Muntadas o el artista como productor

Muntadas es un buen ejemplo o si se quiere un claro anticipo de ese artista como productor reclamado por Walter Benjamin en una reveladora conferencia pronunciada en el Paris de su exilio. El nomadismo que caracteriza tanto la biografía en sentido estricto de Muntadas como su recurrente interés en los más diversos asuntos de la cultura y la política y los media en la sociedad del espectáculo, es inseparable de su cuestionamiento igual de insistente de las variadas condiciones de producción del espectáculo, que es en sí mismo productivo. Y no solo porque dicho cuestionamiento produzca efectos de distanciamiento brechtiano con respecto a la fascinación espectacular revelando el cómo se produce la misma en cada caso. La productividad es en realidad la rúbrica y la característica decisiva de su proteiforme actividad desmitificadora, que él mismo suele calificar en términos de trabajos, proyectos o intervenciones, que implica habitualmente el uso intensivo de medios y recursos técnicos e involucran normalmente equipos humanos más o menos numerosos que realizan una amplia gama de tareas que van desde el esbozo inicial hasta el montaje final pasando por la tormenta de ideas, el acopio de información, el análisis, la planificación, la edición, la impresión, la divulgación etcétera, etcétera.

Cierto, puede decirse que lo que hoy llamamos arte y ocupa con gran aparato los museos, los centros de arte y las bienales y mega exposiciones es impensable sin procesos productivos relativamente sofisticados que han relegado a un pasado irrecuperable las venerables prácticas artesanales de pintar cuadros, exponerlos, conservarlos y contemplarlos. Pero si algo distingue a Muntadas de lo que suelen hacer los artistas que hoy también recurren a procesos productivos es tanto su voluntad de hacer visibles esos procesos como su ruptura con los rituales y la mística de la contemplación de la obra de arte, y su comprensión de que la ‘atención distraída’ – que Benjamin advirtió tempranamente en el usuario de la arquitectura – es un rasgo decisivo de la clase de recepción generada por nuestra cultura masmediática a la que es inevitable tomar en cuenta. Y muy seriamente. La respuesta de Muntadas, su crítica si se quiere a esa ‘distracción’, la cifra en lemas como ‘La percepción exige implicación’. O en sus frecuentes llamados al espectador a distinguir entre ‘Mirar’, ‘Ver’ y ‘Percibir’, que es a lo que invita explícitamente una obra, que exhibió primero en ARCO 2009 y que ahora figura en la exposición Entre/Between, la gran cala sobre su trabajo de cuatro décadas, que inauguró el Museo Reina Sofía de Madrid en noviembre pasado.

 

Carlos Jiménez

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MUNTADAS ©

MUNTADAS es una firma internacional especializada en la realización de proyectos de instalaciones multimedia de mediana y gran envergadura para instituciones y eventos culturales en las grandes ciudades y festividades artísticas de máximo prestigio internacional. MUNTADAS garantiza que la intervención realizada creará condiciones para que los ciudadanos reflexionen sobre elementos simbólicos o preocupantes de su ciudad y que por su naturaleza evidente y reiterativa suelen ser pasados por alto. En el caso de las intervenciones en eventos específicos, se buscará que los visitantes puedan ver aquello que está detrás del evento mismo y que a la vez que lo hace posible; en muchos casos cuestionando la intención que manifiesta tener. MUNTADAS asume conscientemente para sus productos la estética genérica que establece las pautas para la publicidad y la señalización de espacios públicos (calles, aeropuertos, centros comerciales).

Muestra de ello, la línea de productos ON TRANSLATION, que MUNTADAS ha afianzado internacionalmente durante la última década y media en la que la globalización, los grandes medios y corporaciones, y la internacionalización del miedo se apoderaron del mundo, o al menos de su imagen proyectada. El lema: ATENCIÓN: LA PERCEPCIÓN REQUIERE PARTICIPACIÓN, ha sido traducido a más de una veintena de lenguas y se ha impreso en fachadas, pancartas publicitarias, carteles, afiches, publicaciones, medios masivos, etc. En muchos de los casos, como en Argentina, hizo parte de la campaña publicitaria para invitar a los ciudadanos a los lugares donde tuvo lugar la exposición.

ON TRANSLATION, incluye los productos STAND BY (2006), THE AUDIENCE (1999), ON VIEW (2004), THE BOOKSTORE (2001), que por su naturaleza relativa a los espacios expositivos puede acompañar cualquiera de las muestras. Ejemplo de diálogos con ciudades específicas son: A CIUTAT / LA VILLE / DIE STADT (1999-2004 – Graz, Lille, Barcelona), EL APLAUSO (Bogotá, 1999), EL TREN URBANO (San Juan, 2005), CULOAREA (Arad, 1998), THE GAMES (Atlanta, 1996), THE PAVILION (Helsinki, 1995). Muestras generales de la serie que incluyen un diálogo crítico con el espacio donde se exhiben son: MUSEUM (Barcelona, 2002) y IL GIARDINI (Venecia, 2005). LA MESA DE NEGOCIACIÓN (1998) es el único objeto de la marca y en su singularidad resume buena parte de la idea del proyecto general de dominación mundial.

