En 2007 Doris Salcedo excavó una grieta de 167 metros en el denso piso de concreto de la antigua sala donde funcionaban los generadores de electricidad del una vez Bankside Power Station. El edificio moderno, que para Salcedo es un símbolo de capitalismo y de relación amo-esclavo[1] es hoy el Turbine Hall del Tate Modern, el espacio donde consagró su nombre de artista política y estrella mundial bajo el mecenazgo de Unilever que desde hace una década financia exposiciones anuales como parte de su política de compromiso social. Shibboleth, que costó 300.000 libras esterlinas, fue una grieta política: “porque toda obra de arte es política (…) la naturaleza del arte es política”[2].
Los entrevistados del Cuestionario Bellini acordaron que no es ético en el arte que el artista no sepa (o aparente no saber) para quien trabaja. Precisamente el mecenas, para quien el artista trabaja, es quien define cómo se hace y qué dice ese trabajo. Lucas Ospina: considere para el próximo Modus Operandi un ciclo de Arte & Mecenazgo donde se repase el tema desde los Medicis hasta Unilever y las supuestas libertades del artista al servicio de los intereses que motivan toda comisión.
Una rigurosa investigación realizada por Carlos Salazar, basada archivos de medios de comunicación y reportes de ONGs, arrojó obscenas cantidades de información sobre violaciones a los derechos humanos que van desde “gente que ha sido expuesta a odio racial”[3]hasta explotación y esclavitud infantil[4]en países tercermundistas por parte de Unilever.
¿Y por qué Salcedo, una artista del tercer mundo se alió con la corporación en contra de sus comunitarios? Porque no hay noticia del primer artista de retórica política que haya rechazado el competido cupo en el London scene. Menos un cheque gordísimo a nombre de su heroísmo que escondido en un caballo gigante de madera y ya en el interior de las instituciones se auto convence que desde allí derrotará al enemigo.
Sin embargo esa lucha tan contemporánea, tan trendy, hasta ahora no ha tenido más triunfos que masivos cubrimientos mediáticos, extraordinario fortalecimiento de la reputación del artista-héroe, y una interminable lora sobre compromiso social que hasta la fecha, dos años después de la grieta no ha protegido al primer niño menor de 15 años de la explotación y envenenamiento por pesticidas en los campos de algodón que Unilever posee Andhra Pradesh. Y todo, desde el delito hasta la complicidad, sigue impune.
Impunidad que además de ser otro interesantísimo tema para un ciclo, es en el modelo corporativo de Rockefeller, la manifestación del espíritu filantrópico que comenzó a poseer su cuerpo, una vez que había conseguido una fortuna desmesurada que comenzó a punta de emborrachar al Ejercito de la Unión y que incrementó con su “Standard Oil Company” con espionaje industrial, soborno a políticos y demás canalladas.
Y así Unilever continúa con la receta del precursor de la era corporativa que con su compromiso con el “otro” y la retórica de artistas como Doris Salcedo rediseñan una situación en nada filantrópica.
“Adoro las fiestas de políticos. Es el único lugar que nos queda donde no se habla de política”[5] decía Lord Goring con el típico wit del dandy. La fiesta del arte político, con todos sus Shibboleths habla más del gusto de una época que de política. Su ataque al Statu Quo es como el artista político llama vivir de él, alimentarse de él y consagrarse gracias a él. A dos años de la grieta de Unilever, el Statu Quo es el gran mecenas.
