Nicolás Castro – La libertad de expresión bajo la amenaza de la ley

Vicky (La FM): Bueno pues, Diana, Rafael, y todos los oyentes de la FM les voy a contar un poco como la crónica de lo que ha sucedido durante toda esta mañana, y la cosa es la siguiente, y es, hum, teníamos autorizado por Nicolás Castro, el joven que se ha visto involucrado en un proceso por, aparentemente, supuestamente, haber puesto unas amenazas contra uno de los hijos del presidente, Jerónimo Uribe, en internet, hum, él nos autorizó la entrevista, también lo hizo su abogado, el Doctor Ramón Ballesteros, ha sido una mañana bastante intensa, desde muy temprano estamos aquí en la Cárcel La Picota, en Bogotá, a las ocho era nuestra cita, se han presentado algunos inconvenientes pero él, muy amablemente está con nosotros en la FM esta mañana, y, y bueno de verdad, entendemos su situación, pero le agradecemos que, que nos ayude un poco a contarle a los oyentes qué teníamos preparado para hoy…

Vicky (La FM): Bueno pues, Diana, Rafael, y todos los oyentes de la FM les voy a contar un poco como la crónica de lo que ha sucedido durante toda esta mañana, y la cosa es la siguiente, y es, hum, teníamos autorizado por Nicolás Castro, el joven que se ha visto involucrado en un proceso por, aparentemente, supuestamente, haber puesto unas amenazas contra uno de los hijos del presidente, Jerónimo Uribe, en internet, hum, él nos autorizó la entrevista, también lo hizo su abogado, el Doctor Ramón Ballesteros, ha sido una mañana bastante intensa, desde muy temprano estamos aquí en la Cárcel La Picota, en Bogotá, a las ocho era nuestra cita, se han presentado algunos inconvenientes pero él, muy amablemente está con nosotros en la FM esta mañana, y, y bueno de verdad, entendemos su situación, pero le agradecemos que, que nos ayude un poco a contarle a los oyentes qué teníamos preparado para hoy.

Nicolás Castro: hum, pues sí Vicky, entiendo que estaba programada la entrevista, ha habido unos inconvenientes, unas, unos imprevistos eh referidos al asunto como legal que me impiden ahorita tal vez pronunciarme más a fondo pero simplemente quiero como hacer de pronto un llamado, y dejar plantada como una inquietud de por qué un estudiante tal vez es eh tratado con tanta gravedad frente a unos hechos que no dejan como ninguna claridad, y pues les agradezco la posibilidad de pronto de poder pronunciarme porque he querido hablar desde que empezó todo esto, siento que tal vez si se conociera quién es eh Nicolás Castro, quién es la persona, el ser humano, tal vez se podría saber que esto no tiene la gravedad que tal vez se le ha querido dar y, intentaré con mis abogados darles la posibilidad de pronto, eh dar una entrevista un poco más extensa, en días posteriores…

Vicky: no y eso se lo agradezco Nicolás, simplemente díganos quién es Nicolás Castro, quién es ese muchacho que hoy está pues aquí metido en la Cárcel La Picota, quién es Nicolás Castro…

Nicolás: no, yo soy simplemente un estudiante, he estado dedicado en los últimos últimos años a mi carrera, y precisamente creo que eso es lo que más habla como de mi persona, yo he estado dedicado al arte, a, a la literatura, a las cosas que, que me apasionan, y espero que tal vez de pronto puedan tener eso en cuenta a la hora de, de juzgarme, que de pronto, no, no se, no se trate de, de encontrar una culpabilidad donde no, no la existe

Vicky: y es muy importante también de pronto Nicolás, hemos estado conversando aquí a lo largo de dos horas más o menos internamente, y es importante también, como, como algún mensaje especial para, para Jerónimo Uribe, digamos, esta mañana…

Nicolás: hehem, yo desde el principio estoy dispuesto o he estado dispuesto a dialogar con él, estoy abierto a la posibilidad, me gustaría, me parecería que esa sería una solución más humana a todo este problema y no tengo ningún inconveniente con dialogar con él, en el momento en el que él tenga a bien la posibilidad de hacerlo…

Vicky: Usted lo que quiere es que el país sepa que Usted no es un tipo peligroso

Nicolás: pues yo creo que el país ya lo sabe. Y sí tal vez poder demostrar quién soy yo realmente y que ha sido todo como, tal vez un manejo un poco extraño de la situación pero sí, sí, me gustaría mucho poder demostrar quién soy yo realmente y, y a través de pronto de una conversación con Jerónimo Uribe, podría ser…

Vicky: por ahí leía yo de pronto en la prensa que decía «puede ser un muchacho malcriado pero no es un terrorista»…

Nicolás: je, sí pues, hum, no entiendo aun muy bien la situación, estoy un poco confundido todavía y no, no entiendo por qué las cosas han tomado este rumbo, pero si, si estoy seguro que yo no tengo ningún tipo de culpabilidad en este asunto y como me declaré en la primera audiencia yo soy inocente de lo que me están acusando

Vicky: los cargos son muy graves

Nicolas: precisamente, y y frente a esos cargos yo he sido insistente en que yo, mi inocencia no…  la mantengo, y no, no tengo ninguna duda que yo soy inocente frente a lo que la Fiscalía está queriendo eh acusarme.

Vicky: su vida le hizo como «click» de un día para otro, como una pesadilla, ha estado, no ha despertado de la pesadilla, ¿espera despertar de esta pesadilla?

Nicolás: sí, desde el principio ha sido difícil de asimilar esta situación y hasta ahora no he podido dimensionar como el, la gravedad del asunto, siempre ha sido como un, una postergación como un, un momento de espera a ver qué se resuelve, y por ahora ha sido así…

Vicky: no pierde la esperanza de que la justicia le de la oportunidad, de demostrar su inocencia.

Nicolás: sí aun estoy a la espera precisamente de eso.

Vicky: y sus papás, su familia, debe hacer, debe haber sido muy duro para su familia Nicolás…

Nicolás: sí, por supuesto, la parte más eh complicada es para ellos y la incertidumbre que deben sentir de no saber qué va a pasar conmigo.

Vicky: cómo se vive el día aquí en la cárcel La Picota un muchacho que estaba acostumbrado a la literatura, ¿estaba estudiando literatura?

Nicolás: artes

Vicky: artes

Nicolás: [tengo] un interés por la literatura…

Vicky: en la Jorge Tadeo Lozano?

Nicolás: sí

Vicky: ¿cómo es pasar uno de los libros todos los días, de las clases, de las tareas, de los amigos, de de pronto la rumba y demás, a pasar a estar en cuatro paredes, sindicado de un delito tan, tan grave como el que está Usted sindicado, instigación a delinquir?

Nicolás: si pues, eh, como comentaba hace un rato aun no he podido hem comprender muy bien lo que es estar aquí, es como simplemente un, un  momento fuera, como detenido en el tiempo y evidentemente extraño como mi (cotidiano) y mis cosas, trato de, de seguirme dedicando como a mis estudios aquí adentro, en la medida de lo posible, hum, y de pasar el tiempo, el tiempo afortunadamente pasa rápido

Vicky: Nicolás, Nicolás Castro, todos sus compañeros seguro lo están escuchando allá en la universidad, ¿qué les manda decir a los compañeros, al rector, a todos los que hoy lo están extrañando porque lleva más de dos meses sin ir a clase?

Nicolás: no, pues les reitero lo que en una carta que les envié les dije hace unos días, que les agradezco mucho el apoyo que me han ofrecido, eh les agradezco que sigan creyendo en mi inocencia y que trabajen por colaborar con, con la justicia para tratar de demostrar mi inocencia, precisamente

Vicky: todos en algún momento la embarramos, cuando somos jovencitos, en algún momento somos rebeldes o lo que sea, en fín , hem, en ese sentido sería, sería un llamado a los hijos del Presidente o a Jerónimo Uribe en ese sentido, como mire, somos (…) somos jóvenes, nos equivocamos, pero hay que darle la oportunidad a la vida

Nicolás: sí yo tengo entendido que ellos hem no tienen ninguna intención de agravar mi situación, de hecho sé que tenían la voluntad de tal vez facilitar las cosas y yo también estoy he contento de esa posibilidad y la, la contemplo como una muy buena posibilidad para solucionar todo este problema

Vicky: Nicolás, siempre hemos visto a su papá llorando, en todas las declaraciones siempre está muy triste, muy triste, qué le dice hoy a su papá, a su mamá…

Nicolás: hum, ellos han visto siempre una esperanza de que todo esto se resuelva, yo les pido a que mantengan la fé, y que esperemos que todo esto se va a resolver, que seguramente habrá justicia y que se demostrará quién soy realmente, al final de todo este proceso…

Vicky: Nicolás, yo le quiero agradecer de verdad, y le quiero agradecer porque eh por cuestiones legales hoy no hemos podido hacer la entrevista que estaba prevista pero le quiero agradecer que, que tuvo Usted el, digamos, el detalle de sostener su palabra para, para que nuestros oyentes se dieran cuenta de que estábamos acá, y yo de verdad lo que le deseo es que su proceso se, se solucione rápidamente, espero poder conversar más ampliamente ya, a fondo, con la presencia del Doctor Ballesteros aquí, y, y creáme que, que le deseo mucha suerte, que dios lo acompañe…

Nicolás: bueno, muchas gracias Vicky por esa oportunidad y, y nos estaremos encontrando después entonces…

Vicky: seguro, de pronto en las próximas horas…

Nicolás: tal vez, je…

Vicky: gracias Nicolás…

Vicky: pues Rafael, yo creo que a ustedes les queda muy claro, se han presentado algunos inconvenientes de tipo legal, por esta razón pues no hemos podido hacer la entrevista extensa que íbamos a hacer con Nicolás, pero, pero de verdad yo estoy muy agradecida con él porque esperó hasta último momento a ver si podíamos solucionar los inconvenientes y ya lo escucharon Ustedes, él es un muchacho, común y corriente, que está esperando la posibilidad de que la justicia pues le, le de la oportunidad de seguir su vida y, y yo creo que no tenemos que decir nada más…

(Rafael): …si…

Vicky: …quedamos muy atentos aquí en la cárcel La Picota

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publicado por Teatro Crítico >>
http://teatrocritico.blogspot.com/2010/02/declaraciones-de-nicolas-castro.html

Fuente:
http://www.lafm.com.co/multimedia/nicol-s-castro-joven-que-habr-instigado-por-facebook-para-asesinar-un-hijo-del-presidente

Enlaces:
Amigos de la libertad de Nicolás Castro
http://amigosdelalibertaddenicolascastro.wordpress.com/

«Este papel es una cárcel»
http://amigosdelalibertaddenicolascastro.files.wordpress.com/2010/01/la-carta.pdf

21 comentarios

Gracias por esta transcripcion al señor Pablo Batelli (Teatro Crítico). sigue siendo un absurdo y un atropello a la libertad de expresión lo que le ha ocurrido a NC. esperemos realmente todo se resuelva a su favor.

¡Qué te caiga un pleito! (Sobre Nicolás Castro)

Nicolás Castro, enviado a la cárcel La Picota por un juez “de garantías” porque creó o participó en una página de Facebook en la que amenazaba de muerte al hijo menor del Presidente, ya lleva más de cincuenta días con sus noches en la cárcel.

¿Compartirá celda o tendrá una para él solo? Compartirla en otra cárcel, La Modelo, cuesta $200.000, pero para un interno nuevo el precio sube a $3.000.000 o $5.000.000, dependiendo del patio. ¿Y a quién hay que pagar? A algún preso funcionario o funcionario preso, al que haga la vuelta de repartir la plata entre el roscograma carcelario.

En La Modelo la encomienda no tiene costo, pero si además del tubo de pasta de dientes, rollo de papel higiénico, desodorante y jabón se quiere agregar una aspirina, champú, ropa, un libro, el precio se eleva hasta donde lo diga el guardia cateador, entre $300.000 y $500.000. Y si eso sucede en la cárcel que tiene un nombre ejemplar ¿qué se puede esperar de esa otra llamada La Picota?

Hace poco un preso, antes senador y ahora interno en el “Pabellón de los parapolíticos”, decidió remodelar su celda, ampliarla casi al doble; contrató a dos reos de otro patio y los puso a trabajar. Al parecer hay presos de tercera que trabajan para presos de primera, todo un sistema de clases y jerarquías basado en el capital metálico y reputacional que tenga el cliente. Cuando la remodelación fue “denunciada” por algunos guardias de La Picota, o hubo alguna diferencia en la repartición de las dádivas, varios presos de la parapolítica se delicaron y pidieron los nombres de los vigilantes sapos. Los políticos presos afirmaron que “tenían influencias” —uno de ellos es el hermano del Ministro de Justicia e Interior— y dijeron tener el poder de “trasladar o retirar del instituto” a los soplones. El caso fue reportado por un noticiero, se armó el escándalo del día y, poco tiempo después, el director de la cárcel fue enviado de vacaciones y los presos que amenazaron a sus guardias conservaron sus beneficios. De algo tiene que servir tener un hermano que trabaja codo a codo con el Presidente de la República. Finalmente, para reivindicar la obra espuria, se anunció que el espacio de la celda en cuestión será cedido como lugar de estudio para que los reos grafómanos rebajen tiempo de condena con sus planas: “No debo volver a corromper a los narcoparamilitares de Antioquia”, sería una buena oración.

Es posible que a Nicolás Castro no lo hayan internado en un patio de malevos armados de cuchillo y pipís, que es cómo se recibe a todo nuevo interno con pinta de pudiente; así se asusta al recién llegado, él alarma a sus familiares y pronto todos pagan para mejorar su situación. Castro debe estar tan seguro como los “parapolíticos” en su patio. Nadie quiere que le pase algo, es importante que su caso no llame más la atención, la noticia fue cubierta, quedó cubierta y cubierta está. A Castro le cayó la maldición de los laberintos de la ley: “¡Qué te caiga un pleito!”, dicen por ahí.

El proceso, como novela inconclusa de escritor checo, va en que el abogado de Castro pidió un cambio de juez, exige que el caso pase de un juez especializado en terrorismo a un juez penal de Cundinamarca. El abogado basó su impugnación en que la fiscalía “expresó que no estaba adelantando una investigación contra un terrorista”. El reclamo que hizo el abogado defensor quedará en manos de la Corte Suprema de Justicia que deberá decidir quién juzga a Castro, y así es posible que sea excarcelado, un beneficio que no tenía por haber sido clasificado como terrorista y acusado de “incitación a delinquir”, cargos sobredimensionados, sobre todo porque los auténticos incitadores, con sus plagios académicos, negociados y prepotencia, son otros.

Hace un tiempo las “autoridades” justificaban un allanamiento y una retención arbitraria con una frase de molde: “se encontraron sustancias químicas para producir explosivos y material de propaganda subversiva”, o en otras palabras: una botella de alcohol, algodón, fósforos y un ejemplar pirata de El Anticristo. Y entonces cualquiera puede ser culpable. Hoy, basta con esculcar un rastro dejado en la red para abrir un proceso por cualquier cosa.

