Además de enfrentar constantes críticas por el uso exagerado de Bótox, lo último que se supo de Marina Abramovic fue que se disculpó por un reclamo que le había hecho a Jay Z por incumplir con una donación que le había prometido (por la participación de la diva en su documental Picasso Baby). Por estos días la Abramovic debe estar iracunda, Ulay la demandó por apropiarse de obras que realizaron conjuntamente. Aquí la noticia en El País (de España):
La artista de performance más conocida del mundo, Marina Abramovic, ha sido demandada por su excolaborador y compañero sentimental, el artista alemán conocido como Ulay, a raíz de una disputa sobre las obras que crearon conjuntamente antes de su ruptura.
Abramovic y Ulay fueron amantes y crearon juntos numerosas obras de performance, fotografía y vídeos, antes de su separación en 1988. Cuando ambos sintieron que se extinguía el amor, hicieron un pacto: recorrerían la Muralla China, cada cual desde un extremo para encontrarse en el centro, darse un fuerte abrazo y no volver a verse. No obstante, su reencuentro saltó a la fama en 2010, durante una obra en el MoMA de Nueva York en el que Abramovic se sentó en una silla en una galería durante ocho horas al día para que los asistentes se sentaran frente a ella y la miraran a los ojos. Cuando Ulay tomó inesperadamente un asiento, se puso a llorar y se inclinó para agarrar sus manos. Aquel vídeo del encuentro fue visto por millones de personas en YouTube.
Ahora, el tierno momento ha sido desterrado al olvido por el proceso judicial iniciado por Ulay en el que afirma que Abramovic ha violado las condiciones de un contrato que firmaron en 1999, relativo a las obras que habían creado juntos. Ulay asegura que Abramovic ha pedido a las galerías que la muestren como única autor de sus trabajos conjuntos, en contra de los términos del contrato, ha mentido sobre el precio de la venta de las obras y le ha pagado sólo en cuatro ocasiones en el curso de 16 años.
«Mi cliente no quiere hacer comentarios sobre las acusaciones, porque son difamaciones. Mi cliente considera que esta demanda es abusiva y destinada a dañar su reputación en público. Ella va a defender sus derechos y la reputación por todos los medios legales», ha explica Abramovic a «The Guardian». El caso será abordado por la corte de distrito de Amsterdam a finales de este mes.