masacre y estudios visuales

Masacre y Estudios Visuales 

contrapunto en la javeriana 

Quien no pueda tomar partido debe callar, esto no lo digo yo, son palabras de Walter Benjamin. Y quiero obedecerlas para contarles, de mi voz, lo que sucedió el viernes 9 de junio, a las cinco de la tarde en el auditorio Luis Carlos Galán de la Universidad Javeriana.

Se cerraba la presentación de la Especialización en Estudios Visuales, Maria Belén Sáez de Ibarra terminaba su conferencia sobre el video “Bocas de ceniza” de Juan Manuel Echavarria. Algunos(as) conocerán esa charla de Maria Belén por otros encuentros. Se inicia siempre con la proyección de fragmentos del video, termina sin imágenes, solo la dicción de Maria Belén que trata de situar con palabras los rostros enormes de sobrevivientes, cabezas parlantes de esas aberraciones como la de Bojayá. Este procedimiento permite que nuestra vista divague por el escenario. Y claro allí, la mía se podía detener sobre la cabeza al óleo de Luís Carlos Galán. Mis ojos, y otros sentidos estaban ocupados recordando el atardecer de Soacha del 89, cuando lo mataron. De pronto, desde el escaso publico con voz fuerte, escuche una voz -los gritos- de Maria Victoria Uribe, era una pregunta para Maria Belén. A todos (as) debo decir que Maria Victoria, es una autoridad en la muerte que llaman “masacre” en Colombia, tiene publicados, que yo sepa, los dos más importantes inventarios: Matar, rematar y contramatar, sobre la Violencia, la que se escribe con mayúscula y dos volúmenes sobre Masacres en Colombia entre 1980-1993. La argumentación entre las dos fue larga, cada una reclamaba su derecho sobre el tema, no hubo final feliz, y seria imbecil de cualquiera de nosotros esperarlo.

En fin, amigos y miembros de las tribus del arte, esto era para decirles que yo estaba prevenida, llevaba sobre mi pecho esa cabeza roja de Galán, la del afiche de Duque. Y les cuento esto, porque creo que a partir de ahora debemos prepararnos, por fin con la llegada de los Estudios Visuales a Colombia, se acabarán las cabezas parlantes y comenzará la época de los cuerpos pensantes, nuestros cuerpos fascinantes que por imperativos profesionales siempre deben tomar partido.

Marta Calderón
investigadora independiente en arte
Bogotá

 

 

la mirada del zorro

(haga click en la imagen para ver el video de Fox News)

Sería muy interesante conocer qué reflexiones les suscitó a Anna María Guasch y a José Luis Brea el Salón Nacional. Ya se ha dicho en esta esfera que los invitados internacionales podrían ofrecer una interpretación de esta muestra, y que para este caso podría darse desde el mismo campo de los Estudios Visuales -lo que sin duda hubiese sido una excelente manera de introducirlos.

Para un salón cuyo énfasis está en resaltar las dinámicas de lo local, el trabajo a partir del lugar, el cuestionamiento de sus íconos y el diálogo con los espacios patrimoniales, también se habría podido traer como invitado internacional a un artista como Francis Alÿs. Sus trabajos sobre espacios de la ciudad y, específicamente sobre sus íconos y representaciones, habría complementado las exploraciones sobre el lugar, el patrimonio y la memoria urbana presentes en este Salón Nacional.

Este artista belga radicado en México, estuvo trabajando durante cinco años en torno a distintas imágenes y lugares de la ciudad de Londres. En septiembre del 2005 presentó en varios sitios de esa ciudad los trabajos que resultaron de este largo proceso. Uno de ellos consistió en crear, para la muy británica Guardia Real, una serie de recorridos por distintos lugares de la ciudad. Los londinenses de pronto se encontraban uno de estos guardias -conocidos por ser absolutamente inmutables a todo lo que los rodea- marchando por una calle muy distinta a las que honran con su paso desde tiempos inmemoriales.

