La curaduría como un viaje performático alotrópico

Cada curaduría apuesta precisamente por esa acción investigativa que pretende develar una forma de ver el arte desde dos posiciones diferentes. La primera, Zonar: Estar en situación, perforar el contexto surge de un equipo curatorial bastante curtido en la mecánica de la gestión cultural intermunicipal (entre Floridablanca y Bucaramanga) y la segunda, Este: Coordenadas Itinerantes, con las mejores intenciones y una experiencia muy corta en ese tipo de operaciones. Perforar el contexto hace pensar en el principal renglón de nuestra economía: el petróleo, deprimido este año ante la caída inesperada de su precio.

Apertura 15 Salones Regionales. Curaduría "Zonar: Estar en situación, perforar el contexto", IMCUT Bucaramanga Mayo 2015.
Apertura 15 Salones Regionales. Curaduría «Zonar: Estar en situación, perforar el contexto», IMCUT Bucaramanga Mayo 2015.

El oriente colombiano está inmerso en fronteras. Primero las geográficas, dibujadas con ríos de exóticos nombres y montañas enredadas que hacen parte de un sistema continental. Luego las económicas que se debaten entre la crisis del bolívar, del agro, del narcotráfico, de la explotación de recursos mineros en los páramos, la dependencia de las regalías y de los favores de los varones políticos municipales y departamentales. Y por último las políticas, que se perciben con un ruido de fondo en el que resuenan siempre las voces incendiarias de los bipolares oportunistas que tratan de terciar, en paralelo, en el proceso de paz de La Habana. Sin embargo, los comentarios injustos e incorrectos también son locales, caracterizados por ese registro altisonante que distingue nuestra variedad dialectal, fácil de caricaturizar. Esta música verbal tiene variedades que hablan las gentes de cada lugar: en los bordes de las selvas del Catatumbo y del Carare, en los pueblos congelados de la colonia o de la república, en las ciudades de la montaña o en las ciudades planas, que han visto de forma periódica bonanzas malgastadas y modernizaciones (en el sentido que da a la expresión Derrida) fallidas. Pueblos que se encuentran, entre lo caribe y lo andino, para sufrir juntos el aplastamiento uniforme de sus conservadoras tradiciones y sus pírricos patrimonios mientras lo disfrutan abyectos, en un aparente estado de bienestar y progreso.

En esta última edición de los salones Regionales dos propuestas curatoriales: Zonar: Estar en situación, perforar el contexto (inaugurado hace dos semanas) y Este: Coordenadas Itinerantes (que se inaugurará en Julio próximo) pretenden retratar el diálogo de algunos artistas locales con estos contextos movedizos. Esa relación problematizada que el artista pueda establecer con el lugar que habita o en el que nació debería generar un proceso, según esta perspectiva, con una voz auténtica que se sintonice en una conversación fluida con los curadores. El tema de esta interacción, sin embargo, es lo que estos últimos entienden o practican como arte contemporáneo. Por ello esta investigación, en acción, se justifica precariamente con los argumentos de una etnometodología, caracterizada sin embargo por las entrevistas, que termina con una selección. Estas secuencias conversacionales se articulan con el seguimiento y compañía del Ministerio de Cultura, que no solo financia esta tarea sino que además, a través de todo el proceso, renueva cada tres años su compromiso simbólico para que el circuito artístico regional subsista.

Cada curaduría apuesta precisamente por esa acción investigativa que pretende develar una forma de ver el arte desde dos posiciones diferentes. La primera, Zonar: Estar en situación, perforar el contexto surge de un equipo curatorial bastante curtido en la mecánica de la gestión cultural intermunicipal (entre Floridablanca y Bucaramanga) y la segunda, Este: Coordenadas Itinerantes, con las mejores intenciones y una experiencia muy corta en ese tipo de operaciones. Perforar el contexto hace pensar en el principal renglón de nuestra economía: el petróleo, deprimido este año ante la caída inesperada de su precio. Se puede imaginar, entonces, el taladro que golpea para penetrar en la tierra desde la altura artificial de una torre. Al final de una exploración inicial y de la posterior perforación se determina, según el éxito de la apuesta, la explotación. Por esto en medio de su indagación los curadores decidieron explorar también en otras tierras, y para ello ampliaron nuestra frontera hasta la vecina Cuba, con la esperanza de encontrar recursos que pudieran saciar su curiosidad investigativa. En ese otro territorio insular, anexado al continente por cuenta de Zonar, se yuxtaponen ahora dos sucesos: el primero es la ya tradicional Bienal (con el ingrediente inesperado del acercamiento de Obama y Castro) que le ha servido tanto a las autoridades locales como a los visionarios galeristas y curadores para iniciar, hace un buen tiempo, la fase de explotación de su arte; el segundo es la polémica alrededor de la lectura performática, del libro de Hanna Arendt Los orígenes del Totalitarismo, por parte de la artista cubana Tania Bruguera, que obligó a sus amigos de la escena internacional a adoptar improvisadas posiciones limítrofes.

