¿Qué tan pública es la Galería Santa Fe?, ¿qué sucedería si la trasladan lejos del centro de la ciudad?, ¿cómo acercarla a la gente?, ¿qué piensan los artistas jóvenes de esta situación?
¿Qué tan pública es la Galería Santa Fe?, ¿qué sucedería si la trasladan lejos del centro de la ciudad?, ¿cómo acercarla a la gente?, ¿qué piensan los artistas jóvenes de esta situación?
¿Qué tan pública es la Galería Santa Fe?, ¿qué sucedería si la trasladan lejos del centro de la ciudad?, ¿cómo acercarla a la gente?, ¿qué piensan los artistas jóvenes de esta situación?
4 comentarios
Vía Cruces por la Galería Santa Fe
Sin duda alguna, son los jóvenes quienes tendrán la última palabra, si así lo deciden. Estos jóvenes miran más allá de lo que permite ver nuestra burocracia estética y académica. Son pocos, pero los cambios en nuestras maneras de pensar no son iniciativas de las multitudes. Tampoco el arte contemporáneo.
Hablan de que la Galería Santa Fe es nuestra y que no aceptan su exilio. Es la primera vez que oigo algo tan determinante acerca de este patrimonio que vamos a perder, y a lo cual muchos no nos hemos resignado, así a veces el silencio que impone el statu quo nos haga perder el aliento. Muchachos: muchachas: ¡la suerte está echada! Ante el anuncio de la decapitación del arte contemporáneo en Bogotá por cuenta de esta Administración, ya no podemos dar vuelta atrás, así corramos el riesgo de quedar como enemigos de nuestra burocracia estética local. Esto finalmente no es un riesgo sino una oportunidad de mejorar nuestra presencia en la ciudad ¡Animémonos! ¡Defendamos el poco patrimonio de las artes que las políticas liberales nos han permitido conservar.
Ojalá otros jóvenes se unan a estas acciones Vía Cruces por la Galería Santa Fe, y que estos jóvenes persistan en su compromiso con su futuro, el de la ciudad y sus artes.
Maestro Jorge, con todo respeto. En el video se aprecia una discusión y cada uno tiene su opinión. Se habla de lo lejos que está el arte de la gente, no saben ni les interesa qué es el arte contemporáneo, que la galería sólo es para una élite de artistas y que a muy pocas personas les interesa lo que suceda con esa galería.
No entiendo por que sus consignas y llamados a la marcha si lo que se ve son argumentos encontrados.
Mi Galería, la Galería de todos.
Hola Jairo:
Saludos:
En efecto, hay varias ideas encontradas en el debate que realizaron ustedes, y yo me dejé llevar, arrebatar por el entusiasmo, cuando en los primeros planos uno de los activistas cuestiona el traslado de la Galería a “una isla desierta donde no pasa nadie”; el mismo que más adelante dice: “que no se la lleven a donde no transite nadie”, como respuesta a las intervenciones provocadoras, antitéticas de los otros protagonistas, que en mi opinión son un recurso técnico, dialéctico si se quiere, legítimo por demás, para provocar las respuestas que se dieron. Como toda estrategia dialéctica, la verdad no está en las opiniones encontradas que ustedes manifestaron. Está en los resultados que se alcanzaron con la puesta en público de nuestro problema. Esto es, apersonarnos del destino de la Galería Santa Fe y del arte contemporáneo que pensamos en Bogotá, una ciudad con casi 8.000.000 millones de habitantes, que esperan de sus artistas plásticos y visuales, algo más que bodegones, retratos de nenas aristocráticas, o paisajes decimonónicos.
La Santa Fe, “mi galería, la galería de todos, que ese espacio no se pierda”, es otra de las consignas de quien provoca el debate. Jairo: estoy de acuerdo con usted en que de paso otros antagonistas, están aprovechando la ocasión para poner en tela de juicio el arte contemporáneo. Al respecto, digo que esto me suena a populismo, pues, a través de todo el siglo XX, el arte avanzado estuvo más allá de su época. En mi opinión, no debemos preocuparnos por esto, deque la Galería Santa Fe no sea un lugar para espectáculos masivos. Con una tradición plástica de más de un siglo de ideas estéticas contestatarias, no le pidamos a los artistas contemporáneos lo que ya no pueden ofrecernos: entretenimiento. Estamos hasta cuello de la basura mediática encarnada en nuestras actividades “culturales”. Las ideas que surgen hoy en nuestro contexto exigen estrategias diferentes para pensar nuestra época. Todo arte es póstumo, el artista responde a las generaciones que están por venir.
