Hace dos semanas en el periódico El Espectador se publicó un texto que pienso es afín a la discusión actual sobre el Salón de la Justicia, la columna se titulaba «Los letrados» y su autor es Alejandro Gaviria. Estoy de acuerdo con Gabriel Restrepo en evitar que se tome al organizador de la DHEA como chivo expiatorio y leo a la persona en cuestión como un actor más de la trama que conforma ese diálogo hilarante y a la vez aterrador que nos ha regalado generosamente el incisivo Batelli; pero creo que la columna de Gaviria es útil para sopesar la opinión de muchos artistas en asuntos de política social y ver como no bastan las buenas intensiones plásticas para lograr que una acción o un comentario sean relevantes. La percepción «iluminada» de muchos hacedores hace que confundan la política práctica del activismo con la labor mesiánica y apocalíptica de algunos profetas, dándose una situación que si bien es seductora en términos míticos resulta inoperante en acciones que tengan un alcance social concreto. Entiendo que esto se puede leer como una crítica (si el lector lo quiere, destructiva), pero hasta donde tengo entendido la política es un asunto de confrontación, no de convivialismo*.
Envio el vínculo al artículo:
http://agaviria.blogspot.com/2006/02/los-letrados.html
Por otro lado muestro mi agrado por los comunicados del lugar El Bodegón (sobre «Wilson Díaz» y sobre «El Bodegón»), donde los textos son redactados para el placer de un lector atento y no para informar al consumidor cultural pasivo (a diferencia de los boletines de prensa «neutros» o informerciales que emiten museos, instituciones y galerías). Siendo esfera pública un espacio de textos es importante hacer esta mención.
* Convivialismo: término que usa Herbert Braun para denominar el régimen político bipartidista liberal-conservador apoyado por un sector del poder en Colombia.
Lucas Ospina