El arte público no solo se emplaza en un lugar: se expone al tiempo, al clima y, sobre todo, a la mirada de los otros. Conversamos con Elkin Rubiano -miembro del comité curatorial de la Bienal- en torno a las tensiones y transformaciones de dos obras de la Bienal de Bogotá que ponen a prueba la idea de lo «público» como territorio estable.
Las tensiones que atraviesan ambas obras son también preguntas sobre el papel del arte en la ciudad. ¿Debe el arte resistir el deterioro o abrazarlo como parte de su sentido? ¿Puede un pedestal vacío decir más sobre la historia que cualquier estatua? ¿Qué significa la autoría cuando una obra es intervenida, apropiada o reinterpretada por el público?