Francesca Bellini Joseph
notas
[1] Richard Cork. Interview with Doris Salcedo. Financial Times. Sep 29, 2007 http://search.ft.com/ftArticle?queryText=salcedo+interview+cork&y=0&aje=false&x=13&id=070929000337&ct=0
[2] Salcedo, Doris http://www.youtube.com/watch?v=NIJDn2MAn9I
[3] Sqalcedo, Doris http://www.youtube.com/watch?v=NIJDn2MAn9I
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7 comentarios
La presentacion que hace Francesca Bellini del debate desencadenado en esfera publica por la intervención de Doris Salcedo en Turbine Hall tiene la virtud de subrayar involuntariamente el principal defecto del mismo: la escasa o ninguna atención que la mayor parte de los que participaron en dicho debate prestaron a lo que realmente hizo Salcedo. Es cierto que la propia artista contribuyó a ese desvio de la atención con sus declaraciones a la prensa londinense en las que explicó que dicha intervencion obedecia al propósito claramente politico de llamar la atención, en un escenario tan sobreexpuesto mediaticamente como es de hecho Turbine Hall, sobre los mecanismos de exclusión y marginacion que imperan actualmente en el mundo. Y de los que tanto la fractura irremediable del suelo de la antigua sala de turbinas como el propio título impronunciable de la misma serían emblemas o metáforas contundentes. Pero aún así, aún contando con esta decisión de su propia autora, sigo creyendo que el debate se sesgó de tal manera que bloqueó la posibilidad de tomar seriamente en cuenta la excepcional experiencia estética ofrecida por dicha obra, que no podia ni puede – así hayan pasado dos años y pasen unos cuantos mas – ser reducida a una mera lectura política de la misma. Si algo singulariza o especifica la obra de arte es precisamente su capacidad de desbordar o sobrepasar los condicionamientos, las determinanciones, los limites y las servidumbres que inevitablemente le imponen la coyuntura histórica, el régimen social y político en el que se inserta, el público, el mercado, el comitente y aún las propias conciencia y voluntad del artista. Es por eso por lo que es libre, por esa capacidad suya de sublimar las condiciones que lo hacen posible y de ofrecernos con esa sublimación a todos un modelo efectivo de liberación de todo lo que se nos impone diariamente como una obligacion o una necesidad inexotable. El arte por ser libre lo ha sido hasta de ese auto proclamado ´mundo libre´ que, como bien se sabe, intentó utilizarlo como ´un arma de la guerra fría ´, tal y como lo documentó Serge Gilbaud en una obra clásica sobre el tema. Pero, insisto, el debate se sesgó y en gran parte por responsabilidad de Carlos Salazar que por medio de una serie de intervenciones muy brillantes centró el debate en los mismos términos a los que ahora da pábulo Francesca Bellini y que se reducen a considerar eticamente inaceptable que Doris Salcedo haya aceptado el patrocinio de Uniliver para realizar una obra que su propia autora considera de denuncia politica. Si ella denuncia el capitalismo ¿ porque acepta el dinero y la oportunidad ofrecida por una multinacional que es una representante ejemplar del mismo, incluso en sus prácticas raciastas y violatorias de los derechos humanos en el Tercer Mundo?- viene a preguntarse Francesca Bellini, tras la huella de Salazar. Y es tal su identificación con la tesis de mi admirado pintor, que ella llega a escribir que ¨ Precisamente el mecenas, para quien el artista trabaja, es quién define cómo se hace y que dice esa trabajo¨. Esta afirmación es, cuanto menos, inexacta porque Uniliver no actúa así, por lo menos en el terreno definido por su patrocinio del programa de artistas invitados a intervenir en Turbine Hall. Yo, por lo menos, no conozco ningún documento ni ningún testimonio que de fe que a cualquiera de dichos artistas la multinacional les haya impuesto nada sobre el alcance o el contenido de sus trabajos. Por abstenerse se abstiene incluso de elegirlos,que bien se sabe que los elige un comité externo de expertos que por su parte no impone nada a ninguno de los artistas que ellos mismos han elegidos. Y si Uniliver se comporta así, con tan exquisito respeto a la libertad artística, quizas sea porque si actuara de otro modo, si pretendiera como los canónicos de la contrarreforma católica imponerle a los artistas el qué y el cómo de sus obras, sabe que sólo encontrara rechazo en el mundo del arte. Y´que por ese rechazo fracasaría su estrategia de lavar, mediante un mecenazgo libérrimo, una imágen empresarial seriamente dañada por la labor de quienes se empeñan en denunciar las prácticas abusivas de Uniliver en el Tercer Mundo. Son esta clase de matices – reveladores de la complejidad de un mundo tan contradictorio como de hecho lo es el nuestro – los que Francesca no tuvo en cuenta en el momento de escribir que ¨todo, desde el delito hasta la complicidad sigue impune¨
El asunto sobre arte y política se ha puesto tan interesante (y tan de moda) que es el momento oportuno de llevarlo al nivel de una persona que sí entienda plenamente los temas de la política y lo público y que, por sobre todo sea una persona que sí se haya preparado para enfrentarlos.
