pintura y retractación

Ante la supuesta función y necesidad del arte contemporáneo, la pintura ha sido injustamente desplazada: se le acusa de una intrínseca y obsesionada necesidad de ser objeto, de ser algo. Porque se opone a la supuesta esencia del «Arte Contemporáneo», que es la IDEA, LA INVESTIGACIÓN Y EL HECHO, todo esto sin que la propuesta tome forma: debe quedarse en la idea, el hecho o la investigación. La pintura cumple todos estos aspectos, pero toma forma. Y es esto lo que la degrada.

El «arte Contemporáneo» necesita de su medio: la institución. Tal cual lo necesitó en su momento el orinal. Su medio es algo que le permite ser incongruente, impertinente o hasta molesto: ser algo, una Idea que funcione DENTRO DE SUS PARÁMETROS. Una Idea. Igual como sucede con la pintura. Su medio, sin embargo, es la Institución. Su «inmediatez» y pertinencia obedecen justamente a que este medio implica «lo social».

Y, lógicamente, el «Arte Contemporáneo» tiene que ver con «lo social»; puesto que hablamos de una institución. Y una institución es política. Y la política se torna en estos casos, populismo (Y no el populismo que atañe y atrae a los estratos bajos y necesitados; es el que atañe a un estrato más alto y necesitado de justificación, de perdón. Un estrato alto que necesita del estrato bajo para sentir y ubicarse). Pero insisto en que requiere de política e institución, porque ese es, sencillamente, su medio (Y hay obras e ideas muy buenas en este campo). El problema surge cuando, siendo institución, este medio termina siendo el ÚNICO. Porque los que lo dirigen (La Institución y el Poder), les falta visión amplia e inteligencia. Les falta visión objetiva porque se sienten dueños de la idea (por eso la mala impresión y recelo ante nuestros curadores). Porque tienen el poder. Porque no entienden otro medio, no lo saben leer. Porque están, como se dice, «embalados» en su carreta. Y en ese embale, pasan por encima de propuestas inteligentes y pertinentes (que, entre otras, les ayudaría en su embale).

Que quede claro que no estoy en contra de las propuestas «contemporáneas». Estoy en contra de la ceguera de la institución (no olvidemos que de la Institución depende el desarrollo de tantas ideas y obras colombianas, obras pertinentes y efectivas en el «ámbito internacional» que jugarían un papel igual o más importante que el que esta Institución es capaz de ver, puesto que no logra ver.). Es un sencillo problema de protagonismo. Y de Poder. Celebro las ideas «contemporáneas». Celebro, por ende, la pintura. Celebro la IDEA. Pero me río de la Institución, de su construida y calculada pertinencia. Acá, la curaduría y la Institución (lo mismo) no descubren ni arman Ideas. Las acomodan. Y, lógicamente con el Poder en sus manos, a veces hasta son buenas sus propuestas.

Aquí no se trata de resentimiento (ni mainstream, ni nada). Y menos a la hora de crear. Aquí hay desahogo escrito, sencillamente (Mi trabajo no responde a estas inquietudes). Creo que la obra, la buena obra, responde a inquietudes más profundas y longevas. Creo que esa es su razón de ser. Porque la política es más profunda que la politiquería.

Aprovecho aquí para retractarme de lo que escribí hace algunas semanas sobre el «debate» entre Carlos Salazar y Mauricio Cruz (el embate me cegó, a mí también: Carlos es un excelente pintor, y si dije que intelectualizó el debate, es porque se han visto (leído) más sus intervenciones escritas en Esfera que sus pinturas. Esto no quiere decir que dejó de ser buen pintor, como dejé entreverlo. Y felicito su juiciosa e inteligente investigación (Pienso sin embargo, que la pintura debe y puede defenderse sencillamente siendo). A Mauricio, le ofrezco disculpas por la mala interpretación de sus escritos. Me fui por ahí porque he sentido que es más teorético que teórico. Pero es pura interpretación y percepción. (Aunque es que ese debate ya parecía de vecinas bravas.)

Y, finalmente, pienso que mejor sigo pintando en vez de escribir tanta babosada.

