/arte, ciencia y entorno

Cuando se me solicitaron estas lineas ciertas imágenes compuestas entre tecnología y arte emergieron: vi al pintor que como alquimista y mecánico busca la adaptación de técnicas o el desarrollo de ellas para poder expresar su pensamiento en obra de arte; vi igualmente el arte que emerge de la cibernética actual y que postula virtualidades cada vez más inimaginables pero perceptibles; vi la robótica en la posibilidad cinética de la escultura; vi el ensamblador de productos de nustra sociedad tecnológica y de consumo, que propone nuevas connotaciones a aquellas formas de los objetos cotidianos; vi objetos de consumo que no sólo cumple funciones concretas sino que también abstractas y estéticas; vi el escenario de la obra de teatro como escenario de despliegue tecnológico, vi la danza que reproduce los movimientos de las máquinas reales e imaginarias, vi la música 1que se hace posible modificando o reinventando instrumentos, vi el high-tech en la arquitectura contemporánea;... vi una relación bidimensional entre tecnología y arte; vi que no era tsan separables como alguna vez se nos mostro.

En lo personal me interesa en mi propia indagación el efecto que produce el hombre en sus actos creativos sobre el conjunto de sistemas que interaccionan haciendo posible la vida. Esta preocupación de corte ecológico procura desvelar en parte el sistema de relaciones de la experiencia estética con la producción de objetos tecnológicos. La experiencia estética, más ligada al mundo perceptivo y sicológico, se vincula a la capacidad transformadora que el cuerpo humano ejerce sobre su entorno.

Esta capacidad se ve potenciada por el uso y desarrollo de obje6tos tecnológicos. El vínculo emotivo dirige igualmente en parte a la producción y el uso de dichos objetos. Como la mente es inseparable del cuerpo así mismo la experiencia estética sería inseparable del mundo de los objetos producidos por el hombre. Esto quiere decir que la relación Arte-Tecnología nunca ha estado separada, al menos desde la aparición del Homo-Faber.

Si queremos desarrollar una Etica de la Transformación, una ética de la acción constructo-destructiva del hombre y darle una ruta más equilibrada al actual desenfreno humano se hace entonces indispensable indagar sobre el campo de relaciones afectivas, emotivas y en últimas estéticas que el hombre tiene con el Entorno y con su Entorno. El entorno del hombre y el hombre mismo, tienden cada vez más a modificarse en el escenario actual de búsqueda incesante en la producción de objetos tecnológicos y/o artísticos.

Obviamente un salón de tal naturaleza debe impulsar igualmente el desarrollo del arte en asociación con la tecnología. Pero es importante no perder la perspectiva de puntos igualmente vitales y mantener presentes preguntas fundamentales tales como "porqué y para qué hacemos objetos".