Considero que es momento de pasar de la esfera de la intuición al escenario de la experiencia y tratándose de un debate sobre ética, justicia y otros “matices”, asumí que el lugar ideal para buscar a esa persona era La Corte Suprema De Justicia de Colombia.
Francesca Bellini Joseph: Honorable Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, Sr. Jaime Arrubla, buenas tardes. ¿Sabe usted quién es Doris Salcedo?
Jaime Arrubla: No.
FBJ: En el 2007 ella hizo una obra en la Tate Modern de Londres (Me dispuse a contarle sobre la obra…).
JA: No identifico a la artista pero si leí sobre la obra en alguna revista.
FBJ: Desde su perspectiva como magistrado de justicia, deme su concepto para el siguiente caso: una artista recibe varios cientos de miles de libras esterlinas de una corporación cuestionada por sus actividades en países del tercer mundo que presuntamente incluyen, esclavitud, explotación infantil y racismo. La artista acepta el dinero a plena conciencia y con él hace una obra en homenaje, según ella, a las víctimas de la esclavitud, la explotación y el racismo.
JA: No es conveniente que esa persona reciba ese dinero y pretenda con eso lavar el nombre de una institución éticamente cuestionada. Cuando se trata de una actividad moralmente reprochable no debe haber ningún tipo de colaboración. Me parece un ataque grosero a las víctimas que lo que necesitan es ser reparadas y saber que hay justicia. La reparación no se puede entender como una especie de “presentación buena” de un asunto irregular.
FBJ: De las siguientes opciones, dígame en su opinión que necesitan las víctimas del mundo:
1. Más arte o mejores leyes.
JA: Mejores leyes que garanticen la reparación de las victimas
2. Artistas o abogados.
JA: Abogados que reclamen los derechos de las víctimas.
3. Obras de arte o asistencia económica.
JA: Asistencia económica que puedan satisfacer sus necesidades vitales.
FBJ: Algunos artistas dicen que el arte tiene la capacidad de hacer temblar al estado mismo. ¿Alguna vez se ha sentido usted, en calidad de Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, amenazado por el arte?
JA: No. Todo lo contrario. El arte es muy importante porque es una manifestación del pensamiento que identifica a una generación y un pueblo. El arte es bienvenido pero de ahí a que me signifique una amenaza, nunca.
FBJ: ¿Usted contrataría a un artista para ser su alto consejero?
JA: Depende del conocimiento del artista. En materia legal, no.
FBJ: En este foro hay algunas personas que piensan que el arte no se debe subyugar a la ética.
JA: No solo el arte sino la vida. La ética está por encima de todo.
Al final de nuestra conversación le pregunté al Magistrado Jaime Arrubla, Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, si él estaría interesado en invitar a Doris Salcedo a su despacho para discutir estrategias que beneficien a las víctimas y así hacer de este mundo, un mundo más justo (dado que el deseo de justicia le son común al Magistrado Arrubla como a Doris Salcedo). Él me respondió que dado los antecedentes, no estaría interesado por el momento…
PD: Carlos, estas en lo correcto. Fue la propia artista la que explicó que “dicha intervención obedecía al propósito claramente político de llamar la atención sobre los mecanismos de exclusión y marginación que imperan actualmente en el mundo”, fue ella también quien redujo su propia obra “a una mera lectura política de la misma” y compruebo nuevamente que compartes más de lo que aparentabas con tu pintor favorito Carlos Salazar: en el arte la experiencia estética, la belleza, es lo que cuenta.