Cuando uno de los antagonistas pregunta por aquello que las directivas burocráticas más socorridamente se preguntan, es decir, qué hace una Galería de Arte en un Planetario, la respuesta es, pues, ¡hombre, eso es todo lo que hemos logrado sacarle a la venalidad de nuestra burocracia capital! ¡Un pedacito de un edificio que Gloria Zea logró prestar y que otros protagonistas lograron conservar hasta hoy. Jairo: somos muchos los que estamos dispuestos a no perderlo, como defiende el joven de los primeros planos, con quien me identifico y a quien tomé, no creo que equivocadamente, como símbolo y verdad dialéctica de lo que ustedes finalmente querían tratar.
Ahora bien, cuando usted me reclama el por qué estoy profiriendo consignas y llamando a una marcha, muchachos, es por lo siguiente. Cuando una discusión académica se lleva al espacio público –la incomprensión del arte contemporáneo y su relación con las masas–, deja de ser académica y se vuelve activismo, es decir, se transforma en un problema político. Jairo: los problemas de la Galería Santa Fe y el arte contemporáneo en Bogotá hoy son un problema político por dos razones: 1) Nos quieren quitar arbitraria e improvisadamente un espacio que ya no es del Planetario, que dejó de serlo hace cuarenta años, pues, los artistas lo colonizaron con muchas horas de trabajo a cambio de nada; la mayoría de ellos lo hicieron “por amor al arte”, tal y como ustedes están hoy pensando. Y este espacio es de ellos, de ustedes, así no tengamos conciencia artística, ni de nuestro patrimonio. El Planetario no nos puede aplanar así como así; no puede lucrarse del trabajo simbólico que allí se ha desplegado. 2) La Galería Santa Fe no tiene relaciones más amplias con la ciudad, porque la burocracia estética de la ciudad no tiene imaginación. Una ciudad de casi 8.000.000 de habitantes debería contar hoy con un Centro de Arte Contemporáneo para que mediante estrategias pedagógicas se lleve la ciudad a los artistas. A los administradores de la Galería les ha faltado más garra, más deseos de acompañar sinceramente las actividades artísticas que allí se han ejecutado: ¿vincularon a las universidades mediante alguna estrategia, o a algún otro gremio? Pues no. Tengo la impresión de que esos cargos son “ corbatas”, como coloquialmente los bogotanos llamaban a estos “trabajos” en otro tiempo.
Finalmente, los felicito por el debate político que están iniciando. No creo que tengamos crisis de valores: tenemos crisis de líderes en todos los campos, pero mucho más en el nuestro: una pereza mental nos gobierna políticamente. Muchachos hablen con Petro, o con cualquier otro candidato; los jóvenes lo pueden todo con su imaginación; comprométanlos con nuestro proyecto, porque difiero con uno de los antagonistas en su video: ningún candidato ha hablado de cultura, ni ha manifestado algún interés por estimular las actividades artísticas que introducen pensamiento en nuestras prácticas cotidianas más repetitivas y ofuscantes.
A propósito: ¿ya fue a ver la exposición de Carol Young? Por favor, para que se anime a ayudarnos a conservar este espacio tal cual está, aprecie la Galería tal y como está hoy con este proyecto. Hacer otra cosa allí es un sacrificio que no debemos tolerar los bogotanos y las bogotanas. Si esta exposición no logra persuadirlo de que es necesario actuar ahora, pienso que su puesta en público fue inútil, dicho también con el afecto que su nota me ha suscitado.
Ay! Maestro Jorge, en sus arrebatos de entusiasmo no sólo llama a la marcha, también atribuye a terceros participación en actos que sólo han visto en diferido. No apreciado Maestro, no participé en el debate callejero.
Lo veo de forma reiterada alzar la voz por la Galería Santa Fe. Sus llamados no tienen el eco que debiera. Los artistas hacen caso omiso a la beligerancia discursiva. El activismo real es procurar soluciones a los problemas que denuncia. Menos prosa y más acción!
Apreciado maestro, menciona mucho a Petro. Vaya usted a su oficina de campaña, búsquelo, escríbale. De pronto lo escucha y salva la galería para el arte de la capital.