El caso Castro no es más que un infomercial punitivo disfrazado de operativo contraterrorista, un mensaje difundido de forma amplía y gratuita por los medios, un paquete que gran parte de la audiencia se tragó sazonado con la grandilocuencia del comunicado triunfalista de los que hicieron las “labores de inteligencia”: “Gran trabajo policial para capturar al hombre que amenazó de muerte al hijo del presidente”.

La brutalidad policíaca ha aprendido algo de informática, ahora hay que andar con pies de plomo, vivir en el medioevo, evitar, con juicio y prudencia, a los poderes inquisitoriales que nos rondan, portarse bien: “La Policía Nacional previene a los padres de familia respecto a las implicaciones de carácter legal a que se pueden ver avocados los adolescentes, jóvenes, por la utilización indebida de Internet, la generación de odios, calumnias, difamaciones, instigaciones al delito, etc., que constituyen violaciones al Código Penal. Actualmente se investigan suplantaciones de identidad, amenazas, constreñimientos, matoneo escolar o ciberbulling, incluso ofrecimiento y venta de bebés en Internet que representan un incremento del 42 por ciento que por estos delitos adelanta la DIJIN.”

Nota: en la página http://amigosdelalibertaddenicolascastro.wordpress.com/ se puede seguir y participar de las acciones organizadas alrededor del caso de Nicolás Castro.

Lucas Ospina
http://www.lasillavacia.com/elblogueo/lospina/6556/que-te-caiga-un-pleito

Lección no aprendida

Es apenas lógico coincidir con quienes piensan que darle 15 años de prisión a Nicolás Castro, el joven que montó en Facebook el grupo “Me comprometo a asesinar a Jerónimo Uribe”, es una desproporción mayúscula. Arruinar la vida de un pelado por un acto absolutamente censurable y estúpido, pero afortunadamente sin consecuencias, es a todas luces una injusticia, más aún si uno piensa en la laxitud y el mimo que la Fiscalía les prodiga a los verdaderos criminales en Colombia. Y Nicolás Castro puede haber metido la pata, pero no es un criminal. ¿Se puede tildar así a un tipo tan chambón que abre una página amenazando a otra persona y monta una foto que en realidad corresponde al hermano de la víctima? No es un chiste: vean el pantallazo de Facebook reproducido en la revista Semana del 7 de diciembre. El amenazado es Jerónimo, pero el de la foto es Tomás.

También es fácil coincidir con muchos internautas en que ojalá las autoridades hubieran demostrado el mismo celo, la misma diligencia, el mismo rigor inquisitivo en los casos de Daniel Coronell, Piedad Córdoba o Gustavo Petro (para solo mencionar a tres personajes públicos amenazados en la red). Que no lo hayan hecho es una prueba más de que la justicia en Colombia tiende a ser selectiva o, como dicen por ahí, que la ley es para los de ruana.

Ahora: con quienes sí no es posible estar de acuerdo es con los numerosos internautas que, en aras de evitarle el carcelazo a Castro, se han dedicado a propalar las más inverosímiles –y en algunos casos dementes– disculpas sobre su conducta. En el portal de Esfera pública se han recopilado buena parte de estas intervenciones. Y lo que uno lee allí podría resultar risible si en la mitad no estuviera en juego el futuro de un joven que está viviendo la hora más amarga de su vida.

Según Emecé, un blogger, todo se trata de “un error semántico que tiene consecuencias a nivel jurídico”. “¿Cómo así?”, pregunta uno. “A mi humilde entender” –nos explica–, “una amenaza existe en la medida en que el amenazador le declara al amenazado que corre peligro. Cuando el sujeto de la expresión de disgusto no se da por enterado, no hay amenaza… Si miramos lo que ha pasado con Nicolás, no parece haber una amenaza ni verbal ni fáctica. Él, hasta donde se ha sabido, no le dijo a Jerónimo lo voy a matar”. O Emecé no ha hecho bien la tarea de investigar un poquito antes de ponerse a opinar o se le fueron las luces tanto como a Castro a la hora de escribir en su teclado lo primero que se le vino a la cabeza. Porque la página de Nicolás Castro, en la que se compromete a matar a Jerónimo Uribe e invita a otros a seguirlo, no se iba precisamente por las ramas en ese punto. Decía: este es “un grupo para aquellos que quieren vengarse del bellaco tirano, gobernante ilegítimo, masacrador, genocida” para “hacerle sentir a esta familia… lo que es perder a alguien que comparte lazos de sangre con uno mismo, para que les llegue hasta el alma el horror de la guerra… Cuando matemos a Jerónimo Alberto Uribe, solo faltará el padre de ese explotador y miserable”. ¿Dónde está el “error semántico”? ¿Cabe alguna duda de que hay una amenaza por lo menos verbal?

Jorge Peñuela, otro hermeneuta silvestre, sostiene que los estudiantes tienen un fuero especial, como el de los militares o los curas, que los exime de ciertas obligaciones con la sociedad. “Los estudiantes requieren un fuero –nos dice– que se les respete en todo lugar y tiempo, porque son bombardeados con muchos estímulos sensoriales y conceptuales que con mucha dificultad logran elaborar y asimilar”. Pobrecitos: uno entiende que eso de leerse un par de libros al mes resulte casi insostenible para el cerebro humano. Entonces, dado que la universidad los va volviendo más brutos de lo que eran antes de haber pisado un salón, ¿hay que tomarse sus más graves torpezas a la ligera? Lo curioso de este argumento es que hace unos años, aquí mismo en el Iceberg, polemizamos con una decana de la Universidad del Rosario que sostenía exactamente la misma tesis y, amparada en ella, expulsó de la facultad de Derecho a una estudiante que había fumado mariguana en una fiesta celebrada ¡un sábado! a ¡20 kilómetros de la universidad! Los estudiantes del Rosario, decía la decana, nunca dejan de serlo, ni siquiera cuando están fuera del campus, y por lo tanto deben someterse, siempre y en toda circunstancia, al reglamento universitario.

Estas ganzadas son típicas de Internet y no vale la pena concederles mayor importancia. Al fin y al cabo, la gente las escribe de afán y a veces, como en este caso, impulsados por la buena voluntad de ayudar en una causa justa. Lo que ya no resulta tan cómico es la renuente actitud de muchos internautas a considerar que Nicolás Castro hizo algo censurable. Que no es un asesino, pero sí cometió un grave error: una amenaza con nombre propio. “Sí”, dicen con esfuerzo, la cosa no estuvo bien, pero debemos tener en cuenta que…” Y, acto seguido, se aplican a enumerar toda clase de justificaciones. De ese modo, Ana María Villate puntualiza: “Me parece importante destacar que, entre otras cosas, Jerónimo y hermano han sido acusado de pilatunas bastante más graves que la de Nicolás”. ¿O sea que la solución a las “pilatunas” de Tom y Jerry es sentenciarlos a muerte? Otros, como Edwin Sánchez o los miembros de octavatribuna.org, denuncian el caso como un ejemplo más de censura. Así, Nicolás Castro acaba convertido en símbolo de la “libertad de expresión en contra del régimen narco-paramilitar de Uribe”. Y unos más, en lo que ya es el colmo de la ingenuidad, insinúan que lo de Nicolás pudo haber sido un “performance” artístico.

El sentido común debería enseñarle a Villate que en una sociedad recta las amenazas no dependen de quién sea el amenazado. Si uno condena las que hizo Náder a Daniel Coronell, debe ser consecuente y condenar las que se le hacen a Piedad Córdoba, a Jerónimo Uribe y a cualquier persona que las reciba. Ese mismo sentido común también debería señalarles un límite a los que piensan los actos de Nicolás como una práctica artística. ¿Por qué no dicen lo mismo de las amenazas casi diarias que los paramilitares o las Farc hacen en sus páginas web? Pero lo más preocupante de todo lo anterior es que muchos internautas parecen pensar, de manera explícita o velada, que la amenaza de muerte es parte de la libertad de expresión. Colombia es un país donde matar es el verbo que más se conjuga. Esa sola consideración debería servirles a los internautas para evitar las discusiones bizantinas. Estar comparando las amenazas en Facebook a Daniela, el personaje de la serie televisiva Padres e hijos, con las que le hacen al menor de los Uribe, solo indica una brutal ignorancia del contexto. Igualar la frase “Huy, me provoca matarlo” (que todos repetimos a diario) con los violentos ataques verbales de Nicolás Castro no es más que hacerse el bobo a propósito.

Nadie negará la evidente torpeza, la notoria desproporción, la absoluta falta de humor en la respuesta del gobierno en contra de este joven estudiante de artes que a lo sumo debería cumplir con trabajo social, y que ya ha pasado por bastante por su error. Pero eso tampoco debe servirle a los internautas para negar la gravedad del hecho y para poner entre comillas el respeto inviolable a la vida humana. Una lección que, tristemente, no hemos aprendido.

El Malpensante
http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1512

“Es una terrible injusticia”

Cecilia Orozco Tascón: Nicolás me gustaría empezar por el principio, ¿cómo se enteró usted que estaba en problemas con el caso del hijo del presidente Álvaro Uribe?

Nicolás Castro: Cuando me hicieron un allanamiento en mi casa en julio. Ahí me llegaron un día como a 6:00 a.m. Yo estaba durmiendo. Llegaron con una orden, allanaron la casa, incautaron dos computadores y ellos me informaron que ese allanamiento se debía al caso de unas amenazas que le habían hecho al hijo del presidente Uribe.

COT: ¿Usted sabía de qué le estaban hablando? ¿A qué se referían ellos?

NC: Yo había visto esa noticia en Caracol unos días antes. Cuando ellos me explicaron de qué se trataba el asunto fue que empecé a comprender, porque inicialmente no sabía muy bien lo que estaba pasando.

COT: Y cuando usted vio que estaban allanando su casa, ¿qué pasó por su cabeza en ese momento?

NC: En ese momento yo no tenía qué pensar tanto, así que estuvimos en la Fiscalía varias veces preguntando qué era lo que estaba pasando, porque no entendíamos por qué llegaban a hacer un allanamiento sin yo saber a qué se debía todo eso. Lo único que yo sabía era que no tenía nada que ver con ese lío y qué no me explicaba con base en qué pudieron darles a ellos permiso para que me incautaran esos computadores. En ese momento no tenía nada que pensar, más allá de la preocupación de saber que me estaban acusando de algo de lo que ni siquiera estaba enterado.

COT: Pero usted reconoce que había entrado a facebook a contactarse con otras personas para hablar en contra de Jerónimo Uribe?

NC: No, de ninguna manera. De hecho si la Fiscalía tuviera algún mensaje mío, aunque fuera solamente uno, contactando a alguien para hablar de eso, estoy seguro que ya hubieran hecho un escándalo y habrían salido a mostrar esos supuestos mensajes. Pero en realidad no existe ningún mensaje para hablar con nadie sobre ese tema. A duras penas saben que yo un día entré a mirar la página esa y que dejé una opinión y punto. De ahí creo que arrancan a involucrarme con las amenazas. Pero de mi parte nunca salió ningún mensaje para con nadie, ni existe ningún tipo de mensaje hablando sobre Jerónimo Uribe en ninguna plataforma.

COT: ¿Entonces usted está detenido por una frase que ni siquiera fue escrita por usted, según la versión suya?

NC: De hecho es algo que ni siquiera la propia la Fiscalía ha podido aclarar. Yo en la primera audiencia me declaré inocente de los cargos que ellos estaban como imputándome. Y la Fiscalía no ha podido aclarar si fui y no fui yo. O sea ellos mismos no han podido aclararlo, entonces eso habla por sí sólo.

COT: ¿Entonces en sus computadores que fue lo que encontró la Fiscalía?

NC: La Fiscalía dijo que habían encontrado una conversación de messenger, que era privada, e interpretan unas cosas de la manera más grave. Tomaron cosas fuera de contexto, de manera irresponsable y que no concuerdan con lo que me quieren imputar. Ellos me están acusando de un delito de instigación a delinquir con agravante de homicidio. O sea que yo estaba haciendo toda una conspiración para ir a convencer a un grupo de personas para que fueran y cometieran un homicidio. Pero a duras penas sacan una conversación mía de un computador. Leen un extracto en donde no hay ninguna diferenciación en qué es lo que digo yo, qué dice mi interlocutor y en un desorden. Entonces hay una confusión ahí y a la hora de presentar las pruebas tampoco traen la documentación para demostrar cómo obtuvieron eso.

COT: Al margen de lo que ellos puedan probar, ¿usted que reconoce que escribió sobre Jerónimo Uribe o alguno de los hijos de Presidente?

NC: No, yo simplemente di alguna vez una opinión sobre una cuestión de artesanías de Colombia, una cosa que yo ni siquiera tenía clara, una cosa que fue hace muchísimo tiempo como cualquier persona en Colombia que si le llegan con rumores sobre una cosa que están haciendo mal hecha, no sé, dice algo, pero era una cosa que no tenía nada que ver con amenazar a nadie de muerte, ni con querer ir a meterme con nadie, o sea simplemente yo escucho unas cosas opiné al respecto y ya. De ahí en adelante son conjeturas de la Fiscalía.

COT: ¿Usted entonces afirma tajantemente que no fue el creador del grupo en facebook en el que se mencionaba la muerte de Jerónimo Uribe, si bien no de ir a matarlo pero sí de quererlo matar?

NC: No tengo nada que ver con eso. La Fiscalía no se pone de acuerdo ni siquiera en qué es lo que me está acusando.

COT: Usted es un estudiante universitario, tiene calificaciones altas, es un joven inquieto como cualquiera de su edad. ¿Qué piensa usted o qué pensaba en aquella época de las actividades de los hijos del Presidente?

NC: Hay cosas muy negativas que dicen de ellos, pero realmente yo no puedo saber qué es cierto y qué es falso. Yo pienso que ellos son seres humanos en una posición muy complicada que es ser hijos del Presidente, donde están siempre en el ojo del huracán.

COT: Usted que está en la cárcel hace tres meses por unas sospechas de la Fiscalía, ¿se siente libre de opinar sobre ellos o se siente cohibido?

NC: Ahora creo que ahora es cuando menos libertad de expresión tengo, porque por un mero comentario me están procesando como si fuera uno de los peores criminales de este país. Tienen unos investigadores que pueden corroborar que yo no tengo conexión con ningún criminal o con esas guerrillas con que me estaban vinculando y vienen y me tratan como si fuera la peor persona del mundo. No sé con qué más me van a vincular porque la Fiscalía no tiene ninguna precisión en lo que dice, pero sí vía libre para encerrarme en una cárcel a pesar de que ni siquiera he tenido unos antecedentes que ameriten sospechas. Estoy amarrado de manos, no puedo hablar libremente. Los policías desde que lo capturan a uno le dicen esa frase lapidaria de “tiene derecho a guardar silencio”, o sea, “tiene derecho a morirse”, porque ¿qué es lo que lo hace a uno partícipe de la sociedad, qué es lo que lo hace presente? El poder de manifestarse o expresarse. ¿Guardar silencio qué es? Pues desaparecer. Entonces me tienen desaparecido prácticamente. Afortunadamente ya en este momento estoy pudiendo empezar a manifestarme y lo que veo es una injusticia terrible.

