Las palabras de Doris Salcedo

Así es la obra de Salcedo y esta piel enorme, angustiosamente bella y que quienes han estado allí dicen que invade el espacio con su olor, no requiere de historia para transmitirnos una. Para invitarnos a pensar en una. Por eso, cuando la artista le contaba al comentarista cultural británico Tim Marlow (como lo describe una colega de El Espectador), que la razón de ser de la obra fue su investigación del caso de una enfermera en Colombia que fue horriblemente torturada hasta la muerte y cuyo cuerpo desapareció, me pregunto si era verdaderamente necesario saberlo…

A veces las palabras sobran. Bastan los gestos, las presencias, la sensibilidad expuesta abiertamente en una obra. El más reciente trabajo de Doris Salcedo, actualmente en la galería White Cube de Londres, tiene un nombre que no necesita gran justificación: ‘A flor de piel’.

Es una gigantesca piel construida por pétalos de rosa unidos unos a otros con delicadeza. ¿Cómo la hizo? Como una costurera que borda encaje, como lo ha hecho siempre a manera de ofrenda (en un trabajo previo hiló un cabello tras otro para darle vida a una mesa).

Así es la obra de Salcedo y esta piel enorme, angustiosamente bella y que quienes han estado allí dicen que invade el espacio con su olor, no requiere de historia para transmitirnos una. Para invitarnos a pensar en una. Por eso, cuando la artista le contaba al comentarista cultural británico Tim Marlow (como lo describe una colega de El Espectador), que la razón de ser de la obra fue su investigación del caso de una enfermera en Colombia que fue horriblemente torturada hasta la muerte y cuyo cuerpo desapareció, me pregunto si era verdaderamente necesario saberlo.

¿Cambia en algo el poder de la obra? ¿Necesitábamos conocer esta historia trágica para emocionarnos con ella? Yo diría que no. Allí, las palabras sobraban.

 

Dominique Rodríguez

publicado en El Tiempo

3 comentarios


El silencio de los inocentes, 1991 

Hannibal Lecter: Now then, tell me. What did Miggs say to you? Multiple Miggs in the next cell. He hissed at you. What did he say? 
Clarice Starling: He said, «I can smell your cunt.» 
Hannibal Lecter: I see. I myself cannot. You use Evian skin cream, and sometimes you wear L’Air du Temps, but not today. 

… lo digo porque la inocencia con que se reciben generalmente las obras de arte me parece sorprendente; como si las declaraciones de los artistas se pasaran por la faja el subconsciente y todo funcionara en el plano comunicativo donde los ‘contenidos’ se leen como mensajes inequívocos, sin malicia ni interpretación alguna, muy dentro del protocolo del consumo periodístico