O porque un museo se interesa en acercamientos de doble via.
La tercera edición del Encuentro Internacional de Arte de Medellín, el MDE15, ratifica la vocación contemporánea de la institución que lo organiza. Para el Museo de Antioquia, el museo que cuida la más importante colección de arte histórico de la región, conciliar lo contemporáneo y lo histórico, superar su pretendido antagonismo, es una tarea que significa cuidar el presente para que mañana haya un pasado útil a las futuras generaciones; es decir, para poder seguir siendo en el futuro un museo que cuida el arte histórico.
En escritos y debates sobre el presente del arte y los museos, especialmente entre artistas y museólogos, la contemporaneidad institucional se ha venido entendiendo como un pensar desde lo público, o favorecer la posibilidad del uso público, al asumir una perspectiva cuyo punto de vista está plantado entre las audiencias del museo y no en los objetos de su colección. El museo contemporáneo se pregunta por las comunidades a las que sirve y les ofrece posibilidades de pensar y sentir a través de su programación, en la que cuentan, con jerarquía principalísima, las narrativas o historias que construye con sus exposiciones. Busca con el mismo interés acercarse a la gente y acercarla al arte.
El MDE15 surge de esta visión del afuera como centro asumida por el museo. Viene de atender tanto a nuevos modos de abordar el conocimiento, como al estado del arte actual en su contexto. En el museo, la mediación de las cosas que guarda y busca lo hace proclive a concepciones del saber más integradoras, que aceptan mejor las mezclas, los cruces, las transversalidades. Como la vida actual, su saber está crecientemente interconectado a otros saberes y es un fenómeno cada vez más urbano. Sobre el devenir del arte hoy se puede esbozar brevemente que desde hace varias décadas el objeto artístico ha ido perdiendo su lugar exclusivo como centro del sistema del arte; quizás porque hemos venido aceptando que somos algo haciéndose, que nos hacemos al vivir, hemos venido aceptando que en el arte también cuentan los procesos, no sólo el objeto artístico. Para fortalecer esa cultura del presente el MDE15 convoca a las prácticas artísticas a revisar los aspectos éticos de los procesos de transformación urbana; usa sus medios para contribuir al pensamiento sobre la ciudad.
De allí los tres componentes del evento: el expositivo, conformado por las obras que van en las salas del museo y en los Espacios Anfitriones (que explicaré más adelante), además de las distintas comisiones que se despliegan en el espacio público; un segundo componente llamado MDE Expandido, el cual integra la programación concertada con instituciones culturales que quisieron afiliarse a los temas del proyecto. Dichas actividades aparecen como: 1) Seminarios, conversatorios y talleres, 2) Eventos, exposiciones e intervenciones, y 3) Investigaciones y publicaciones. El tercer componente agrupa las Actividades Paralelas, aquellas que también inciden en la transformación urbana, aún cuando sea desde lugares distintos a los del MDE15.
Esa trama se inserta en la ciudad. Las obras tienen edades diversas incluyendo comisiones que incitan a pensar sobre los cinco temas de “Historias locales / prácticas globales”. Buscan hacerlo al exponer las narrativas que dan cuenta de ciertos mecanismos de ajuste para sobrevivir a los cambios, por parte de grupos urbanos específicos; o lo hacen señalando situaciones similares en otras ciudades que, como Medellín, también reciben el impacto de migraciones, violencias y conflictos. Son 98 proyectos de 59 artistas, de los cuales 86 se ubican en sala; obras como el dibujo enorme de Camilo Restrepo, la instalación de Libia Posada, los videos de Amar Kanwar, Adrian Paci, Magdalena Fernández, Anri Sala y muchos otros; o la instalación sonora de Yoel Díaz Vásquez, la única pieza de sala en la Casa de La Música, en el Parque de los Deseos.
Las comisiones en el espacio público son tan diversas como el mini cable de Sislej Xhafa en La Alpujarra para enviarle cartas directas al Alcalde; o la caminata con los ojos cerrados por la ciudad, asistida por Myriam Lefkowitz; o las fotografías de Annaleen Louwes en los dispositivos que EPM nos cedió para ubicarlas en la Plaza Cisneros.
Los Espacios Anfitriones son centros autos gestionados, dispersos por Medellín; once de ellos crean una sinérgica red de intercambio y encuentro en el MDE15. Su flexibilidad respalda proyectos como una cena en el comedor de la casa de “PorEstosDías”, o en el parque de San Joaquín por invitación de “Proyecto NN”; o las derivas por el centro lideradas por “Rizoma Ultravioleta”; las puestas en escena del Teatro del Oprimido en “Corporación Nuestra Gente”; el jardín urbano que “Un-locker” llama Jardín de las Delicias; el documental que recoge cinco historias sobre música urbana, de “Casa de las Estrategias”, o las exposiciones de residentes invitados por “Platohedro”, “Casa 3 Patios”, “Campos de Gutierrez”, “Taller 7” y “El Puente-Lab”.
Al sumar a lo anterior las muchas Actividades Paralelas de tantas organizaciones a las cuales el Encuentro les ofrece visibilización en el Corredor de Ciudad, en su sede principal, y en el espacio –valga el trabalenguas- para Encuentros MDE15 en la Casa del Encuentro, puedo asegurarles a los lectores que el MDE15 está en la ciudad y los espera a todos, a partir del 6 de Noviembre y hasta el 8 de Marzo del próximo año.
Por Nydia Gutierrez
Directora Artística MDE15