MEMORIA

Artes y ciencias, sus modelos y desarrollos a través de los tiempos, pueden considerarse como la memoria de una sociedad, de una nación, de un tiempo especifico. La Historia de estas manifestaciones aparece como la estructuración de esta memoria, como un sistema de referencia privilegiado.

La definición moderna de Historia como narración verdadera y ordenada de los acontecimientos pasados y memorables está fundamentada en una noción de objetividad que ha sufrido profundos cuestionamientos y transformaciones. A comienzos del siglo XX la relativización de esta objetividad se refleja en el arte con la aparición de las vanguardias: cubismo, constructivismo ,surrealismo, etc.; al tiempo que en la ciencia se desarrollan las teorías de la relatividad de Einstein. Ultimamente parece indeterminarse por efectos de la física cuántica, por el impacto de los medios de comunicación en la sociedad, y por la desaparición de vanguardias, tendencias y estilos en la producción artística.

La Historia pierde su carácter de narración lineal y objetiva de los hechos. Su estructura, una vez sólida e inquebrantable se fragmenta en infinidad de partículas; la sociedad se nos presenta como una superficie en la que se superponen infinidad de sistemas culturales y, de hecho, historias: los elementos de un sistema cultural pueden entenderse como informaciones, comunicaciones e interpretaciones que se van encadenando unas a otras, generando- y siendo generadas por- un sentido intersubjetivo que establece los límites del sistema. Al no tener estos límites un carácter físico sino de sentido, se puede deducir lo siguiente: primero, que cuando se da una comunicación interpersonal aparece un sistema cultural; y segundo, que de cada comunicación con sentido surge una historia.

La facultad de reproducir y comunicar ideas o impresiones pasadas es una operación inherente a la acción de representar. En la representación se invoca, se muestra, se hace presente a una persona o cosa mediante referencias, conceptos y modelos que sustituyen o evocan la realidad.

En la obra del artista colombiano Luis Hernando Giraldo siempre está presente Salamina, población tradicional de la zona cafetera en donde el artista vivió su infancia y adolescencia. En La ciudad en la distancia (colección Banco de la República), la ambigüedad entre abstracción y representación, el color depurado, la poesía, dan forma a su propuesta a partir de una mirada, aquella donde salamina aparece como vista desde el cielo, desde una dimensión ideal que no es otra que la del recuerdo.