Este viaje caribeño representa el rasgo distintivo de esta curaduría. ¿Por qué? porque algunos artistas y gestores culturales bumangueses completan así, con este último periplo del equipo de Perforar el contexto, una década estableciendo conexiones con la isla, instalando para ello poéticos puentes de tabaco y panela que han permitido a algunos afortunados viajeros ser testigos de una gran cantidad de fenómenos internacionales y locales que ilustran la singularidad del pueblo cubano y el rotundo éxito de algunos de sus representantes plásticos. Hoy puede decirse que esta presencia periódica ha contribuido, además del interés común de todos estos actores en la performance y el intercambio cultural, a la creación de varios eventos artísticos y culturales en Bucaramanga: La Bienal Desde Aquí, Acciones al margen, y este último proyecto curatorial. Además, la presencia en la ciudad de figuras cubanas como Ibis Hernández y Gerardo Mosquera, aunque fugaces, ha determinado hitos en la delgada línea de la historia de las prácticas contemporáneas de la región, sobre todo por su innegable asimetría.

Del otro lado, en Este: Coordenadas Itinerantes, también se viaja. Porque el equipo curatorial propuso, entre otras actividades, la residencia en la ciudad de dos artistas internacionales (de EE. UU. y Corea) que dispusieron de los medios y el tiempo para conocer este entorno y plantear talleres, obras e intercambios con algunos artistas y comunidades locales. Esta atmósfera de tránsito, itinerante, que se materializó con un camión furgón de gira por la provincia pone a prueba el uso de los recursos digitales y la organización logística especializada de la producción de estos eventos en la ciudad, que tampoco son extraños ni nuevos para nosotros. Es decir, requiere de la labor profesional de personas que ya posean una experiencia. Este punto es el rasgo que define esta curaduría: la existencia de estas personas. Cada vez podemos ver, de forma más segura, la producción de estos proyectos con recursos humanos propios. Una contribución de la formación académica y de la acumulación de ejercicios reales, promovidos institucionalmente, que al concurrir en el tiempo ponen a prueba el criterio de algunas jóvenes promesas de la museología, la curaduría, la producción y la gestión, quienes han ido poblando en los últimos años una escena, hasta hace poco, desdentada en la sustracción y perdida en el ostracismo.

Coordenadas apuesta también por contribuir con su forma de ver las cosas, para que el circuito se active en este intercambio al plantear el viaje hacia y no desde la región, de otros interlocutores. Es un recurso que apela a una interpretación alterna de las políticas de circulación del Ministerio que promueven el crecimiento conjunto de los actores que le posibiliten a la generación actual, y sobre todo a la próxima generación de artistas y gestores locales, proyectarse de modo estable en sus contextos (Santander, Norte de Santander, Magdalena medio y los territorios venezolanos de la frontera) sin dejar de dialogar con las otras periferias del globo que conforman el territorio de la producción en el arte de hoy. Esperamos en un par de meses la fase final de esta propuesta en la ciudad de Cúcuta donde culmina su itinerario para aprovechar, quizá, el paisaje abierto de la capital nortesantandereana y sus fuertes vientos cruzados.

Entre tanto observamos, con una pretensión objetiva que nunca se concreta en la realidad, la conclusión de Zonar: Estar en situación, perforar el contexto. Para recoger en ese momento, entre las estructuras metálicas abandonadas luego de la perforación, y cuando los muros del museo que albergaron la exposición principal se hayan enfriado, lo que nos quede. Porque viajar representa la manera de estar en el mundo del artista contemporáneo para buscar oportunidades en otros lugares y territorios que no dejarán de mirarse como horizontes. A veces habrán de consumirse cientos de millas del erario para que la práctica del movimiento reemplace la menos entretenida tarea de mirar hacia adentro, como lo hicieron hábilmente los cubanos sin descuidar a Miami con el rabillo del ojo. Pero eso depende de los intereses y curiosidades de cada uno, de esas inaplazables necesidades de exploración del viajero. Hoy esta curaduría, con la promesa difusa de una presencia nacional y una lista fiel de artistas y piezas, se alinea en la aproximación final de su viaje, dispuesta en su cierre para el habitual diagnóstico crudo de sus parroquianos.