Ivan Rickenmann

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8 comentarios

Mi querido Ivan, la buena pintura no tiene que defenderse de nada, como la buena fotografia o lo bueno que sea, la pintura tiene unas reglas muy claras en el mercado, obra unica, cuando tiene buen oficio garantiza una gran permanenia en el tiempo y esto satisface esos deseos profundos del hombre de ser poseedor unico y perpetuarse a traves de lo que compra o elige. El problema lo tienen son los nuevos medios (no todos los artistas logran ser contemporaneos, hay pinturas que si lo son) que quieren moverse en el mercado con las reglas establecidas de la pintura y con los privilegios que dio el arte moderno, o no me digan que hacer un video y sacar tres copias firmadas para venderlas ¿no es lo mas absurdo y contradictorio a lo que se supone debe ser el arte contemporaneo o por lo menos lo que algunos sacerdotisos pregonan?; señores el video y la fotografia son medios de reproduccion masiva, y todavia no tienen garantia de permanencia larga en el tiempo, y eso no es malo: es su fortaleza, y hay que aprovecharla y asumirla, lo que tienen que cambiar son las formas de mercado y de circulacion del arte ,aunque tendremos que renunciar a unos cuantos privilegios, ya el mercado del arte de nuevos medios entro en retroceso porque los compradores empesaron a sentirce timados, ya empezaron los reclamos por grandes sumas pagadas por obras que se descompusieron, porque les quieren hacer creer que estan comprando una obra objetual cuando lo que compran es una idea un concepto y de esto muy pocos coleccionistas son concientes. La moda de los nuevos medios ya empezo a bajar y la prueba son las casas de decoración y los decoradoes comprando fotografias brillantes y videos para clientes que quieren proyectar un gusto sofisticado y un pensamiento contemporaneo,por supuesto de todo esto quedaran los artistas no los productores de obras para curadores y mercado avido;asi que por lo pronto aprovechen y sigan tumbando incautos con ideas que les estan vendiendo obras de arte de muy poco tiraje hechas por genios contemporaneos para curadores contemporaneos. La pintura seguira siendo la pintura asi deje de llamarse «ARTE», despues de todo no nacio con el arte, es anterior y casi que podriamos decir que el arte nacio de ella.Asi que pintores vergonzantes (los buenos,porque en la pintura se puede hablar de bueno y malo)ponganse a pintar y a los malos (que los hay muchos) quitenle los pinceles y por que no pongance ha hacer fotografia que hay muchos festivales y salones para ella y no les exigen mucho; de pronto por hay tienen sus quince minutos de fama.

Me uno a los comentarios de Ivan Rickenmann y Nohemí Pérez. En efecto, la narcosis conceptual comienza a perder sus efectos pero además, hay otro enfoque que no ha sido tocado en torno al mismo asunto. La docencia artística y sus implicaciones en la profesión . Si acudimos a la investigación seria sobre este tema, encontramos otro «talón de Aquiles» en el frágil edificio artístico conceptual contemporáneo. Prácticamente todos los modelos pedagógicos y estrategias didácticas actuales (constructivismo, escuela nueva, aprendizaje significativo) , niegan de plano lo que esgrimen a voz en cuello los sacerdotes de la nueva ortodoxia artística. Digo «Ortodoxia» porque existe una nueva academia tan rígida y dispuesta a castigar a quienes se salen de sus parámetros, como en su momento lo fué el academicismo europeo del siglo XIX.

En primer término, si algo ha conquistado la pedagogía actual, es su defensa justificada y probada de la importancia del «hacer». entendido como la adquisición de destrezas y habilidades sin las cuales el pensamiento y el desarrollo del cerebro quedarían relegados a los niveles básicos del medioevo. En segundo lugar porque estas destrezas y habilidades involucran todas las operaciones mentales necesarias para un aprendizaje significativo en el estudiante. En otras palabras, privilegiar el pensamiento teórico conceptual sobre el hacer, es crear un desequilibrio contundente en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es negar por ignorancia u omisión los alcances de la pedagogía en los últimos 45 años.