COT: ¿Entonces siente que la justicia ha sido más dura con usted que lo que hubiera sido en otro caso si la persona a la que se hubiera referido no hubiera sido hijo del Presidente?

NC: Cuando llegué a la cárcel me dijeron que en el patio contiguo estaban unos individuos procesados por paramilitarismo, gente de Justicia y Paz. Ellos pagan penas de siete u ocho años, con cientos de muertos encima. Y yo por unas supuestas amenazas voy a pagar entre nueve y 15 años. Es una desproporción. No entiendo si es porque es el hijo del Presidente o hay algún interés oculto que no alcanzo a comprender. Lo que sí sé es que esto no tiene ninguna mesura ni ninguna justificación porque más me habría valido entonces cometer un genocidio y me castigan a seis años. Esto no tiene sentido.

COT: Se dijo que en algún momento se iba a conciliar con los abogados del hijo del Presidente. ¿Qué era lo que iba a conciliar y por qué esa conciliación nunca se adelantó?

NC: Es que realmente no fue una conciliación con ellos sino con el fiscal. El fiscal llegó a nosotros a prometernos unas cosas y me dijo que me iba a poner libertad condicional y que iba a haber todo un arreglo y a pesar de todo yo iba a quedar como culpable. Yo tomé eso para pensarlo como una posibilidad, pero finalmente terminar como culpable por algo que no hice no se justifica, aún saliendo libre. Creo que a pesar de todo vale más la verdad, la justicia, salir declarado inocente, así me toque esperar quién sabe cuántos meses. Esa fue la cuestión que no permitió que prosperara el acuerdo. Además el fiscal me prometió la libertad condicional cuando hablamos, pero cuando yo vi el documento que tenía que firmar, ahí ya no hablaba de ninguna libertad condicional. Eso generó un ambiente de inseguridad porque no se sostenía lo dicho, entonces ¿cómo voy a confiar yo en una persona que un día dice una cosa y luego me manda un documento donde me dice otra? Un documento completamente ambiguo.

COT: Entonces ¿usted cree que el fiscal no está actuando imparcialmente?

NC: Definitivamente hay algo ahí por esclarecer que yo no alcanzo a comprender.

COT: ¿Usted cree que el fiscal está obedeciendo órdenes o está de acuerdo con los abogados de los hijos del Presidente o con los propios hijos del Presidente?

NC: Yo quisiera pensar que no, que no se debe a un asunto de influencias políticas y nada de esas cuestiones, pero la verdad en este punto cualquier cosa parece posible, así como es inverosímil mi caso. Pero lo que usted me comenta tal vez es una posibilidad.

COT: ¿Usted ha calculado lo que le podría pasar en caso de ser condenado? ¿Cree que ante un juez va a ser declarado inocente?

NC: Sí, yo solamente contemplo la posibilidad de ser declarado inocente. No me cabe en la cabeza la posibilidad de ser declarado culpable. Para mí no es una posibilidad porque no veo cómo podrían justificar algo así. Más aún cuando primero hablan de amenazas y ahora me procesan por un delito mucho más grave. Si inicialmente no había posibilidad de mostrar las amenazas, mucho menos van a poder demostrar ese delito tan exagerado que están intentando acusar.

COT: Si usted tuviera la posibilidad de hablar con Jerónimo Uribe, ¿qué le diría?

NC: La mayor inquietud que yo tengo frente a esta persona es qué piensa de todo esto o si solamente le interesa saber qué pasó, quién está detrás de todo esto, qué piensa del manejo que le están dando.

COT: ¿Usted piensa que tiene los mismos derechos o puede ejercer la plenitud de sus derechos como Jerónimo Uribe o se siente en condiciones de inferioridad respecto a él?

NC: Yo dejaría que los hechos hablen. Los hechos dejan entrever que, al parecer, hay una desigualdad porque no creo que frente a otras amenazas se haya procedido de la misma manera. Creo que hay amenazas contra el propio presidente Uribe y no ha habido ningún tipo de investigación. Pareciera que estamos ante un tipo de desigualdad porque no veo que le hagan ningún tipo de seguimiento a toda la infinidad de amenazas que circulan por facebook y que tienen una cantidad de adeptos, que son personas que realmente participan en esos grupos y que opinan masivamente, mientras que en este caso un grupo que no tiene ninguna participación, donde prácticamente no tiene ningún movimiento, deriva en que yo termino preso, a pesar de que no hay claridad sobre los hechos.

COT: ¿Cómo lo han tratado en el INPEC?

NC: Como a cualquier persona, pero he sentido que hay como cierta consideración, siento que ha habido cierta favorabilidad, creo que cada persona en este país emite un juicio interno frente a este caso y la mayoría de las personas que han tenido que acompañarme a las diligencias o cuando me han llevado de un lugar al otro han pensado para sí mismos que esto es una injusticia.

fuente >
http://www.elespectador.com/impreso/cuadernilloa/entrevista-de-cecilia-orozco/articuloimpreso188769-una-terrible-injusticia

«Que Jerónimo diga si es justo que yo esté en la cárcel»: Nicolás Castro

Por Por José Monsalve, periodista de SEMANA
Desde la cárcel La Picota, Nicolás Castro le envió un mensaje a Jerónimo Uribe.

Nicolás Castro fue un universitario anónimo hasta el pasado dos de diciembre. Ese día, después de varios meses de pesquisas, fue detenido y presentado por las autoridades como el creador de un grupo virtual cuya consigna era “Me comprometo a matara a Jerónimo Uribe, hijo de Álvaro Uribe”. De inmediato su nombre ocupó los titulares en todo el país y su caso abrió un debate que está lejos de agotarse. La Fiscalía lo acaba de acusar formalmente de instigamiento para delinquir y podría ser sentenciado a varios años de prisión. Está recluido en la cárcel La Picota, donde recibió a Semana.com para hablar de su laberinto jurídico.

Semana.com: ¿Cuáles son las condiciones de reclusión?
N.C.: Estoy en patio de funcionarios públicos, sobre todo hay policías, políticos y gente del DAS. Me enviaron ahí por asuntos de seguridad. Por las mañanas el conteo de los internos se hace rápido y sin complicación y durante todo el día tenemos acceso a los patios y pasillos. Los internos tiene un grado de formación que permite tener una buena convivencia.

Semana.com: ¿Cuál es su rutina?
N.C.: Trato de levantarme antes de las siete. Los guardianes revisan que todo esté en orden. Desayuno y luego trato de intercalar varias actividades: leer, dibujar, hacer deporte o encontrar una película en la televisión. Ahora se organizó un torneo de microfútbol y ahí estoy. Por las noches estudio o llamo y converso con amigos.

Semana.com: ¿Qué es lo que más lo ha impactado del encierro?
N.C.: Cuando se está afuera el mundo es inabarcable. Los límites estaban fuera de mi campo de acción. Acá pasé a vivir en un microuniverso donde los límites son los muros. ¡Uno siempre tiene muros al rededor! Ya no hay un horizonte abierto. El encierro lo hace sentir a uno vetado. Anulado. Es difícil de sobrellevar. Es angustioso. Hay una sensación de zozobra, como de estar perdiendo la vida y uno acá encerrado sin poder hacer nada. Se está en manos del abogado, el fiscal y la juez, mientras que uno tiene que guardar silencio. Lo que hace a una persona partícipe de una sociedad es la posibilidad de manifestarse y si uno tiene que guardar silencio pues desaparece.

Semana.com: ¿La cárcel resocializa?
N.C.: El encierro no me está aportando nada positivo. Nada respecto a como yo asumo las cosas. Veo que la mayoría de presos difícilmente van a resocializarse. La mayoría del tiempo están compartiendo sus maneras de delinquir y encontrando nuevas formas. Nadie siente acá que saldrá a revivir sus espacios cotidianos sino que se va a cargar con el estigma de haber sido preso y que nadie le ofrecerá un trabajo, alguna oportunidad. El encierro no reconvierte a los individuos para que puedan reintegrarse a la sociedad. El objetivo no debería ser el castigo sino lograr que la persona pueda superar el mal proceder para que pueda reintegrarse a la sociedad como un miembro positivo.

Semana.com: Su lío judicial arranca porque en Internet apareció un grupo virtual que creó alguien que se identificó como ‘El cuervo del Salado’. Desde allí se formuló una amenaza a Jerónimo Uribe ¿qué participación tuvo en ese grupo?
N.C.: Yo conocí la existencia del grupo, pero siempre pensé que eso no tenía ningún tipo de seriedad. Me vine a preocupar cuando vi la noticia de que la Policía estaba investigando, pero siempre estuve dispuesto a contar lo que yo sabía. Frente a los cargos que la fiscalía me imputa me declaro inocente. Luego se publicó una conversación confusa, cosas que yo no pude haber dicho, porque yo sé cómo hablo, todos esos elementos son confusos, no tienen la contundencia para decir que yo hice una cosa o la otra.

Semana.com: Usted se refiere a un chat que las autoridades encontraron en el computador que le incautaron. Según la fiscalía, en esa conversación usted acepta ser el creador del grupo ‘El cuervo del Salado’ y con palabras de alto calibre revela odio por Jerónimo Uribe ¿Cree que esa conversación fue manipulada?
N.C.: No lo puedo asegurar pero me queda la inquietud de que no tuvo un manejo adecuado. Frente a la posibilidad de que no tengan ninguna prueba en mi contra se trata de darle gravedad a esa conversación para poder justificar lo que me están haciendo. Como no hay otro tipo de prueba distinta a esa conversación, la manipulan e interpretan de una manera exagerada. La fiscalía obtuvo muchas conversaciones mías con distintas personas pero sólo sacaron esta a relucir. Están haciendo una interpretación tendenciosa de lo que se dice ahí. La veracidad del contenido será algo que determinará la juez.

Semana.com: En ese chat se lee en los primeros párrafos, “ese grupo lo hice yo, esa cuenta de Cuervo de El Salado era mío”, ¿esa frase es suya?
N.C.: En este momento es muy complicado decir qué fue lo que hice o no, porque es parte de un proceso judicial. Estoy seguro de que hay cosas que no corresponden a los hechos. Yo sé hasta qué punto tengo que ver con este asunto, y sé que realmente no estaba instigando a cometer ningún homicidio.

Semana.com: ¿Usted es el autor del comentario firmado por ‘Nicolás’, en el que se descalifica a Jerónimo y se asegura que él explota laboralmente a indígenas?
N.C.: Yo sé que visité el grupo y que hice un comentario escueto con un lenguaje inapropiado, por cosas que uno escucha. Pero de ahí a inferir que yo estoy conspirando para intentar asesinar a una persona es algo muy complicado, hay mucho camino entre una cosa y la otra.

Semana.com: ¿Reconoce que cometió un error?
N.C.: En un momento de exaltación en el que uno tal vez considera conjeturas que escucha sobre Jerónimo Uribe uno puede manifestar una opinión agresiva producto de esa exaltación. Hay momentos de ira en los que uno piensa que algo es injusto. Tuve cierta molestia y no la supe enfocar. Dije cosas de las que me arrepiento en este momento. Todos cometemos errores. Respecto al comentario reconozco que usé un lenguaje inapropiado.

Semana.com: ¿Cómo llegó a ese grupo de Facebook desde donde se formularon las amenazas?
N.C.: Jerónimo Uribe es un personaje, al ser hijo del presidente está en contacto con muchas cosas. El grupo apareció dentro de alguna búsqueda que yo realicé.

Semana.com: No es ningún delito hacer cualquier consulta en Internet pero ¿qué lo motivaba a consultar páginas proclives a organizaciones armadas?
N.C.: La fiscalía no ha precisado nada, siempre se queda en declaraciones muy generales. Dicen que visité rebelion.org, una revista virtual que según ellos apoya a grupos terroristas, pero para mí es una plataforma donde se manifiestan opiniones. Es una revista y punto. Y lo mismo con cualquier otra consulta que haya hecho, lo hacía por investigar. Las Farc aún están vigente, es un grupo que está generando víctimas, conocer el trasfondo de esos grupos y entender qué los motiva a actuar de esa manera es una inquietud apenas comprensible para un universitario. Hice esas consultas para tratar de comprender qué es lo que pasa en el país.

Semana.com: ¿Es militante o simpatizante de algún movimiento político?
N.C.: No he encontrado un partido o una ideología que me represente a mí con mis posiciones.

Semana.com: ¿Considera válida la lucha armada?
N.C.: No. Me parece que las guerrillas lo que han logrado es estigmatizar cualquier posición crítica o reflexiva frente al Estado. Cualquier cosa que se diga frente al Estado se asume como una posición revolucionaria, y pasa uno a ser visto como un guerrillero, como un violento. Creo que es supremamente negativo lo que ha hecho la guerrilla a lo largo de estos años, han esparcido violencia y han atropellado al pueblo. Son gente encerrada en su manera de ver las cosas e incapaces de observar la posición divergente de los otros y tienden a atropellar y matar a inocentes. No han conseguido nada distinto que desangrar el país.

Semana.com: ¿Qué opina del gobierno de Álvaro Uribe?
N.C.: No sé hasta qué punto Uribe es la persona beligerante y guerrerista que han pintado, pero yo no comparto los excesos. Me parece errado combatir por medio de la violencia la crisis social que tenemos. El presidente ha intentado resolver la guerra por los medios que él considera apropiados. Yo disiento en esa visión. Él es un ser humano con errores y aciertos. Y creo que el que acierte o no depende también del silencio que los ciudadanos mantienen frente a esas políticas. Los ciudadanos deben manifestarse.

Semana.com: ¿Cuáles son sus sentimientos hacia Jerónimo Uribe?
N.C.: Antes de todo este asunto no sabía muy bien quién es él. Escuchaba muchos rumores negativos pero no se si es verdad. Creo que está en una posición muy difícil por ser hijo del Presidente. Todo el tiempo está en tela de juicio y a toda hora la gente juzga sus acciones, eso es terrible. Independiente de si se equivoca o no es una posición difícil.

Semana.com: ¿Usted cree que está en la cárcel por cuenta de Jerónimo?
N.C.: No. No por voluntad directa de él. Creo que estoy acá por voluntad de otras personas. Él participa de todo esto como víctima de unas amenazas y tiene todo el derecho de intentar esclarecer eso. Pero no lo está consiguiendo porque esto ha tomado un rumbo distinto al de hacer justicia.

