia leída de un texto de algunos invitados al componente académico del Aún 44 Sna —incluyendo cualquier formato de conferencia leída sin gracia— ¿debería ser revisado? A veces da la sensación de que este tipo de formato es el más poderoso somnífero del territorio, entendido el territorio con la comunidad presente en el auditorio. Charlas como la de Brigitte Baptiste, Rafael Castellanos o Bruno Mazzoldi lograron ser la cafeína de las conferencias, estableciendo un diálogo animado y dinámico con su público. Pareciera que otras conferencias le hablaban exclusivamente a versados en teoría crítica, filosofía continental, Derrida, Guattari, Deleuze y todo el combo de teoría pura y dura. Viendo el panorama del territorio desde atrás en el auditorio, la gran mayoría de estudiantes y asistentes —a excepción de las dos primeras filas— parece en una siesta comunal, arrullada por un murmullo lejano. No es que esto sea un balance general del componente pues no ha finalizado, es tan solo una impresión comentada por varios en medio de la charla nocturna. Se ha hablado del inconsciente, de la experiencia, de la psicodelia y otras formas de adición en la sociedad. Si bien hay alucinógenos que permiten aumentar la percepción casi que creando una especie de telepatía que permite fundirse y leer al otro, hay una ausencia del alucinógeno que permite leer al público.

El pharmakon en filosofía alude a aquello que cura y enferma al mismo tiempo. El fármaco de las conferencias ha sido el formato de lectura arrulladora y poca generosa en muchas intervenciones, que a pesar de un fondo y un contenido pertinente y refrescante para hablar de territorio, se envenena con la forma de llegar a su público —sobre todo aquellas donde el conferencista no puede hablar sin el guión restringido de la página escrita— y la lectura adormecedora que impreg- na y no logra llegar al tipico estudiante asistente que no le interesa entender ni leer ni que le lean teoría para arrullarlo.

—Carolina Cerón*

  *Curadora y profesora de la Universidad de los Andes

@enbusapereirayalgo #enbusapaereirayalgo @44sna estudiantes de arte de la universidad El Bosque y Uniandes, charlando sobre el salón. Palabras e ideas que se repiten (lo que no) capricho, magistral, herencia, tautología, falta de investigación, el tema no está, pegado con babas, teoría, literal, aleatorio, fachada, falta de diálogo, psicotropismos y territorio visto desde un solo lado, relaciones no claras, la ausencia de Pereira, mucho abarcar y poco apretar, falta de concreción, no entiendo, selección en torno a personalidades, verticalidad. (Lo que SÍ) la obra de Licona es la gran favorita del Salón, los textos y la Curaduria del club Rialto, el impresionante papel de los mediadores, la Curaduria y las obras de la usurpadora en el la alianza francesa, la obra de la manta de arroz en la Curaduria del colombo, la Curaduria cuida, la oficina, la Santa Lucía en el Rialto, las charlas de Briggite Baptiste, Rafael Castellanos y Brunno Mazzoldi, la lectura de la novela de José Covo, el concierto de Mugre, la obra del barrio Zea, la Curaduria del club Rialto, los textos, la obra de Roldán en el museo de Pereira, la obra de Mario Opazo, y la de los televisores de al lado de Opazo que nadie se acuerda el apellido del artista, la obra de Edwin Sánchez es buenísima, @mariaaaangelica @spinyol — at Pereira Ciudad Turística.

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La crítica del Salón como experimento académico

En Facebook se creó Cielo Roto, un grupo de discusión para publicar críticas, reseñas, memes y videos. En este texto de Claudia Jursich se hace un recorrido por las distintas sedes del 44SNA:

«En el Museo de Arte de Pereira con su arquitectura “caracolesca” se ubicaron las obras de gran formato. Hay una melancolía ahí, se respira un aire polvoriento y húmedo otorgado quizás por el carácter mismo de las obras. Un silencio agrisado de melancolías.

En el Edificio Antiguo Club Rialto sorprende la versatilidad de los exponentes, se percibe un cierto esplendor, las obras tienen un aspecto exhibicionista. Al interior del edificio reformado se tiene una sensación “extranjera” en su arquitectura, con un mobiliario eco sustentable diseñado para el evento. Es prolijo, armonioso e impecable. Por un instante se pierde la sensación al interior en su silencio en contraste con el caos estrepitoso de la carrera 7 con calle 17. Muchos de los visitantes entran por accidente creyendo q es la puerta de acceso al supermercado ubicado en el primer piso. En este caso, una feliz coincidencia» [texto completo en cielo roto]

memesfera

sepulto

 

La muerte del Salón

En la revista Razón Pública, Ricardo Arcos Palma retoma el debate sobre la muerte del evento y propone que se destine su presupuesto a becas y apoyo de producción de obras.