Pese a la abrumadora evidencia que han capitalizado los grandes pedagogos y psicólogos , desde Vigotsky, Piaget , Pestalozzi hasta los extraordinarios hallazgos de Lowenfeld y Ducart en el campo del aprendizaje artístico y sin olvidar a Gardner y las inteligencias múltiples, resulta increíble encontrar en la enseñanza artística, un nivel tan bajo de conocimiento en una parte de los docentes que tienen sobre sus hombros la responsabilidad de orientar la formación de artistas jóvenes. Este bajo nivel se presenta porque la enseñanza se asume como una actividad ocasional en la que los estudiantes son ratones de laboratorio sometidos a la experimentación «artística » del docente, quien por lo demás no acaba de comprender que enseñar es una segunda profesión y requiere conocimientos en docencia y actualización constante en torno a las investigaciones de la pedagogía contemporánea. Que tampoco entiende( o no le conviene entender ), que ser profesor en una asignatura , no le da derecho a utilizar la cátedra como campo de búsqueda personal para crear uno de aquellos «proyectos» típicos de salón nacional de artistas. El resultado de estas acciones es el vacío conceptual y se suple en las clases con actividades «chéveres» de una mal entendida lúdica, con el objetivo seductor de pasar por ser el profesor original, excéntrico y loco que muchos estudiantes quisieran tener.

Nada más lejos de la realidad puesto que esa actitud sin respeto por la profesión de maestro y por la de artista, es percibida tarde o temprano por los estudiantes. También en el aula de clase la estructura de poder se malinterpreta y distorsiona. Muchos van a enseñar para cazar incautos y formar séquitos de seguidores, educados en la nueva ortodoxia del arte contemporáneo y estos aprendices de sacerdote ,sin poder hilar al menos una o dos ideas coherentes son empujados al vacío sin fondo de la especulación pseudo-conceptual. Algunos que sienten genuino interés por la pintura o el dibujo son presionados y avergonzados en público para que abandonen todo intento por ser artistas plásticos -pintores y en su lugar vean la luz de la verdad revelada en las formas de expresión «no convencionales».

Nadie puede negar los múltiples caminos que abrió en su momento el arte moderno; caminos descubiertos por personas que venían casi en su totalidad del mundo de la pintura y habían hecho todo el curso sin saltarse etapas. Pocas veces se menciona que sin haber tenido la formación que tuvieron (incluído Duchamp ) , el arte de vanguardia no sería lo que fué , ni tendría la solidez que tienen las buenas y auténticas obras del arte moderno. Una prueba histórica más para dejar atrás el manido argumento del pintor estúpido . Más aún, los pintores (no todos , por supuesto) han sido tan inteligentes que inventaron las vanguardias de las que tanto se enorgullece el arte actual.

Yo pienso que la pintura sí debe ser protagonista en el medio artístico, y que es pertinente aunque sagaz. Reitero que el problema es que se le mira como «objeto», y por ello como algo inerte. Y pienso que ahí está la falla; no se le debe mirar sólo como «buena pintura» (lo que lleva a una lectura formal), sino como una obra que funciona, que cumple su cometido: una Idea y un medio… Algo que haga un «déclic», como dicen los franceses (que nos mueva el piso, que genere algo más allá que la sola comprensión o contemplación).

En cuanto al mercado pienso que, a parte de una necesidad decorativa y puntual, no es mucho lo que tenemos acá. Pero aquí pienso que el «arte contemporáneo» y su protagonismo construido están logrando un cierto dinamismo en este campo: porque, como lo anotas, se está es comprando una Idea o un Concepto, y no sencillamente un objeto. Al igual que la pintura…

Ahora bien, y como lo anota Andres Hoyos, pienso también que el arte no es una condición sine qua non del devenir político y social de una nación. Es demasiado pretencioso y absurdo (el Arte de Estado desapareció con los medios masivos). Pero sí amplía nuestra percepción existencial, lo que debe implicar alguna consecuencia.

Interesante la intervención de Fernando Maldonado en cuanto a la enseñanza en Arte. Se siente, en general, que hay una gran necesidad de crear «seguidores», en un afán de justificación de algo que no es más que experimental o vivencial (por parte del «profesor»), pero saltándose los procesos básicos de formación alguna. Todo esto justificado en esa incesante creencia posmodernista que reza que el Arte consiste en romper estructuras… (Creo que nos convendría más bien re-estructurar todo esto un poco).