Semana.com: ¿Qué mensaje le envía?
N.C.: Le hago un llamado para que se involucre mucho más en este asunto y para que trate de determinar qué está pasando. Le pido que tome partido y diga si le parece justo o no todo esto que me está sucediendo a mí. Según lo plantea la fiscalía este es un asunto entre él y yo. Se cree que yo hice las amenazas de las que él es víctima, entonces le pido que fije una posición, que diga qué le parece todo esto. Que diga si realmente cree que se está haciendo justicia. Hasta ahora lo único que he escuchado de él es un comunicado muy escueto que salió en los medios según el cual él no quiere complicar mi situación y que esperaba que pronto regrese a mi vida normal, pero hasta ahora eso no ha sucedido. Le pido que se manifieste.

Semana.com: Después de que hicieron los allanamientos pasaron un par de meses hasta que lo detuvieron, ¿usted en ese tiempo no trató de solucionar el asunto?
N.C.: Nos presentamos a la fiscalía en varias ocasiones, pero el fiscal nunca quiso hablar conmigo, nunca nos prestaron atención. Nunca quisieron encontrar una solución distinta que no fuera detenerme en una cárcel, esa ha sido una de las grandes injusticias que no he entendido. Por qué me dan un trato tan agresivo, tan duro, si yo siempre me presenté, estuve dispuesto a colaborar con la justicia. La captura fue muy irregular. La Policía no se identificó, se presentaron dos mujeres, salí a la calle a ver quiénes eran y en ese momento empezó un operativo gigantesco, y no entiendo para qué hacen esas cosas si me estuve presentando a la fiscalía voluntariamente.

Semana.com: Luego de su detención, se habló de un preacuerdo con la fiscalía ¿por qué no se pudo llegar a eso?
N.C.: El fiscal me propuso un acuerdo. Dialogamos con él, propuso unas cosas, que prácticamente producían mi libertad. Yo estaría libre en 15 días más o menos. Proponían que me declarara culpable en ciertas cosas, eso me incomodó porque no quería ser declarado culpable de algo que no había hecho. Yo cedía en el afán de salir libre, me angustiaba seguir sometiendo a todo esto a mi familia. Después examinamos con mis abogados el documento y hubo un cambio entre lo que se habló y lo que salió escrito.

Semana.com: ¿Usted cree que todo esto es un montaje?
N.C.: La fiscalia ha cambiado mucho de posición, primero decían que yo no era terrorista, luego dijeron que sí, y ayer tuvieron que decir que no había ningún caso de terrorismo. No sé porque estoy metido en una cárcel sin que haya un sustento sólido para actuar en mi contra. No veo elementos probatorios contundentes. No sé cuál es la motivación. No sé hasta qué punto pueda ser un montaje o si corresponde a voluntades ajenas del proceso.

Semana.com: En Internet se registran en todo momento amenazas pero no se conoce de muchas situaciones que deriven en procesos judiciales ¿Qué opina de eso?
N.C.: Eso genera un ambiente de conjeturas, qué puede ser lo que está motivando este caso. Si quieren sentar una posición de hacer control en Internet, que no pareciera, porque si fuera así estarían judicializando a las demás personas que han emitido amenazas con nombre propios, y aún así la fiscalía no ha procedido con ellos de ninguna maneras. A mí no me queda claro por qué conmigo se toma toda esta gravedad y por qué con las otras amenazas no hay otro tipo de investigación.

Semana.com: ¿Qué piensa hacer cuando todo este asunto concluya?
N.C.: De alguna manera soy una figura pública y hay gente que me ha manifestado apoyo. Esa solidaridad puede que me abra puertas en algunos campos. El que más me interesa es el académico, quiero continuar estudiando. Y a la par con eso me gustaría poder hacer propuestas en el campo político. No sé desde qué escenario pero me parece interesante.

Semana.com: ¿Piensa en la posibilidad de pasar varios años en la cárcel?
N.C.: Si pasara eso creo que sería la continuación de algo que considero una injusticia. Sería injusto porque soy inocente. Si me condenan sería simplemente terrible.

Semana.com: ¿Qué está leyendo por estos días?
N.C.: Vigilar y castigar del filósofo Michael Foucault. El libro habla de todo este asunto de las cárceles, del impartir justicia y de cómo se vigila a las personas. También estoy leyendo El Proceso, Kafka. Leo mucho sobre todo este asunto del aparato de impartir justicia.

‘Yo nunca he conspirando para matar a nadie’, afirma joven señalado de amenazar a Jerónimo Uribe

Nicolás Castro insiste en su inocencia y dice que buscó un acuerdo con la Fiscalía.

Casi tres meses después de su captura, Nicolás Castro Plested, señalado de amenazar por Internet a Jerónimo Uribe, hijo del Presidente, habló con EL TIEMPO en la cárcel La Picota de Bogotá.

El joven, de 23 años y estudiante de Bellas Artes, insiste en que es inocente, que nunca ha conspirado para asesinar a nadie y que el 2010 para él aún no comienza porque sigue inmerso en lo que llama «una pesadilla»: ser señalado como el creador del grupo de Facebook ‘Me comprometo a asesinar a Jerónimo Uribe’.

Ahora, cuando la Fiscalía lo llamó a juicio por el delito de instigación para delinquir agravado con fines de homicidio (hasta 15 años), Nicolás piensa en seguir estudiando con tutores de la universidad Jorge Tadeo Lozano y en dictar clases de teoría del color a otros detenidos.

La Fiscalía lo llamó el jueves a juicio por el delito de instigación para delinquir agravada con fines de homicidio, ¿insiste en su inocencia?

El cargo que la Fiscalía me imputó es algo que yo no acepto y me declaro inocente. No soy una persona que estuviera conspirando para atentar contra la vida de otra. Me juzgan como si yo fuera una especie de criminal. No sé por qué (el caso) ha tomado este rumbo si yo nunca he mostrado ningún tipo de resistencia a esclarecer las cosas ante la justicia. Entiendo que el tema es grave y que debe haber una investigación, pero la injusticia para mí es que yo tenga que enfrentar un encierro cuando no se ha demostrado nada y efectivamente me declaro inocente.

¿Qué relación hay entre Nicolás, ‘El cuervo del Salado’ y el grupo ‘Me comprometo a asesinar a Jerónimo Uribe’?

Según la Fiscalía, el ‘Cuervo del Salado’ es el alias de la persona que creó el grupo. Ellos mismos se dieron cuenta de que no había ninguna relación entre él y yo. Sí yo hubiera mandado algún mensaje ellos los tendrían y ya lo hubieran hecho público. Ellos me conectaron al caso con unas investigaciones y conjeturas que hicieron, pero eso es un asunto del juicio.

Usted ha dicho que es inocente del delito, pero ¿usted creó ese grupo?

Yo me sostengo en que no tengo ninguna responsabilidad en ese asunto (…) Decir que yo soy inocente es decir que no creé el grupo.

Pero estuvo a punto de firmar un acuerdo con la Fiscalía en el que se declaraba culpable…

Hubo un momento en el que la Fiscalía ofreció unas cosas en una charla que tuvimos. Eso sonaba muy bien hasta cierto punto y estaba la desesperación mía de recuperar mi libertad, de recuperar algo que yo no podía aceptar que hubiera perdido. Pero declararme culpable no se justifica ni siquiera recobrando mi libertad porque nunca estuve haciendo lo que ellos dicen. También era muy negativo que saliera con antecedentes tan graves sin haber hecho nada de lo que me acusan.

¿Por qué sigue en la cárcel?

Eso hace parte de la injusticia. Me parece injusto que me ataquen de una manera tan grave y en otras amenazas que sí pudieran ser reales y que tuvieran la intención de cumplir lo que están buscando, no les hagan ningún seguimiento o advertencia. Yo no tengo que ver en este asunto y es evidente que no tengo ningún medio para atentar contra la vida de nadie.

Antes del proceso, ¿qué era ‘Facebook’ para usted?

Yo creé un perfil en Facebook por un amigo que está en Francia. Creé el perfil, que sigo teniendo hasta ahora, y lo usé para comunicarme, para ponerme en contacto con los compañeros, con los amigos, con gente que está lejos, con la academia. Por ejemplo cuando fui representante estudiantil montamos una plataforma de comunicación con los estudiantes.

La Fiscalía dice que tenía visitas a páginas de las Farc, ETA y otros grupos ilegales…

Sí, pero eso es la curiosidad de cualquier estudiante. Si lo hice es porque estaba estudiando para alguna cuestión de la universidad. Pero creo que no es tan fácil ponerse en comunicación con ninguno de estos individuos. Si hubiera habido alguna conversación mía con esos individuos la Fiscalía ya lo hubieran hecho público.

¿Conocía a Jerónimo Uribe?

No conocía personalmente a Jerónimo, ni si quiera lo había visto por la calle de casualidad. Sabía a duras penas que estudiaba en Los Andes.

¿Tenía algún tipo de reparo o crítica hacia él?

La misma que tienen todas las personas en el país, que son más bien conjeturas (…) Independientemente de la figura pública que es Jerónimo, cualquier cosa de lo que yo pudiera decir de él lo haría en otros espacios distintos de Facebook, porque este es más de socialización. Ahí la gente se arriesga a hacer comentarios tan graves como el que generó mi problema.

¿Qué ha sido lo más difícil de estar en la cárcel?

Estar lejos de mi familia y observar que la vida sigue para todos los demás pero que mi vida tuvo un pare. Mis compañeros siguen, todos avanzan, se van a graduar y yo no sé si me graduaré. Es complicado sentir que quedé detenido en el tiempo y que quedé atrás de todo lo que era mi vida, la cual siguió adelante y no me va a esperar.

¿Quién es Nicolás Castro Plested?

Un estudiante de artes que estaba muy metido con la facultad, en el mundo del arte, la literatura, en exposiciones y en mi carrera. Acá en la cárcel me he dedicado a seguir instruyéndome, preparándome y buscando poder terminar mis estudios. Si los termino acá, saldré a buscar una maestría.

PAULINA ANGARITA MENESES
REDACCIÓN JUSTICIA

fuente >
http://www.eltiempo.com/colombia/justicia/nicolas-castro-habla-con-el-tiempo_7294054-1


Foto: Guillermo Torres. Revista Semana

Audiencia

El jueves asistí a la audiencia de Nicolás Castro en los juzgados de la calle 31 con 6. Escuché al abogado defensor, a la juez y a la representante de la Fiscalía. Incluso tomé notas de los diferentes argumentos al igual que en la primera audiencia.

Y en realidad, me asombró la confusión con que la Fiscalía manejó la información, errores que inmediatamente debían ser corregidos, demora en responder lo que se preguntaba, ausencia de las pruebas que solicitaba la Defensa respecto a cómo fue el proceso por el cual se tuvo la colaboración del FBI y de un funcionario de la Embajada Americana en Bogotá. Apoyos que todos tenemos claro, no es usual que se tengan en el tipo de amenazas que han circulado en Colombia por Internet o por otros medios desde hace varios años, y que diferencian el caso de Nicolás Castro de las investigaciones realizadas sobre amenazas contra la vida de ciudadanos del “común”.

Tampoco se dio una respuesta sobre la colaboración de Facebook en todo este proceso de descifrar identidades y del acceso legal a la información que circuló por la Red desde julio de 2009. La Juez, que ha evidenciado su profesionalismo e imparcialidad desde la primera audiencia, le dio a la Fiscalía 3 días para entregarle a la Defensa todos estos documentos oficiales de solicitud de colaboración a otras instituciones extranjeras. Lo que asombra es que Nicolás Castro lleva tres meses en la cárcel, y la Defensa en todo este tiempo no ha tenido acceso a los documentos que certifican la legalidad de los procedimientos de investigación con la participación de instituciones que han dado información con base en la cual se han hecho las acusaciones. Al menos, después de las respuestas un poco caóticas de la Fiscalía, eso fue lo que entendí.

También, la Fiscalía aclaró por petición de la Defensa los cargos y el de terrorismo no tenía nada que ver con Nicolás Castro –aunque lo que difundieron inicialmente los medios masivos de comunicación hace unos meses era en ese sentido-. Igualmente, la representante de la Fiscalía dijo que ella no tenía la información que se le solicitaba en la audiencia porque el funcionario encargado del caso estaba de vacaciones. Se dio un receso de 15 minutos para que la funcionaria hiciera las llamadas respectivas para esclarecer lo que nadie respondía, pero al final la Juez como lo dije anteriormente, le dio tres días para presentar los documentos solicitados.

Pensando en todo lo sucedido el jueves en la mañana, recordé que el abogado que representa a Jerónimo Uribe nunca habló durante la audiencia. Sentado al lado de la representante de la Fiscalía, no dijo nada ni a favor ni en contra de las solicitudes que hizo la Defensa de Nicolás ni de las a veces vagas respuestas de la Fiscalía. Y, como de asuntos jurídicos se poco, alguien me pude aclarar si ¿la Fiscalía representa a Jerónimo Uribe o al pueblo colombiano?.

Como dice Nicolás Castro en diversas entrevistas que le han realizado ¿por qué Jerónimo Uribe no hace una declaración pública de todo lo que ha sucedido, si finalmente la investigación fue solicitada por él y por su hermano?

Respecto a tragedias que han conmocionado al país como el Holocausto del Palacio de Justicia y el asesinato de Luis Carlos Galán ¿el FBI ha colaborado para aclarar lo sucedido? Han pasado más de 20 años y aún no hay un fallo legal al respecto y las investigaciones se complejizan y bifurcan como si fuera imposible aclarar lo sucedido para hacer justicia. Sobre estos hechos históricos es fundamental hacer una reparación a las víctimas para construir verdaderamente un país basado en presupuestos de “justicia y paz”. Y por ello repito mi pregunta ¿Se le ha solicitado al FBI colaboración para aclararle al país un holocausto y un magnicidio? Desconozco si ha existido un trabajo conjunto para ello. ¿Alguien me lo podría decir?

El artículo del Malpensante que hace una critica a todo lo que se ha escrito en Esfera Pública sobre Nicolás Castro y al texto de Ana María Villate de Semana.com –por lo demás valiente, exhaustivo y que en ningún momento sentí como legitimador de amenazas de muerte- sintetiza su argumentación en este párrafo:

“El sentido común debería enseñarle a Villate que en una sociedad recta las amenazas no dependen de quién sea el amenazado. Si uno condena las que hizo Náder a Daniel Coronell, debe ser consecuente y condenar las que se le hacen a Piedad Córdoba, a Jerónimo Uribe y a cualquier persona que las reciba. Ese mismo sentido común también debería señalarles un límite a los que piensan los actos de Nicolás como una práctica artística. ¿Por qué no dicen lo mismo de las amenazas casi diarias que los paramilitares o las Farc hacen en sus páginas web?”

