La nada y el caos (En la bienal de Sao Paulo)

La cuestion es el teatro, siempre el teatro, desde la Grecia clásica hasta hoy día. Y teatro fue lo que hicieron la semana pasada en el grupo de decenas activistas artísticos que irrumpieron en la sede de la bienal de arte de Sao Paulo, invadieron la segunda planta y garabatearon con spray sus blanquísimos muros antes que terminaran por impedírselo los guardias de seguridad de la bienal, auxiliados por la policia. Quizás querían protestar por la decisión de Ivo Mesquita – el curador de esta edición de la bienal – de dejar los miles de metros de esa planta enteramente vacíos con el fin de invitar a la reflexión sobre el exceso de bienales que actualmente se realizan en el mundo, porqué les parecia un auténtico disparate que tantisimo espacio se quedase vacío, cuando podría haberse dedicado a mostrar obras de arte, las suyas o las de otros tantos artisas. En realidad no sé lo que querían, porque no he leído o escuchado a ninguno de los actores de este insolito flasmob explicando porqué hicieron lo que hicieron. Estoy seguro, en cambio, que lo que hicieron fue una enérgica accion teatral que convirtió el espacio enorme, blanco y vacío de esa planta del Museo de Arte Moderno de Sao Paulo – proyectado por el arquitecto Oscar Niemeyer – en la escena donde se representó convincentemente todo lo que nuestra vida tiene ahora de desequilibrada y entrópica.

Esa fue por lo menos la conclusión a la que llegué después de ver en Youtube el vídeo que grabó esa acción, en la que se ve a los activistas garabateando los muros, corriendo de un lado a otro, forcejeando con los seguratas, gritando, escabullendose, mientras una multitud de curiosos impasibles iba de aqui para alla, cámara en mano, captando lo que estaba pasando, que era lo mismo que ellos hacían que pasara. La ambicion, el sueño, la fantasia de la arquitectura moderna, de disponer un espacio enteramente vacío para que el hombre realizara sin cortapisas su libertad, convertido en el ámbito de una gesticulación desquiciada y sin sentido. Como esa representacion del drama de Marat realizada por el Marqués de Sade con los dementes del penal de Charenton. Y encima, con cámaras de video o fotografía, grabandolo todo para nada. Apoteosis, epifania.

Carlos Jiménez
http://elartedehusmeardecarlosjimenez.blogspot.com/

6 comentarios

querido carlos:

¿no sabes por qué lo hicieron?

pero si esa es la función primaria del arte>. la expresión…
nada mas artístico que escribir sobre el vacío…
nada mas contemporáneo al origen que la escritura misma… el acto de escribir. de rayar. o te olvidas de cy twombly.
lo volverán a escribir…
queda el palimpsesto.
me gusta el gesto valiente del curador, no comprendo porqué no dejan la escritura….
bueno se «ensucia» la pared y quien quiere ver una ciudad al revés con las paredes de museo-ciudad y la ciudad-museo?
el asunto es el mismo: el arte está muerto.
todo es arte y nada lo es.

sonia fox – crítica de arte

Sonia: el arte es tantas cosas que es también expresion y lo que hicieron lo que hicieron en el vacío de la bienal fue ¨expresar¨, ¨representar¨, ¨alegorizar¨cuanto de caótico y entropico tienen nuestras vidas. ¿ Nuestras? No se. no estoy tan seguro de que sean enteramente nuestras aunque si sé que tampoco podemos librarnos de ellas.

Nestor: si, es probable que la acción de los grafiteros – asumiendo que todos fuesen artistas jóvenes – tuviera como objetivo protestar porque un espacio tan enorme – y tan valioso simbólicamente – se quedara vacío, en vez de ser utilizado para exponer sus obras. SUS obras. Pero si esa fué su motivación, ese dato no anula sino que refuerza mi tesis de que su energica intervención, sobrepasando los limites asignados por su intención consciente, genero un espacio, una situación, una acontecimiento, capaz de escenificar lo que tienen de caótico y entropico nuestras vidas. ¡Puro teatro! El teatro de nuestras vidas.