Sin ánimo de ofender, la docencia en Arte en varias instituciones educativas está en manos de jóvenes artistas, ansiosos de mostrar y justificar su última epifanía artística. Es algo loable, pero poco pedagógico (ahí sí que echamos para atrás, hasta llegar a la idea de discípulo -aunque sin conocimiento-).
Porque se nos olvida a veces la formación y el conocimiento (el conocimiento es algo que no se le puede negar a un estudiante; que lo quiera asimilar o desechar posteriormente, depende sólo de él).

Considero aquí pertinentes las intervenciones que hizo Lucas Ospina al respecto en Esfera Pública.

Ivan Rickenmann

Cuando hablo de buena pintura no me refiero solo a lo formal, porque lo bueno es el resultado de muchos elementos: conceptuales, señalamientos politicos y sociales, elaboraciones de pensamiento, que hacen que un artista sea contemporaneo, la tecnica no es la que califica al artista contemporaneo, se puede hacer fotografia o video y ser moderno; y cuando se habla de mercado no son solo las galerias comerciales, son tambien las colecciones, los museos y por supuesto que la pintura sigue teniendo un lugar en el concepto arte, aun a pesar de que a algunos curadores no les interese, o cuando les interesa es cuando simula la fotografia, porque cuando se le califica es atraves de un acercamiento formal; que pena, pero hay la ignorancia si es de los curadores, en Colombia; pero tambien es cierto que si a uno como artista le interesa el medio de la pintura no tiene porque renunciar a hacerlo porque concidere que no se le preste la atencion que se merece y el hecho de pintar no significa que no pueda incursionar en otros medios; una de las ventajas de ser contemporaneos es ir y venir por ellos. Otra cosa que es innegable es que por la forma de circular, de sentir, de proyectarse y de comunicarse del hombre contemporaneo; los medios como el video son los que mas se adaptan a sus necesidades,el hombre cibernetico; esto mismo hara posible que se le vuelva a dar un valor a la pintura, (y nunca ha sido solo objeto ), tal vez en unos canales distintos de circulacion. La cosecha de artistas como profesores es el resultado de un sector que no tiene reglas claras, por acaparamiento de personas con poder, que quieren abarcarlo todo e impiden que el sector se profesionalice, porque los cargos en el estado estan ocupados por personas que se escudan en «construir pais» para tapar su incapacidad de fortalecer un sector como el artistico, el apoyo al artista no solo debe darse a traves de unos cuantos concursos, tienen que crearse bolsas de financiamiento de proyectos, y fortalecerse los canales de circulacion e intercambio; la pelea se tiene que dar es, por un fortalecimento del sector, o vamos a creer que con la construccion de un Palacio de las Artes solucionan todo, a proposito quien sera el rey de este Palacio?

