Ocho maneras de pensar el Premio Luis Caballero

Salir del Planetario, tal vez, fue lo mejor que le pudo pasar al Premio y a la Galería. En la nueva convocatoria, al abrir las posibilidades de intervenir otros espacios, ya no atados a una sala concreta, se espera que el espacio (los espacios) vuelva a cobrar relevancia. Para ello se proponen diez lugares o instituciones de la ciudad con distintas características, algunos patrimoniales y otro más convencionales: primer piso del Museo de Arte Moderno de Bogotá, Museo Colonial, Casa Quinta de Bolívar, Museo de Arquitectura Leopoldo Rother, sala de exposiciones del Archivo Distrital, edificio cinco de la Estación de la Sabana…

Esta semana se abrió la convocatoria para el VII Premio Luis Caballero , que muchos dieron por difunto el año pasado, tras el traslado de la Galería Santa Fe a una sede temporal en Teusaquillo. Por ahora, el Premio está aquí para quedarse pero vive una nueva etapa.

La idea central es retomar las ideas originales con las que fue creado el Premio, que planteaban, entre otras cosas, el espacio curvo de la Galería en el Planetario como un reto para la creación artística. Sin embargo, para algunos críticos, esta característica de la convocatoria no siempre fue tomada en cuenta en los proyectos que se exhibieron, y finalmente terminó como un reto agotado, nada más que una sala curva con una exposición. Claro, no siempre fue así. Vale la pena recordar Una jaula fue a buscar un pájaro (1997) de Víctor Laignelet, Saturno(1997) de Ronny Vayda, Masa crítica (2006) de Fernando Uhía, Expulsión del paraíso (2009) de Mario Opazo y Proyecto los BMR (Bamba, Martillo y Refilón) (2011) de Fabio Melecio Palacios

Salir del Planetario, tal vez, fue lo mejor que le pudo pasar al Premio y a la Galería. En la nueva convocatoria, al abrir las posibilidades de intervenir otros espacios, ya no atados a una sala concreta, se espera que el espacio (los espacios) vuelva a cobrar relevancia.  Para ello se proponen diez lugares o instituciones de la ciudad con distintas características, algunos patrimoniales y otro más convencionales: primer piso del Museo de Arte Moderno de Bogotá, Museo Colonial, Casa Quinta de Bolívar, Museo de Arquitectura Leopoldo Rother, sala de exposiciones del Archivo Distrital, edificio cinco de la Estación de la Sabana (en comodato con la Fundación Escuela Taller de Oficios), Galería Santa Fe –sede temporal-, tercer piso y vacío central del Museo de Arte Contemporáneo- Minuto de Dios, vestíbulo central de la Biblioteca Nacional, plaza de mercado de Las Cruces.

Los artistas también podrán presentar propuestas, siempre y cuando puedan garantizar seguridad y acceso. Serán ocho artistas, esta vez en simultánea, quienes en octubre de 2013 disipen las posibles dudas que pueda haber sobre este experimento. Ampliar las variables de la convocatoria no garantiza el éxito ni la relevancia de la propuesta, pero si puede generar un nuevo interés de participación. Al operar en distintos escenarios, se espera que se generen nuevas dinámicas de colaboración entre los artistas y los lugares seleccionados, así como nuevas miradas sobre estas instituciones. Por regla general, a las instituciones tradicionales les aterra el arte contemporáneo, por su irreverencia, por la mirada renovada que puede generar, por la postura política, entre otras razones. Es reconfortante saber que por lo menos en esta oportunidad hay 10 que decidieron arriesgarse.

La invitación es a que los proyectos tomen en cuenta el lugar donde se hace la intervención o instalación.

¿Qué resultado tendrán estos ingredientes de azar?

 

Cristina Lleras Figueroa
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publicado en Periscopio

1 comentario

Excelente comentario Cristina, claro que sí, el premio Luis Caballero ahora si esta libre de ataduras conceptuales que impedían a algunos artistas explorar más allá de esta imposición, por supuesto sin mala intensión de ningún tipo, en su inicial propuesta, pero este (H) temporal y arquitectónico de un lugar especifico era algo extraño, por supuesto sí, muy querido y valorado por todos este espacio y albergo con inmenso respeto a miles de obras, pero era algo inusual este punto, mil gracias por el cambio, al destino o a quien sea, abrazos al premio y bendito sea por siempre, larga vida al premio Luis Caballero y felicitaciones sinceras a sus creadores, estos espacios dignifican el arte nacional y sus procesos serios.