Lo que me parece extraño, es que Villate publicó su texto en Semana.com y precisamente esta revista siempre ha condenado en textos de opinión o en investigaciones periodísticas, las amenazas a Daniel Coronell y a otros personajes del país, entonces el mismo contexto aclara el cuestionamiento del Malpensante. La autora no tenía que repetir lo que la revista impresa y Semana.com en otras épocas, e incluso para el caso de Nicolás Castro ya habían evidenciado, recuérdese en este sentido la columna de María Jimena Duzan que no menciona el Malpensante. Por ello, siempre entendí que Villate, desarrolló otros aspectos de la discusión para no reiterar algo que ya había sido dicho hasta la saciedad y que hasta la saciedad después de varios meses repite el Malpensante.

Lo que no aclara el Malpensante es quiénes y en qué medios se ha difundido que los hechos están circunscritos a una práctica artística. Personalmente, yo he estado al tanto de la discusión y de los diferentes argumentos que respeto desde los diversos puntos de vista, pero lo único que he leído es que Nicolás es estudiante de Artes Plásticas, y ni él mismo ha dicho que su relación con Internet tuviera un contexto o un fin artístico.

Y entonces, respecto al párrafo que cito, también hay que preguntarle al Malpensante por qué no están encarcelados y enjuiciados quienes han realizado esas amenazas en Internet bajo el slogan de las FARC o el Paramilitarismo. ¿Es más fácil encarcelar a un estudiante? ¿Este es un procedimiento de un régimen democrático? ¿Una democracia debe legitimar castigos ejemplarizantes para un individuo –Nicolás Castro- cuando se han aceptado por años este tipo de prácticas por Internet en Colombia sin que nada suceda?

Que la justicia colombiana haya aceptado por mucho tiempo que se amenace por Internet y nunca haya hecho una acción de esta envergadura ¿qué mensaje le ha dado a los jóvenes del país? ¿que son prácticas culturales de comunicación aceptadas? ¿que hay un consenso social sobre lo usual y normal de estas formas de comunicación?. No se entiende por qué sólo hasta ahora se hace un despliegue de estas dimensiones acusatorias.

Por otro lado ¿qué investigaciones en curso hay por las miles de amenazas que a diario se lanzan en el país? Y esta última pregunta la han hecho cientos de personas que comparan lo sucedido con Nicolás Castro, pero que al mismo tiempo están conscientes de que bajo ningún punto de vista se legitima que se amenace a nadie. Pero, en qué país están creciendo los niños y los jóvenes ¿En un país de justicia o de impunidad? ¿Justicia para unos e impunidad para otros?

Desde otro punto de vista ¿Por qué Facebook permite y posibilita los medios para este tipo de prácticas y bajo qué criterios y premisas legales lo hace? Como dijo Mc Luhan hace ya muchas décadas y como se ha repetido reiteradamente en muchos ámbitos académicos y no académicos: “El medio es el mensaje”. El contexto legitima el mensaje, y entonces ¿qué legitimidad tiene Facebook con todo lo que se difunde en esa Red, para que se de por verosímil algo y para que no se mimetice en un paisaje de simulacros, virtualidades, juegos y engaños?

Por todos estos fenómenos culturales en los que están inmersos las nuevas generaciones ¿Será que es necesario que la Defensa de Nicolás Castro se asesore con antropólogos para dilucidar los múltiples acontecimientos efímeros y ficticios que suceden a diario en la Red y que sólo unos cuantos incautos se toman en serio?

Por ello, la pregunta que todos nos hemos hecho respecto a lo sucedido con este caso es si se quiere crear con Nicolás un precedente jurídico y un escarmiento “ejemplarizante” para ponerle límites a este tipo de información que circula a diario libremente por Internet. Entonces, lo que se hará con la vida de Nicolás Castro ¿es un “monumento fúnebre” para que todo el país y las nuevas generaciones aprendan lo que nadie les enseñó antes? Como lo planteó el artista Siah Armajani en 1986: “Es una anomalía en una democracia celebrar con monumentos. Una democracia real no debe procurar “héroes” ya que exige que cada ciudadano participe completamente en la vida cotidiana y que contribuya al bien público”. Lo que no queda claro en este proceso jurídico es quiénes serán los héroes y quiénes los villanos.

Hasta ahora, ni Nicolás Castro ni su abogado defensor han aceptado los cargos que se le imputan y la Fiscalía no ha aclarado cómo se obtuvo la colaboración de Facebook y de la Embajada Americana. ¿Y , dónde se perdió la presunción de inocencia a la que tiene derecho Nicolás antes de la sentencia que será en muchos meses? En este sentido ¿Por qué mejor en vez de especular sobre lo que dicen y difunden los medios de comunicación, o sobre lo que escribió fulanito o peranito, no vamos todos a las audiencias para enterarnos oficialmente del desarrollo del proceso?

El jueves, afuera de los juzgados vimos a varios camarógrafos y periodistas, pero la gente tenía temor de dar declaraciones porque ya a varias personas les han editado y manipulado sus testimonios. Incluso, podría hacerse una extensa enumeración de hechos falsos difundidos por los medios sobre este asunto, como por ejemplo, cuando en un noticiero de TV dijeron que Nicolás Castro había extorsionado a Jerónimo Uribe y que la amenaza tenía un fin económico. Hasta ahora nadie se ha retractado de haber lanzado en un medio masivo esta calumnia, pero muchas personas forman su opinión sobre este caso jurídico basados en lo que dicen los noticieros, las revistas, los periódicos etc. Afortunadamente, algunos medios de comunicación han sido más imparciales y objetivos en el manejo de la información, no creando un espectáculo amarillista que irresponsablemente juegue con la vida y con el futuro de este estudiante de 23 años. Porque, cuando se construye paulatinamente un ambiente y una opinión pública que condena sin ni siquiera empezar a fondo una investigación, se borran los límites entre la supuesta víctima y el supuesto victimario, se incita también al delito.

La próxima audiencia es la primera semana de marzo.

Gloria Posada

Primera parte de la transcripción del Foro del 2 de febrero en la Asab sobre el caso de Nicolás Castro y la Libertad De Expresión

Víctor: quiero agradecer a la Asab y a Jorge por, por su interés en esta situación, en este caso, por invitarnos a nosotros, a Ustedes por su presencia, yo trataré de hablar por ahora brevemente y después expresar (interrupción) ¿se alcanza a oir? no… Bueno trataré de hablar por ahora brevemente y después espero que pueda haber algún tipo de ronda y abrir un diálogo o un debate según sea el caso… Lo que haré al principio será primero comentar cómo fue, la mayoría de ustedes supongo que conocen el caso pero voy a hacer una síntesis de la situación, después contarles un poco cuál ha sido la posición del programa de artes de la Jorge Tadeo Lozano, donde Nicolás Castro es estudiante, y finalmente de pronto abrir algunas inquietudes con respecto al, al problema en cuestión desde el punto de vista del arte. El caso como Ustedes saben, Nicolás Castro fué detenido el dos de diciembre, se le imputó haber abierto en facebook, (un) facebook, con, con, con, con, un grupo con el nombre que implicaba una amenaza eh, se comprometía a, a asesinar a, al hijo del Presidente Uribe. Tenemos entendido que la imputación que le hizo la, la acusación que le hizo la Fiscalía tenía que ver con una instigación a cometer delito, con el agravante de homicidio, con fines terroristas. Eh, esto fue el resultado de un proceso largo, aparentemente unos cinco meses de seguimiento del caso, en lo que, según la prensa, dicen participó el FBI, en la Universidad parece que hicieron algunas indagaciones de las cuales nosotros no estábamos enterados en tanto que era un caso pues que implicaba reserva, hasta el día en que lo… él fué notificado en un momento dado de que estaba este proceso y tenía este problema con La Fiscalia y se acercó y habló con La Fiscalía, pero el caso digamos que siguió evolucionando hasta que llegó a ese punto. Otro de los elementos complicados de este caso es que los dif, los distintos seguimientos que le hicieron, aparecían unas conversaciones con una amiga de él, donde aparentemente bajo el pseudónimo de «cuervodelsalado» pues eh aparecía también digamos, eh, algunos, algunos comentarios que lo, que lo, que lo, que harían pensar que era la misma persona que había abierto el facebook. Hasta ahí digamos lo que parece ser, lo que, en síntesis, el caso, digamos, eh, lo que… Bueno, lo mas reciente digamos, es que, digamos, sentimos por supuesto que nosotros creemos que hay una completa desproporción en la acusación, el agravante con fines de homicidio, el agravante es (…) con fines de terrorismo, pues por supuesto es algo insostenible, y, y, en la medida en que no se ha podido demostrar por ninguna, de ninguna manera que hubiese ningún tipo de comportamiento independientemente del tema de la página en facebook que pudiese demostrar que el estudiante Nicolás estuviese haciendo algún tipo de acción directa o plan, o, o vínculos con otras personas, o estuviese desarrollando un plan o algo, (en fin, eso) parece que no es sostenible desde ningún punto de vista y está claro para nosotros, digamos, los que hemos estado analizando eso en el programa, que, que, que hay, hay una situación política claramente enmarcada y un interés de hacer un escarmiento en ese caso en particular, y un (…) en la justicia en la medida en que ha habido muchos casos de acusaciones y amenazas por facebook , eh, particularmente a personas de la oposición, y que no han recibido, digamos, eh, ningún tipo de atención y mucho menos el despliegue que tuvo este caso. Hum… por otro lado, pues hay una serie de factores que hay que tener en cuenta, como es el tema del lenguaje, y el contexto de facebook, y el lenguaje que se maneja allí, eh, lo último que nosotros sabemos, hemos estado en contacto pues con la familia, con la abogada, con el Papá y con la Mamá, eh, de Nicolás, en la medida de lo posible, lo que sabemos que está en el caso ahora, es que la, la defensa hizo, entre, entre, entre las solicitudes que hizo, una consistía en que consideraban que debido a que no había ningún agravante que pudiera implicarlo en un caso real de terrorismo, no debería estar en la sala en la cual se hicieron los descargos, que es una sala antiterrorista, he… aparentemente hay un proceso que empezó a moverse en esa dirección hace muy poco, cuando se pudo tener la primera audiencia, pudieron hablar los primeros veinte minutos reales, digamos, y el tema pasa en este momento, para tomar esa decisión si es en esa sala o en otra, tengo entendido, a la Corte Suprema de Justicia, eh, esto implicaría que existe la posibilidad de que, de que la Corte se pronuncie diciendo que no corresponde a esa Sala Antiterrorismo ventilar el caso, lo cual eh, supongo yo que eliminaría el agravante de la acusación de la Fiscalía de fines, con fines terroristas. El tema de instigación para cometer un delito, en términos de homicidio, no sé que pase en ese caso, entonces de todas manera la Corte va, en estos días debe estar por pronunciarse, pero aparentemente parece que la primera citación que le hicieron ayer ya no fue en la misma sala, luego de pronto el tema con respecto al terrorismo puede haberse movido pero francamente (…) yo les cuento como en síntesis en qué está la situación eh, de Nicolás ahora…

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En 1849 Fedor Dostoyevsky, cuando apenas contaba con 26 años, fue condenado a la pena de muerte por participar en grupos intelectuales que se oponian a las arbitrariedades y abusos del Zar Nicolas I de Rusia. Su participación en estos grupos había sido mínima pero el apararato represivo de la Rusia zarista y la paranoia de Nicloas I consideraban que el castigo debia ser ejemplar. Todos sabemos que no fue fusilado sinembargo el castigo que sufrió fue bien superior a su responsabilidad.
Geir Kjetsaa relata el episodio con sumo detalle y cualquier parecido con lo ocurrido con Nicolas Castro parece, como en las peliculas, pura coincidencia. Es un relato que independientemente de la coyuntura actual vale la pena leer:

«Después de cinco meses de trabajo, la Comisión Investigadora presentó su informe al zar el 17 de setiembre. Sus miembros no habían logrado descubrir una conspiración secreta o la existencia de un grupo organizado de propagandistas, pero afirmaban que el caso entero constituía una «conspiración de ideas», y no formulaban recomendaciones acerca de la sentencia. Después, el caso pasó a un tribunal mixto civil-militar, formado por tres generales ayudantes y tres legisladores. El juez del tribunal era el general ayudante Vasili Perovski, hermano del ministro de Asuntos Interiores. En vista de las escasas comprobaciones de la comisión, el zar temía que la sentencia fuese demasiado benigna. Deseaba una sentencia severa, de modo que su «perdón» subsiguiente produjese el más grande efecto posible. Por lo tanto, asignó al tribunal la jerarquía de una corte militar, y exigió que la sentencia se cumpliese de acuerdo con el derecho penal castrense. Como la mayoría de los acusados no tenía ninguna relación con el Ejército, esta norma constituía una infracción al derecho ruso, pero en este caso el zar creyó que el fin justificaba los medios. Lo que importaba sobre todo era que los »herejes» fuesen castigados, y con la mayor severidad posible. Nadie podía realizar esta tarea mejor que un tribunal militar. La intención de la «conspiración de ideas» había sido el derrocamiento de las leyes vigentes y el orden nacional de la patria, y para un tribunal militar la intención perversa era casi tan mala como la acción perversa. Después de varias deliberaciones de este carácter, quince de los veintitrés acusados fueron sentenciados a muerte, seis quedaron en libertad vigilada, y a dos se les otorgó la libertad total. Uno de estos últimos había enloquecido durante su encarcelamiento. El 16 de noviembre, cuando el tribunal concluyó su tarea, Dostoyevski recibió la siguiente sentencia:

«El tribunal militar encuentra culpable al acusado Dostoyevski en cuanto el, después de marzo de este ano, aceptó una copia de una carta subversiva escrita por Belinski, la recibió de manos del acusado Pleshcheiev y la leyó en varias reuniones: primero en casa del acusado Durov y después en la casa del acusado Petrashevski, y mas tarde entregó la carta al acusado Mombelli con el propósito de que se hicieran otras copias. Además, Dostoyevski estuvo presente en casa del acusado Speshnev durante la lectura de un escrito rebelde, titulado “Conversación de un soldado”, escrito por el teniente Grigoriev. Por consiguiente, de acuerdo con el Código Penal, Parte V, Libro I, artículos 142, 144, 169, 170, 172, 174, 176, 177 Y 178 el tribunal militar condenó al ex teniente ingeniero Dostoyevski -porque se abstuvo de denunciar la carta criminal de Belinski acerca de la Religión y el Gobierno y el escrito perverso del teniente Grigoriev – a perder sus derechos civiles y a ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento.”

Después, el caso pasó al tribunal superior, la Auditoría General, formada por personas de jerarquía considerablemente inferior. Por lo tanto, para el zar era más fácil manipular a este grupo de hombres, y así consiguió lo que deseaba: aquí, los veintiuno fueron condenados a muerte. El tribunal dictaminó que incluso si no se había descubierto una sociedad secreta, la misma sin duda se habría formado de no haberse procedido con tal prontitud al arresto de los delincuentes. Pero al mismo tiempo el tribunal mencionaba una serie de circunstancias atenuantes: varios de los participantes se habían arrepentido, todos eran jóvenes e impresionables, y gracias a la oportuna intervención de las autoridades sus actos no habían tenido consecuencias perjudiciales. A la luz de todo esto, la Auditoría General se tomaba la libertad de sugerir al zar la aplicación de sentencias más benignas. Se recomendaba que se condenase a Dostoyevski a cuatro años de trabajos forzados y la pérdida de sus derechos civiles. El zar Nicolás aceptó la recomendación y redujo la sentencia. «A cuatro anos de trabajos forzados y después el servicio como soldado raso», decían los documentos que condenaban a Dostoyevski, escritos de puño y letra por el zar el 19 de diciembre.

