no cualquiera es cocinero

Va el recorte de una noticia que salió en El País en días recientes. Me alegra que los documentistas incluyan al gran cocinero catalán en su jolgorio. Adrià por lo menos no es un santurrón y desde hace mucho está dedicado a la difusión del placer. Ah, y no cualquier neófito con tres ideas atascadas en la cabeza puede compararse con él. Todo el mundo podrá ser artista, según dice una tontería muy repetida por ahí, pero no cualquiera es cocinero.

Andrés Hoyos


Ferran Adrià divide al mundo del arte en la Documenta

Los galeristas critican la atención hacia el cocinero y sus colegas celebran el reconocimiento

Confusión, ansiedad, decepción, curiosidad. Las sensaciones que ha dejado la intervención de Ferran Adrià en la Documenta 12 -el gran certamen de arte contemporáneo que se inaugura mañana en la ciudad alemana de Kassel- son algo contradictorias. Por un lado, el interés de la prensa internacional ha sido tremendo. Con 2.700 periodistas acreditados, el cocinero catalán ha sido el artista más solicitado, después de revelar que no tendrá ninguna presencia en Kassel, sino que instalará en su restaurante El Bulli, de Cala Mont-joi (Roses), una mesa a la que irán diariamente invitados dos asistentes a la Documenta. En la rueda de prensa, las primeras preguntas fueron sobre cómo hacer para poder ser invitados. El director de esta gran exposición, Roger Buergel, no contribuyó a aclarar la duda: «Quienes lo pidan pueden estar seguros de que no van a ser elegidos». El inquietante «concurso» de la Documenta ha empezado.

Adrià estuvo en Kassel acompañado constantemente por su equipo. Entre ellos, los cocineros Juan Mari Arzak y Andoni Luis Aduriz. «Estamos muy orgullosos de este reconocimiento a Ferran», dijo ayer Arzak. «Creo que es lo más importante que ha pasado en la historia de la cocina».

No están tan seguros los del lado del mundo del arte. La directora de la revista de arte española Contexto, Alicia Murría, piensa que la invitación fue algo confusa para el arte español. «Nos quedamos perplejos al enterarnos de que no va a hacer nada en Kassel», afirma Murría. «Ha tenido mucha publicidad mediática, pero creo que a la imagen del arte español no le ha venido muy bien. Ha eclipsado, por ejemplo, el trabajo de Ibon Aranberri». Algo con lo que está de acuerdo el galerista catalán Toni Estrany, de la galería Estrany de la Mota, que añadía a esta impresión una duda: «¿Me pregunto cuál ha sido el papel de ayuda que le ha podido dar Marta Arzak a Adrià para terminar haciendo algo tan obvio?».

Por su lado, el artista vasco Ibon Aranberri, con una interesante muestra en varias salas de la Neue Galerie, también se ha sentido algo incómodo. «Creo que se han sacado las cosas de quicio», comentó ayer. «Ferran Adrià es uno más en la lista de los artistas participantes y que sea un cocinero tampoco es algo tan novedoso en la Documenta, donde siempre se ha invitado a gente de diversas disciplinas creativas. Me parece bien que haya elegido quedarse en su lugar y no convertirse en un maestro de ceremonias en Kassel. Pero se ha creado una enorme bola de nieve mediática que sólo favorece a la cultura del espectáculo y no al discurso del arte. Se le da el tratamiento de un fichaje del Real Madrid cuando debería normalizarse su participación y entenderla desde esa normalidad».

En el blog madridfusion.net, colegas y críticos de gastronomía escriben sobre la propuesta de Adrià. «Uno de los mayores logros de Ferran ha sido la generosidad para compartir todos sus logros…», dice Francis Paniego. «Si le concedieran a Ferran Adrià el Príncipe de Asturias sería impresionante…», dice José Carlos Capel. Zipi lamenta que no haya podido ser (ha recaído en Bob Dylan) y emplaza este asunto para un nuevo tema en el blog.

Fietta Jarque
El País, Madrid.