albarracín

Queridos amigos:

Qué poco tengo por decir en este momento, hoy cuando hasta la voz he perdido porque, de manera abusiva y muy poco consensual, he recibido esta bofetada bajo la forma siniestra de un perverso homónimo. Hoy, cuando hasta el nombre he perdido a manos de una caterva de desadaptados que se esconden bajo la máscara de mi humilde apellido, propio de albañiles desmueletados en comerciales de los 80, para crear confusión en la opinión pública y dar testimonios irresponsables que no darían, de hacerlo a nombre propio.

No siendo suficiente esta abyecta y sombría lógica propia de delincuentes y terroristas, he visto cómo ese otro u otros intentan, con argumentos lastimeros y muy pobres estrategias narrativas, hacernos hablar. Forzarnos, picarnos, invitarnos, suplicarnos que les contestemos, sin saber a qué o quiénes les hablamos. Que discutamos sus brillanteces, que elogiemos sus críticas y las hagamos nuestras. Que seamos dóciles frente a la estupidez de su afrenta, que sonriamos frente a un chiste que no lo es.

Como ciudadano de bien, con derecho al buen nombre que aún pueda quedarme, les pido a TODOS ustedes que contribuyan delatando al impostor, haciéndole saber que su oratoria de oropel es mal vista y sus argumentos, esos tan pocos comentados, no invitan al debate sino a ese sueño pesado e incómodo de quien ha comido fríjoles y chicharrón a altas horas de la noche. Ah, suerte de ventorrillo fétido que como peste se ha ido filtrando en el entorno de nuestra esfera.

Es sabido que el verdadero Jacinto Albarracín está muerto, y supongo, se revuelca en la tumba al ver la forma abusiva en que su nombre, resplandeciente en el pabellón de los mártires de la libertad en nuestra nación, se ve utilizado para darle piso a debates tan pequeñoburgueses como los impulsados por el falsario. Compañero, si va a usurpar un nombre, al menos hágalo coherentemente.

Propongo aquí, abiertamente, que todos los comentaristas sean acreditados con carnet, y que sus opiniones sean evaluadas por los lectores, debiendo esforzarse en obtener buenas calificaciones quien pretenda seguir usando este sacrosanto foro. Esto se verá retribuido en el aumento de la calidad de las intervenciones y en una gestión más transparente de las opiniones aquí expresadas. Por otro lado, servirá como aliciente para hacer más interactivo el entorno, más democráticos a los usuarios y más feliz a una comunidad en adelante formada por ciudadanos y no por maleantes.

No veo cómo puede llegar a ser posible que, tras años de haberme involucrado como silencioso y receptivo miembro de esta comunidad, sea a ese otro, el impostor, a quien se le invita a degustar las deliciosas almojábanas y el tintico mañanero de los martes. No entiendo ya este mundo en que vivimos tan lleno de sombras y sinsabores. Es un mundo que parece de película, de una muy mala de domingo en la tarde. O no de una, más bien de muchas, sonando en sus bastardos doblajes a un castellano paupérrimo e ininteligible simultáneamente.

Les ruego, volvamos a los valores de antaño, esos que tanta falta nos hacen hoy.

Un saludo cordial del único y verdadero,

Víctor (Gonzalo) Albarracín (Llanos)
c.c.:79’695.652 de Bogotá