 

Alberto Borja

8 comentarios

Para que estos curadores y artistas puedan «proyectarse» no caería nada mal que usted señor escritor les diera una mano y al menos mencionase sus nombres…. ooops, perdon…… Derrida, Mosquera y Brugera son mas importantes!!!

El trabajo que más se destacó fue el de Yeshúa Sierra. Su trabajo entre acción, dibujo, video y fotografía consistió en una serie de intervenciones en las calles de la ciudad armado con una tiza para cazar las siluetas y sus líneas proyectadas en el trazado urbano. Luego, a través de su proceso de edición, fija en algunos instantes la división arquitectónica entre la luz y la sombra. En el video se evidencia que la acción es participativa y los cuadros resultantes rodean la imagen principal proyectada en el suelo en un cuadro animado por la dinámica de la intervención. Y a partir de esta referencia al cuadrado (y la única foto del montaje que sobrevivió de la exposición de Cero – Diez) de Malevich, comenta varias tesis de las vanguardias (entre ellas el arte sin artista y la identificación de cuadro y marco) y toma posición en los detalles. Precisamente en la carpintería de los bastidores donde presentó sus imágenes, en una de las salas del Museo de Arte Moderno, las perspectivas ligeramente torcidas retoman el aspecto espiritual del código binario del 0 y el 10 de la exposición Futurista en Petrogrado. Esta pieza hace pensar que, a pesar de todo, la UIS se consolida como un referente importante para la formación en la región, especialmente en la formulación y ejecución de proyectos.
Por supuesto que hay que mencionar también a Gabriel Castillo de Cúcuta que sigue siendo el emblema del arte conceptual en la región, en esta ocasión con una yuxtaposición de juego, deporte y escultura. Y Fredy Higuera, un joven fotógrafo de Bucaramanga que se propone ampliar sus prácticas con la performance y el tema de la visibilidad del registro como memoria. La verdad podríamos hablar de todos y cada uno de los artistas seleccionados pero era una tarea básica de la curaduría con la que no se cumplió.
Adenda: Junior, reclamas un crédito para un equipo que no lo merece y me abstengo de agregar más palabras porque la ropa sucia se debe lavar en casa. Pero para estar a tono puedes imprimir este comentario, montarlo en una postal adicional y pegarlo en un local de comidas y licores abajo del Capitolio frente a la plaza del cristo rey en la Habana vieja, se llama El Chanchullero.

Lastima Alberto que por el afán sólo de ver y no de comprender, no haya tenido en cuenta los textos que acompañan cada exposición con la breve reseña de cada una de las obras y por eso queda en deuda con todos los que esperamos mas de su percepción en general del regional de la zona oriente, sólo espero que sea cierto que la ropa sucia se lave en casa.

Falta a la verdad Borja cuando dice «La verdad podríamos hablar de todos y cada uno de los artistas seleccionados pero era una tarea básica de la curaduría con la que no se cumplió » para que pueda despercudir su mirada crítica y su nostalgia cubana.Anexaremos aquí uno de los textos que acompañaron cada una de las 4 salas de exposiciones y que según usted no estaban(no sabíamos que era supervisor del ministerio o de arteria), seguramente no los vio por problemas de visión.

Nos encontramos en un mundo que ha dejado de ser susceptible a la medición, el escrutinio y la búsqueda por lo nuevo, a un mundo del reconocimiento donde tenemos la certeza de haberlo recorrido antes, quizá por intuiciones o múltiples seducciones.
La realidad también aparece fragmentada y acotada, tanto es así que debemos esforzarnos por traducir y diferenciar constantemente lo que representa la realidad de lo real y con ella lo natural de lo artístico. Nuestro mundo intensamente se reconfigura gracias al pensamiento collage –bricolaje donde cobra importancia ideas como la del montaje, la repetición, cuya pretensión sobre la noción de espacio depende de la relación espacio y tiempo específico. En otras palabras, el mundo y con él el arte, devienen símbolos entrecortados dispuestos en diferentes nociones y maneras de apropiación como juegos de objetivación de lo subjetivo, lo que dimos en llamar “estar en situación”.