Otra pieza memorable es la del zorro que introdujo en la muy aristocrática National Portrait Gallery. Era el momento en que la polémica por la prohibición de la caza del zorro estaba en su punto más álgido, por ello los medios reprodujeron una y otra vez la imagen de Bandit -el nombre que Alys bautizó al zorro- recorriendo este museo dedicado a la memoria de las más nobles familias de Inglaterra, que como es apenas lógico, se dedicaron durante siglos a la caza de este animal.

Según Fox News, el director de la National Portrait Gallery, Sandy Nairne, dió el visto bueno al proyecto y se declaró satisfecho con el resultado: “El zorro demostró muy buenos modales e interés en los retratos de la nobleza”.

Las camaras de seguridad dispuestas para la vigilancia de la National Portrait Gallery operaron esta vez para dar cuenta de los modos en que este extraño invitado recorría el lugar, husmeando aquí y allá, pasando de largo por la sala de los Habsburgo, oliendo el lujoso marco de la Reina Victoria, buscando chicles pegados a las bancas y, en suma, desafiando con su presencia la memoria, las imágenes y las tradiciones de las más honorables familias de Inglaterra.

Mery Boom

 

 

fondo y figura de un litigio

En respuesta a las preguntas sobre el debate de María Belén y María Victoria: El debate surgió a partir de un problema de lo que podríamos llamar Interpretación, y yo lo titularía algo así como

FONDO y FIGURA DE UN LITIGIO

En la conferencia de Maria Belén Sáez de Ibarra ella hizo la aseveración de que, en la obra que Juan Manuel Echevarria titulada “Bocas de ceniza”, el blanco del fondo sobre el que se encuentran recortados los personajes o figuras en el video implica, sugiere o alude a una no contextualización de los sujetos, quienes, por así decirlo, flotarían en un no lugar cultural, geográfico e histórico. La pregunta, o más que pregunta, la oposición de Maria Victoria Uribe fue entonces en dirección de negar dicha “falta de contexto”, imputando como errónea la interpretaci&oacut
e;n de María Belén, ya que, como el
la bien lo dijo, los cantos mismos, y los letreros al final de cada uno de los cantadores, ubicarían, sin duda alguna, dicho contexto.

Vista así, la cosa parecería una discusión un poco bizantina: discutir el significado del blanco utilizado como fondo. Lo que pasa es que, cada una, hizo, paralelamente, uso de su autoridad sobre la materia: María Victoria desde los artículos y libros que ha escrito, no sólo sobre masacres, sino sobre esa obra específica de Echevarria, y María Belén sobre el contexto en el que ella había, efectivamente, realizado esa aseveración, toda vez que María Victoria había llegado bastante tarde, y sólo escuchó la fracción final de la charla.

En mi caso, tratando de hacer una traslación a una discusión que ya había tomado giros de no acabar nunca, tomé la palabra para recordar que, precisamente, unas horas antes José Luis Brea nos había hablado de la naturaleza “LITIGABLE” de la obra de arte en general, y de los discursos visuales en general: su sentido no pertenece a nadie, ni al artista mismo. Y me parecía que la cosa también daba para recordar a Gadamer, quien en su texto La Actualidad de lo Bello nos habla sobre esa cualidad del arte de ser, siempre, algo que está por completar: el sentido no es algo que esté ontológicamente adosado a la obra, sino que es algo que construye el lector, desde su óptica, desde su universo cultural, histórico y simbólico. El “interpretador” llámese espectador, crítico o historiador, es un co-constructor de sentido, y en este caso me parece que teníamos al frente la evidencia de esa verdad de a puño que no sólo Brea o Gadamer, sino la historia misma del arte, de la crítica de arte, del pensamiento estético nos han dicho una y mil veces: la obra no puede ser reducida a una adivinaza en la cual el artista “escondió” un sentido que, ahora, debe ser develado y revelado por el conocedor, llámese crítico, historiador, o estudioso visual para el caso.