Algunos han afirmado que el castigo impuesto por el zar fue «extremadamente duro». En realidad, sorprende por la benignidad. En Rusia era norma usual que una persona condenada a trabajos forzados perdiese automáticamente sus derechos civiles. Al asignar a Dostoyevski un período de servicio como soldado después de su encarcelamiento, el zar se apartó de esta práctica, y el escritor probablemente estuvo en lo cierto cuando comentó mas tarde que con esta actitud el zar había tenido en cuenta su «juventud y talento». En todo caso puede afirmarse lo siguiente: acusaciones análogas de actividad revolucionaria o contrarrevolucionaria hoy soportarían en Rusia un castigo mucho más severo.

Pero la comedia que el zar orquestó ahora ciertamente fue horrible, y parte de su intención fue provocar una fuerte impresión en sus súbditos, y otra parte demostrar su graciosa clemencia. «Ya hemos condenado a muerte al orden social vigente», había dicho Petrashevski. «Ahora, sólo resta ejecutar la sentencia de muerte.» En cambio, la: sentencia de muerte fue aplicada ahora a los miembros del círculo de Peetrashevski. El zar agregó su propio sesgo a la ejecución.

Hasta el anuncio del perdón, se entendía que todos estaban condenados a muerte. Sólo en el último instante -un momento antes de la orden definitiva- se comunicaría a los pecadores el perdón del zar. El monarca participó entusiastamente en la formulación de las órdenes de procedimiento relacionadas con este demoníaco experimento humano. Sus instrucciones incluyeron una nómina exacta de los gastos: el transporte de los detenidos, siete espadas que serían quebradas sobre la cabeza de los jóvenes, como símbolo de la pérdida de sus derechos civiles; ocho grillos para los tobillos, y mortajas para todos. El zar pensó que era razonable que los prisioneros más adinerados solventasen estos gastos. Petrashevski y Speshnev tuvieron que pagar tres mil rubIos para financiar los arreos de esta tragicomedia. Sólo el campesino que construyó el patíbulo fue pagado graciosamente por el zar.

Incluso los consejeros del zar se sintieron repelidos por esta exhibición monárquica del espíritu de venganza. Una petición del heredero del trono, que solicitó la gracia de un día, fue rechazada sin más trámite. Otros sugirieron que quizás era innecesario vestir con mortajas a los prisioneros, y ordenar a los soldados que apuntasen; también esto fue rechazado. En un solo punto el zar se dejó convencer: no serían obligados a cavar fosas en el lugar de la ejecución. Incluso si se hubieran cumplido las sentencias de muerte, no era práctico enterrar los cadáveres en uno de los campos de entrenamiento militar de la capital. «No se cavarán tumbas», decía la orden definitiva del zar.

El 22 de diciembre por la mañana temprano los prisioneros fueron despertados por gritos y el ruido de pasos en los corredores. Finalmente, se les leyó la sentencia. No podían ser más que unos pocos meses de exilio.

Dostoyevski fue sacado vestido con su propia ropa y puesto en un carruaje. Escoltado por policías montados armados con sables, el carruaje, acompañado por veinte vehículos más, salió de la fortaleza de Pedro y Pablo.

Era una mañana fría y nublada; la nieve caía intermitente. Las ventanas estaban cubiertas de escarcha. Los prisioneros no sabían adónde los llevaban. Cuando Speshnev trató de atisbar limpiando un poco de la espesa capa de hielo que cubría la ventana, soportó la brusca reprimenda de un carcelero. El plan detallado del zar establecía la ruta: primero, atravesar el río Neva, no lejos del lugar en que Dostoyevski había tenido su gran visión, pocos años antes; después, por la orilla del río hasta el Arsenal; y finalmente, a lo largo de Uteinaia y Vladiimirskaia hasta la plaza Semionovski, el campo de ejercicios del regimiento.

Cuando los prisioneros descendieron de los carruajes, fueron recibidos por un sacerdote revestido con todas las prendas propias del servicio fúnebre, y en las manos una Biblia y una cruz. «Hoy escucharán el justo fallo recaído en el caso», dijo. «Síganme». Avanzaron a tropezones sobre la nieve, junto a las líneas de soldados, hasta el lugar en que redoblaba un tambor. Los soldados habían sido esforzadamente seleccionados en los regimientos que tenían oficiales entre los condenados. Era una idea especialmente perversa del zar: los oficiales serían ejecutados por sus propios hombres.

Había tres mil testigos silenciosos del macabro espectáculo, la mayoría personas que se dirigían a trabajar. La atmósfera era tensa; la gente compadecía a los «infortunados», y no tenía idea de la razón por la cual se los ejecutaba. Apenas unos pocos oficiales estaban al tanto del perdón. Sólo más avanzado el día el régimen anunció «la demostración de compasión del zar». Pero para el grupo de Petrashevski todo indicaba la ejecución inmediata. En el centro de la plaza se había levantado un patíbulo cubierto con un lienzo negro; medía cuatro metros por cuatro, y tenía una altura de dos metros. Tres postes se habían hundido en el suelo helado, y detrás del patíbulo había una línea de carros, al parecer cargados con ataúdes vacíos.

~ Era sencillamente increíble. ¿De veras sólo les restaban pocos minutos en el mundo de los vivos? «No es posible que se propongan ejecutamos», murmuró con voz vacilante Dostoyevski a Durov. Pero Durov se limitó a señalar en silencio los carros que esperaban.

Hay versiones contradictorias acerca del modo en que el escritor se dirigió al patíbulo. Algunos afirman que caminó con pasos rápidos y enérgicos, y otros que lo dominó un «terror místico», y que pareció que apenas comprendía lo que estaba sucediendo. Más tarde, el propio Dostoyevski dijo que no creía en absoluto en la afirmación de que era posible afrontar la ejecución con el corazón en paz.

Se distribuyó a los prisioneros en dos filas sobre el patíbulo, de frente a los soldados. A la izquierda estaban los nueve que debían ser enviados a prisión, a la derecha, los doce restantes; Alejandro Palm, que en definitiva había terminado sólo con la pérdida de su rango, fue puesto detrás de los otros.

Un instante antes de que los tres primeros, con Petrashevski a la cabeza, fuesen llevados a los postes, atravesó la mente de Dostoyevski el recuerdo de “El último día de un condenado”, de Victor Hugo. Incluso en presencia de la muerte la literatura lo perseguía. Y aún se afirma que en ese momento confió a su vecino en la fila unas pocas palabras acerca de su cuento más reciente.

«!Presenten armas!» De nuevo el tambor redobló ominoso a través de la plaza Semionovski. Un oficial se acercó al patíbulo y con mucha prisa comenzó a leer las sentencias a los prisioneros que estaban de pie, con sus ropas estivales, soportando esa temperatura cada vez más fría. «Hacía frío», recordó Dostoyevski, «un frío terrible».

«Después de un examen atento del Tribunal Militar, la Auditoría General ha llegado a la conclusión de que todos los acusados son culpables en mayor o menor medida del cargo que se les imputa, es decir, la intención de derrocar las leyes vigentes y el orden nacional de la Patria, y por lo tanto se los condena a muerte ante un pelotón de fusilamiento.»

Los culpables fueron convocados uno tras otro. No pasó mucho tiempo antes de que Dostoyevski oyese su nombre: ‘El ex teniente ingeniero Dostoyevski – de veintisiete años – por participación en planes criminales, por la circulación de una carta privada con afirmaciones temerarias contra la Iglesia Ortodoxa y las autoridades supremas, y por el intento de difundir obras subversivas con la ayuda de una litografía: condenado a muerte ante un pelotón de fusilamiento.»

El campanario dorado de una iglesia próxima relucía bañado por la luz del sol. Dostoyevski recordó después que había mirado atentamente ese campanario y los rayos que él reflejaba. No podía apartar los ojos de esos rayos de luz. Le pareció que eran su nuevo espíritu, y que tres minutos mas tarde se convertiría en parte de los mismos. Lo asustaba lo desconocido y el terror de lo que vendría. Pero dijo que durante estos minutos Ie abrumó sobre todo el pensamiento constante y doloroso: «Que sucederá si no muero. Imaginemos que vuelvo a la vida, imaginemos que interminable parecerá. iUna eternidad entera iY esta eternidad me pertenecerá! iY entonces viviré cada minuto como un siglo, sin perder ni un solo de sus instantes, y llevare la cuenta de cada minuto y no malgastare un momento!» Dijo que finalmente este pensamiento había llegado a ser tan intolerable que deseó que lo fusilasen inmediatamente.

AI fin, se habían leído todas las sentencias. El oficial plegó los documentos, los metió en un bolsillo lateral y descendió del patíbulo. Se distribuyeron entre los condenados túnicas blancas con capuchas y largas mangas. A Petrashevski Ie agradaban las ropas excéntricas, pero esto ya era excesivo. «Caballeros» gritó y agitó las largas mangas de la camisa. «iQué ridículos nos vemos con estas ropas de payaso!»

El sacerdote ascendió al patíbulo y se colocó frente a los prisioneros, y leyó de la Biblia: «El premio del pecado es la muerte.» Pero les dijo también que la muerte física no era el fin. Mediante la fe y el reconocimiento de sus pecados podrán merecer la vida eterna. Solo uno de los condenados se adelantó para confesar, pero todos besaron la cruz. «Yo no comprendía nada antes de ver la cruz», recordó Dostooyevski años después, refiriéndose a la plaza Semionovski.
«No podía ser que jugasen con la cruz. Y por otra parte, no era posible que represen-
tasen esa tragicomedia. Lo comprendía bien… No podía evitar la muerte. Ojalá que llegase cuanto antes … Y de pronto se apoderó de mí una profunda indiferencia. iSi iSi iSi, Indiferencia. No me importaba la vida o la suerte de los que me rodeaban, todo parecía carecer de sentido, fuera de ese terrible momento en que me hundiría en lo desconocido, en las sombras … »

«Sacerdote, usted ya hizo su trabajo», gritó uno de los generales. «No tiene nada más que hacer.» El sacerdote se alejó.

Dostoyevski se despidió de Durov y Pleshcheiev. «Estaremos con Cristo», murmuró a Speshnev. «Un puñado de polvo», contestó el otro con una sonrisa desdeñosa. La cárcel había cambiado drásticamente a Speshnev, su anterior belleza haba desaparecido.

Con las capuchas sobre la cara, los tres primeros, es decir, Petrasshevski, Mombelli y Grigoriev fueron descendidos del patíbulo. El humor sombrío de Petrashevski se mantuvo vibrante hasta el fin. «Mombelli, levanta los pies. No querrás entrar en el Reino de los Cielos con un resfriado». Antes de que lo atasen al poste, Petrashevski consiguió retirar la capucha. Estaba decidido a mirar en los ojos a la muerte.
Tres pelotones, cada uno formado por dieciséis hombres, estaban alineados a quince pasos de los condenados. Con los rifles cargados, los soldados apuntaban. Pasó medio minuto con una expectativa dolorosa y terrible. lY los disparos? De pronto apareció alguien agitando un lienzo blanco y los soldados bajaron los rifles. Un carruaje entró veloz en la plaza. Un sobre sellado para el general ayudante Sumarokov: el perdón del zar. Cuando desataron de los postes a los tres hombres que debían ser fusilados, Grigoriev había perdido la razón.

El general ayudante Sumarokov se adelantó y anunció el decreto de perdón del zar. AI principio, el perdón no provocó alegría. «?Quíen pidió esto?», dijo irritado Durov. «Bien podían habernos fusilado», comentó Debu. La indiferencia prevaleció en todos. Solo Palm gritó: «iViva el zar Nicolas!» Pero poco después se echó a llorar, porque él no seguiría a sus camaradas. Petrashevski mantuvo su actitud rebelde hasta el fin. Cuando los herreros se acercaron para cargarlo de cadenas, protestó ruidosamente. No tenían derecho a tocar a un noble. Quiso que deshicieran lo hecho. Entonces, aferró en propias manos al martillo y se puso los grillos. Estorbado por las cadenas, brincó alrededor y se despidió de sus amigos. Después, lo subieron a una troika y lo enviaron directamente del lugar de la ejecución, al exilio perpetuo. Muchos de los espectadores lloraban.

Un historiador danés escribió: «Si él [Dostoyevski] hubiera sido ejecutado, el hecho habría sido expresión del capricho del sistema; y sin embargo, en el sistema hubo un solo capricho, que sobreviviese y se convirtiera en uno de los gigantes de la literatura mundial.»

De todos modos, es indudable que después del exámen del médico en la fortaleza de Pedro y Pablo, Dostoyevski sintió que la alegría de vivir recorría de nuevo su ser. «No puedo recordar un día más feliz. Mientras me paseaba de un extremo al otro de mi celda en el Revellin AIexeievski cantando constantemente, cantando en alta voz, me sentí tan contento por la vida que me habían devuelto.»

Durante estos días escribió una carta de despedida a Mijail. La carta es una conmovedora confesi6n, un himno a la alegría que se manifiesta solo a través del sufrimiento:

“Fortaleza de Pedro y Pablo,
22 de diciembre
jQuerido hermano, amado amigo! iAhora todo está decidido! Fui sentenciado a cuatro años de cárcel (probablemente en Orenburg) y después serviré como soldado raso. Hoy, 22 de diciembre, fuimos llevados a la Plaza Semionovski, donde anunciaron nuestras sentencias de muerte. Besamos la cruz, quebraron espadas sobre nuestras cabezas, y nos dieron mortajas para vestir. Después, tres de los nuestros fueron amarrados a los postes de ejecución. Fuimos convocados en grupos de tres. Yo pertenecía al segundo grupo, y tenía un solo minuto de vida. Entonces pensé en ti, querido hermano, en ti y en los tuyos. Finalmente solo tú ocupabas mis pensamientos, iy solo entonces comprendí cuanto te amo, querido hermano! Conseguí despedirme de Preshcheiev y Durov, que estaban a mi lado. En ese momento sonó el tambor. Los que se encontraban atados a los postes fueron traídos de regreso, y supimos que Su Majestad nos había concedido la vida. Allí se leyeron las verdaderas sentencias. ..