«Este año se anunció un modelo más discreto, y la reciente versión del Salón se realizó en Pereira. Sí señores: en Pereira. La ciudad natal de… el expresidente Gaviria. A primera vista esto no tiene nada de malo, pero, como dicen las malas lenguas (y a muchos nos gustan las malas lenguas): piensa mal y acertarás. Además, el pilar de las industrias creativas son los paisajes culturales y (¿una coincidencia?) ese fue el tema principal de esta versión del Salón “con aroma de café”.

Cuando Gaitán inauguró el primer Salón Nacional de Artistas no existía el divorcio que hay hoy entre educación y cultura. Hoy la educación privatizada es un buen negocio y parece que la cultura no se quiere quedar atrás.

Se sabe que desde la década de los noventa varios expertos han venido anunciando la muerte del Salón, incluyendo a José Roca y Jaime Cerón (hoy grandes consejeros y coequiperos de ArtBo). Yo mismo, que fui un gran defensor del Salón, me inclino ahora por su desaparición. El Salón Nacional de Artistas se convierte en feria o desaparecerá por completo.

Creo que el Salón Nacional de Artistas debería desaparecer y todo el dinero que se gasta en él debería convertirse en becas, premios y bolsas de producción para los que de verdad las necesitan. Así se dejaría de alimentar a tanto parásito burocratizado que revolotea en torno al Ministerio de Cultura» [texto completo en Razón Pública]

Seguimiento 

En su portal Liberatorio, Jorge Peñuela realizó entrevistas  y publicó distintas críticas a la estructura del Salón. Hizo también un seguimiento a discusiones en en los medios y en Facebook sobre el 44SNA:

«Recientemente Louis Larrota, lector inquieto con el 44SNA y Curare Alterno, reclama escritura crítica. En Facebook, propone superar la crítica a los dispositivos curatoriales y girar hacia la crítica de la obra, pues, tiene claro que  la crítica ajusta lo que tiene de ajustable toda obra de arte.  Afirma que:

“Cada quien hace una apuesta estética en la que lanza sus predicciones. A lo que siguen ciegos algunos es a que no hay criterio que lo abarque todo, no hay criterio que no excluya. En cada apuesta quedan muchos por fuera. Aquí Jorge Peñuela habla de que no quiere que el mercado imponga una imagen de lo que es el arte a través de los salones nacionales y habla de algunos artistas que escapan a esa lógica. Me parece significativo rescatar para la discusión que algunos de esos artistas que él reivindica en esta entrevista, como creadores que se escapan a las dinámicas del mercado y que hablan con verdad, están hoy en la exposición del 44SNA.
Esto es significativo porque podría direccionar la discusión en otros sentidos. Ya se ha hablado de mercado, de curadores, de exclusión y de manos oscuras, pero se ha dejado de lado las obras. Y esto ocurre en ambos casos, tanto en el 44SNA como en el Curare. Se empezó la discusión sin tener en cuenta a los artistas y las obras que componen los dos salones. No se ha evaluado de qué zonas provienen las propuestas; ni tampoco si son artistas de galerías o completamente ajenos al mercado. Si han expuesto en salones regionales o no. Es decir, se han expuesto nada más que prejuicios. Pues bien, ahí están las exposiciones.

Por lo que he visto hasta ahora, hay una participación de artistas desconocidos en los circuitos del arte que provienen de zonas muy diversas del país y que aportan nociones muy diversas sobre el territorio. Ya salió una primera mirada de Jaime Iregui y William Contreras que coinciden con Peñuela en mencionar a Ricardo Muñoz, que para esta ocasión, continua con la experimentación a través del vídeo. 
Destaco el aporte en Esfera Pública, donde se asumió el ejercicio de reflexión, un poco haciendo al lado los prejuicios con los que se vincula la institucionalidad y mejor evaluando reposadamente los hechos. Ojalá las futuras críticas se salgan de la comodidad en la que les gusta encerrarse y aterricen la mirada en lo que hay: un salón nacional y un curare alterno llenos de obras.” [texto completo en Liberatorio]

Del Salón como ruina, y las exposiciones paralelas

El artista Oscar Salamanca lideró un evento paralelo al 44SNA que con el nombre de Curare alterno, presentó una serie de curadurías, procesos de formación e intervenciones en espacios específicos de la ciudad de Pereira. El evento contó con el apoyo del Ministerio de Cultura y la Universidad Tecnológica de Pereira y «cuyo objeto consiste en articular los acontecimientos y prácticas artísticas alternas desde tres escenarios de producción, a saber, desarrollo del cronograma expositivo, de formación y posproducción»

En su portal hay un archivo completo de las curadurías y los procesos de formación. También un blog con textos e imágenes de exposiciones y en el que Oscar Salamanca publicó la siguiente crítica al 44SNA:

«Cuando se visitan las salas del salón uno piensa en metros versus poder, es decir, entre más grande la obra más significado político y económico representa. Con ellos nos devolvimos varios años a la guerra fría pero con la diferencia de que ya no hay polaridades seguras a quién achacarle algún tipo de representación como estado poder, sino que ahora la hipertrofía se plantea como una nueva época moderna sin banderas, a no ser que nos encontremos ante nuevas banderas de capitales que requieran perspectivas estratigráficas.