«La discusion de la pintura en la contemporaneidad abarca no solo problemas de estètica o discursos conceptuales.
La contemporaneidad es un concepto, en si, que tiene que ver con el tiempo,el momento,el instante en que vivimos y corre como una estrella fugaz.La fugacidad del tiempo es excluyente de elementos que nos evocan pasado.
La pintura, como modo de comunicar y con todas sus complejidades, no entra en el concepto global de contemporaneidad.Es como hallarle la cuadratura a un circulo.
«Es una contradicciòn el decir:»pintura contemporànea», no existe.
Los intentos desesperados por incluirla han llevado a artistas,curadores y galeristas a creer,a la fè.Por què?
Por necesidad.
Amamos la pintura, no queremos dejarla rezagada como un elemento vanal ya que no lo es y eso lo sabemos bien.
Pero a partir de la importancia del «concepto» semantico en la pintura, nos hemos visto obligados a justificar retòricamente lo que muchas veces es de la mayor simpleza.
Los resultados arrojados han dejado un complejo aparato discursivo que aveces nutre pero aveces hastia y crea confusiòn.
Las discusiones mantienen vivo el arte,la pintura no escapa de este influjo pero no debemos enganarnos para ver la verdad.
Lo que llamamos «pintura contemporànea no es mas que la reinterpretaciòn de todos los movimientos que han surgido y que ya conocemos…que inclusive los retomamos para bautizar las «nuevas propuestas»,por ejemplo:»neo-expresionismo»,neopop»,neo….etc»
Ya Malevich habia llegado al blanco y al negro…despues de eso que viene?Los nuevos medios.Indiscutiblemente la contemporaneidad,en lo que a la plàstica se refiere debe ser interpretada en los medios de vanguardia,al ser concretados y mostrados,al ser «sacralizados»por los museos, ya han pasado tambien su cuarto de hora para dejar de ser contemporàneos y darle paso a lo que sigue.
Para concluir, algunas manifestaciones que aun son vàlidas como expresiones sublimes y humanas ya han llegado al agotamiento.
Dejar de pintar?
Es una desiciòn individual.
Yo no lo harè aun. Pero mentirse?
El cuadro jamàs dejarà de ser un objeto, jamàs tendrà la potencialidad de brindarle al observador una experiencia sensorial equiparable al audiovisual ,jamas transmitirà las mismas sensaciones del body art ni incluirà el mismo espacio-tiempo de una performancia ,etc.
No se trata de comparar disciplinas simplemente, se trata de entender què, realmente nos trae a lo contemporàneo.
La pintura no necesita defensores apesar de sus detractores pero no se debe idealizar tratando de introducirla forzosamente en lo contemporàneo.

La pintura se hace y es parte de su momento histórico. Es una manifestación contemporánea.
Ahora bien, si el «arte contemporáneo» necesita del discurso (que es su esencia), la pintura también. El problema es cuando se confunde discurso y «mensaje». Una pintura «con mensaje» (suena a canción de protesta) es una pintura ilustrativa: es usada como medio de comunicación. El discurso, por el contrario, es lo que la legitima como medio. Aunque ese discurso esté implicito en la imagen, y no necesariamente evidenciado. Meterle mensaje a la pintura es desvirtuarla (igual que reducirla a la mera contemplación).
Esta «separación» radica en que hay discursos e ideas que requieren de otro tipo de manifestación, conceptos que se mueven en un ámbito más inmediato, que son más una acción. La pintura no es aquí el medio adecuado, sencillamente.
Pero toda obra contemporánea tiene algo en común: la condición del ser (y sus implicaciones sociales). Cada forma de creación artística (incluida la pintura) lo trata a su manera, pero sin ser por ello excluyentes.
Y si miramos bien, somos nosotros mismos pintores, los que estamos excluyendo a la pintura; mirándola con ojos añejos, tal cual la ven los curadores.

Ivan Rickenmann

Sin duda alguna, la distancia con el objeto observado (en este caso la pintura), es un principio que nos debe llevar a la evoluciòn de la misma.

No es facil ser objetivo desde la perspectiva que implica el propio «ser»,el ser pintor en este caso, ver la posiciòn real del «objeto en cuestiòn»,ademas idealizado: pintura.

Hablemos solo de ella porque ya tuvo que superar en el 400 el juicio de aquellos que la llamaban «mestiere»,por lo cual la colocaba entre los oficios menos apreciados.Para ese entonces Davinci ya estaba realizando sus obras maestras que, en lo personal, lo fueron mas sus bocetos e inventos,sus experimentaciones con la anatomia,un hombre realmente interesante.

Despues del encuentro pasional con los primeros anos de pintura viene una cierta desilusiòn,un desencanto cuando te das cuenta de que todo cuanto parecia nuevo ya habia sido pensado,concretado y registrado. No quiere decir que la originalidad no exista pero es relativa;me explico:

Se puede ser original bajo la conciencia de que lo que estas proponiendo es parte de un imaginario colectivo ya explorado,expuesto y que tu solo podrias,en el mejor caso, mostrarlo bajo tu mirada individual.

No se puede permanecer en el pesimismo que eso puede causar en primera instancia pero tampoco se puede alentar un romanticismo delirante porque es peor.