No creo necesario hallar una justificación a esta acción, la lectura propia de este acto de intervención hace explicita su intencionalidad, pero en la misma forma termina por ser una escenificación, dentro de la cual no cabe una explicación, ni una disertación por parte de los actores participantes, es puro teatro, es muy reaccionario, y es en cierto sentido inutil preguntarse por que lo hicieron, de lo caótico puede resultar que su acción se volvio compleja más allá de la simple razón que pudieron tener para realizarla.

La bienal iconoclasta.

La caída de un monumento o de una imagen casi siempre representan la caída de un imperio, de un gobierno o de un ciclo.
La historia y la historia del arte nos ejemplifican con claridad este fenómeno.
Los muros blancos del pabellón de Niemeyer, hacen recordar los conflictos iconoclastas bizantinos, los momentos críticos de la reforma protestante en el siglo XVI, la gran ola iconoclasta para algunos, vandálica para otros, de la madre de las revoluciones , la revolución francesa. En donde Jean Jacques Rousseau apoyaba la destrucción de los monumentos de la monarquía, como « monumentos de vanidad , destruidos para una utilidad »o en donde con cierta gracia Courbet sugería suprimir la Escuela de Roma y la Escuela de bellas artes de París.. . Los muros blancos, y vacíos de esta bienal recuerdan la caída de un muro, el 9 de noviembre de 1989, la destrucción de las estatuas de Lenin y Stalin, la destrucción reciente de las imágenes de Saddam Husain.( y por que , no la caída de las hermanas gemelas de Yamasaki ,posible símbolo del final del posmodernismo)
Para acercarnos mas al arte, la blancura de los muros de esta bienal me recuerdan la banal blancura de ese orinal que todos nosotros conocemos, rechazado en 1917 por un jurado del cual el mismo Duchamp hacia parte…Momento crucial en donde el anti arte como arte se imponía al arte del pasado. Inmaculada concepción del arte contemporáneo.
Como se puede ver el arte funciona por ciclos, por el derrumbamientos o transformación de estos, por propuestas revolucionarias que se imponen y que ellas mismas luego dejan de funcionar.
Las crisis iconoclastas, no se dan casi nunca por la decisión de un solo personaje, son el resultado del final de un ciclo en donde tanto el pensamiento como las artes , imagen de este pensamiento se ven perjudicadas. De esta manera esta bienal, probablemente no es el resultado del pensamiento de un solo curador, sino que a través de su visión curatorial, se manifiesta una fisura ya existente en nuestra época. La importancia de este suceso no radica en analizar si el curador hizo algo bueno, algo malo, algo, pertinente, ininteresante, interesante, conceptualmente valido, revolucionario, tradicionalista etc…
La importancia de esta bienal no debe verse desde el punto de vista de la decisión única de un curador, y de su pertinencia ,de lo anecdótico sino de la existencia de un fenómeno contemporáneo en las artes.

No creo que esta bienal sea una bienal gratuita y efímera en la historia de las bienales. Esta bienal invisible es el síntoma de la hipervisibilidad del arte actual y de la vanidad contemporánea que se esconde detrás de cada feria o bienal. Esta bienal propone conceptualmente la destrucción de la idea que nos estamos creando hoy en día de « bienal » y nos hace recordar la frase citada anteriormente de Rousseau que hablaba de los monumentos de la monarquía como « monumentos de vanidad , destruidos para una utilidad » .

Paradójicamente lo mas interesante y mas disiente de nuestra época, fue la intervención de los grafiteros en los muros blancos del pabellón… Tenían derecho o no? No importa. En este caso se metieron en la boca del lobo y se pisaron la cola. Fueron iconoclastas de una imagen que de por si es a una escala mas grande iconoclasta . Fueron algo así como los « an-iconoclastas » del paseo , y olvidaron o no vieron que en este caso no se enfrentaban a un inaccesible undécimo piso de un edificio, sino a los muros blancos (mas no vacíos) que materializan una de las mas grandes fallas del arte actual. Al ser rebeldes sobre algo que los sobre pasaba en rebeldía , eliminaron su rebeldía.
Menos por mas, da menos.
Aquí no hay culpables ni inocentes, no hay artistas verdaderos ni conceptos insostenibles. No hay verdad, o mentira. Lo que presenciamos aquí es un fenómeno ultra actual en todo sentido en donde el iconoclasta verdadero ,cimiento de posible novedad , se reactualiza, y en donde los rebeldes paradójicamente se vuelven conservadores.