“Las mujeres al poder, los hombres a la cocina”

miguelangelrojas1Más de diez artistas , críticos y curadores responden semanalmente un único cuestionario sbre arte, política y vida. Hoy, Francesca Bellini le hace estas preguntas a Miguel Ángel Rojas.

¿Para qué sirve el arte?
No creo que preste ningún servicio como tal. No podemos referirnos a él como se hace  en Colombia con algunos recursos: Servicio de Restaurante, Servicio de Piscina, Servicio de Baños, etc. Es otro nivel perceptivo  y cognitivo. Es un lugar mental donde colocamos cosas que nos parecen importantes y el artista las instala para que vivan en la mente del observador.  Es  allí, donde verdaderamente actúan aunque ocupen un lugar físico.

¿El arte y la política deberían mezclarse?
Creo que el arte ha sido ampliamente usado con fines políticos en todas las culturas y a través de los tiempos. Las epopeyas, las gestas , las dinastías y las religiones han encontrado en el arte su expresión. El arte contemporáneo se ha despojado de esa carga “oficial” (por llamarlo de alguna manera),  al adquirí una gran libertad al comprometerse solo con el pensamiento y la sensibilidad. Pero tal vez su mayor fuerza está en sus posturas críticas lo que confirma su poder  político actual.

¿Ha llegado la hora en que los políticos sean reemplazados por los artistas?
Creo que llegarán primero a hacer este reemplazo los sociólogos y los administradores. Eso sería muy bueno pero estos también tendrían que hacer política. Son muy pocos los buenos artistas que hacen política como en nuestro caso el ex alcalde Mockus. Por el otro lado, hay muchos malos artistas que hacen política  para conseguir reconocimiento aunque  no necesariamente con propuestas de hecho políticas.

¿Cree usted que el arte es una forma válida de activismo?

Creo que sí. El hecho de escoger otra clase de actividad es una especie de activismo porque implica que se busca otra clase de equilibrio, una posición que de alguna manera subvierte las normas. Ese es junto al manejo de la estética,  su  gran poder de seducción.

¿Debe haber ética en el arte?
No solo en el arte sino en toda actividad humana.  Arte ético es sinónimo de  buen arte, igual que un  trabajo bien hecho implica una posición ética. Para algunos  va más allá, hacia al compromiso directo con la ética cuestionando  la moral,  haciendo crítica social, o simplemente  a través del humanismo.

¿Qué no es ético en el arte?
El mal arte. El arte pensado como un producto comercial complacientemente repetitivo y decorativo. También el arte ingenuo con pretensiones de gran arte.

¿El arte es una forma de lucha?
El trabajo humano en general es una especie de lucha, es la sublimación de los instintos guerreros.

¿Se considera un artista político o un artista crítico?
Soy más bien un ser justo.  Sí, soy un artista crítico muy consciente del momento histórico que vive, a quien le apasionan las utopías y alguien que ha experimentado choques constantes  con mentalidades impermeables.

¿Para qué hace su obra?

Eso no me lo pregunto, es una necesidad. Es como un impuesto que pago por vivir.

¿Para quién hace su obra?
Tampoco pienso en para quién. Cuando empiezo una obra pienso primero definirla en términos conceptuales, qué sentido quiero darle, qué me interesa de ese sentido, qué medios usar. Todo esto va acompañado de experimentos con la materia, dibujos, conversiones de escala. Si es un video hay decisiones tales como tomas in situ o puestas en escena. Eso significa que los procesos se hacen obsesivos y yo me pongo mas exigente  pensando en las soluciones en medio de la noche y con  en el oficio de taller. Cada obra es diferente y requiere tratamientos diferentes. Claro que hay estímulos externos como las propuestas  curatoriales, los espacios en los que se  muestra la obra y las fechas  que se acuerdan. Sin embargo  el compromiso es conmigo mismo.

¿A qué artistas admira?
A muchos. A todos los grandes de todos  los tiempos  pero especialmente a los innovadores modernos, Joseph-Nicéphore Niépce, Marcel Duchamp, al Pablo Picasso del cubismo y Joseph Beuys . A mis maestros Micholls, Laib y al paradigmático Catelan que ha apuntado sus dardos en dirección correcta.

¿A quién censuraría si pudiera?
En la vida real  censuro  a los violentos y  a los corruptos, quienes afortunadamente ocupan un lugar muy lejano al espacio idealista del arte. Y en el arte a la mediocridad que siempre va de la mano de la envidia.

¿Qué le molesta del mundo en el que vivimos?
La persistencia en nuestros días del pensamiento precientífico, la intolerancia, pero lo más grave la ausencia del sentido de especie que hace insalvables las fronteras entre grupos humanos.

¿Tenemos esperanzas de salir del atolladero?
Las soluciones  seguramente vendrán con  la educación  y la feminización de la especie: la feminización de la especie: las mujeres al poder, los hombres a la cocina… No más guerras y “No más héroes” como ha postulado Kruger en uno de sus más inteligentes trabajos. De lo contrario tendremos que aprender a las malas, en carne propia. No más depredación, no más voracidad, no más egoísmo ¡más arte por favor!

Publicado en El Nuevo Siglo el jueves 11 de Junio de 2009