La pintura «contemporànea» es calificada como tal por lo que presenta(la imàgen) en concordancia con el discurso «requerido»que viene acompanandola como una «etiqueta» que le asegura su inclusiòn en una colecciòn importante.

Existen ya formulas de «còmo hacer una obra contemporànea»:basta con anadir un poco de ironia,humor inteligente,pocos elementos o los elementos justos,cierta paleta y un buen discurso que delire en una retòrica que sorprenda en lo maximo posible».Solo debes documentarte un poco y «resignificar» y ya està tu obra contemporànea al instante para digerir.

Afortunadamente no todos trabajan asi, se ve a simple vista cuando asistes a una buena exposiciòn pero hay que ver que grado de madurez tiene el pintor,de cuando data la obra…y sostengo que aunque sea una excelente obra en su concepciòn total, no es contemporànea para esta epoca.

En tèrminos comerciales, el problema para todos quienes viven de su pintura, es que ya muchos coleccionistas no compran obras de cierto periodo en adelante a menos que se trate de un caso muy especial como el de artistas internacionales que tienen asegurado su pedestal.

Los coleccionistas, asesorados por especialistas que los guian hacia un coleccionismo especifico no estan dispuestos a apreciar todo cuanto se produce hoy por mas contemporàneo que parezca.

Si nos topamos con ciertos obstàculos a la hora de ir a una galeria en cualquier parte del mundo no es por nada.
Lo que se puede percibir es que estamos en un estancamiento, un parèntesis en el tiempo porque aquello que ahora es una gran obra producida en la contemporaneidad,se sabrà con certeza en un manana.

Por lo contrario ese brillo centelleante de algunos artistas que estan en su mejor momento aun en vida,serà apagado por la critica de ese porvenir.

El tiempo, el momento social contemporàneo se entenderà despues,no ahora.
Por eso hay tanta confusiòn pero siempre ha sido asi.

Estimada Nohemí. Soy fotógrafo desde que tengo memoria. Con educación formal en la misma pero que hoy poco me importa. Y te quiero comentar lo siguiente acerca del estado de la fotografía. Es verdad que la fotografía está de moda y esto ha hecho que muchos artistas de otros ejercicios ahora sean connotados fotógrafos, lo cuál es una forma de mantenerse vigentes y de “estar en la onda”. Y como, detrás de los artistas y egresados de las Universidades muchos de ellos como Artistas Visuales, han llegado los Curadores que en conjunto ahora son los que toman las decisiones más importantes alrededor de lo que concierne la actividad. Las delegaciones de artistas que representan al país en el exterior en los tantos salones de fotografía que ahora se destacan por cierto en el horizonte del quehacer artístico, son compuestas por artistas que ocasionalmente se apropian del medio, entrando y saliendo ocasionalmente, – como si fuera una puerta giratoria – donde la técnica, el oficio, no son relevantes sino que están totalmente condicionado al discurso, a las ideas, a la retórica que como dice Martha Meza dignifica y valida la obra. En estos casos el compromiso se limita a tomar, usar y desechar. La sentencia y bendición provienen claro, de los Curadores que les interesa la fotografía como una expresión más incrustada en el Arte Contemporáneo – donde todo vale- y no como una disciplina que respira autónomamente tal como lo ha hecho por más de 150 años. Es muy significativo por ejemplo, que los Profesores de base del la Maestría en Fotografía de la Universidad Nacional, hasta el semestre pasado, ninguno tenía formación de fotógrafos sino como Arquitectos, Diseñadores Gráficos, Filósofos, Historiadores etc. Por estas razones, nosotros debemos tener muy claro el ejercicio del oficio. Debemos tener muy claro en no permitir que las imágenes resultantes se reduzcan a un simple pasquín, condicionando sus propiedades al discurso intelectualoide. Y un punto más acerca de lo que tú dices que la fotografía es un medio de reproducción masiva. Puede ser, pero no necesariamente. Por cierto hoy en día hay corrientes muy importantes de fotógrafos que están trabajando con técnicas artesanales que son extremadamente expendiosas cuyos resultados son piezas únicas. Lo mismo podríamos decir acerca de las técnicas digitales – tan satanizadas – así como las tradicionales o análogas basadas en los haluros de plata.