Alegrémonos amigos del arte, trabajadores de la imagen: el texto artístico, sea visual, sonoro o escrito, siempre será polimorfo, mutante y sujeto a erosiones y construcciones de sentido!!

Faltos de tiempo, y un poco agotados por la jornada la discusión, afortunadamente, paró ahí, pero en la cabeza me quedó retumbando todo el problema de la contraposición Fondo y Figura en la historia del retrato. Contraposición ésta que, de por sí, da para todo un seminario, o para varios: desde la historia de esa relación en la pintura, pero también en la fotografía o el video. Desde la hermenéutica y la estética, toda vez que varios autores contemporáneos han aludido a una disolución de esta contraposición clásica en el arte contemporáneo, etc. etc. O sea… no creo que se trate solamente de un problema de “Heráldica” en la cual el amarillo quiera decir riqueza, o el azul igualdad y el blanco fraternidad… pero precisamente por ello fue rica la jornada… porque dio para hablar, para discutir, para dejar temas en el tintero, etc. Para seguirle dando vueltas a lo que siempre nos estamos preguntando: ¿Qué aporta el arte? Cuál es su utilidad social, política, histórica, epistemológica, antropológica, cultural y un largo etc…..

Un saludo,

Adolfo Cifuentes, desde Bucaramanga.

 

 

cabezas parlantes

Esa platica se perdió, le repito a mi amigo Rodrigo Facundo. Me refiero a la que se pagó por la obra que intenta ser arte y documento, del video “Bocas de ceniza” de Juan Manuel Echevarria. Rodrigo quiere que le explique porque, y comienzo así: La pieza consta de una serie de tomas de sobrevivientes obtenidas en excelente imagen y mejor sonido. Sobrevivientes, esto es seres humanos obligados a dejar su calidad de vida campesina, para entrar a formar parte de un nuevo conjunto, victimas. Ellos cantan versos de lamento, entonados en ritmo vallenato. Sus rostros son atrapados en blanco y negro. Creo recordar que también canta una mujer, pero aquí ni genero, ni raza, ni origen, ni logro, están diferenciados. Todos son convertidos en cabezas parlantes, unificados, homogenizados, limpiados, reducidos, amputados. Este es el momentum de la obra, pero, ¿con que objeto? ¿Dar clases a camarógrafos de Tv.? ¿Historias inéditas del vallenato-reality? ¿Pruebas para concursar en la próxima versión del programa Factor Para- X? Esas imágenes de “Bocas de ceniza” no crean, ni reproducen, ni multiplican otras imágenes. Se consumen sobre si mismas después de alcanzar su momentum. Solo recrean su candor o inconsciencia plena de posibilidades. Pero aun en ese estado “Bocas de ceniza” todavía es algo.

En algún momento del XIX, la imagen de Latinoamérica como territorio edénico, nuevo, esperanzador se borra y es reemplazada por la del cazador de pieles, el proveedor de materias primas, la versión primitiva de una civilización europea. Hoy ese guión no ha cambiado, y es ahí que “Bocas de ceniza” tiene sus líneas aseguradas. Pero esa aparición de vendedor de lágrimas, no es capaz de convertirla, porque permanece en calidad de intento de arte y documento.

Juan Manuel Echevarria no esta solo en esta toma de posición respecto a la narcoviolencia que vivimos. Los libros autobiográficos de jefes matones y mercenarios que periodistas han publicado en los últimos años, lo acompañan. Esos textos se encuentran en la misma situación, no son periodismo, no alcanzan la condición de literatura biográfica y como testimonios ni una coma de sus letras puede ser usada para algún proceso en la justicia. Pero son libros, y serán exhibidos, como “Bocas de ceniza” será mostrada. Aquí han pasado casi cuatro minutos, cuelgo el teléfono y me voy a buscar a mi amigo Roco, tengo que decirle algo.

Marta Calderón