NOTA: Esta entrevista le pertenece a Francesca Bellini Joseph y fue realizada exclusivamente para Esfera Pública. No se autoriza su reproducción en ningún otro medio y su interpretación es exclusiva al contexto del debate “A un año de la Grieta”.
est[ética]
(de la serie ‘Can you hear us? / ¿Puedes oírme?’ – intervención a la obra ‘Shibboleth’ de Doris Salcedo, Turbine Hall – Tate Modern, Londres 2007)
Santiago Escobar Jaramillo
(www.flickr.com/photos/escobart/)
La responsabilidad social la no violencia…
Artistas que reflexionan, solo reflexionan, su campo de acción es corto y por eso reflexionan con obras, que a su vez dan reflexiones sobre las problemáticas reflexivas humanas.
Depronto los artistas no alimentan a ningún niño del Africa por que su papel es solo reflexionar, al igual que el poder detrás de lo que hacen, se vuelve una cosa débil que no acarrea mayor cambio y así debe ser; siendo de otro modo tales obras no existirían nunca pues ningún primer país las mostraría si fuesen realmente amenazantes. las cosas operan bajo los códigos de las cosas.
Muy inteligente la decision de Francesca Bellini de apelar a un especialista en cuestiones jurídicas, como es Jaime Arrubla, el vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, para que dicte sentencia en torno a nuestra discrepancia sobre el sesgo que se impuso en el debate en torno a la obra Shibboleth de Doris Salcedo. El problema es que dicho juez analiza el caso y lo juzga, no como lo que se supone que es, un probado especialista en leyes, sino como alguien investido de autoridad en ética. Y lo que yo me pregunto, desde la mera intuicion obviamente, es si la Ley y la Etica son una y la misma cosa y, en el caso de que sean distintas,¿ quién, cómo, atendiendo a qué código explicitamente formulado y siguiendo qué procedimientos claros y precisos, juzga y decide en materia ética?. Ojala Francesca tenga la oportunidad de que el propio doctor Arrubla nos aclare esta compleja cuestion a quienes siendo legos en materia de leyes tenemos sin embargo la suficiente vida y experiencia empírica encima como para intuir que, para bien o para mal, la ética no está por encima de todo.
Un recipiente roto, decian los cabalistas , es el mundo fenomenologico o material, igual al mito de Luz-bel, o angel caído;
la grieta o causa del rompimiento estaria en la esfera de Malcut o «el Recipiente», como ultima «emanación » de la primera esfera, Keter.
El trabajo de Salcedo tituládo Shibulet, es una palabra hebrea, que en el hebreo moderno vendía a ser algo como huelga o reunion (ilegal).
Los tres filosofos(contemplando una grieta), Girgone.
bien podr
De Doris Salcedo me interesa solo su resultado estetico y su cercania a ese arte sublime sujeto a la linea que ha estado presente a lo largo de toda su obra y que me lleva a ver en sus armarios repletos de cemento a Mondrian y en su Neither a Morellet y Sol Lewitt, pero no ese «discurso» que quiere imponer la artista al presentarnos su obra, Salcedo expresa su desacuerdo contras las maquinarias del poder pero hace parte de el,no es solo su excelente arte que la lleva a que Uniliver la escoja para la turbine hall de la Tate Gallery; alli White Cube la galeria que la expone tiene mucho que veren decidir y senalar quien sera el artista a exponer en las grandes vitrinas publicas del arte mundial!!!lea Tate Gallery, MoMa etc lamentablemente asi es el mercado del arte actual.
Todas estas razones anteriormente mencionadas me hacen dudar del discurso social que pregona Salcedo y lo veo muy lejano de ser verdadero…
Para finalizar comparto plenamente lo que dice Carlos Salazar: en el arte la experiencia estética, la belleza, es lo que cuenta. Y creo finalmente debe ser el objetivo de todo artista!!!