de tal peso histórico

Enfrentarse a vivir una experiencia en un museo no es una decisión que muchos (entiéndase cantidades, masas) tomen muy a menudo, escoger un museo de tal peso histórico como el Colonial, haría retroceder a algunos o en el mejor de los casos encarnar el papel de turista culto que asume la tarea de instruirse sobre la historia de la ciudad que visita.

Sin embargo, el Museo Colonial de Bogotá, a diferencia de otros, se hace interrogantes específicos (no busca solucionar todos y cada uno de las problemáticas que se pueden desarrollar a partir de un período tan amplio como es el colonial) y busca solucionarlos de manera pedagógica para una variedad de público.

Por otro lado es sabido que el museo se ha atrevido a incluir temporalmente intervenciones de artistas como Rolf Abderhalden, María Teresa Hincapié y José Alejandro Restrepo, que renuevan e innovan la exposición permanente y le dan una nueva definición a la idea de museo histórico.

En la actualidad, el museo asume la tarea de incluir en sus exposiciones intervenciones de orden museográfico que recrean, ilustran e incluyen al espectador en las exposiciones.

En una de sus salas se encuentra la exposición «El alma de la devoción: la imagen religiosa en el mundo colonial», en su guión curatorial incluyen una reflexión acerca de la evangelización y las estrategias que usaron los colonizadores para esta misma misión. La exposición se entiende en su totalidad sí se está acompañado por un guía, de lo contrario el espectador puede llegar a pasar por alto varios detalles importantes que ayudan a la comprensión total de esta exposición.

En el segundo piso se expone «El oficio del pintor». De entrada se encuentra la recreación de un taller de un pintor de la Colonia, que es una mezcla de instalación y diorama, de repente el espectador se encuentra entre sillas, mesas, pinceles y cuadros a medio empezar, que producen un efecto de experiencia sobre el público. De la voz del guía casi se puede ver a los aprendices y al maestro. En la siguiente sala de esta misma exposición, se presentan varios cuadros de la Colonia con una clara explicación de como fueron elaborados e incluso, se muestran algunas estrategias de los pintores de la época.

«Retratos de Poder» es la última de las exposiciones que propone el museo, es una muestra selecta de diferentes miradas y posiciones en que se retrataba en la Colonia, por supuesto desde una posición de poder. Los retratos están clasificados en diferentes temáticas como son donantes, defensa de tesis, ostentación, infantil y retrato hablado. Aparte de estas pinturas de gran formato, se incluyen en esta muestra vajillas con escudos, un bastón de mando, unas monedas y un abanico. Finalmente está un marco vacío, en la ficha de al lado están las preguntas: ¿Con que objetos personales se retrataría?, ¿Que ropa utilizaría? ¿Que postura adoptaría?, esta es una de las estrategias que utilizó el curador para incluir al espectador en la muestra.

En general, el ambiente del museo es asegurado por los rigores de la historia, no hay duda que lo presentado en este lugar carga con gran sentido histórico e incluso con el peso de «la verdad absoluta». Es muy visible la dirección de los historiadores, ya que la curaduría le apuesta a narrar la historia de la Colonia de manera temática, con la intención de facilitar la lectura del espectador, esto responde al mismo principio en que la historia se ha enseñado, de esta manera no se hacen relaciones entre los tres ejes temáticos sino que se ven como hechos aislados.

El museo en su guión curatorial no asume criticas importantes sobre el período en cuestión. El museo es una ilustración, una máquina del tiempo que intenta recrear tres aspectos importantes del período colonial, resumidos en la evangelización, la producción artística y la representación del poder.

Al salir, el espectador se queda con ciertos datos y detalles que le dan una idea general y superficial del período colonial en Colombia, con los interrogantes sobre la inclusión de la fé católica muy bien ilustrados (mas no problematizados) por imágenes producidas en la época, con una clara idea de como y en que contexto se producían las imágenes y la posición del artista. También nos muestra, con su discurso único de historiador, la afortunada posición de quienes tenían el poder. Sin embargo no es fácil que el espectador relacione todos estos importantes aspectos para así adquirir un concepto claro de lo que era la Colonia.

Lina Castañeda