MUNTADAS cuenta con las oficinas centrales en Nueva York, donde se encuentra la residencia del director general A. M., y con una plana de colaboradores esparcida en distintas ciudades del mundo, pero con una relación especial con la oficina de Barcelona, donde se encuentran la coordinadora general de operaciones y el redactor oficial de textos de catálogo. De todos modos, MUNTADAS se compromete con viajar al lugar en que el pedido sea realizado, y a buscar (o crear) allí el mejor equipo posible para que el proyecto diseñado para la situación sea realizado con la mayor precisión y rigor posible. En el catálogo, en la letra menuda, a todos los miembros del equipo les será reconocido su trabajo, pero como un todo el proyecto aparecerá firmado por MUNTADAS, y se garantiza que independiente del equipo y el lugar, el producto final tendrá el sello que identifica la casa matriz.

MUNTADAS se consolidó como firma en los años ochenta con la serie más lírica y expresionista de instalaciones de su director general, definidas por él como MEDIA ARCHITECTURE INSTALLATIONS (M.A.I.), y con su proyecto colaborativo más complejo hasta el momento: BETWEEN THE FRAMES (1983-1992) que hacía parte de su serie de deconstrucciones del aparato galerístico y museal. Eran años de la consolidación de la economía salvaje del mercado, de la extrema mediatización de los espectáculos deportivos y musicales y artísticos. Dentro de las M.A.I, STADIUM (1989) manifestó la conciencia de la idea de espectáculo y THE BOARD ROOM (1987) la del mecanismo de decisión de las corporaciones y su relación con el control mediático de los individuos. Por su parte, THIS IN NOT AN ADVERTISMENT (1985) y THE LIMOUSINE PROJECT (1990), que posibilitaron hacer públicos sus mensajes en TIMES SQUARE y en una limosina de MANHATTAN hicieron consciente a A. M. del potencial de las intervenciones urbanas, en particular de las pantallas externas y vehículos. MEDIA EYES (1981), un aviso publicitario en las calles de Boston realizado con Anne Bray, ya había incursionado antes por estos caminos.

Las dimensiones de los proyectos, y la claridad cada vez mayor de la necesidad de responder a las condiciones específicas de los lugares de los encargos, definió la configuración de la empresa. THE FILE ROOM (1994), archivo colaborativo relativo a la censura, proyecto visionario con relación a las posibilidades de INTERNET, determinó el camino a seguir mediante la serie ON TRANSLATION que fagocitaría todas las ideas y estrategias desarrolladas en los ochenta.

De todos modos, fueron los años setenta en los que A. M. definió sus líneas de trabajo y la ideología general de su proyecto como totalidad. Eran tiempos en que la rebeldía daba forma a la contracultura al tiempo que se consolidaban los grandes medios, y en particular, la televisión se apoderaba del mundo. Los artistas se rebelaban tanto contra los formatos tradicionales como contra las instituciones en que se los exhibían, e incluso contra los usos comunes de los nuevos medios que utilizaban.

En momentos en que se asumía la CRÍTICA como caballo de batalla, A. M. ingeniero con inclinaciones artísticas que llegó incluso a pintar, asumiría todas estas rebeldías mientras buscaba su propio camino para intentar desbaratar las estructuras del sistema mediante las herramientas del sistema mismo.

Marcas tempranas como ARTE <> VIDA (1973) y CONFRONTACIONES (1974) (ambos escritor a mano), establecerán tanto la actitud de mutua correlación entre arte y vida que confundirá desde muy pronto a A. M. con MUNTADAS, como la estrategia de montaje (y de paralelo / contraste / confrontación) que se fijaría desde muy pronto como la gramática de todos sus trabajos desde entonces.

ON SUBJECTIVITY (1978), proyecto realizado desde M.I.T y dónde consolidará su propia versión del proyecto crítico encarnado en la idea de SUBJETIVIDAD CRITICA, constituirá una suerte de manifiesto que dará cuerpo a sus trabajos anteriores a la vez que planteará los lineamientos generales que vendrá a seguir después.

A. M. había nacido en Barcelona y crecido en la España franquista. En los tiempos de la Universidad convivió con una juventud inquieta que se oponía radicalmente a la situación planteada por un estado retardatario. En grupo, asumieron una serie de prácticas artísticas que, buscando alejarse de todo lo que había constituido el objeto artístico, se concentraban en investigar los “subsentidos”, en particular el olfato y el tacto. Como encargado del registro de esas acciones, A. M. dio con el video como herramienta que adoptaría para gran parte de sus proyectos a partir de entonces. Otros de los modos como su grupo decidió rebelarse al establecimiento fue mediante el desarrollo de proyectos locales de televisión. A. M. hizo parte de CADAQUÉS CANAL LOCAL y BARCELONA DISTRITO UNO.

Pero muy pronto, a mediados de los setenta, y luego de un viaje por América Latina en el que A. M. pasa por Buenos Aires, Sao Paulo, Caracas y México D.F. llevando la instalación/performance HOY, decide instalarse en Nueva York. En esa instalación se enfrentaba la información de unos periódicos colgados en una pared de la sala a la presencia del artista en el otro lado, que en la oscuridad y sólo con su pecho iluminado, llenaba el espacio con el sonido amplificado de su respiración. Con el tiempo se fue haciendo evidente cómo tanto la letra manuscrita como la presencia física del artista eran muestras de restos románticos de la concepción del autor, y se impondría cada vez más la frialdad de la pantalla y la tipografía helvética para el estilo de sus proyectos y para la firma de MUNTADAS que aparece hoy en todas las portadas y piezas gráficas promocionales de la empresa.

NY / Madrid / Bogotá 2012
Versión en pdf para descargar

Traducción: Alejandro Martín Maldonado
http://alemartin.tumblr.com/

Y si el montaje es la obra, ¿qué es lo que se monta..?

Es probable que el montaje le genere más ingresos que vender cuadritos, foticos y cosas romanticonas.