El artista cambia drásticamente su rol demiúrgico heredero del siglo XIX por otro de conector, con la intención de reconocer contextos para instaurar, dejar caer, lanzar, una obra de arte construida, no desde lo bruto, sino desde lo ya informado, desde lo ya creado.

La obra, ajena a la angustia por alcanzar lo nuevo y original, usa la difusión como un medio contundente que , dicho sea de paso, la instaura en el efecto simbólico contemporáneo por nuevas globalizaciones.

En el espacio expositivo las obras generan un diálogo en torno a diferentes preocupaciones que van de la latencia de lo humano trascendido en lo poético hasta intuiciones fuertes sobre lo cotidiano, lo político , el posconflicto y la visualidad acechada.

GLADYS MÉNDEZ/ SIN HUELLA

En Colombia, bajo la sedación de los medios y la creencia popular acerca de una violencia merecida que , por lo general, le toca al otro por algún tipo de destino prejuicioso, la artista nacida en Barrancabermeja logra transitar los abusos estéticos y artísticos provenientes de la moda por “conseguir” un tema comprometido políticamente como aparato de creación, hacia la configuración de una obra cerámica reposada y cautelosa que sabe sacar provecho de herencias desafortunadas para hablar de lo cotidiano guerra-rio-muerte sin caer en la caricatura o el clisé.

OSWALDO BARRETO Y ANNIE VAZQUEZ /TODOS AL MATADERO O SIRVAMOS LA MESA PARA ANTROPOFAGONIZARNOS

La obra plantea una crítica hacia los modelos hegemónicos del capital desde un rescate de imágenes egregias vinculadas a valores de identidades nacionales. En la instalación se nota un interés por usar de forma simbólica la imagen del animal desde concepciones herederas del pensamiento judeo cristiano (cordero evangélico del bien/ el lobo alegoría del mal). La fragilidad del soporte y cuerpo de obra reitera su intención contradictoria propia de tensiones opuestas en constante creación y destrucción.

EDUARDO ESTUPIÑAN/DE LA HABANA VIENE UN BARCO CARGADO DE????

Con la conquista de los continentes se puso en circulación el dinero como único valor de intercambio hasta nuestra época del triunfo de su globalización. Con el capital la cultura significa apenas una estrategia más para su hegemonía, entonces urge la necesidad de desafiar el orden geopolítico propio de nuestra realidad dependiente y abusiva donde el héroe se tergiversa en múltiples lecturas. Entonces surge una obra cargada y comprometida con una determinada imagen de mundo, circulación y consecuencias sociales: la instalación en verdad produce e instala el concepto de lo vertiginoso, la última ironía y la pretensión amnésica sobre memorias endémicas e inmediatas.

ANA CRISTINA ZULETA/ PENDIENTE

La obra alude a un instante anterior de lo natural cargado de alegorías de nacimientos y formas, cuya escatología exuda ficciones organicistas, ecos de recorridos y ruidos cerámicos, donde lo escultórico se presenta como negación del monumento, de lo egregio y busca en lo mínimo la forma expandida dentro de una espacialidad igualmente determinada por la fábula.

MARIO PILONIETA/ ¿HABRÁ MADUROS PARA RATO?

Nuestra memoria inmediatista objeto de picnolepsias constantes ha sido materia de trabajo de la obra de Pilonieta cuando echa mano del acontecimiento grotesco y deforme de nuestra historia económica política con el ánimo de proponernos incomodas situaciones de encuentro tristemente reactualizadas por los viejos nuevos problemas de un país saqueado y victima de nosotros mismos, república de la banana y el confuso paisaje cultural.

ARNULFO MEDINA/MOYAS

El azar, de mano de la fortuna y en últimas, de la suerte, estimula el gesto de la participación tras una definición relacional donde la obra sirve de interacción entre públicos a través de la dinámica del juego, que deja abierta la pregunta sobre ¿dónde hay arte? todo ello desde procesos de creación inscritos en la reelaboración, uso de seudo ciencias, espacios axiomáticos y expectativas memoristicas cargadas de fisuras dirigidas hacia conceptos difusos de identidad.