La ruina que nos presentan en el 44SNA es de chocolate, experimentos vagos de precariedad apoyados en lo bello pornográfico por encontrar belleza en lo miserable e incluso en lo pobre. Si antes, con la modernidad ecléctica, nos desgarrabamos por la paz lágrimas de sangre con pócimas de alambre de púas y arte comprometido con causas sociales, vemos en el 44SNA la adivinanza por hallar causas y si no las hay porque ya otros se nos adelantaron, entonces mundializamos las causas para hablar de territorio si es que con eso se refieren a la trocha» [curare alterno]

Dossier de textos y debates del Salón en esferapública

En las últimas versiones del Salón Nacional y los Salones Regionales se dieron debates que no tuvieron continuidad en las discusiones en esta versión:  la internacionalización del Salón y la representación de las regiones en el Salón Nacional.

Aquí algunas conversaciones y entrevistas sobre el 44SNA publicadas una vez el equipo curatorial define una serie de lineamientos iniciales.

Un Salón con Ambiente Familiar

Por RadioEsfera

Un Salón con Ambiente FamiliarDiscreto, acogedor y sin grandes discusiones, así parece que será el Salón Nacional de Artistas a inaugurarse en Pereira próximamente. Conversación con Guillermo Vanegas, curador del #44SNA con énfasis en la investigación regional.

De la Crítica como Destello a la Crítica del Salón

Por RadioEsfera

De la Crítica como Destello a la Crítica del SalónGuillermo Vanegas sobre la crítica en Internet, el tipo de balances que se hacen de la crítica, el surgimiento de nuevas plataformas, la crítica como destello mediático, la crítica pragmática, la curaduría (del salón) como crítica, la crítica al Salón, el desmedro de las instituciones del arte, las escenas en las regiones, el interés en la producción de obras para ingresar a un mercado, los planes para crear ferias de arte, las posiciones críticas en la costa y otras regiones.

Inti Guerrero: “Para el Salón Nacional me interesa fomentar un debate amplio sobre lo que entendemos por ‘extranjero’ e ‘importado’”

Por [esferapública]

Inti Guerrero: “Para el Salón Nacional me interesa fomentar un debate amplio sobre lo que entendemos por ‘extranjero’ e ‘importado'”A diferencia de las exposiciones de la industria y las artes, el ‘componente internacional’ del Salón de hoy, no se localiza en los proyectos civilizatorios de una clase dominante en busca de querer ser cosmopolita. En cambio, se trata de un proyecto cultural reflexivo y auto-crítico, consciente de las estructuras de poder y las ideologías que constituyen el estado-nación en nuestro propio momento de globalización. En otras palabras, lo nacional no es y nunca fue una identidad esencialista, pura y ajena a lo internacional. Es por lo tanto importante y sobretodo en nuestro presente, no ser una sociedad con producción cultural insular y proteccionista en un proyecto como el Salón. No es sano rechazar “lo extranjero” sino justamente tener la oportunidad de proponer un ‘internacionalismo’ que sea pertinente al contexto y diferente a las fuerzas del mercado cosmopolita.

¿Qué cambios trae el próximo Salón Nacional?

Por [esferapública]

¿Qué cambios trae el próximo Salón Nacional?En esta entrevista con [esferapública], Rosa Angel, Directora Artística del #44SNA responde a preguntas en torno a aspectos específicos de este evento, como los cambios que propone en relación con las versiones anteriores, la plataforma expositiva, los modos de participación de los artistas y la estructura de una propuesta curatorial que irá tomando forma y contenido a lo largo del próximo semestre.

Preguntas, preguntas, preguntas

Por Nicolas Gomez Echeverri

Preguntas, preguntas, preguntasLos debates de los Salones Nacionales de Artistas pareciera fomentar un particular fenómeno literario. Varios textos publicados en el portal dedicados a las versiones 41 y 42 del evento recurren a diferentes retóricas de interrogación en el que los autores proyectan su voz ante las instituciones responsables de la concepción y gestión del evento, ante los curadores al mando, pero rara vez ante los artistas…

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