!Querido hermano! No desespero. No he perdido el valor. La vida es vida por doquier. La vida está en nosotros mismos … no afuera. E incluso allí estaré rodeado por personas. Ser un hombre entre hombres, ser siempre un hombre, no permitir que nos quebranten, ni caer: esa es la meta y el sentido de la vida. Lo he comprendido así. Este pensamiento se ha convertido en parte de mi carne y mi sangre. iSí, es realmente así. Esa cabeza que creaba, que vivía para la vida suprema del arte, que se ha acostumbrado a la vida más excelsa del espíritu, esa cabeza ya ha sido separada de mis hombros. Lo que resta está formado solo por recuerdos e imágenes, los que yo he creado y los que aun no han cobrado forma. iOh, ellos sin duda me provocaran graves. sufrimientos! Sin embargo, todavía tengo mi corazón, la misma carne y la misma sangre. Aún puedo amar, sufrir, compadecer y recordar, y también esto es la vida. iUno ve el sol!»

La carta también incluye pensamientos tristes. Está colmada de temor ante la idea de que quizá nunca pueda dar vida y forma a las imágenes que alientan en su ser. iMejor una vida entera en la cárcel con una pluma en la mano! Pero su voluntad de vivir se impuso a la realidad. La ficticia ejecución en el campo de ejercicios del regimiento Semionovski Ie había aportado una nueva visión del sentido de la vida.

«Cuando vuelvo los ojos hacia el pasado y pienso en todo el tiempo que malgaste en el error y la ociosidad, carente del conocimiento necesario para vivir, cuando pienso en la frecuencia con que he pecado contra mi corazón y mi alma, entonces mi corazón sangra. La vida es un don, la vida es felicidad, cada minuto podría haber tenido una eternidad de felicidad! iSi los jóvenes supieran! Ahora mi vida cambiara; ahora renaceré. Querido hermano, juro que no perderé la esperanza. Mantendré el alma pura y el corazón abierto. Renaceré para mejorar. Esa es toda mi esperanza, todo mi consuelo.»

El mismo día, Dostoyevski supo que sería miembro del primer grupo destinado a Siberia. Solicitó un encuentro de despedida con su hermano pero se rechazó su petición. De todos modos, se concedió una petición de Mijail, y la Nochebuena de 1849 los hermanos se despidieron. Estaba presente un amigo común, Alexander Miliukov, que mas tarde ofreció un conmovedor relato de la separación. Dostoyevski llegó con Durov. Ambos vestían el atuendo de los prisioneros: chaquetas de piel de oveja y botas de fieltro.

Había lagrimas en los ojos del hermano mayor; Ie temblaban los labios, pero Fedor Mijailovich se mostraba sereno y trató de consolarlo.

«No llores, querido hermano», dijo. «Esto no es un funeral. No descansaré en mi ataúd. En la prisión no son bestias. Son hombres, quizá mejores que yo, quizá más meritorios que yo … Si, volveremos a vemos, no lo dudes. Y puedes escribirme y enviarme libros; me permiten leer Y apenas salga escribiré. He vivido muchas cosas durante estos meses; he pasado por muchísimas cosas y veré y experimentaré todavía mas … ya verás de cuantas cosas podré escribir.»

No mucho después, Dostoyevski fue llevado a un herrero que le puso cadenas de hierro en los pies. Los grillos pesaban cerca de cinco kilogramos y conseguían que moverse fuese doloroso y difícil. Soportó estos hierros más de cuatro años. Con ellos trabajaba y dormía. Finalmente, lo acomodaron en un trineo abierto con un gendarme. Dos de sus camaradas, Durov y Yastrzhembski, viajaban en otros trineos. Encabezada par un correo oficial, la procesión inició el largo viaje a Siberia.

Compartimos el registro en audio completo del Conversatorio “La libertad de expresión en el arte”, llevado a cabo en la ASAB (Academia superior de artes de Bogotá) como parte de las actividades desarrolladas dentro de la muestra de proyectos de grado de los estudiantes , con el Doctor José Gregorio Hernández, exmagistrado de la Corte Constitucional, el Doctor Guillermo Hoyos, Director de Instituto Pensar de la Universidad Javeriana y Victor Laignelet, decano de Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Partiendo del caso de Nicolás Castro se habló sobre los límites de la libertad de expresión, las fronteras éticas del pensamiento, sobre la relación entre arte y libertad de expresión, y sobre la libertad de expresión en la imaginación como ejercicio real de las artes, como su única realidad.

Dejan sin efecto mayoría de pruebas presentadas contra Nicolás Castro

De acuerdo con el juez tercero especializado, las supuestas pruebas fueron manipuladas, entre ellas la declaración de un agente del FBI que participó en el proceso.

Elespectador.com habló con Wilson Rivera, quien fuera el abogado de Castro la mayor parte del tiempo. Según dijo, se apartó del caso hace dos meses porque nunca estuvo de acuerdo en que el joven aceptara cargos, como le llegaron a sugerir a su defendido.

De todas formas, aseveró, el hecho de que el 95 por ciento de las pruebas se caigan facilita un poco la defensa, pero deriva en un proceso largo que terminará en un juicio, que a su vez implica que Castro siga detenido.

«¿Usted reconoce que había entrado a facebook a contactarse con otras personas para hablar en contra de Jerónimo Uribe? No, de ninguna manera. De hecho si la Fiscalía tuviera algún mensaje mío, aunque fuera solamente uno, contactando a alguien para hablar de eso, estoy seguro que ya hubieran hecho un escándalo y habrían salido a mostrar esos supuestos mensajes. Pero en realidad no existe ningún mensaje para hablar con nadie sobre ese tema. A duras penas saben que yo un día entré a mirar la página esa y que dejé una opinión y punto. De ahí creo que arrancan a involucrarme con las amenazas. Pero de mi parte nunca salió ningún mensaje para con nadie, ni existe ningún tipo de mensaje hablando sobre Jerónimo Uribe en ninguna plataforma», señaló el joven en la entrevista que recientemente le concedió a El Espectador.

«La Fiscalía no se pone de acuerdo ni siquiera en qué es lo que me está acusando», señaló Castro, que deberá permanecer en prisión, como lo señaló Rivera. Al respecto, los representantes del hijo del Presidente anunciaron que apelarán.

Niegan el 95 por ciento de las pruebas en caso de joven acusado de amenazar al hijo del Presidente

El juez dijo que el disco duro del computador de Nicolas Castro fue manipulado.

En la audiencia preparatoria de juicio a Nicolás Castro, señalado de amenazar por Facebook a Jerónimo Uribe, el juez tercero especializado negó a la Fiscalia casi en su totalidad las pruebas al considerar que hubo manipulación de estas.

Entre las pruebas negadas está el testimonio de un agente del FBI que participó en la investigación, así como que los informes de policía judicial eran informales.

Ante esto, la Fiscalía y la defensa de Jerónimo Uribe anunciaron que apelarán la decisión del juez.

Nicolás Castro, un estudiante universitario de artes, está preso desde el año pasado en la cárcel La Picota. Es señalado de ser el creador del grupo ‘me comprometo a asesinar a Jerónimo Uribe’.

Nicolás se ha declarado inocente del delito de instigación para delinquir con fines de homicidio.

Se cayó el caso contra Nicolás Castro, el joven del Facebook

Por José Monsalve, periodista de SEMANA.

Los abogados de Jerónimo Alberto Uribe renunciaron a la apelación del caso contra Nicolás Castro, el universitario acusado de instigar desde Facebook para asesinar al hijo del Presidente.

La determinación, que prácticamente absuelve al estudiante, se tomó luego de que el jueves un juez anulara las pruebas técnicas con que la fiscalía impulsaba la acusación por estar viciadas y no haber garantizado derechos fundamentales del procesado, tal como lo demostró en esa audiencia el abogado defensor Ramón Ballesteros.

Tras la audiencia los abogados Jaime Lombana y Camilo Andrés Sepúlveda, quienes representan a Jerónimo en el proceso judicial, se reunieron con éste y tomaron la determinación de desistir de la apelación que interpusieron al cierre de la audiencia y con la que buscaban que las pruebas fueran validadas por una instancia superior de la justicia.

“Hoy mismo fuimos al Tribunal para desistir de la apelación por orden y solicitud expresa de Jerónimo que quiere que Nicolás Castro recobre su libertad y retome su vida normal lo más pronto posible”, aseguró a Semana.com Lombana.

Así las cosas, el que Nicolás Castro salga de la cárcel es un asunto básicamente de trámite y sus líos judiciales empiezan a resolverse favorablemente. Retirada la apelación del abogado de la víctima, Jerónimo Uribe, lo que sigue es que el juez del caso instale la audiencia de juicio a donde tendrá que concurrir la fiscalía sin pruebas para enjuiciar, pues el fiscal 12 antiterrorismo no formuló apelación cuando éstas se hundieron ayer. «Nosotros ni siquiera iremos a esa audiencia, para Jerónimo el caso está cancelado», afirmó el abogado Lombana.

Pero mientras se instala dicha audiencia en una o dos semanas, la defensa de Castro solicitará la libertad del universitario pues la medida de aseguramiento está soportada justamente en las pruebas que ayer naufragaron y ya no hay apelación de por medio. Es decir, la determinación del juez está en firme y nadie la controvierte.

El abogado defensor Ramón Ballesteros, que ayer con su argumentación dejó sin piso las pruebas, se mostró complacido por la decisión de Jerónimo Uribe y la calificó como gallarda.

http://www.semana.com/noticias-justicia/cayo-caso-contra-nicolas-castro-joven-del-facebook/136588.aspx

Caso de joven acusado de amenazar al hijo de presidente por Facebook quedó prácticamente anulado

La defensa de Jerónimo Uribe decidió no apelar la decisión del juez, que invalidaba el 95 por ciento de las pruebas.

Eso significa que así los 14 testigos propuestos por la Fiscalía -entre ellos Jerónimo Uribe, un agente de la Fiscalía y los investigadores de la Dijín- vayan a testificar al juicio oral no tendrían ninguna base procesal.

Esto no quiere decir que el caso se haya cerrado, porque aún está vigente el llamado a juicio oral.

El expediente del proceso está en el Tribunal y se demorará 15 días en regresar al juzgado -más el tiempo que tome el juicio oral-.

Mientras tanto, Nicolás Castro seguirá detenido en la cárcel Picota de Bogotá.

REDACCIÓN JUSTICIA
http://www.eltiempo.com/colombia/justicia/caso-en-contra-de-joven-acusado-de-amenazar-por-facebook-al-hijo-de-presidente-quedo-practicamente-anulado_7443769-1

Comunicado de los amigos de la libertad de Nicolás

Mas de tres meses después de haber sido recluido en la cárcel La Picota de Bogotá, acusado de haber creado el grupo «Me comprometo a matar a Jerónimo Alberto Uribe, hijo de Álvaro Uribe» en la red social de internet facebook, un juez anuló las pruebas técnicas con que la fiscalía impulsaba la acusación, por estar viciadas y no haber garantizado derechos fundamentales del procesado. La fiscalía y los abogados de Jerónimo Uribe decidieron no apelar la decisión del juez, por lo que será cuestión de días para que Nicolás recupere su libertad.

Nicolás Castro, estudiante universitario de bellas artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ha permanecido más de 100 días recluido en la cárcel La Picota, acusado de un crimen, del cual siempre fue inocente.

A continuación compartimos un video de los amigos de la libertad de Nicolás:

Un saludo para todos y agradecemos el apoyo constante, de quienes siempre fueron amigos de la libertad.

Atentamente

Amigos de la libertad de Nicolás

http://amigosdelalibertaddenicolascastro.wordpress.com/

Conveniencia de víctima

Ahora que finalmente el caso de Nicolás Castro parece tomar un curso sensato al ser invalidadas las pruebas que lo inculpaban, más de uno ya puede respirar tranquilo.

Y no es para menos; nadie hubiera querido estar en su lugar jamás. Ha estado preso por más de 3 meses por una falta que, sin duda alguna, es menos grave que las que han cometido muchos que están cobijados por el “manto de la legalidad” y que no han sido procesados por ellas.

Como era de esperarse, el caso reporta un nuevo boom mediático: se ve a las personas unidas por medio de status en Facebook donde celebran la inminente libertad de Nicolás, donde no escatiman insultos que rayan en el fanatismo en contra del gobierno, del mandatario en curso y por supuesto, de sus hijos; reportajes en blogs; grupos -que ahora son más prudentes con los nombres con los que son bautizados, porque si de algo sirvió de escarmiento el caso de Nicolás, es de que el pez muere por su propia boca-; y todo tipo de publicaciones y eventos en su honor.

Fue a través de una de las publicaciones de “¡NO a la Política de la Guerra! ¡NO VOTO por JUAN MANUEL SANTOS!” un grupo de Facebook que por su nombre no parecía tener nada que ver con el caso de Nicolás, pero que al parecer se dejó contagiar por la ola de entusiasmo que produce su liberación, que pude leer la última entrevista de Nicolás concedida a Cecilia Orozco y publicada en El Espectador.

Tan pronto comencé a leer la entrevista, me di cuenta del cambio en el tono de sus declaraciones; completamente diferente al que tenía en las entrevistas concedidas hace algún tiempo a Vicky Dávila para la FM, a CityTV, y otras declaraciones realizadas, cuando su suerte aún era incierta —y que no era atribuible únicamente a las diferencias periodísticas de los medios mencionados—.

Por fin parece expresar opiniones no conciliadoras al respecto. Y es apenas lógico. Ya sabe que las pruebas en su contra no tienen ningún peso y de alguna manera, puede emitir opiniones más sinceras acerca de la (sin duda) dura situación que ha atravesado. Sin embargo, aún sigue respondiendo a las preguntas con la ambigüedad de siempre y con su aparente “despiste” evidenciado en la utilización permanente de las expresiones “hum, no entiendo aún muy bien la situación…”,”.. estoy un poco confundido todavía…” y “..no, no entiendo por qué las cosas han tomado este rumbo…” *, lo cual me parece difícil de creer. Es decir, más allá de que haya creado o no, o simplemente opinado (es uno de los tópicos en los que nunca ha sido enfáticamente claro) en un grupo del cual ya todos conocemos su nombre, creo que alguien con esa actitud tan “ingenua” jamás habría llegado a estar en la situación en la que se encuentra Nicolás.

Uno no opina en un grupo con ese nombre si es un ciudadano indiferente ante la situación del país, ni respondería a la pregunta acerca de la opinión que tiene respecto a los hijos del presidente con un:

“Hay cosas muy negativas que dicen de ellos, pero realmente yo no puedo saber qué es cierto y qué es falso. Yo pienso que ellos son seres humanos en una posición muy complicada que es ser hijos del Presidente, donde están siempre en el ojo del huracán.”**.

O sea, o en su periodo en la cárcel le afloró un humano sentimiento de empatía hacia Tomás y Jerónimo, o estamos ante un hipócrita que busca la empatía de la opinión pública promoviendo una estudiada imagen de artista inofensivo y aplicado con intereses en la literatura para demostrar su inocencia.