El que expone se expone. No deben ser tan refractarios a la crítica. Ustedes mismos se encargaron de desperdigar los «dizque» y los «casi» por doquier. No necesito permiso ni credenciales ministeriales o mediáticas para expresar mi opinión y tengo derecho a reclamar mucho más. Agradezco Henry que firmes, como lo hice yo. La mala leche, identificable a kilómetros, de Junior me obligó a responder, con menos sutileza aunque sin entrar en los terrenos personales. No soy juez ni parte y tampoco es mi obligación proyectar a nadie, aunque lo hago y lo he hecho a mi manera por años. Fui, leí y observé y esa percepción tuve. También reconozco lo crudo, mejor dicho, duro de mis palabras pero lo hago a la vista de todos sin esconderme detrás de nada ni de nadie. Pude ser injusto, incorrecto o liviano, lo siento por ti, pero sostengo el sentido de lo expresado y puede que no solo sea miope sino que además sufra ya de la presbicia. Desplegar estos dispositivos, de la manera en que lo hicieron, con todo el apoyo y tiempo que tuvieron nos pone en una situación difícil a todos. Creo que a pesar de eso logran un objetivo más ahora, en la órbita del debate crítico nacional que les brinda este medio (no lo degrademos) para eso están estos comentarios.
Adenda: La frontera la ampliaron ustedes.

Es necesaria la crítica y más aún la autocrítica en un país caracterizado por el silencio resumen de indiferencia o sorda expectación. El 15 SRA que curamos partió de un hecho significante: crítica complaciente o falta de crítica, la cual había que echar por tierra. La zona conocida por la «curtiembre» y la ilusión académica ( por no decir vergüenza) lucha entre conocedores y seudoconocedores que improvisamos como podemos en aras de darle un sentido a lo que ocurre como arte de hoy. De esa mansedumbre de añoranza por pertenecer a la elite de un circuito exiguo y mal oliente, nosotros como artistas nos convertimos en depositarios mudos de herencias desafortunadas las cuales se enmascaran en fachadas de museo, maestritis aguda y nuevas voces mesiánicas. El caso más triste lo representa precisamente la bienal de Bucaramanga la cuál juega con presupuestos intelectuales de precariedad sin sostenerla como tesis ( moralmente debemos refrenar ese impulso bienal). Nuestra investigación curatorial apenas comienza, no se debe pretender ver en las exposiciones un final definitivo. Celebro la critica y el afán por la escritura.

Es la pretensión de ZONAR el de abrir la esfera de la crítica y permitir encontrarnos en el debate. En unos días se estará abriendo la convocatoria abierta y pública «Textos Náufragos» que permitirá desde la pretensión procesual del salón regional,aportar en las dinámicas de la crítica y la producción textual que tanto necesitamos en este territorio en deriva llamado por el centro «zona oriente» . Entonces, si alguien quiere lavar la ropa en la casa del vecino o en la propia y descurtír los discursos y la inercia de la palabra, bienvenido sea.

En el mes de octubre del año pasado conocí el proyecto curatorial Zonar: Estar en situación, perforar el contexto. Conservo aún la hoja abierta y poligonal que a manera de origami se arma para obtener, al final, el volumen de un cubo.

Precisamente en el diseño-documento aparecían consignados los ejes conceptuales que guiarían este ejercicio artístico enmarcado en el contexto de los salones regionales.

He leído de nuevo estas aproximaciones y no encuentro por ningún lado el tema cubano, como para que Borja diga alegremente, sin mayores argumentos, que el viaje a Cuba hecho por algunos de los curadores, días antes de empezar el proceso de montaje, representa el rasgo distintivo de esta curaduría.

De entrada el autor de la nota evidencia un desconocimiento y falta de rigor para entender lo que ha puesto en juego el equipo curatorial conformado por Walter Gómez Céspedes, Henry Buitrago, Oscar Salamanca y Miguel Ángel Gélvez, y más bien, parece reflejar las acostumbradas tensiones que este tipo de perforaciones generan en los agentes que se disputan las hegemonías de la gestión cultural.

Antes de andarse con rodeos, aconsejaría que dejen de lavar la ropita en casa y extiendan los ejercicios de lavandería a toda la comarca. ¿A qué le tiene miedo la crítica?

Y a propósito de La Habana ¿se imaginan lo lindo que será ver el día en que la Far, los Paracos y los Milicos (con todo su componente político-empresarial que ello representa) se saquen en forma los trapitos al sol en una verdadera comisión de la verdad?