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Cuando los límites entre sistema y entorno se pueden determinar en su totalidad, ambos aparecen con un contorno definido, pues se sabe qué pertenece al sistema y qué al entorno; puesto que sistema y entorno no se alteran entre sí hay una posición absoluta para las observaciones del sistema, un lugar privilegiado para el acceso a la verdad.

Los modelos de realidad en los que el tiempo aparece como una dimensión en equilibrio por la cual nos desplazamos en modo continuo, lineal y determinado (tiempo moderno) surgen de aquellos sistemas de conocimiento en donde reinan la certidumbre, la estabilidad y el determinismo. Estos sistemas limitan su interacción con el entorno a intercambios de información que ayuden a conservar un sentido conexo, homogéneo y coherente tanto en los modos de estructuración interna como en sus interacciones con el entorno. En los modelos de realidad de un sistema en equilibrio, sistema y entorno se configuran como mecanismos totalmente predecibles cuyos elementos, trayectorias y comportamientos responden a un pequeño grupo de leyes ineluctables que rigen con gran precisión la evolución de cuanto existe.

"Buscar en la abstracción una verdad un poco más plena que la de los sentidos (pero conducida por los sentidos, fue el ojo y no la mente el primero en encontrar esteticidad en el universo), llevó a descubrir que en el mundo sensorial no existe plenamente el número dos, como tampoco la tercera parte de un modo preciso. Cuando la mente interviene, la pureza del objeto intelectual no satisface el mundo sensorial. Platón decía: este mundo es imperfecto y no lo debemos apreciar al punto de que nos obnubile y nos impida ver otros más plenos. Sólo a través de la mente podemos acceder a los triángulos puros, a ese espacio donde las cosas no se corrompen ni se gastan, ni están atravesadas de tiempo." (1)

Durante la Edad Media y parte del Renacimiento arte, ciencia y geometría configuran un cuerpo homogéneo do conocimiento en el que artistas, geómetras y matemáticos comparten investigaciones relacionadas con forma, ritmo, proporción y armonía, que se designan como nociones liberadoras del Espíritu. En una disciplina de la geometría conocida como "Corpo Transparente" la concentración y reflexión del alumno en estructuras esenciales en forma de sólidos platónicos transparentes, lo ayuda a entrar en contacto con dimensiones ideales que se encuentran más allá del mundo de las apariencias y que lo asisten en su búsqueda de un conocimiento objetivo del mundo.

Un planteamiento geométrico es tanto estético como científico. Toda gran doctrina o teoría tiene, en suma, algo potencialmente geométrico que permite contemplar extáticamente, en las ideas, en los modelos, la esencia de lo real: la noción de certidumbre nace del equilibrio estructural, de la armonía, del ritmo y de la proporción, del acuerdo que se establece entre el Orden del Espíritu (las ideas claras y distintas) y el Orden del Universo. En este contexto toda certeza, toda posesión de la verdad es religiosa en el sentido primordial del término: religa al ser humano con la esencia de lo real y establece, más que una comunicación, una comunión que hace posible percibir al mundo como un sistema armonioso, ordenado y perfecto.

Antes de la época de Newton y su predecesor, Kepler, los movimientos de los planetas no se habian podido explicar e incluso describir plenamente. Para estos investigadores el estudio de la mecánica celeste era nada menos que el estudio de la mecánica de la Santísima Trinidad. A partir de un modelo geométrico, en el que dispone uno dentro de otro los solidos platonicos a manera de esferas o circulos concentricos, Kepler desarrolla una nueva aproximación a la mecánica del sistema solar en el que la proporción áurea que resulta entre cada uno de los circulos, está asociada a la distancia entre los planetas. El modelo es luego retomado por Newton para constituirse como fundamento de su propuesta teoríca. La teoría Newtoniana fue la primera teoría científica que tuvo un éxito real en la historia humana y, por cierto, un éxito tremendo. Explicaba con precisión, no sólo los movimientos de todos los astros en su tránsito por los cielos sino además, los movimientos de los cuerpos terrestres como la caída de una manzana, los proyectiles y los relojes de péndulo. Todos los hombres de mentalidad abierta se convirtieron a la nueva teoría, en especial casi todos los científicos, quienes creían que esta teoría acabaría explicándolo todo, incluyendo, no sólo la electricidad y el magnetismo sino también los organismos vivos, el hombre, y los sistemas culturales por él generados.

Cuando a finales del siglo pasado Paul Cezanne interpreta el paisaje o el bodegón como una estructura que se articula gracias a la interrelación de formas geométricas elementales como el cubo, la esfera, el triangulo,etc., el arte comienza a perder su función evidencial e imitativa y se abre a lo que se conoce como Arte Moderno. La noción de que la realidad se puede entender como un gran sistema construido a partir de ciertas formas esenciales, va a generar en el arte actitudes completamente diferentes de las sostenidas hasta ese momento.

(1) Apartes de la conversación con el matemático Leonardo Venegas, Tándem número cero, 1995.