aclaraciones -a partir del texto del agrimensor

Néstor y Esferapublica,

Muy interesante, muy buen texto, lleno de sugerencias… (¿aunque me deja «como un agrimensor»?). A mi no me interesa «defender la ley en el arte» -lo contrario, pensé que la controvertía-. Tengo que ver de qué manera es posible cuestionar la ley sin proponer una nueva ley: ¿qué distancia existe entre la crítica a las instituciones, la crítica institucional y la crítica instituída? Yo creo que para cada una de estas expresiones existen definiciones distintas con profundas repercusiones sobre el poder. ¿Es la crítica institucional otra forma institucional? ¿Por qué es tan especial esa forma particular de institución a la que hay que llamar «la institución estatal»? ¿Es el «outsider» otra institución? (yo creo que no, pero podría ser…). Hay que entrar a mirar que si bien la institución parece el lugar inevitable y final de todos los procesos, hay instituciones -o leyes, en términos suyos, Néstor- de diferente índole. ¿Qué diferencias hay entre los distintos sistemas de leyes? Estoy casi seguro de que el problema tiene su origen en afirmaciones de este estilo: el canon es el otro, la ley es el otro; afirmaciones en dónde hay un yo y un «los otros».

Es importante el giro hacia los nuevos autores, y creo que allí coincidimos, aunque de diferentes maneras. En la intervención «sin edición» dije que las curadurías consistían en la exhibición del curador por el propio curador: el curador es artista, crítico, curador y objeto principal de su exhibición. Toda curaduría vendría a ser un acto de autopromoción en un sentido «espectacular» que pasa desapercibido porque la curaduría es una costumbre -una ley, si lo quiere- en el arte. Me pregunto si Usted (Néstor) cree que yo padezco de ese miedo solapado a los objetos, y le pregunto si el miedo solapado a los objetos es al mismo tiempo un miedo solapado a las «obras»: ¿qué distancia existe en su texto entre los objetos y las obras?

Encuentro una ambigüedad en el texto alrededor de la función del agrimensor, pues como resultado de la lectura dedicada, por un lado asocio al agrimensor al defensor de la ley (¿un valor negativo?) y por otro lado, no entiendo la función «sana» de la delimitación, ejercicio natural del agrimensor.

La crítica debe proporcionar un marco para la obra, pero la crítica se inclina mas a menudo por adherirse a la obra, es decir, por hablar de la obra para decir que es «buena» y promocionarla en un medio intelectual o comercial (o en ambos a la vez, pues están vinculados). Por ejemplo, el ensayo ganador del Premio Nacional de Crítica 2006 (Olor de Santidad/Santiago Rueda Fajardo) obedece perfectamente al esquema de una crítica que es mero comentario de una obra, en este caso de -él sí, una verdadera institución del arte nacional-, Miguel Angel Rojas (bajo la tutela de otra institución poderosa: Natalia Gutiérrez). Leálo con cuidado y mire cómo el texto es un gran comentario, un desbocado «piropo intelectual». Aquí es donde trato de decir que hacer crítica y hacer «crítica de la crítica» son experiencias distintas, pues la crítica es comentario y la crítica de la crítica es otra cosa, algo a lo que yo aún le busco definición, acción -tal vez, como usted lo señala, algo demasiado en el marcode los objetos-, pero sin duda alguna, el problema es que toda crítica viene a ser al final una «afirmación de la identidad» y como tal, tiene los riesgos de lograr acumulación de poder.

Saludo cordial,

Pablo Batelli

PD. tal vez no exista un canon o una ley mas fuerte en arte que la ejecución de una curaduría. El llamado a mirar directamente las obras pone en riesgo la intermediación del crítico y del curador, pero también corre el riesgo de convertirse en una simple adhesión o comentario.

En esferapublica han circulado unas cuantas intervenciones enfocadas a «reducir» la crítica a una forma de contracanon: a mi manera de ver los envíos mas notorios son «Anticanonización: el saber diferencial de la crítica institucional» (Stefan Nowotny), «La institución de la crítica» (Hito Steyerl), y «El arte se repliega en si mismo» (Peter Sloterdijk). El artículo «Anticanonización» hace una fuerte crítica a un artículo escrito por Isabelle Graw que lamentablemente, puede leerse solo en alemán; sería bueno poder comparar las argumentaciones entre estos dos textos teniendo una traducción al inglés o al español. En el blog Esferapublica hay también enlaces a documentos escritos por Hakim Bey; estos documentos pueden también consultarse desde cualquier buscador.

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El imitador de voces – Transcripción

“El imitador de voces, Pablo Batelli, que ayer por la tarde fue huésped de la Asociación Oficial de Curadores y Artistas Representantes, se mostró dispuesto, después de su representación en el Palais de Tokio, al que lo había invitado la Asociación, a ir a con nosotros al Kassel, para allí, donde tenemos una casa abierta a todos los artistas, exhibirnos también su “arte”, naturalmente a cambio de un interesado honorario. Rogamos al imitador de voces, Pablo Batelli, que provenía de Oxford, Inglaterra, pero había ido al colegio en Bogotá y había sido en otro tiempo busca pleitos en B… que no se repitiera en Kassel, sino que nos representara algo completamente distinto de los de la Asociación Oficial de Curadores y Artistas Representantes, es decir, que imitara en el Kassel voces totalmente distintas a las del Palais de Tokio, lo que nos prometió a nosotros, que habíamos estado entusiasmados con el programa que presentó en el Palais de Tokio. Realmente, el imitador de voces nos imitó en el Kassel voces totalmente distintas, mas o menos famosas, de la Asociación Oficial de Curadores y Artistas Representantes. Pudimos formular también deseos, que el imitador de voces satisfizo con la mejor voluntad. Con todo, cuando le propusimos que, para terminar, imitase la voz de Pablo Batelli, nos dijo que eso no sabía hacerlo.”

Transcripción libre de Thomas Bernhard por Pablo Batelli