«La vida es sagrada»

“La Vida es Sagrada” es una obra sobre la violencia estructural que experimenté en Bogotá al ver los moribundos de las calles del centro: hambrientos, congelados y muchos bazuqueros. Hago referencia a la frase de Antanas Mockus “la vida es sagrada” escrita sobre los Columbarios y recreo su célebre bajada de pantalones del año 1993.

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El artista peruano Eduardo Villanés envía a esferapública imágenes y una breve reflexión sobre su participación en el evento “Hacer algo, otra vez: arte, desobediencia y espacio público”

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He venido a Colombia a participar en un evento en el Centro Memoria, Paz y Reconciliación denominado “Hacer algo, otra vez: arte, desobediencia y espacio público” o simplemente “Hacer Algo”. Antes de venir, una amiga peruana, María Burela, me contó una anécdota de cuando visitó Colombia en 1993, vió a un excéntrico rector de la Universidad Nacional bajarse los pantalones y mostrar el trasero a estudiantes que le impedían hacer uso de la palabra en el auditorio de la universidad. Su nombre Antanas Mockus.

Coincidentemente, a los pocos días de mi llegada se realizó, en Bogotá y otras ciudades del mundo, una marcha convocada por Mockus, lo cual marcó su temporal retorno a la actividad política tras varios años de alejamiento a causa de una enfermedad crónica (1). El lema de su marcha fué “La Vida es Sagrada”, frase que yo conocía, la había visto en el Cementerio Central de Bogotá. Mockus, cuando llegó a alcalde, la mandó escribir ahí con esmalte negro sobre varios nichos visibles desde la calle 26. Estos nichos, conocidos como Los Columbarios, en los que se presume se encuentran restos de algunos de los desaparecidos del Bogotazo, albergan una célebre obra de la artista Beatriz Gonzáles, titulada “Auras Anónimas”.

Sabiendo que cada uno de los participantes de “Hacer Algo” presentaríamos, una vez finalizado el evento, propuestas de obras de arte para el espacio urbano de la ciudad de Bogotá; me adelanté preparando dos propuestas, grafitis a realizarse en 2 edificios del cruce de Caracas y 26. El primero trataría sobre la masacre de Bagua (Perú, 2009), el segundo sobre el caso de Máxima Acuña, una agricultora peruana de la región Cajamarca que vive amenazada por negarse a vender su tierra a una mina de oro. Esto fue el inicio de un fructífero proceso de investigación y adaptación a condiciones específicas, bajo la experta coordinación de los talleristas y organizadores de “Hacer Algo”.

Mas adelante supe que las propuestas debían circunscribirse a espacios de la denominada “Cartografía de la Memoria”, la cual incluye el Centro Memoria, los Columbarios y otros lugares con significación histórica ubicados a lo largo de la avenida 26, desde la Universidad Nacional hasta el Parque de la Independencia. En base a esta cartografía preparé otra propuesta, esta vez para el piso de la Plazoleta de los Grafitis, un área de aproximadamente 250 metros cuadrados, donde yo trazaría un grafiti-mapa que el público pudiera transitar. Este mapa evocaría hidrografías de Colombia y Perú donde actualmente están ocurriendo resistencias contra la contaminación del agua. Por ejemplo, Cauca en Colombia, Bagua en Perú y, dos ubicaciones en ambos países con un mismo nombre, Cajamarca.

Este proyecto tampoco fue aprobado, porque las obras en los espacios públicos debían ser efímeras, no permanentes. De persistir con la idea de hacer grafiti, la única opción que quedaba era hacerlo sobre unas telas o plásticos que se colgarían temporalmente sobre las rejas que separan los Columbarios de la 26. Aunque la idea no me inspiraba mucho elaboré algunos bocetos y fotomontajes (2). Es aquí que, no recuerdo como, mi idea de soporte para el grafiti derivó a las ropas, frazadas y plásticos con los que se cubren las personas sin hogar, sobre quienes escribiría la frase “La Vida es Sagrada”. Complementariamente, otras personas de igual condición, de las que transitan habitualmente frente a Los Columbarios, re-escenificarían la bajada de pantalones de Mockus. La obra fué aprobada.

 

 

Eduardo Villanés

 

(1) Participé en la marcha pintando sobre una tela de 5 metros de largo en la Plaza Bolivar.

(2) Se exhibe actualmente un boceto de esta obra en los muros del patio de la galería Valenzuela Klenner (Bogotá) con el título “Máxima Vive en la Laguna Azul”.