Lejos de mí querer juzgar una situación en la que por mis creencias y mi carrera estoy muy cercana de una u otra manera a la situación de Castro (guardando las proporciones).

A menudo, cuando pienso al respecto y emito algún juicio (privado, por supuesto), me sorprendo pensando en si yo hubiera sido la del caso, qué declaraciones emitiría y si permanecería tan fiel a mis convicciones aún cuando estas repercutieran en el tiempo que tendría que pasar en la cárcel. Pienso en que mi familia y mis abogados me aconsejarían cerrar el pico al respecto y no dar ningún tipo de declaración que le otorgara la razón a los que creen que soy una izquierdista rencorosa.

Pero por más que lo pienso, no puedo más que ratificar mi convicción de que uno debe permanecer fiel a sus convicciones, ser coherente con sus actos (aún cuando estos conduzcan a últimas instancias, como en este caso), y ante todo, comprender el poder subversivo de las palabras y de las acciones. Todas las acciones humanas y en especial el arte, constituyen un poderoso acto ético y político y en esta medida, tienen repercusiones sobre los demás. Si esto se tuviera en cuenta a cada momento casi como una premisa al momento de actuar, muy seguramente no habría que retractarse de las propias convicciones, que en mi opinión, debe ser lo más humillante del caso para Nicolás Castro.

—Natalia Azuero

*Declaración de Nicolás Castro a la FM en la entrevista realizada por Vicky Dávila. Transcrita por Pablo Batelli y publicada en http://esferapublica.org/nfblog/?p=7546.

**Declaración de Nicolás Castro en la entrevista realizada por Cecilia Orozco Tascón. Publicada en http://www.elespectador.com/impreso/cuadernilloa/entrevista-de-cecilia-orozco/ articuloimpreso188769-una-terrible-injusticia?page=2

A mi este caso de supuesto «arrepentimiento» me recuerda el de Lucas Ospina cuando al verse inmerso en una situación legal argumentó que la parodia con que atacaba a la inatitucionalidad era un «chiste». Inmediatamente hubo rechiflas. Luego el argumento del artista de no «obstruir la ley» y que este foro era como «La Luciernaga». Desde entonces prácticamente se retiró de Esferapública, donde participaba casi a diario enfrentando uno que otro adversario con gran habilidad.

Un saludo para Nicolas, su familia y amigos, desde que me entere de la injusticia aplicada a Nicolas, he estado en vilo todo el tiempo, soy madre de una chica adolescente y ademas docente de muchos chicos de diferentes espacios academicos, un abrazo y un canto solidario siempre para los que seguimos esperando que la justicia tenga un dia en nuestro pais una presencia real y libertaria

Crónica del ‘falso positivo’ de Facebook en nueve episodios

Hablar de las irregularidades del proceso de Nicolás Castro hoy, cuando lo más posible es que el juez del caso ordene su libertad en la audiencia que se llevará a cabo a las cinco de la tarde del martes, parece un mal chiste. Los medios ya están apagando los reflectores, la Fiscalía está por terminar su extensa parodia, y Nicolás y su familia están por despertar de esta pesadilla. Pero aunque resulte irónico o inútil, explicar ahora lo que le pasó a este estudiante de Bellas Artes es la única forma de ver en toda su dimensión el laberinto en el que quedó atrapado. Es recorrerlo con mapa e instrucciones.

Alrededor de este caso se pueden tejer todas las teorías posibles: Nicolás fue parte de una conspiración del Gobierno, o de Facebook, o de los hijos del Presidente. O, simplemente, Nicolás cayó en el sistema – como a alguien le cae un rayo o se gana la lotería –. Y después de cuatro meses ahí atrapado, en la cárcel de La Picota, comenzó a sacar la cabeza.

El 24 de marzo pasado, en la audiencia preparatoria del caso, el juez anuló casi todas las pruebas que tenía la Fiscalía en su contra. Hoy el juez decidirá la solicitud de la defensa para que le levanten la medida de aseguramiento. Algo que, como están las cosas, muy posiblemente sucederá.

Éste es la cronología del ‘falso positivo’ de Facebook en nueve episodios, desde el día en que apareció la noticia hasta cuando Castro fue capturado.

9 de julio de 2009

“Aparece en Facebook amenaza contra Jerónimo Uribe”, informa Caracol Televisión. El grupo cuenta con 13 seguidores, una foto de Tomás Uribe – en vez de Jerónimo – y una leyenda que dice “Te Vamo’ A Mata”. “Un grupo para aquellos que quieren vengarse del bellaco tirano, gobernante legítimo, masacrador, genocida, cobarde, monstruo llamado Álvaro Uribe Vélez, asesinando a su no menos criminal, y no menos barbaro hijo Jerónimo Uribe (…)”, dice la descripción del grupo.

Hacia las cuatro y media de la tarde, el grupo es eliminado. Y a las diez de la noche, después de enterarse de la noticia, que para entonces está en todo los medios, Nicolás Castro decide desactivar su perfil en Facebook. Unos cuatro meses antes, en marzo, se había unido al grupo y había dejado un comentario público. Esa noche habla con su novia a través de Messenger y le dice que está preocupado por lo que está sucediendo.

10 de julio

A las 5:06 pm, a una hora en que un ciudadano común y corriente no puede hacerlo, Jerónimo Uribe radica ante el fiscal general Mario Iguarán una denuncia penal. Uribe se enteró del hecho por cuenta de lo que informaron los medios el día anterior. «Comedidamente acudo a su despacho (…) con el propósito de instaurar denuncia por la comisión de los delitos de Amenazas y Terrorismo», dice la carta.

13 de julio

Como era de esperarse, la Dijín de la Policía no encuentra el grupo en Facebook, ya que éste había sido borrado. Pero hacen una búsqueda en el ‘caché’ de Internet, que consiste en buscar en los archivos anteriores de la red, que quedan almacenados en diversos lugares. Allí encuentran el nombre del grupo y la identidad de algunos de los integrantes. Encuentran también el mensaje que Nicolás Castro dejó en el ‘muro’ del grupo:

“Este tipo con sus artesanías de Colombia no hace más que explotar indígenas y gente de bajos recursos, además está acusado de plagio en la universidad de los Andes, y es bien conocido por acallar ese y otros tipos de problemas que ha tenido al interior de esa universidad, amenazando con matar a quien se le enfrente…hp”.

El 2 de diciembre de 2009, dos mujeres vestidas de civil llegaron a la casa de los Castro en Chía. Detrás venían dos agente de las Dijín, que rápidamente abordaron a Nicolás, lo esposaron y se lo llevaron.

Buscan entonces más información de Nicolás Castro en Internet. Encuentran que es estudiante de Bellas Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Con toda esta información redactan un informe por ‘actos urgentes’, que usualmente se usa para investigar delitos inmediatamente después de que ocurren, como robos u homicidios.

En el informe incluyen los ‘pantallazos’ que habían salido en las noticias y lo que encontraron después de buscar “Nicolás Castro” en los motores de búsqueda de Internet.

Esta sería una de las pruebas que tumbaría el juez más adelante. Para extraer información personal sobre Castro, como la que está en Facebook o la que aparece en su universidad, las autoridades necesitaban una autorización judicial. Por el otro, nunca acreditaron qué de todo lo que habían encontrado relacionado con Nicolás Castro correspondía realmente a la persona que hizo parte del grupo.

14 de julio

Los investigadores le solicitan al juez de control de garantías que les autorice una búsqueda selectiva en bases de datos. Es decir, que puedan oficiar a entidades específicas para que suministren información sobre Nicolás Castro. Se les autoriza hacer esa búsqueda por 15 días en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la Universidad Javeriana (donde al parecer encontraron un homónimo de Castro) y la empresa Facebook.

Ese mismo día, la Dijín obtiene una orden de registro a la casa de la familia Castro. Hasta ese punto, la única prueba era el mensaje que había escrito Castro en el grupo.

15 de julio

Cinco detectives llegan a la casa de la familia Castro en Chía. Incautan dos computadores portátiles, el de Nicolás y el de su hermana, menor que él y también estudiante.

Unos días después, Castro se presenta ante las autoridades para averiguar por los computadores. Según sus abogados, en ese momento le hacen un interrogatorio sin presencia de su apoderado.

22 de julio

“Siendo de interés presidencial” – como dice la carta – el DAS le solicita a la Embajada de Estados Unidos información sobre la actividad del grupo de Facebook. Un día después, la Embajada de Estados Unidos responde por escrito:

“Los números siguientes son las tres más recién [sic] entradas en el sitio ‘Me comprometo a matar a Jerónimo Alberto Uribe, hijo de Álvaro Uribe ’. Las dos primeras direcciones entraron en el sitio en los días 15 y 16 de julio de 2009, y registran en Bogotá, Colombia”. Posteriormente, la Embajada refiere tres direcciones IP de Internet.

La respuesta de la Embajada no dice nada adicional. No dice que quienes entraron fueron los creadores del grupo ni tampoco especifica el tipo de actividad que se habría desarrollado allí. No queda claro, además, cómo entraron en el grupo cuando éste supuestamente ya había sido eliminado.

No obstante, el informe de los investigadores del DAS sobre este punto asegura que la Embajada había reportado “tres direcciones IP que fueron utilizadas para la creación o modificaciones dentro del grupo”.

El juez dejó sin valor posteriormente esta prueba. El DAS no siguió el procedimiento regular para activar la cooperación internacional en procesos penales. Adicionalmente, durante la etapa inicial la Fiscalía no mostró cómo se había solicitado esta información. Cuanto esto fue puesto de presente por la defensa, apareció la carta del DAS, sin el sello de recibido de la Embajada ni un número de radicación.

24 de julio

Con los números de IP suministrados por la Embajada de Estados Unidos, los investigadores le envían un correo electrónico a la ETB, Telefónica y Telmex para que suministren información sobre a qué personas correspondían estas conexiones de Internet. Una de las empresas de telecomunicaciones les informa que una de las direcciones IP corresponde a NGC Aviónica e Instrumentos Andinos Ltda., específicamente al computador de María Eugenia Plested, la mamá de Nicolás Castro.

Con este antecedente, consiguen una orden del juez para inspeccionar el puesto de trabajo de la mamá de Nicolás. Esta orden estaba restringida únicamente a este puesto de trabajo y a ese computador.

12 de agosto

Los investigadores de la Dijín registran la empresa NGC Aviónica e Instrumentos Andinos Ltda. Revisan el puesto de María Eugenia Plested y otros más, e incluso visitan los talleres y entrevistan a algunas personas. Registran todo, hacen un video, toman imágenes forenses y se llevan tres computadores y dos memorias USB.

Esta prueba también sería tumbada por el juez. Por un lado, la Dijín se extralimitó en sus funciones al allanar toda la empresa. Por el otro, la Fiscalía no le entregó a la defensa la totalidad de la información que allí se encontró, que era fundamental para que esta última pusiera en contexto muchas de las acusaciones contra Castro. Apenas recibieron dos gigas, cuando se recogió mil veces esa cantidad de información.

Aunque ya no tiene relevancia en el proceso, varias de las pruebas allí encontradas no tienen la contundencia que quiso darles la Fiscalía e, incluso, los medios de comunicación.

Nicolás Castro completó cuatro meses detenido en la cárcel de La Picota. Hoy se llevará a cabo la audiencia de juicio. Para ésta, la mayoría de las pruebas fueron anuladas por el juez.

Por ejemplo, la Dijín informó que en los computadores encontraron 35 referencias a Jerónimo Uribe, 1.418 a Álvaro Uribe y 25 a la palabra “rata”. Se llegó a hablar incluso de “documentos” sobre esto. Lo cierto es que en un informe de los propios peritos se dice que esto no hacía referencia al caso. “Son archivos guardados automáticamente por el sistema”, dice textualmente el informe, que además calificó este hallazgo como un “falso positivo”.

En otras palabras, se trataba de términos que quedan almacenados por las páginas que se visitan en Internet. ¿Cuántas veces sale “Álvaro Uribe” o “Jerónimo Uribe” en http://www.eltiempo.com o http://www.elespectador.com?

También se dijo entonces que se habían encontrado 306 conversaciones de Messenger de Nicolás Castro y su novia. Se citó entonces un aparte, donde él supuestamente aceptaba haber creado el grupo y decía: “Agh, tengo paranoia (…) miedo, y del miedo pasé a la rabia. Ahora quiero cumplir la amenaza. Maldita mierda de país”.

Lo que no se citó en su momento, es que en esa misma conversación que presentó la Fiscalía, Nicolás también le dijo a su novia: “Yo hoy me di cuenta que estaba inscrito en un grupo (…) me metí hace rato pero no me acordaba”. Y le explica que hizo el comentario y que se salió cuando conoció la noticia.

Estas versiones contradictorias del propio Nicolás tienen una explicación para la defensa. Las conversaciones fueron manipuladas. El archivo que remitió la Fiscalía sobre éstas son documentos de texto. Chats que, supuestamente, fueron copiados de Messenger y pegados en Word. No obstante, no aparece en el expediente una copia digital de la conversación tal cual como ocurrió. Son conversaciones deshilvanadas y muchas veces contradictorias.

2 de diciembre

Dos mujeres vestidas de civil llegan a la casa de la familia Castro en Chía. Los atiende Nicolás, y mientras ellas le preguntan por su hermana, dos agentes de la Dijín se bajan de una camioneta de la Policía, lo esposan y se lo llevan. En la Dijín le toman las huellas dactilares, y le hacen la foto de rigor. Después un juez legaliza su captura y la Policía lo traslada a la cárcel de La Picota, donde está recluido hace cuatro meses, acusado de terrorismo.

http://www.lasillavacia.com/historia/9091

Nicolás Castro recibió detención domiciliaria

Un juez de Bogotá con funciones de control de garantías otorgó la casa por cárcel al joven universitario Nicolás Castro, quien estaba recluido en la cárcel La Picota de Bogotá desde diciembre del año pasado, cuando se le dictó medida de aseguramiento tras haber sido señalado por las autoridades de haber creado el grupo “Me comprometo a matar a Jerónimo Uribe”, en la red social Facebook.

Su defensor, el abogado Ramón Ballesteros, considera que una vez cumplidos los formalismos que restan, Castro recuperará su libertad por completo. El pasado 19 de marzo, en audiencia preparatoria (la cual tiene lugar antes de la primera audiencia del juicio oral), el juez del caso desestimó la mayoría de las pruebas que habían recolectado la Policía y el FBI por considerarlas ilegales.

Aunque Jerónimo Uribe podía apelar la decisión ante el Tribunal Superior de Bogotá, él y sus defensores desistieron de hacerlo. El Tribunal, sin embargo, no ha notificado aún que conoció el desinterés de Jerónimo Uribe por refutar la determinación, que es el trámite necesario para que el proceso se caiga por completo, pues en el juicio la Fiscalía no contará con evidencias fuertes contra Castro.

http://elespectador.com/noticias/judicial/articulo197035-nicolas-castro-recibio-detencion-domiciliaria